Entre 1870 y 1930, América Latina experimentó un modelo de desarrollo basado en la exportación de productos agrícolas y mineros. Las economías latinoamericanas se integraron en el sistema económico mundial como proveedoras de materias primas e importadoras de manufacturas. Este modelo estuvo impulsado por la demanda de los países industrializados y las inversiones extranjeras, principalmente británicas. Sin embargo, también generó una gran dependencia económica de los países industrializados y un control externo sobre sectores estratégicos como fer
2. 1870-1930
O A este período se lo ha llamado “era de las exportaciones”, “desarrollo hacia
fuera”, “primario-exportador”, “La Primera Globalización” y de otras maneras
similares. Es que no quedan dudas de que el desempeño del sector
exportador fue el que marcó el ritmo, lo que constituyó el motor de la
dinámica de crecimiento general. Y también es muy claro que esa dinámica
exportadora se basó en bienes agropecuarios o mineros, y que fue
prácticamente nulo el peso de otro tipo de exportaciones.” (p.97)
O
O “Existe actualmente un importante debate acerca de cuán cierta es la
afirmación de que América Latina experimentó una “larga espera” después de
la independencia (1830-1870 aproximadamente), período en el que habría
permanecido estancada debido principalmente a los importantes conflictos e
inestabilidad política internos, y hasta que las fuerzas de lo que hoy llamamos
“la primera globalización” (entendida como el proceso de integración de los
mercados mundiales) finalmente la arrastraran” (p. 18)
O
O “América Latina inicia en el último tercio del siglo XIX un proceso de rápido
crecimiento, que le permitirá ampliar las diferencias con África y Asia, y seguir
de cerca el crecimiento de las naciones desarrolladas (Europa y Estados
Unidos). Al mismo tiempo, América Latina se vuelve más desigual, tanto
dentro de cada uno de los países, como entre ellos.
3. O A) Características económicas
O
O “El desarrollo de las economías de exportación,
que alcanza un auge inusitado entre el fin del siglo
XIX y la crisis de 1930, presentó considerables
variaciones según las diferentes situaciones
históricas de la “larga espera”. De todos modos
hubo una serie de mecanismos comunes a todos
los países, que señalamos a continuación.
O La expansión de las economías de exportación
suponía una estrecha vinculación económica entre
países industriales y países periféricos,
manifestada en:
4. O 1 º –Una división internacional del trabajo entre países
industriales y países productores de materias primas. Los
países industrializados de Europa, y básicamente
Inglaterra, consumen una serie de materias primas
agrícolas y mineras que no pueden, o resulta muy costoso
producir en sus propias fronteras.
O 2 º –Una corriente de capital extranjero, más o menos
considerable según los países, invertido básicamente en
ferrocarriles y comunicaciones, instalaciones portuarias,
bancos y empresas comerciales de importación-
exportación. Las inversiones extranjeras, fueran directas o
préstamos a los gobiernos, requerían el pago de un
servicio, que implicaba un flujo de excedente de la periferia
al centro, desfavorable para la periferia toda vez que
sobrepasaba la entrada neta de nuevas inversiones.
5. O 3 º –Un control total, por parte de los países industriales, de los
circuitos comerciales externos bajo la forma de control de las líneas
navieras y por ende de los fletes, y de las grandes firmas del
comercio de exportación-importación.
O 4 º –Una gran vulnerabilidad a lo que sucede en los centros
industriales, cuyos efectos se hacían sentir en la totalidad de la
economía exportadora.
O De todos estos mecanismos, las inversiones extranjeras cumplen el
rol más importante, ya que son ellas las que insertan a los países
de América latina en un nuevo sistema mundial de dominación: el
capitalismo industrial, ya en marcha hacia su fase monopolista.
Esto implica que las relaciones de dependencia se establecen más
allá de la esfera comercial, afectando a las estructuras mismas de
la producción. (...)
O CARDOZO, Ciro -PEREZ BRIGNOLI, Héctor (1981). Historia
económica de América Latina. Buenos Aires: Editorial Crítica. p.
194
6. O “En América Latina (…) Europa comparte su influencia con los Estados Unidos: “La América
del Sur es una verdadera colonia Américo-europea”. Son básicamente los capitales
extranjeros los que poseen y explotan las riquezas mineras, los servicios públicos y las
escasas industrias existentes.
