Del pensamiento liberador a la praxis de la liberación latinoamericana”
1. Investigación:
“Del Pensamiento liberador a la praxis de la liberación latinoamericana”
“El ser humano es ante todo […] un ente histórico; su esencia está en el
cambio; y la filosofía, como producto humano de reflexión y diálogo,
participa igualmente en esta característica esencial de lo humano”
L. Zea, EL HOMBRE Y SU OBRA
La filosofía iberoamericana como filosofía sin más
Autor:
David Flores Espinoza
Managua, Nicaragua, 20 Ago. 09
2. Índice
Introducción...............................................................................................................
Marco teórico conceptual.........................................................................................
1. 1492, ¿inicio o fin de la historia americana?......................................................
2. Antecedentes de la filosofía de la liberación......................................................
2.1 La teoría de la dependencia..............................................................................
2.2 La Teología de la liberación...............................................................................
2.3 La Obra de Frantz Fanon...................................................................................
2.4 La polémica entre Augusto Salazar Bondi y Leopoldo Zea...............................
3. Retos actuales de la filosofía de la liberación.........................................................
3.1 Efectos de la economía capitalista....................................................................
3.2 Deuda externa....................................................................................................
3.3 Democracia y dictadura.....................................................................................
3.4 Liberación de la mujer y Feminismo..................................................................
3.5 La “cuestión cultural”..........................................................................................
4. conclusión................................................................................................................
Bibliografía...................................................................................................................
Fuentes impresas:....................................................................................................
Fuentes Web............................................................................................................
2
3. Introducción
Con el fin de enriquecer mis conocimientos en el campo de la filosofía
Latinoamericana, propongo el presente estudio “Del pensamiento liberador a la
praxis de la liberación latinoamericana” para aportar al análisis de la posibilidad
de una filosofía en el contexto de dominación desde nuestra América.
“Del pensamiento liberador a la praxis de la liberación latinoamericana” trata
de dar un aporte más al afanoso estudio de la filosofía latinoamericana que desde
grandes pensadores como: Leopoldo Zea, E. Dussel y Frantz Fanon, (entre otros)
plantean el desarrollo de un sistema de pensamiento original, aún desde la
dominación extranjera, enfocado sobre todo en una necesaria superación del
proceso de dominación en el que está atrapada Latinoamérica.
Ante esta realidad, aún en vigencia, cabe hacernos la siguiente pregunta: -¿Se
puede hablar de una filosofía de la liberación en dominación?- La respuesta es
afirmativa, es más, no sólo es una posible filosofía, sino que tiene un auténtico
desarrollo desde nuestra América. Según afirma Javier Palacios “La filosofía
latinoamericana es necesaria, pero ha de ser, en medio de la miseria de sus
habitantes, una Filosofía de la Liberación”. El filósofo latinoamericano piensa sobre
su propia realidad, parte, desde mi perspectiva de aquella certera afirmación de J.
Ortega y Gasset, -“yo soy yo y mis circunstancias”- es decir, el filosofo
latinoamericano no entiende la vida repudiando las circunstancias en las que vive
y se desarrolla; y en América es imposible a mi parecer hacer filosofía sin superar
el estado de humillación en que se está inmerso.
La filosofía no es para el filósofo de la Liberación una simple demostración de
habilidades lógicas, aquí la filosofía se hace en la acción, se parte del
pensamiento hasta llegar a la praxis, conjeturando, de manera especial un cambio
en el estado de minoría pensante que afecta a la mayoría de latinoamericanos. El
filósofo aquí, ni siquiera es un hombre que piensa porque ama la sabiduría; el
filósofo de la liberación ama a los pueblos sufridos, a los pueblos explotados y
enajenados de sus derechos, y piensa el porqué de su condena, así como la
estrategia para superar esta injusticia, pues lleva en su interior la intención del
cambio. Le inquietan las conciencias hasta desembocar en la praxis justa que
libera a la persona oprimida.
Dicho lo anterior, el objetivo de este ensayo es analizar los principales elementos
que fundamentan el pensamiento filosófico liberador en latinoamericana hasta
convertirlo en praxis de la liberación.
En concreto analizaremos los antecedentes de La Filosofía de la Liberación, así
como los retos actuales de la misma y definiremos los principales problemas que
impiden al hombre latinoamericano ser protagonista de su propia liberación.
La metodología implementada en el presente estudio está basada en el uso de
3
4. fichas de contenido y documentos electrónicos e impresos.
Los acápites en los que se divide el ensayo son cuatro. El primero se refiere al
Marco Teórico Conceptual, el segundo a los elementos que fundamentan el
pensamiento filosófico liberador en Latinoamérica, el tercero es un análisis de los
principales problemas que impiden al hombre latinoamericano liderar su propia
emancipación y el cuarto son las conclusiones y desafíos de la Filosofía de la
liberación de latinoamericano.
