Este documento presenta una introducción a las características generales de la juventud en España. Describe la juventud como una etapa de transición entre la dependencia familiar y la independencia como adulto. Abarca a personas entre 15-30 años. Señala algunos rasgos comunes como la adaptación al cambio y la importancia del ocio. También destaca la reducción de la población juvenil en los últimos años y la necesidad de adaptar la educación a las demandas del mercado laboral para mejorar la integración de los jóvenes.
Estrategia de prompts, primeras ideas para su construcción
Introducción juvpart
1. INTRODUCCIÓN: CARACTERÍSTICAS Y ASPECTOS GENERALES DE LA JUVENTUD
En primer lugar, es preciso mencionar aquellos informes en los que nos hemos
basado para la elaboración del presente trabajo, los cuales han sido seleccionados en
función de nuestra temática y colectivo. Así, se ha utilizado, principalmente, el “Informe
Juventud en España” de 2008, elaborado por el INJUVE, y también el estudio
realizado por Herrera Menchén, Mª. M.: “La situación social de los jóvenes en
Andalucía” (2003). No obstante, también nos hemos servido de otros documentos y
textos específicos, los cuales serán citados posteriormente, conforme vayan
aludiéndose.
Para comenzar, destacar que el colectivo al que pretendemos estudiar es el de
juventud. Para observar los cambios que se han podido desarrollar en dicho colectivo
es importante prestar atención a los procesos históricos. De esta forma,
tradicionalmente, la juventud se apreciaba como un proceso de transición en el que se
produce una paulatina adquisición de recursos y competencias sociales, una situación
provisional en la que se permanece hasta que se adquieren competencias sociales.
Sin embargo, en la actualidad se describe a la misma, como una etapa vital a la que
se permanece cada vez más tiempo y no sólo un lugar por el que se pasa
provisionalmente. Según Gil Calvo (2001), la juventud es considerada como un
proceso transitorio de emancipación personal que tiene su origen en la inicial
dependencia familiar y su destino final en la conquista definitiva de la independencia
como adulto plenamente integrado en la sociedad, lo que implica disponer de empleo
estable y formar una familia de procreación.
De este modo, cabe añadir que la franja de edad que abarca la juventud puede
comprenderse entre los 15 y los 30 años. Con lo cual se hace difícil describir unas
características homogéneas que puedan definir el perfil específico del grupo de
jóvenes. No obstante, determinados estudios coinciden en señalar algunos rasgos de
personalidad como propios de esta etapa. Uno de estos estudios es el de Eloy Ybañez
(2002) donde se elabora una comparación temporal entre la juventud del año 1995 y la
del 2001, en la que se aprecian ciertas características comunes: adaptación
permanente a los cambios; dificultades para conseguir la inserción laboral; falta de
confianza institucional; solidaridad y tolerancia; rebeldía individual: pasiva y dosificada;
defensa de su libertad de expresión y elección, oposición a las imposiciones; ocio y
diversión como eje central de su estilo de vida; amparo en el resguardo económico y
social del entorno familiar; preocupación por su aspecto físico…
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2. Por otra parte, es necesario poner de manifiesto los cambios demográficos
producidos en la juventud española, y en especial la reducción de la población juvenil
en los últimos años. Esto se observa en el descenso de hasta un 2% del porcentaje de
jóvenes en nuestro país, el cual ha tenido lugar en el periodo comprendido entre 2000
y 2007; pasando esta cohorte de un 22,7% a un 19,7%. Cifras que siguen menguando
progresivamente en nuestra actualidad.
Partiendo de la información anterior, se detallan a continuación distintos
aspectos de la vida de los jóvenes, importantes a la hora de entender la situación
social concreta de este colectivo.
FORMACIÓN, EMPLEO Y MERCADO LABORAL.
Respecto a la formación, observamos que en España existe un mayor
porcentaje de jóvenes dentro de la educación formal que en años anteriores.
Concretamente en Andalucía este porcentaje asciende al 56%, con respecto al 25%
de adultos que tiene finalizado algún nivel de estudios tras la educación primaria. A
pesar de lo positivo de estos datos, vemos que no siempre la consecución de estudios
tanto medios como superiores, garantizan la entrada al mercado laboral, ni la posesión
de unas buenas condiciones de trabajo dentro del mismo.
Estas dificultades son uno de los principales problemas dentro del colectivo de
los jóvenes, que luego repercuten además en otros ámbitos de su vida como el de la
emancipación, en el que nos detendremos más adelante.
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3. A modo de conclusión, exponer la necesidad de una adaptación del sistema
educativo a las exigencias del mercado, para promover la integración laboral y
estabilidad de los jóvenes.
Dicha adaptación podría venir de la mano de una mayor promoción de la
educación formal y no formal, así como de la educación a lo largo de toda la vida.
RELACIONES FAMILIARES Y EMANCIPACIÓN.
En relación con el apartado anterior, vemos que las dificultades de acceso y
mantenimiento en el mercado laboral por parte de los jóvenes españoles, tiene como
consecuencia la dependencia de éstos de sus redes familiares, principalmente. Así,
según el Eurobarómetro de Juventud de 2006, mientras que tan sólo el 5% de jóvenes
daneses o el 6% de suecos, obtiene sus recursos económicos de algún familiar, el
porcentaje correspondiente a países del sur de Europa es muy superior. En España,
este porcentaje asciende al 34%.