O La economía es débil, aunque muy especializada en algunos productos de exportación. El
caucho y el café representan el 90% de las exportaciones del Brasil, el café el 53% de las
de Colombia, el estaño el 77% de las de Perú, el azúcar el 77% de las de Cuba, los
productos de la ganadería el 84% de las exportaciones del Uruguay, los productos
petroleros el 74 de las de Venezuela y los nitratos el 75% de las de Chile.
O Es necesario exportar a cualquier precio para pagar los intereses de las deudas: si la
exportación se reduce, la economía del país se derrumba, arrastrando en su caída a la
moneda nacional y, con ella, al gobierno. Éste, desprovisto de medios para influir en los
bancos, se ve obligado a aceptar sus planes y dejarles dirigir la vida económica según sus
intereses.
O El cliente extranjero es, pues, quien impulsa o frena la producción mediante sus compras, y
quien fija los precios. Argentina, el “sexto dominio británico”, es el ejemplo clásico de un
estado que disfruta de una independencia nominal pero que en realidad es la semi-colonia
de un país industrial: las fábricas de conserva son de propiedad inglesa, y son los barcos
ingleses los que transportan a Europa –principalmente a Gran Bretaña-los productos
agrícolas: trigo, carne, cuero, que son exportados, y los que llevan a Argentina los productos
manufacturados necesarios, ingleses en su mayor parte.”Crouzet, Maurice (1967). La época
contemporánea. T. VII Historia General de las Civilizaciones. Destino: Barcelona, p.16
7. O “Al cabo de este período América Latina sería radicalmente distinta
a la de mediados del siglo XIX. La brecha con otras regiones no
desarrolladas aumentó y algunos países latinoamericanos, como
Argentina y Uruguay, se contaban entre los de mayores ingresos
per cápita del planeta.
O Este período concluye al enfrentarse a una serie de cambios
importantes en la economía mundial. La crisis financiera mundial
de 1929 y la resultante Gran Depresión de los años 1930
representaron la eclosión de importantes desequilibrios internos de
las economías desarrollados y del sistema internacional en su
conjunto, algunos de los cuales se comenzaron a manifestar desde
los años de la Primera Guerra Mundial y tendrían, por ende, un
fuerte impacto en algunas economías latinoamericanas desde
entonces” (p.94).
O BÉRTOLA, Luis – OCAMPO, José Antonio (2010). Desarrollo,
vaivenes y desigualdad. Una historia económica de América Latina
desde la independencia. Madrid: Segib. (Disponible en la web)
8. O “Esta economía, complementaria de la economía europea la había organizado en América Latina la
propia Europa, Inglaterra sobre todo (…).
O La Argentina, con sus ferrocarriles y sus grandes instalaciones frigoríficas, explotados por compañías
inglesas, era, en 1914, una colonia financiera de Gran Bretaña (…). Las inversiones británicas en la
Argentina, 319,6 millones de libras esterlinas, eran, en 1913, del orden de las inversiones británicas
en la India y Ceilán en la misma época (378,8). Seguía Brasil, con 148 millones de en los ferrocarriles,
las minas y los cafetales; después México, con 99 millones, en las minas y en los yacimientos
petrolíferos, que Porfirio Díaz había entregado por un pedazo de pan; luego Chile (61 millones de
libras esterlinas), Perú (34,2 millones de libras esterlinas); los otros países de América del Sur
(Bolivia, etc.) suman 25,5, millones de libras esterlinas. Con el capital inglés con los negociantes
ingleses, en colonias mínimas, los súbditos británicos tenían las riendas económicas del país en el
que habían invertido sus capitales (...)
O Menos importante, desde todo punto de vista, son las inversiones francesas, ya sea porque la
producción de capitales excedentes era de fecha más reciente en Francia y de menor importancia, o
porque Francia era más requerida para las inversiones europeas (…). Con inversiones más riesgosas
en papeles del Estado, los capitales franceses son de menor calidad y no contribuyeron tanto como
los ingleses a la transformación de América Latina en un anexo de la fábrica europea (…) el capital
alemán era menos poderoso en el extranjero: 23,5 mil millones de marcos; de los 11 mil millones
invertidos fuera de Europa, 3,8 se hallaban en América Latina (en Brasil, Chile y, sobre todo, en
Argentina).