Marco teórico conceptual
El desafío de pensar en Latinoamérica desde una visión no-normativista conduce
a resultados que seguramente parecerán escandalosos a los puristas tanto de
derechas como de izquierdas, es así con ciertas inconformidades como se inicia
nuestro filosofar, sobre todo, con la impronta de la nueva filosofía, la filosofía en
nombre del progreso que negará, como afirma Leopoldo Zea, -si no la plena
humanidad de los latinoamericanos sí su plenitud-. Y es esta negación de nuestro
ser como hombres la que nos hace preguntarnos al unísono, por la existencia de
una filosofía americana, sabiéndonos y sintiéndonos distintos del resto de los
hombres, llevando sobre nuestra espaldas una interrogante nunca antes hecha en
el desarrollo del pensar universal:
-¿Existe o no existe un pensamiento, una filosofía en nuestra América?
¿Tenemos o no un pensamiento original, o sólo tenemos un conjunto de
voces que se limitan a repetir los esquemas del pensamiento europeo o
norteamericano?- (Navarro, K, y Gernstemberg B, 2002, prologo)
La filosofía latinoamericana se identifica con un profundo contenido social: La
política, la educación, la moral, el derecho, la antropología y la religión, son temas
de constante interés para la reflexión filosófica, pero, sobre todo, el problema de
la emancipación ideológica, pues el orden intelectual, social y económico impuesto
durante tres siglos de dominación no ha desaparecido de las nuevas nociones.
Latinoamérica en su afán por cambiar la mentalidad colonial, y emanciparse del
modelo filosófico europeo sigue los lineamientos ideológicos de la filosofía
positivista. El positivismo se presenta así como el medio más apropiado para
abolir por completo la dependencia mental. Sin embargo, esto condujo a nuevas
formas de subordinación. La conciencia de esta dependencia, en la que ha vivido
sumergido el pueblo latinoamericano propicia, a mí parecer, -una corriente
filosófica de praxis liberadora-. La filosofía de la Liberación.
Se ha dado el nombre de filosofía de la liberación al movimiento que durante los
últimos años se ha propuesto determinar la relación entre el pensar filosófico y la
realidad latinoamericana, yendo de la praxis a la liberación, en esta filosofía el
pensamiento va unido a la acción para eliminar toda manifestación de
4
5. dependencia y lograr la auténtica libertad.
La Filosofía de la Liberación es un análisis desde América Latina para la
comprensión crítica de los problemas que les afectan a los pueblos. Esta filosofía
surge del pensar desde los oprimidos, surgió entrado los años sesentas a partir de
lo que Dussel, uno de sus fundadores, identifica como el “descubrimiento” de la
masividad de la dominación que se juega en los diferentes ejes (centro-periferia,
elites-masas, hombre-mujer, etc.) y la necesidad de un tratamiento filosófico
crítico-comprensivo de esa construcción de la dominación con un horizonte de
transformación social emancipatoria. En esta perspectiva la Filosofía de la
Liberación comparte un espíritu de la época con el desarrollo de la Sociología de
la Liberación, la Teología de la Liberación, y en general con el esfuerzo de
elaboración de una Teoría de la Dependencia.
1. 1492, ¿inicio o fin de la historia americana?
Antes de referirnos al fin de la historia americana, debemos tener presente tres
fechas de suma importancia para el desarrollo del presente ensayo: la primera
fecha hace referencia a la batalla de Jena en 1806, acontecimiento que enfrentó al
ejército francés bajo el mando de Napoleón contra las tropas prusianas
comandadas por Federico III y en la que Prusia salió derrotada. Este hecho
histórico será para Hegel, el culmen de la historia universal. El filósofo muestra el
fin de la historia, en el sentido de la consumación de los regímenes políticos. Esta
doctrina del fin de la historia influirá a varias generaciones de pensadores (entre
ellos, Karl Marx), hasta el contemporáneo Fukuyama.
La segunda fecha de importancia a la que nos referiremos a continuación es 1989.
Después de 183 años de la batalla de Jena, tras la caída del muro de Berlín,
Fukuyama planteará nuevamente el fin de la historia universal, como término de la
historia ideológica y, la universalización de la democracia liberal concretizada en el
sistema capitalista, siguiendo un esquema que se autodenomina hegeliano, es
decir «el triunfo de la idea, de la razón universal concretizada en el Estado
capitalista».
La tercera y última fecha a la que nos referiremos como eje fundamental del
presente ensayo, es 1492: la llegada de los españoles a tierras americanas, 136
años antes de la batalla de Jena y 497 años antes de la caída del muro de Berlín.
Se habla en estos dos grandes momentos del fin de la historia universal, pero los
grandes pensadores pasaron por alto el fin de la historia en América, fin que tuvo
lugar hace más de cinco siglos y que aún sigue en vigencia en esta parte del
mundo. Según afirma Eduardo Galeano, “a la llegada de Europa a América se
decretó que eran delitos la memoria y la dignidad. Los nuevos dueños de estas
tierras prohibieron recordar la historia, y prohibieron hacerla. Desde entonces, sólo
podemos aceptarla”.