A los problemas de dependencia económica,
se une el problema del elevado precio de la vivienda
en la actualidad, lo que provoca que los jóvenes no
tengan posibilidades económicas reales para poder
emanciparse y que, por tanto, se dé un aumento en
la edad media en que ello se produce. Esta situación
nos aleja aún más de la edad media de emancipación de los jóvenes de los países de
la Unión Europea.
Por todo ello, la necesidad principal de los jóvenes en este aspecto sería la
mayor estabilidad del mercado laboral, así como ayudas económicas por parte del
Estado para el fomento de la emancipación juvenil.
EL USO DEL TIEMPO LIBRE Y DE OCIO.
Desde hace tiempo, el ocio ha adquirido la condición de un fenómeno social
que ha pasado a ocupar un espacio central en la vida de los jóvenes, al ser un
mecanismo esencial de socialización, que les permite el desarrollo de la identidad
individual y colectiva, así como de los valores sociales y de los estilos de vida.
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4. La problemática con respecto al uso del tiempo libre y de ocio se produce
cuando los jóvenes asocian este espacio de su tiempo con conductas de riesgo
(consumo de drogas, consumo abusivo de alcohol, relaciones sexuales sin el uso de
métodos anticonceptivos…). Esta situación hace patente la necesidad del desarrollo
de políticas y programas, que garanticen espacios específicos para el ocio joven,
impulsen actuaciones preventivas de los riesgos que el ocio lleva asociados y
fomenten la conciliación del tiempo de ocio con el descanso, entre otras.
ESTADO DE SALUD. CONDUCTAS DE RIESGO. SEXO Y DROGAS.
Los hábitos de vida saludables no siempre garantizan por sí mismos la salud,
pero son fundamentales para adquirirla o mantenerla. Por ello, estos hábitos deben ser
potenciados desde la educación en valores y las actividades encaminadas a la
promoción de la salud para conseguir así, que los jóvenes tomen conciencia de cuáles
son los principales factores de riesgo. El conocimiento de estos factores ayudaría a la
protección de los jóvenes frente a ellos.
Es de destacar que, como se mencionó anteriormente, algunas de las
conductas que más daño causan en la salud de los jóvenes se producen durante su
tiempo de ocio. Entre estas conductas podemos destacar el consumo de drogas, la
conducción temeraria de vehículos, las relaciones sexuales sin protección, los malos
hábitos y trastornos relacionados con la alimentación, y la fijación en las modas y la
estética del cuerpo. De las citadas conductas son especialmente destacables las
relacionadas con el sexo y el consumo de drogas.
Con respecto a la primera, la problemática surge por el desconocimiento en
materia de sexualidad de muchos jóvenes, lo que viene agravado por el paulatino
descenso en la edad de inicio en las relaciones sexuales respecto a años anteriores.
Consecuentemente, esto provoca la no utilización o utilización inadecuada de los
métodos profilácticos, los embarazos no deseados o la transmisión de enfermedades,
como el VIH. En relación al consumo de drogas el problema gira, sobre todo, en
relación al consumo de estas sustancias socialmente aceptadas (tabaco y alcohol), al
provocar su generalización en la sociedad, un inicio precoz de los más jóvenes en su
consumo.
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5. MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y REDES SOCIALES.
Tanto adolescentes como jóvenes se sitúan
a la vanguardia de esta nueva sociedad
tecnológica, de la que se destaca el aumento del
uso de dispositivos como el teléfono móvil o el
ordenador de forma personalizada, permitiendo a
los individuos una conexión constante, lo cual
plantea problemas relacionados con la adicción a
estas nuevas tecnologías o al descontrol sobre la privacidad en la red.
Por otra parte también afectan a nuestro orden social, los cambios que se han
producido en los modos de interrelación de los jóvenes e incluso en sus formas de
participación social y política, cada vez más alejadas de las directrices de las
instituciones formales, tal y como se recoge en los citados informes.
CULTURA CÍVICA Y POLÍTICA. PARTICIPACIÓN Y ASOCIACIONISMO.
Partiendo del las ideas recogidas por el Instituto de la Juventud en “El horizonte
social y político de la juventud española” (Tezanos, Villalón, Díaz, Bravo. 2010),
destacar que este colectivo es bastante favorable al sistema democrático, a pesar de
ser también el sector que más lo cuestiona debido a su funcionamiento. Aunque los
jóvenes tienen en general un manifiesto interés por la política, su participación real en
ella es escasa, siendo evidente entre otras cosas su gran alejamiento de
organizaciones formales como partidos políticos y sindicatos, a causa de la
desconfianza que despiertan. Por tanto, los tipos de participación más representativos
de este sector son los relacionados con el cumplimiento de deberes ciudadanos como
el voto o el desarrollo de debates informales. Atendiendo al libro “Actitudes políticas de
la juventud en España” (INJUVE), hemos de mencionar la gran influencia que tienen
sobre la postura política de los jóvenes, tanto su círculo de iguales como los medios de
comunicación.
En cuanto al asociacionismo juvenil, volvemos a ver cómo el interés de los
jóvenes por el tema supera con creces a su participación real, debido a su alejamiento
con las organizaciones formales. Por ello, la promoción de la participación juvenil debe
ser un elemento clave en las políticas de juventud.
Mencionar, por último, que este tema será desarrollado con profundidad más
adelante, en el punto principal del trabajo.
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