SELECCIÓN DE LA MUESTRA Y MUESTREO EN INVESTIGACIÓN CUALITATIVA.pdf
El proceso de hominización: la evolución de la materia a la conciencia humana
1. Estudiante: Br. Carlos Gustavo Moreira Álvarez
Asignatura: Ética Fundamental
marxismo-leninismo
Docente: Lic. Napoleón Fuentes
TÍTULO DEL ENSAYO:
“LA CONCIENCIA Y EL MOVIMIENTO EN LA MATERIA ALTAMENTE ORGANIZADA”
Materia, movimiento y conciencia.
Para iniciar este ensayo, es necesario esclarecer tres términos: materia, movimiento y conciencia.
Una vez explicados brevemente (debido a la extensión de este escrito y a que no son el tema
central, no se ahondará en ellos), procederé a exponer cómo es que la materia llegó a organizarse
hasta tal punto que produjo el cerebro humano; y a partir de ahí, cómo es que se proyecta en
medio de su entorno el ser humano (portador del súmmum cualificado de la materia).
En primer lugar, es importante hacer notorio un asunto un tanto obvio pero que muchas veces
pasa desapercibido: el ser humano es materia al igual que todo lo nos rodea (naturaleza y su
compendio), todo lo que se produce (sociedad y todo lo que la atañe), y todo lo que se conoce (el
pensamiento en su totalidad). Es preciso puntualizar que “el concepto de materia no expresa otra
cosa que la realidad objetiva que nos es dada en la sensación.”1
En segundo lugar, es necesario incluir otro concepto el cual está adherido al primero, ya que “es
inconcebible sin la materia“2 el movimiento. Esto es simplemente una afirmación sencilla y lógica,
además es ingenuo pensar en algo que se mueva fuera de la materia; para ello se puede pensar en
cualquier ejemplo dentro de la naturaleza, el pensamiento o la sociedad, en el que, en algún
momento de la historia, haya habido movimiento (se entiende como movimiento dentro del
ámbito filosófico como: cambio, desarrollo, transformación), e inmediatamente se expondría la
relación intrínseca entre ambos términos. Asimismo, es importante adjuntar al movimiento dos
términos inmediatos y necesarios: el tiempo y el espacio; estos son necesarios porque “no hay
movimiento sin tiempo y espacio”3, ni fuera de ellos, es simplemente imposible.
Por último, y para dar paso al desarrollo medular del texto, propondría que “la conciencia jamás
puede ser otra cosa que el ser consciente, y el ser de los hombres en su proceso de vida real.” 4 Tal
afirmación no es mía; sin embargo, me parece adecuada y suficiente para la comprensión del
1
LENIN, V. Materialismo y Empiriocriticismo. Parte III, p. 266, párrafo 4.
2
Ibíd, p. 265, párrafo 1, líneas 8-9.
3
HEGEL, G. Filosofía de la naturaleza. P. 65.
1
2. ensayo. En adición, me parece adecuado acotar que “no es la conciencia del hombre la que
determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia” 5,
entendiendo como ser social al ser humano en sus interacciones con otros de su misma especie; el
valor de este señalamiento yace en la finalidad de este escrito: dar una respuesta existencialista,
desde todo condicionamiento; tanto para el ser humano en su proceso evolutivo, como para este
escrito que innegablemente impide extender el planteamiento.
El proceso de hominización
Antes de comenzar el desarrollo de esta sección del escrito, es necesario aclarar qué se entiende
por proceso de hominización. Al proceso que se da a lo largo de millones de años, con fuertes
condicionamientos necesarios, al producto evolutivo en el cual el mono paulatinamente se
transforma en hombre; el paso de materia a materia altamente organizada; ese cambio, desarrollo
y transformación que es el producto del movimiento evolutivo, a eso se le conoce como proceso
de hominización.
Para poder explicar este movimiento, me parece sumamente importante partir desde lo que se
conoce como mancha antropoide (sin incluir a esta última) y el origen del desarrollo de la vida
humana, y desde ahí centrarme en cuatro hechos que marcaron y condicionaron su evolución
desde el eslabón perdido hasta el homínido y, posteriormente, dieron partida a la aparición del
Sapiens y sus antecesores y sucesores.