5
6. Para la América prehispánica, 1492 significó el fin de la historia y el inicio «por
fuerza mayor» de la nueva historia, impuesta por la cultura dominante. Las
culturas oriundas de estas tierras, reflexionaron siempre sobre el fin de la historia
de su pueblo, pero no sólo pensaron, sino que también iniciaron un largo proceso
de recuperación histórica y emancipación que transcurrió durante trescientos
años.
Se resistieron de muy diversas maneras a aceptar la nueva historia, con el fin de
no perder el sentido de ser de sus pueblos, para no heredar esclavitud a sus
descendencias y conservar su legado cultural. Señala con referente a esto el
cronista López de Gómora, “no dormían con sus mujeres para que no pariesen
esclavos de españoles”, de igual forma Fray Bartolomé de Las Casas afirmaba:
“las mujeres paridas matan sus criaturas y las preñadas las echan fuera del
cuerpo, con tal de no parir hijos de castellanos”. Era pura y sencillamente la forma
indígena de revelarse contra el sistema colonial.
Muchos aceptaban aparentemente las nuevas costumbres, sobre todo la religión,
como es el caso del cacique Nicaragua (Macuilmiquiztli1), quien tras su famoso
diálogo con Gil González se bautizó y admitió lo propuesto por el español. Es
evidente que esto lo hizo por simular una falsa conversión y sumisión ante el
conquistador, ya que no depuso las armas y continúo al pie del combate hasta su
muerte.
Estos hechos históricos muestran, como afirma Eduardo Galeano que “ha sido, la
nuestra, una continua experiencia (histórica) de mutilación y desintegración […]
Los indios han padecido y padecen la maldición de su propia riqueza, o
simplemente la maldición de «no ser existiendo». Ese «no ser existiendo» lo
refiero a la humanidad del indio, debatida de muchas formas por los españoles:
éstos afirmaban que los nativos de América eran, “no hombres”, o tan sólo una
“subespecie” humana y por tanto debían ser tratados como tales, además, no
tenían alma, y era semejantes a los animales.
La lucha de los pueblos de la América prehispánica no sólo se manifestaba en
1 Análisis de la figura del Cacique Nicao, según lo que yo denomino “Polémica Pasos-Silva”
desde la noticia publicada por el Nuevo Diario en noviembre de 2002, El cacique Nicarao ¡Existe! :
¿Cual es el verdadero nombre de Nicarao? A partir de las declaraciones del escritor e historiador
Fernando Silva […], se ha creado una cierta polémica sobre la existencia del famoso Cacique "Nicarao",
nombre que por años la historia definió como el hombre que se enfrentó a los conquistadores españoles, se
entrevistó con ellos y rebatió sus argumentos religiosos.
Silva dijo recién que "Nicarao" en verdad se llamó Cacique "Macuilmiquiztli" ya que la región de donde
proviene el nombre de Nicaragua no se llamaba "Nicaraocallí", sino "Aguatcapolca", que era la región
donde vivía el Cacique "Macuilmiquiztli". Eso ha sido considerado por muchos como un vuelco a la historia
500 años después.
El escritor Pasos, afirma que esos datos él ya los había señalado en su novela histórica El Burdel de Las
Pedrarias (que relata la existencia del Primer gobernador que tuvo Nicaragua, Pedrarias Dávila, su familia y
la forma como se asentaron e hicieron sus negocios en Nicaragua, publicada en 1995, esos datos ya los
había resaltado en su novela el escritor Pasos M. y en un escrito que publicó en 1992 llamado “El Cacique
Don Diego”. Esos datos no fueron descubrimientos míos; afirma Pasos -ya estaban cuando yo los tomé y
publiqué, pero nadie le hizo caso; los pasaron por alto y ahora aparecen como las grandes revelaciones"-.
6
7. actos de rebeldía contra la corona española. En la memoria de aztecas, mayas, e
incas dominó el recuerdo de la derrota de sus civilizaciones, es así como expresan
en tono melancólico la pérdida de su historia y en general de su sociedad.
La cultura azteca rememora en este Cantar mexicano lo que siente el pueblo: "El
llanto se extiende, las lágrimas gotean allí en Tlatelolco. Lloren, amigos míos,
tengan entendido que con estos hechos, hemos perdido la nación mexicana. ¡El
agua se ha acedado, se acedó la comida!"
Por otro lado, en el Chilam Balam de Chumayel, los mayas recuerdan
amargamente la conquista: "Ellos enseñaron el miedo, vinieron a marchitar las
flores. Para que su flor viniese, dañaron y sorbieron la flor de nosotros..."
Y los incas, de igual forma, llorando amargamente la muerte de Atahualpa
exclamaban: "dolor inacabable que al cosmos acarrean los recién llegados: ¿Qué
arco iris es este negro arco iris que se alza? El sol vuélvese amarillo, anochece,
misteriosamente. Las nubes del cielo han dejado ennegreciéndose; la madre
Luna, transida, con el rostro enfermo, empequeñece. Y todo y todos se esconden,
desaparecen, padeciendo".
