2. Liderazgo
El liderazgo es prioritario en la búsqueda del triunfo y el éxito, todo liderazgo parte
de la potencialidad y cualidades propias, pero debe desarrollarse dentro de una estructura
organizativa. Todo líder debe partir del conocimiento de sí mismo, de su potencialidad y
sus virtudes; pero también de sus debilidades y sus carencias.
Existen personas con cualidades innatas de líderes, el liderazgo también se aprende,
se hace y se ejercita aun cuando estas cualidades facilitan su expresión y desarrollo. Hoy, el
líder tiene que tener una buena salud física y mental, objetivos claros, retos y desafíos,
cultura general, dominio de experticias, valores y decisiones.
La formación del líder es fundamental en cualquier campo y actividad, para su
equilibrio personal y para su relación con el grupo. El estudio y la experiencia permiten
todos los aprendizajes, para enfrentar toda circunstancia y los múltiples retos de la vida.
Los seres humanos y nuestro comportamiento actual es resultado de una serie de
hábitos y “esquema mental” que se ha establecido durante todos nuestros años de
existencia, es por ello que cambiar es difícil, en ocasiones vemos la tendencia de los jefes a
estar con la vista puesta en los números y pocas veces en las personas.
Existen varios tipos de liderazgo de acuerdo con ciertas características como por
ejemplo: el modo de actuar, el modo de tomar decisiones y hasta el modo de interactuar en
un equipo de trabajo. Pero es la capacidad de comunicarse con un grupo de personas, el
poder influir en sus emociones para poder dirigirlos y que compartan las ideas del grupo,
que permanezcan en el mismo y ejecuten las acciones o actividades necesarias para el
cumplimiento de uno o varios objetivos es la mayor virtud de un líder.
Para que un líder sea un buen líder debe siempre ver por los demás, preocuparse por
los interéses de sus seguidores y una persona que sabe tomar decisiones; tomando
iniciativas, esperando ser imitados, debe estar en constante aprendizaje.
Existe gran cantidad de jefes y líderes que son expertos en procesos, en aspectos
técnicos del producto o servicio que se brinda, pero no así con la gente, en otras palabras,
desconocen indicadores que dicen a gritos que las circunstancias están mal a pesar de que al
preguntarles a las personas digan: “todo bien”.