Primero es necesario analizar el modo de subsistir de los pre-homínidos: el nomadismo: caza y
recolección rudimentaria. Esta necesidad de consumo de lo que brinda el ambiente, obviamente
los iba a obligar a trasladarse de un lugar a otro, poco a poco, para poder habérselas con las largas
distancias; esto fue ocasionando una evolución el la pelvis, dando paso, en un proceso de miles de
años, a la bipedización: el cambio de forma de trasladarse; cambio de cuatro a dos patas
inferiores, que evolucionaron de acorde al resto del esqueleto. Esta evolución del esqueleto
completo, se da según el científico (padre de la teoría evolucionista) Darwin por “la ley de
correlación del crecimiento […], la cual sostiene que determinadas formas de algunas partes de un
ser orgánico se hallan siempre vinculadas a ciertas formas de otras partes…”6. Este hecho permitió
una liberación de las dos extremidades superiores, ocasionando una evolución cerebral ante una
nueva incógnita: qué hacer con ellas.
Bien lo expresa el filósofo F. Engels cuando argumenta diciendo:
4
MARX, C. Y ENGELS, F. Oposición entre las concepciones materialista e idealista. P 21, párrafo 1, líneas 12-14.
Las cursivas son mías.
5
Ibíd, párrafo 2, líneas 19-20. Las cursivas son mías.
6
ENGELS, F (1961). Dialéctica de la naturaleza. Editorial Grijalbo, México, p. 144, párrafo 2, líneas 1-5.
2
3. “Estos monos, obligados probablemente al principio por su género de vida, que, al
trepar, asignaba a las manos distinta función que a los pies, fueron perdiendo, al
encontrarse sobre el suelo, la costumbre de servirse de las extremidades superiores
para andar y marchando en posición cada vez más erecta. Se había dado, con ello, el
paso decisivo para la transformación del mono en hombre.”7
En segundo lugar, se encuentra el trabajo. Poco a poco, y a lo largo de una amplia línea de tiempo,
“el número y la disposición general de los huesos y los músculos” 8 se fue modificando “hasta que
la mano del hombre logró tallar en forma de cuchillo el primer guijarro”9. Se fueron dando los
primeros indicios (rudimentarios) de lo que sería la agricultura, una mejora considerable en la
cacería gracias a la realización de instrumentos (armas y otras herramientas) de distintos
materiales. Todo esto gracias a que “se había liberado la mano, quedando en condiciones de ir
adquiriendo nuevas y nuevas aptitudes y la mayor flexibilidad lograda de este modo fue
transmitiéndose y aumentando de generación en generación.”10 “Así, pues, la mano no es
solamente el órgano del trabajo, sino que es también el producto de éste.”11
En tercer lugar, durante esta hominización (la cual tardó millones de años), y de la mano de la
evolución, y gracias a ella, sucedió un hecho de suma importancia: el aumento de la capacidad
craneal. Con el pasar del tiempo, estos organismos en proceso de hominización fueron
desarrollando su cerebro (cerebralización), y esto se dio gracias al aumento de capacidad craneal,
a la evolución, y al habérselas con su realidad (ese aspecto intelectivo que ya comenzaba a surgir;
la conciencia y el inteligir partiendo de ella.
En cuarto lugar, el cambio de su modo de subsistencia (nomadismo), de su alimentación, generó
un gran paso evolutivo: la cerebralización del hombre. Con la sedentarización, la cual se dio
gracias al desarrollo cerebral, se dio un más, un paso más allá en la evolución del organismo
porque paulatinamente fue desarrollándose su capacidad cerebral, su capacidad de inteligir y en
reestructurar el organismo propio (a lo largo de millones de años), y habérselas con su realidad fue
lo que propició este cambio: un nuevo estilo de subsistencia, junto al aprovechamiento del medio
ambiente, del entorno constantemente condicionante. Así es permisible afirmar que “el animal
utiliza la naturaleza exterior e introduce cambios en ella pura y simplemente con su presencia,
mientras que el hombre, mediante sus cambios, la hace servir a sus fines, la domina12” gracias a la
conciencia de la posibilidad misma de hacerlo; la cual se dio por el proceso de evolución de su
cerebro.
7
Ibíd, p. 142, párrafo 3.
8
Ibíd, p. 143, párrafo 1, líneas 17-18. Las cursivas son mías.
9
Ibíd, p. 143, párrafo 2, líneas 7-8.Las cursivas son mías.
10
Ibíd, p. 143, párrafo 2, líneas 11-14.
11
Ibíd, p. 143, párrafo 3, líneas 1-2.
12
Ibíd, p. 151, párrafo 2, líneas 1-3.