Es evidente que con lo expresado anteriormente, 1492 supone para la América
prehispánica, «la historia hecha por fuerza mayor», es decir la nueva historia, la
historia que colocaba a los indígenas en un lugar subalterno a su nuevo dios y a
su nuevo rey. De aquí en adelante América dejará de ser barbarie y paganismo,
pero eso no significa que saldrá del todo del estado natural, es más, afirma Hegel:
“esta cultura está destinada a extinguirse […], América se ha mostrado y sigue
mostrándose floja tanto física como espiritualmente”.
Este determinismo hegeliano y de muchos otros pensadores tanto de América
como de Europa, es lo que encasilla al hombre Latinoamericano contemporáneo
en una fatal resignación que le limita a luchar por su autoliberación. No le permite
tomar en sus manos las riendas de su propia emancipación respecto al yugo
impuesto sobre sí.
El hombre contemporáneo aún está encerrado en esa “minoría de edad culpable”,
de la que habla Kant. No sale, ni se plantea un nuevo proyecto. Debemos ser los
protagonistas de nuestra liberación para así forjar nuestra verdadera historia. Y
podamos evitar seguir rastreando los restos históricos de una civilización, como la
occidental, que no niega a nadie el derecho de mendigar las sobras de su ser,
debemos empezar por rescatar nuestra verdadera historia y encender en nosotros
el ser pensante y la integración de nuestras culturas.
2. Antecedentes de la filosofía de la liberación
La filosofía de la liberación un movimiento que se desarrolla en América Latina
durante los años setenta, tiene su punto de partida en la conciencia filosófica de la
situación de dominación y alienación que viven los países de la región
7
8. latinoamericana y de otras regiones del mundo, como África y Asia. La filosofía de
la liberación aparece vinculada con otras expresiones de una reflexión más amplia
sobre la realidad latinoamericana:
1. La teoría de la dependencia.
2. La Teología de la liberación.
3. La Obra de Frantz Fanon.
4. La polémica entre Augusto Salazar Bondi y Leopoldo Zea.
2.1 La teoría de la dependencia.
La noción sociológica y económica de dependencia surge de tres vertientes: los
análisis sobre los obstáculos al desarrollo nacional, la actualización sobre los
estudios del capitalismo internacional en su fase monopólica desde una
perspectiva marxista y el análisis clasicista de la historia latinoamericana. La teoría
de la dependencia se entiende como un complemento a la teoría de los clásicos
sobre el imperialismo. Dentro de la teoría de la dependencia hay diferentes
enfoques, polémicas y reflexiones sobre problemas diferentes; pero lo que une a
estas corrientes es su crítica al desarrollismo.
2.2 La Teología de la liberación.
Desde el comienzo del Concilio Vaticano II en 1962 hasta su culminación en 1965,
la Iglesia adopta una serie de cambios que han de ser aprovechados por los
teólogos más progresistas, tanto en Europa, donde se forman académicamente
los teólogos latinoamericanos, aunque luego pretendan distanciarse de la teología
que los nutriera.
En esta primera etapa, la teología de la Liberación se va gestando, buscando
definirse a sí misma y toma contacto con las corrientes filosóficas que se han dado
en llamar "filosofía de la liberación latinoamericana", que resultan por una parte,
en ocasiones, confusos discursos impregnados de influencias althusserianas2,
2 Louis Althusser (1918 - 1990) fue un filósofo marxista. La línea de trabajo más conocida de
Althusser tiene que ver con sus estudios de la ideología, y es Ideología y aparatos ideológicos
de Estado su obra más conocida en este campo. Este ensayo establece el concepto de ideología,
y lo relaciona con el concepto gramsciano de hegemonía. Si bien la hegemonía en Gramsci está en
última instancia determinada por fuerzas políticas, el concepto althusseriano de ideología se apoya
en los trabajos de Sigmund Freud y Jacques Lacan sobre lo imaginario y la fase del espejo, y
describe las estructuras y los sistemas que nos permiten tener un concepto significativo del yo (moi
en Lacan). Estas estructuras, según Althusser, son agentes represivos inevitables (y necesarios).
Es bajo la influencia de Lacan que define la ideología como la representación de una relación
imaginaria con las condiciones reales de existencia. Para Althusser la ideología es ahistorica, pues,
igual que el inconsciente freudiano, es eterna. Esto quiere decir, siempre habrá ideología. Para
Althusser ésta no es una forma de "engañar" o de "conciencia falsa" sino más bien una relación
normal de individuos con la sociedad. La ideología, como ya vimos, es la relación imaginaria
(sucede en la mente) de los sujetos con sus relaciones sociales.
8
9. tomistas y otras, que ofrecen desarrollos tan "confusos" difíciles de entender
desde una perspectiva española y menos aún desde otros países europeos.
Desde luego, a los pensadores franceses, por ejemplo, les agradaba, por aquella
época, sentirse útiles a los filósofos o teólogos del Tercer Mundo.
