La obstrucción lagrimal en los niños ocurre cuando el conducto lagrimal no está completamente desarrollado al nacer, lo que causa la acumulación de lágrimas. Los síntomas incluyen mejillas y pestañas húmedas, párpados pegados, y ojos enrojecidos. En la mayoría de los casos, el problema se resuelve solo durante los primeros seis meses a medida que el sistema lagrimal madura, pero a veces se requieren tratamientos como masajes, colirios antibióticos o sondaje del conducto.