"Lo que tú quieras", biografía ilustrada de Montse Grases.
Carisma de Santo Domingo: Predicación de la verdad
1.
2. Un carisma es un don, fruto del amor
de Dios, que el Espíritu Santo concede
a determinadas personas, no para ellas
mismas, sino para los demás, para la
construcción de la Iglesia.
3. Supone una inspiración, una novedad no
prevista por las leyes vigentes. El carisma es
provocado y producido por una coyuntura
que lo condiciona y justifica, en su génesis y
estructura, dándole una originalidad
imprevista. El carisma tiende a innovar la
Iglesia, que tiene que dinamizar.
5. Cada familia humana tiene sus
peculiaridades y sus notas
distintivas que la hacen
diferenciarse de las demás
Familias.
6. Toda familia religiosa dentro de la
Iglesia se ha formado con unos ideales
de futuro, con un deseo de servicio y
vivencia del Evangelio, según la visión
de los fundadores y las circunstancias
históricas a las cuales querían dar una
respuesta.
7. INTENCIÓN DE SANTO DOMINGO AL
FUNDAR LA ORDEN:
Un órgano de colaboración a la predicación
ordinaria.
• Un instrumento de Evangelización
universal.
• Una comunidad cuya vida colabore
directamente en la proclamación del
Evangelio.
• Un modo propio: la humildad evangélica.
8. El carisma de la Familia
Dominicana es el mismo de Santo
Domingo: "Dedicados por entero
a la Evangelización de la Palabra
de Dios" (LCO. 1,III) Libro de las Constituciones
de la Orden, en SUBSIDIOS O.P., No. 10
9. Cada una de las ramas de la Orden
tiene su carácter propio, su
estatus particular y su autonomía
(Capítulo General de México, 116)
10. La idea de Domingo se halla
sintetizada en la fórmula de Santo
Tomás: "contemplar y trasmitir a los
demás lo contemplado"; contemplar,
alcanzar la verdad en la escucha y en la
comunión con Dios, y compartir con
los demás el fruto de la
contemplación.
11. El papa Honorio III, llama a la Orden
fundada por Santo Domingo, "Orden de
Predicadores". El nombre pone de
manifiesto el fin propio de la nueva
familia religiosa. La predicación
dominicana se ha de entender, en
sentido genérico.
12. La vida dominicana se ha mantenido
viva a través de casi ochocientos
años, porque las bases sobre las cuales
se ha fundamentado son claves dentro
de la vida de la Iglesia, vividas con estilo
y forma propia, bajo la óptica de la
predicación de la verdad.
13. La oración es el primer fundamento
básico de un dominico.
Una dominica sin talante
orante, reflexivo, meditativo, contempl
ativo, es una religiosa con insuficiencia
cardiaca.
(Cfr. Solórzano, un paisaje interior...)
14. El centro de toda la actitud de alabanza, es
la Eucaristía. Ella es resumen y síntesis de
la acción de gracias debida al Padre, fue la
herencia que nos dejó Jesucristo ante de su
misterio pascual. Con la Eucaristía,
tenemos también la liturgia de las horas,
como plegaria comunitaria por el mundo,
por nosotros mismos, por el éxito de
nuestro trabajo, por las personas amadas,
por las necesidades eclesiales y sociales.
15. El segundo elemento o pilar de la vida
dominicana, es la vida comunitaria que,
en la Regla de San Agustín ocupa el
primer lugar: "Lo primero, que es el fin
principal porque estáis congregadas en
comunidad, es que viváis unánimes en el
Señor, no teniendo más que un alma y un
corazón en Dios" (Regla de San Agustín. No. 2)
16. El tercer pilar o elemento fundamental
de la vida dominicana es el estudio .
La "caridad de la verdad” expresa la
esencia del propósito de Santo
Domingo: una vida consagrada al culto
de la verdad amada, estudiada,
contemplada, vivida, predicada,
defendida y testimoniada.
17. La orientación que Santo Domingo
le dio a su vida y a su obra, el
cuarto pilar o fundamento fue la
"vida apostólica«, que evoca a
Cristo que envió a sus discípulos de
dos en dos (Lc 10, 1ss) a evangelizar a
todas las naciones (Mt 28,19).
18. La predicación dominicana tiene las
siguientes características:
• Itinerante
• Pobre
• Universal
• Predicación por mandato (Aceptar
el envío es un acto de obediencia)
19. La inspiración surge en
Domingo de la necesidad de su
tiempo, su ideal es perenne,
porque no está ligado a un
momento histórico particular.
20. El conocimiento y la difusión de
la verdad es la tarea principal
del cristiano de todos los
tiempos, puesto que es la tarea
que se fijó Cristo, quien vino al
mundo "para dar testimonio de
la verdad" (Jn 18,37)