Otra influencia importante en la gestación de la teología de la liberación, será la
que es, podemos afirmar, la más importante: la propia situación social y
económica de las masas. -Nos referimos a unas "masas" de campesinos, que en
muchos casos se trasladan a trabajar a las ciudades, pero a pesar de emigrar o
entrar en contacto con la cultura de la ciudad, muy influida por las costumbres
occidentales, continúan manteniendo vivas sus propias tradiciones y estructuras
familiares, entre las que destaca una fuerte "religiosidad" que habremos de
estudiar detalladamente. Resulta, por lo tanto, interesante constatar que la
teología de la liberación ha tenido éxito precisamente entre los campesinos y los
obreros de origen campesino establecidos en las grandes ciudades. Sin embargo,
hay que ir aclarando una cosa: el giro que se ha venido gestando desde la
Conferencia Episcopal de Puebla (1979) hasta la celebrada en 1992 en Santo
Domingo ha hecho perder apoyo popular a la teología de la liberación, que se
puede llegar a convertir, como señala el teólogo José Comblin, en un movimiento
totalmente opuesto a lo que pretendió en sus orígenes y a lo que fue durante
bastantes años de lucha política. Existe actualmente tal proceso de regresión en el
movimiento teológico que comentamos que acaso llegue a perder el elemento que
más fuerza le aportara: los pobres.
2.3 La Obra de Frantz Fanon.
Frantz Fanon3 simboliza al intelectual comprometido con el proceso de liberación
de los pueblos del tercer mundo. Sobre todo con los obra los condenados de la
tierra. Fanon describe y analiza situaciones coloniales, y dentro de éstas cabe el
caso de Argentina a la que mecánicamente no se le puede aplicar las categorías
de Fanon, porque tendría consecuencias lamentables para la teoría y la practica
de la liberación.
2.4 La polémica entre Augusto Salazar Bondi y Leopoldo Zea.
El punto de partida de es el libro de Salazar Bondy «¿Existe una filosofía de
nuestra América? », publicado en 1968. Salazar Bondy en este libro básicamente
se hace tres interrogantes:
3 Frantz Fanon (1925 – 1961) nació en la isla de Martinica, en la época en que ésta era una
colonia francesa, en el seno de una familia con mezcla de antepasados africanos, tamiles y
blancos, que vivía una situación económica relativamente buena para el estándar de la región, pero
lejos de lo que consideraríamos como clase media. Fue un pensador del siglo XX, quien se enfocó
en el tema de la descolonización y psicopatología de la colonización. Sus trabajos, principalmente
"Los condenados de la tierra" ("Les dammés de la terre") han inspirado movimientos de liberación
anti colonialista durante más de cuatro décadas.
9
10. 1. ¿Ha habido una filosofía en nuestra América?
2. ¿En caso negativo, podría haberla y bajo que condiciones?
3. ¿Hasta que punto tiene sentido y valor tomar como tema privilegiado de
atención, la realidad latinoamericana?
En tanto, Leopoldo Zea sale a la palestra con su texto «La Filosofía americana
como filosofía sin más» (1969) en la que afirma:
1. El hombre americano ha tenido siempre acceso al logos.
2. nuestra filosofía empieza con una polémica sobre la esencia del mundo.
3. La filosofía americana parte originalmente de la realidad, sin esperar la
libración del subdesarrollo.
******
La filosofía de la liberación surge oficialmente en Argentina, en el II Congreso
Nacional de Filosofía, celebrado en Córdoba, en 1972, mientras que su
lanzamiento a nivel latinoamericano se hizo en Morelia, México, durante la
realización del I Coloquio Nacional de Filosofía, en 1975. La filosofía de la
liberación fue propuesta como una vía de afirmación en América Latina en su
diferencia y alteridad, que han sido negadas por el sistema de dominación
mundial. También fue planteada en contraposición con la filosofía de la
dominación, como una filosofía empeñada en contribuir con el proceso real de
liberación de las naciones latinoamericanas. Esta filosofía presupone, para
algunos autores, una reflexión auténtica, liberada del mimetismo o de la alienación
cultural que han sido características del pensamiento inauténtico en América
Latina.
Aunque surge como un movimiento generacional, en su desarrollo toma distintos
derroteros y en su expansión en América Latina adquiere matices diversos. Un
primer contraste se da entre quienes reconocen antecedentes de la filosofía de la
liberación en algunos momentos de la historia de la filosofía en América Latina,
quienes niegan tales antecedentes y declaran que con su, propia reflexión
empieza la filosofía latinoamericana auténtica y una nueva etapa de la historia de
la filosofía mundial. También resulta contrastante el enfoque metafísico, formulado
a partir de la critica y “superación” de Heidegger y Levinas, y con el que se aborda
el tema de la alteridad desde una filosofía fundante y al margen de las ciencias,
frente a los enfoques que, desde la crítica historicista o desde la problematización
de las categorías a la luz de cierto marxismo plantean una filosofía antidogmática
y cercana a las ciencias humanas y sociales para buscar la recuperación de la
alteridad latinoamericana.
Desde distintos posicionamientos teórico-metodológicos y políticos, este
movimiento filosófico se sumó a los procesos de liberación en América Latina.
