LABERINTOS DE DISCIPLINAS DEL PENTATLÓN OLÍMPICO MODERNO. Por JAVIER SOLIS NO...
Diferencia entre gobernaza y gobernabilidad
1. DIFERENCIA ENTRE GOBERNAZA Y GOBERNABILIDAD
Gobernanza y gobernabilidad son conceptos muy relacionados; un gobierno eficiente, con alta gobernabilidad será un mejor
moderador de las relaciones de gobernanza, de tal manera que la gobernabilidad es de alguna manera una condición para
promover una gobernanza democrática; a su vez, formas de gobernanza democráticas fortalecerán la gobernabilidad.
En cuanto a la confusión de los términos de gobernanza y gobernabilidad la discusión es mucho más que terminológica, ya que
implica el significado de situaciones diferentes y de concepciones analíticas distintas: el concepto de gobernación se encuentra
fuertemente vinculado al de gobernanza. La gobernanza puede verse como la pauta o estructura que emerge de un sistema
sociopolítico como el resultado conjunto de los esfuerzos de interacción de todos los actores intervinientes; esta pauta
emergente conforma las reglas del juego en un sistema específico o, en otras palabras, el medio a través del cual los actores
pueden actuar e intentar utilizar estas reglas de acuerdo con sus propios intereses y objetivos. La gobernabilidad se entiende
como la cualidad propia de una comunidad política según la cual sus instituciones de gobierno actúan eficazmente dentro de su
espacio de un modo considerado legítimo por la ciudadanía, permitiendo así el libre ejercicio de la voluntad política del poder
ejecutivo mediante la obediencia cívica del pueblo; la gobernabilidad se refiere a la habilidad para gobernar. Si entendemos a los
gobiernos como redes de instituciones políticas, entonces la gobernabilidad sería la capacidad de procesar y aplicar
institucionalmente decisiones políticas.
La gobernabilidad y la gobernanza surgen frente a conflictividades presentes o futuras; toda sociedad tiene sus procesos de
gobernabilidad y gobernanza.
El análisis de la gobernabilidad de un sistema implica el de su gobernanza, es decir, el descubrimiento del mapa de actores, sus
expectativas, sus conflictos y las estructuras y procesos de interacción.
Una de las condiciones para que podamos construir gobernabilidad democrática nacional y gobernanza democrática global es
que recuperemos la conciencia y la confianza en la política como una excelente y civilizadora actividad humana.
Podemos decir que la gobernanza es el arte o la manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo
social, económico e institucional duradero promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad y el mercado de la
economía; desde una perspectiva político-administrativa la gobernabilidad es la cualidad de un sistema social que deriva del
hecho de que los actores estratégicos del mismo consienten en que las decisiones de autoridad se adopten conforme a reglas y
procedimientos determinados.
El concepto de gobernabilidad asume el conflicto entre actores como una dimensión fundamental sin la que no sería posible
interpretar la dinámica de las reglas, procedimientos o fórmulas –gobernanza- llamadas a asegurar la gobernabilidad en un
momento y en un sistema sociopolítico dados. A mayor eficiencia adaptativa de las fórmulas, mayor será el grado de
procesamiento de los conflictos, mejor el aprendizaje colectivo y el desarrollo incremental de nuevas fórmulas y, en definitiva,
mayor calidad de la gobernabilidad existente.
Gobernanza se refiere a la “metapolítica” y concierne a la estructura institucional de la acción política tanto del gobierno como
de los actores de la sociedad civil. Una aproximación del tipo gobernanza debe explorar el potencial creativo de esos actores, y
especialmente la habilidad de los líderes de superar la estructura existente, de cambiar las reglas del juego, y de inspirar a otros
para comprometerse en el esfuerzo de hacer avanzar la sociedad por nuevos y productivos caminos. La gobernanza concierne a
la institucionalización de los valores normativos que pueden motivar y proveer cohesión a los miembros de una sociedad. Esto
implica que es improbable que pueda emerger un Estado fuerte en ausencia de una sociedad civil vibrante.