3
4. Sin embargo el desarrollo del cerebro no se podía dar sin “la habituación al alimento vegetal
combinado con la carne animal”13, ya que ésta, además de contribuir “esencialmente a elevar la
fuerza física y la independencia del futuro hombre”14, “en lo que más influyó […] fue en el
desarrollo del cerebro, que ahora contaba con las sustancias nutricias necesarias en abundancia
[…] para desarrollarse […] mucho más rápido y de un modo más perfecto”15. “No cabe duda de que
[…] el régimen de desfalco de los medios alimenticios contribuyó poderosamente a convertir al
mono en hombre.”16
Es por todo lo anterior: la bipedización, aumento de capacidad craneal, y junto con los continuos
condicionantes, y la necesidad y la posibilidad de evolucionar; “al repercutir sobre el trabajo y el
lenguaje el desarrollo del cerebro y de los sentidos puestos a su servicio, la conciencia más y más
esclarecida, la capacidad de abstracción y de deducción” 17; por todo lo desarrollado brevemente
dentro este escrito (y un sinfín de aspectos más -los cuales no serán citados en este escrito-), que
se dio el proceso de hominización.
¿Qué es el hombre?
Responder a tal pregunta conlleva mucho estudio (además de atrevimiento y audacia) en el
ámbito de la filosofía. Es importante incluir que va de la mano del llamado “constructo psico-
orgánico” (unión inseparable entre alma –hálito vital-, espíritu –súmmum material del Ser- y
psique –procesos intelectivos superiores del hombre-) que trae intrínseco a sí la concepción del ser
humano en la actualidad, y de el breve bagaje ya presentado sobre el proceso de hominización,
para poder partir hacia una posible respuesta.
El hombre a lo largo de la historia (hombre comprendido como humanidad y aclarando que la
historia es todo lo que ha hecho al hombre lo que es) ha tenido distintas definiciones: esencia
espiritual, existencia material, naturaleza instintiva, determinación perpetua, condicionamiento
eterno, meros procesos económicos, lo que hace (historia), necesidad espiritual, necesidad
material, trabajo, necesidad social (y muchos otros términos que a pesar de que existen no incluiré
en este escrito debido a su complejidad), las cuales van ligadas al “gran problema cardinal de toda
13
Ibíd, p. 148, párrafo 1, líneas 6-7.
14
Ibíd, p. 148, párrafo 1, líneas 9-10.
15
Ibíd, p. 148, párrafo 1, líneas 11-14.
16
Ibíd, p. 147, párrafo 1, líneas 19-20. Las cursivas son mías.
17
Ibíd, p. 146, párrafo 2, líneas 1-5.
4
5. la filosofía, especialmente de la moderna, […] el problema de la relación entre el pensar y el ser” 18,
y que en parte, funcionaron en su tiempo para satisfacer las mentes coetáneas a ellos.
Sin embargo, en la actualidad todos forman parte de un delicioso coctel: el encargado de satisfacer
mi necesidad; lo denominaré posibilidad condicionada.
El hombre una vez en esta realidad, sin importar si su nacimiento fue planificado o un infortunio,
existe. Pero, desde ese primer instante se encuentra condicionado por una serie de factores: el
afecto de sus padres y el tiempo que le dediquen, su alimentación, su salud, el medio de
producción social, la pobreza o riqueza, la buena educación o falta de la misma, entre muchos
otros términos que englobaremos dentro del entorno, o realidad, condicionante (todos los
factores que influyen, tanto positiva como negativamente, en el desarrollo –bueno o limitado- de
la entidad psico-orgánica).
Ahora bien, una vez comprendido el aspecto condicionante, cabe destacar que no estamos (los
seres humanos) determinados a una cruda realidad sin armas; ya que, desde nuestro nacimiento
tenemos la posibilidad del perfecto desarrollo (dentro de las distintas capacidades) de nuestra
entidad. Y para agregar otro plus a nuestro favor, poseemos un cerebro tri-uno (reptil: encargado
de nuestros procesos vitales –común con reptiles-, límbico: encargado de nuestros procesos
emocionales y la conexión psico-somática –común con mamíferos-, y la neocorteza: encargada de
los procesos intelectivos superiores) que se encarga de trabajar en conjunto para ayudarnos a
decidir la proyección de nuestra vida; y sin importar el buen o el limitado desarrollo de estas
armas naturales (igualmente condicionadas por diversos factores), el Sapiens Sapiens tiene la
opción de elegir dentro de la realidad condicionante. Sin dejar de lado que la vida está hecha de
continuas experiencias, cada experiencia de múltiples decisiones, y cada decisión de numerosas
posibilidades.
Por todo lo anterior concluyo que el hombre es una sabrosa mezcla de posibilidad y condición: un
coctel -el cual me satisface, y espero que a algunos coetáneos- llamado posibilidad condicionada
(teniendo en cuenta que la conciencia es la que rige nuestras decisiones, y con ellas, las
experiencias y la vida).
18
ENGELS, F. (1981), LUDWIG FEUERBACH Y EL FIN DE LA FILOSOFIA CLASICA ALEMANA, p. 363, párrafo 4,
líneas 1-3.
5