Estos procesos marcaron una época en la realidad y en la conciencia
latinoamericanas y llegaron a constituir la seña de identidad de una filosofía
comprometida con su tiempo.
10
11. 3. Retos actuales de la filosofía de la liberación
Un pensar filosófico de plena actualidad en América Latina es la Filosofía de la
liberación, cada uno de sus temas se actualizan de forma paulatina ya que estos
parten de la realidad misma. El filosofo latinoamericano y en concreto el filósofo de
la liberación, se hace uno con el pueblo crucificado (desde una perspectiva
cristiana), enajenado de sus derechos y olvidado por quienes deberían velar por
el. No son ajenas a esta realidad las voces de los no alienados a partidos políticos
que deben -habérselas con su realidad- cuando no son parte de los proyectos
asistencialistas gubernamentales, simple y sencillamente por no comulgar con un
color político. En fin, es parte de este estudio liberador el pobre en todas sus
dimensiones, por ser en primera instancia a quien se le niega el derecho al logos
(la razón - derecho inalienable en todo individuo) con el fin de conservarle sumiso
en las profundas hondas de la ignorancia, para convertirse de forma total en un
sujeto-objeto de las pequeñas burguesías latinoamericanas.
En definitiva analizaremos ciertos elementos que son considerados como actuales
retos de la Filosofía de la liberación:
3.1 Efectos de la economía capitalista
Para el análisis de este apartado, es necesario señalar los principales hechos
históricos que dan pie al surgimiento de la era de producción capitalista (según C.
Marx los) para contextualizar mejor la situación en cuestión:
1. El descubrimiento de los yacimientos de oro y plata de América
2. El exterminio y la esclavización
3. El sepultamiento en las minas de la población aborigen
4. El comienzo de la conquista y el saqueo de las indias occidentales.
El siglo XVI, es el siglo inaugural del sistema capitalista en América. Las
invasiones europeas en América Latina, causaron estragos en la economía de las
zonas recién descubiertas y acabaron exterminando de forma parcial las
poblaciones indígenas. En el corazón de Bolivia en los altos paramos andinos, se
encuentra el cerro de Potosí, (Sumaq Urqu), mina descubierta cincuenta años
después de la llegada de colón, explotada durante más de doscientos años junto
con las minas de Zacatecas y Guanajuato en México, sólo en Potosí se exterminó
a ocho millones de indios a causa de los arduos trabajos en las minas.
Desterrados en su propia tierra, condenados al éxodo eterno, los indígenas de
América Latina fueron empujados hacia las zonas más pobres, las montañas
áridas o el fondo de los desiertos, a medida que se extendía la frontera de la
civilización dominante. Los indios han padecido y padecen -síntesis del drama de
11
12. toda América Latina- la maldición de su propia riqueza. (Galeano, E, 1970, Pág.
44)
Como problema estrictamente filosófico, es necesario considerar la cuestión en
cuanto la determinación del ser del capital, es necesario pensar al valor
valorizándolo como el fundamento de las vidas cotidianas de los participantes del
llamado mundo occidental, (principal expropiador del capital americano) del cual
América Latina es parte -aunque sea parte dominada-.
El trabajo humano, ocupación del mayor tiempo de la existencia, se objetiva en
sus productos: vida humana hecha realidad en la mercancía. (Según el análisis de
del capital de C. Marx) Esa vida se acumula como plusvalor en el capital cuyas
determinaciones tales como el dinero, el trabajo asalariado, el medio de
producción, etc., no son más que fenómenos o apariencias de su ser fundamental:
el valor que crece como ganancia es vida humana alienada, perdida, éticamente
desposeída a sus naturales propietarios.
En los países periféricos, por la competencia de los capitales globales nacionales
de los países centrales desarrollados con respecto a los subdesarrollados
dependientes, se produce un segundo proceso: desapropiación de vida humana
por transferencia de plusvalor al capital central. Es el problema ontológico más
grave de nuestro tiempo desapropiación del ser de pueblos enteros, problema
ético por excelencia robo y victimación de vida humana. Fundamentando esta
realidad, según el análisis de Galeano, el principal producto de exportación en
América Latina, venda lo que venda, materias primas o manufacturas, son sus
brazos baratos. Por su parte, y como corolario de los dos hechos anteriormente
anotados, el capital trasnacional se apropia del plusvalor, plusvida del capital
periférico. Extrae plustrabajo, por competencia con la periferia y en el centro
mismo, de todos los otros capitales. Este problema filosófico, aunque pase
desapercibido define nuestra época, y es sobre la estructura de estos hechos
(capital, dependencia y capital transnacional) desde donde una filosofía de la
liberación puede comenzar un discurso pertinente.
3.2 Deuda externa
Si la filosofía piensa la realidad y parte de realidades, la deuda externa es una
realidad asfixiante que pesa sobre la circunstancialidad de los países periféricos y
de manera muy especial sobre América Latina. Por primera vez en la historia de la
Humanidad como especie y en la evolución de la vida como fenómeno del planeta
tierra, el hombre podría destruir tanto a la Vida como a la Humanidad en una
guerra total atómica de aniquilantes resultados.
Es quizá el tema filosófico más angustiante, no de la periferia, sino de todo el
mundo. Vida y Muerte enfrentadas como posibilidades a la mano. Una filosofía de
la vida y de la paz es imprescindible en este momento en América Latina.
12
13. De la misma manera, y relacionada con todos los temas ya indicados, la deuda
externa de los países pobres, se produjo por la necesidad de los países ricos de
entregar dinero para que pudieran comprar su propia sobreproducción. (Principal
elemento de interés que persiguen los países desarrollados) La deuda era fruto de
la crisis del capital central que paga el capital periférico. Se trata, nuevamente de
un problema ético por definición, pero que permite al ser del capital enseñorearse
de manera despiadada sobre las vidas de los países pobres, subdesarrollados.
3.3 Democracia y dictadura
No sólo como problema político, sino existencial y cotidiano, la participación o no
de los pueblos en las decisiones de los gobiernos se torna condición de posibilidad
para toda filosofía auténtica. ¿Cómo pensar en regímenes dictatoriales sin la
mínima libertad para la crítica? El problema de la democracia, como libertad del
pueblo y posibilidad de participación, se ha tornado central en la reciente historia
de América Latina. Aunque desde mediados de los 80s la democracia, sumamente
débil, ha retornado en buena parte de América del Sur, la dictadura sigue siendo
ejercida por muchos estados como su forma de gobierno establecida.
El espacio de libertad política es connatural a la filosofía, cuando es crítica. Por
ello el exilio de los filósofos debe recordarnos su necesaria articulación con la
democracia. Esta lucha por la democracia, debe indicarse, es connatural con el
socialismo. Por ello, la estructura de una planificación sin participación popular en
muchos socialismos realmente existentes nos habla de la necesidad de un
progreso también en estos ámbitos geopolíticos.
3.4 Liberación de la mujer y Feminismo
La mitad de la humanidad, en muchas partes y frecuentemente, sufre otro tipo de
dominación que es necesario situar como objeto de reflexión de una filosofía de la
liberación.
La estructura de la opresión de la mujer ha sido tallada profundamente en las
manos callosas de las trabajadoras de las maquiladoras y fábricas de
superexplotación de China y Centroamérica. Ha cubierto los rostros de las jóvenes
de Arabia Saudita e Indonesia. Ha desnudado a las jóvenes de Moldova y
Bangkok vendidas en burdeles por todo el mundo y la asumen como premio las
preadolescentes estadounidenses y europeas a quienes les enseñan a vestirse y
contonearse como objetos sexuales mucho antes de entender ni siquiera de qué
se trata el sexo.
Esta estructura entrelaza todas las épocas de la historia, sigue un sendero sinuoso
alrededor del mundo, forra todas las religiones dominantes y “códigos morales” y
está entretejida en cada aspecto de la sociedad humana. Es un velo pesado que
13
14. arroja las tinieblas de las primeras divisiones opresivas de la humanidad sobre la
vida, los sueños y los proyectos de los seres humanos en cada rincón del globo en
el siglo 21.
La mujer sufre la opresión de la ideología machista y de la praxis de dominación
del varón, en los niveles sexuales, culturales, económicos, políticos, etc. Ante esta
urgente realidad los movimientos feministas han generado una filosofía de la
liberación de la mujer. Esta filosofía es parte integrante natural de la filosofía de la
liberación, se haya o no articulado su vinculación concreta entre ambos
movimientos.
Es evidente que el feminismo de los países centrales y periféricos como pudo
observarse en el Congreso reciente de Nairobi tiene sus diferencias. No
ocultándolas, sino reflexionándolas, es como una filosofía de la liberación
femenina en América Latina seguirá haciendo su camino. Es una urgencia, una
necesidad. La erótica de la liberación es un campo poco transitado.
3.5 La “cuestión cultural”
Junto a los otros tipos de dominaciones -lo que indica que es necesaria una
liberación- existe igualmente la hegemonía cultural que ejercen los países
desarrollados sobre los nuestros, las clases dominantes sobre las dominadas, las
ideologías vigentes sobre la juventud, el machismo sobre la mujer, etc. La
"cultura", como la totalidad de todos esos fenómenos, nos manifiesta otro campo
central de la reflexión filosófica actual. La filosofía de la liberación piensa la
realidad de una cultura nacional ante la cultura de los países centrales (que se nos
impone por medio de la televisión, radio, cine, publicaciones, satélites de
comunicación, etc.), la realidad de una cultura popular ante la cultura ilustrada de
grupos hegemónicos de nuestros países dependientes. Y ante una cultura de la
sociedad de consumo capitalista será necesario justificar la existencia de una
cultura nacional popular revolucionaria, tal como se intentaba en la Nicaragua de
los años 80`s. Es decir, la cuestión de la "cultura popular" es un tema central y
difícil que debe afrontar la filosofía actual.
La generación postpopulista, coetánea a las revoluciones nacientes (como la
cubana o nicaragüense, salvadoreña o guatemalteca), se encuentra en posibilidad
de realizar una nueva “síntesis" en la interpretación de la historia de la cultura
latinoamericana. No debe ya ser liberal ante conservadores, ni conservador ante
liberales; no debe ser populista - hispanistas contra positivistas, ni lo contrario.
Puede ahora articularse a un nuevo sujeto histórico, el pueblo oprimido (que son
las clases explotas das del capitalismo dependiente y otros grupos marginales,
etnias y razas también explotadas)
La filosofía de la liberación en este capítulo específico de la filosofía de la cultura,
parte de la "filosofía de la producción ", muestra una vez más que su discurso no
14
15. está generado por modas ideológicas anteriores, sino por las exigencias de la
praxis de liberación misma. Dado que es un pueblo histórico el que genera una
cultura revolucionaria, no puede simplemente ignorarlo porque la "categoría "
pueblo no alcanza todavía la claridad teórica de la "categoría" clase. La realidad
exige pensar el asunto, describirlo, explicarlo en la medida de lo posible. La
filosofía así cumple un servicio, acto segundo con respecto al acto primero de la
praxis cultural misma del pueblo en camino de liberación.
4. conclusión
Para iniciar el desarrollo de este acápite, retomaremos el último párrafo del primer
apartado de esta investigación:
-El hombre contemporáneo aún está encerrado en esa “minoría de edad
culpable”, de la que habla Kant. No sale, ni se plantea un nuevo
proyecto. Debemos ser los protagonistas de nuestra liberación para así
forjar nuestra verdadera historia. Y podemos evitar seguir rastreando los
restos históricos de una civilización, como la occidental, que no niega a
nadie el derecho de mendigar las sobras de su ser, debemos empezar
por rescatar nuestra verdadera historia y encender en nosotros el ser
pensante y la integración de nuestras culturas-.
Evidentemente en América Latina demos despertar esos espíritus dormidos y
forjar nuestra verdadera historia, pero, ¿qué nos impide ser los protagonistas?
¿Qué nos hace ser subalternos? Nuestro miedo, miedo ¿a qué?, al que siempre
consideramos enemigo, «el imperialismo, la burguesía, la burocracia.» no,
ninguno de estos son nuestros enemigos, nuestro verdadero enemigo es el miedo
mismo que llevamos adentro y nos hace ser dependientes, faltos de originalidad,
nos hace estancarnos en la necesidad de copiar los modelos sistemáticos
europeos y estadounidenses y no crear lo propio. La superación de este miedo se
trata de una tarea de los países mismos, pero sobre todo de aquellos países que
se llaman independientes aún estando lejos de alcanzar una verdadera
independencia, sobre todo ideológica.
Nuestra incipiente filosofía, (como la llama Europa a partir del siglo XX) nos
propone construir una verdadera identidad para acabar en definitiva con -el miedo
filosófico-. La realidad que le atañe al hombre americano es concretamente
esfuerzo de liberación, una liberación que en definitiva desemboca en la búsqueda
de una verdadera identidad como latinoamericanos, esto veámoslo en
Latinoamérica como un permanente esfuerzo por hallarnos con nuestra propia
identidad cultural y romper de una vez por todas con el modelo europeo.
La "experiencia de ruptura" implica necesariamente el hecho mismo ruptural que
la origina. Esa implicación ha llevado a la búsqueda de las causas que serían la
raíz de aquella especificidad, si bien en otros casos se la ha desconocido,
15
16. quedándose en el puro nivel de la conciencia, invirtiendo la relación entre
conciencia y realidad social, a partir del presupuesto de la prioridad de la primera
sobre la segunda. (Roig, 1981, Pág. 188)
En definitiva, para alcanzar una verdadera identidad, nuestros esfuerzos deben
enfocarse en la ruptura ideológica, que como yugo pesado llevamos sobre
nuestras espaldas, el problema de la ruptura de estos -miedos filosóficos- como
les llamaba anteriormente, no se deben quedar meramente al nivel de la
conciencia, es menester en este caso llevarlos a la praxis misma, aquí la dificultad
de fondo está en que el hombre mismo deja sus problemas filosóficos en lo
abstracto de las ideas, y no les da una respuesta material, es decir actuando
desde lo concreto, desde el medio sociocultural, económico, político y religioso. En
la introducción de este ensayo, definíamos al filósofo de la liberación como: el
hombre que piensa porque ama a los pueblos sufridos, a los pueblos explotados y
enajenados de sus derechos, y piensa el porqué de su condena, así como la
estrategia para superar esta injusticia.
Retomaba esta cuestión porque sólo siendo un verdadero filósofo de la liberación
podrán nuestras conciencias desembocar en una verdadera praxis liberadora, sin
trabas y sin impedimentos abstractos que nos impidan ser verdaderamente los
protagonistas de nuestra historia y de nuestra liberación. Llevando en su interior la
intención del cambio, nuestro verdadero horizonte será el cambio mismo, que
desembocara en la praxis justa de liberación
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16
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