O Con 30 mil millones de francos oro invertidos, las grandes potencias de Europa Occidental habían
logrado imponerse en la economía del continente. Estas inversiones no dejaron de constituir un
peligro para la independencia de las jóvenes repúblicas. Larga y cansadora sería la enumeración de
las intervenciones armadas que tuvieron como pretexto, a defensa de los intereses europeos.”
CHAUNU, Pierre (1964). Historia de América Latina,
O Buenos Aires, Eudeba, pp.115-117
9. O “La Revolución Industrial europea fue lo que precipitó el cambio en las economías latinoamericanas del siglo XIX. América
Latina había visto reducirse sus vínculos con la economía mundial tras lograr la independencia de Portugal y España (…) Sin
embargo, a fines del siglo XIX la industrialización europea empezó a ocasionar una fuerte demanda de productos alimenticios
y materias primas. Los trabajadores ingleses y europeos, que ahora vivían en ciudades y trabajaban en fábricas, necesitaban
comprar los alimentos que ya no cultivaban, y los dirigentes de la industria, ávidos por extender su producción y operaciones,
buscaban materias primas, en particular minerales. Ambos incentivos llevaron a los gobiernos e inversores europeos a buscar
fuera, en África, Asia y, por supuesto, América Latina. Como resultado, los principales países latinoamericanos pasaron por
una sorprendente transformación a finales del siglo XIX, especialmente desde 1880.
O Argentina, con sus vastas y fértiles pampas, se convirtió en un importante productor de bienes agrícolas y ganaderos: lana,
trigo y sobre todo carne. Chile resucitó la producción de cobre, industria que había caído en decadencia tras los años de la
independencia. Brasil se hizo famoso por su producción de café. Cuba cultivó café, además de azúcar y tabaco. México
empezó a exportar una serie de materias primas, desde el henequén (fibra utilizada para hacer cuerda) y el azúcar, hasta
minerales industriales, en particular cobre y zinc. Centroamérica exportó café y plátanos, mientras que de Perú salieron
azúcar y plata.
O El desarrollo de estas exportaciones fue acompañado de la importación de productos manufacturados, casi siempre de
Europa. América Latina compraba textiles, maquinaria, bienes de lujo y otros artículos acabados en una cantidad
relativamente grande, con lo que se dio un intercambio, aunque los precios de las exportaciones latinoamericanas eran
mucho más inestables que los de las europeas. A medida que progresaba el desarrollo, la inversión de las naciones
industriales, en especial de Inglaterra, fluyó hacia América Latina (…) Hacia 1913, los inversores británicos poseían
aproximadamente 2/3 de la inversión extranjera. Una de las más firmes inversiones era la construcción de ferrocarriles, en
especial en Argentina, México, Perú y Brasil. Los inversores británicos, franceses y estadounidenses también pusieron capital
en empresas mineras, sobre todo en México, Chile y Perú, lo que significó que los latinoamericanos no hubieran de invertir
allí, pero también que el control de los sectores clave de la economía pasara a manos extranjeras. De este modo, a finales del
siglo XIX, se había establecido una forma de crecimiento económico basado en la “exportación-importación” que estimuló el
desarrollo de los sectores de materias primas de las economías latinoamericanas. El impulso y el capital provinieron en su
mayoría del exterior. Con la adopción de esta alternativa, América Latina tomó un camino comercial de crecimiento económico
“dependiente” de las decisiones y la prosperidad de otras partes del mundo.”
O SKIDMORE, T –SMITH, P. (1999). Historia contemporánea de América Latina, Ed Crítica. Barcelona, p.54
10. O “Hasta la Primera Guerra Mundial, la Gran Bretaña fue la fuente principal de financiación.
Los bonos gubernamentales, que fueron la fuente más importante de recursos, fueron
usados en inversiones en ferrocarriles, puertos y, en algunos casos, para financiar las
guerras (principalmente civiles, pero también algunos conflictos fronterizos). Incluyeron
también, al comienzo de cada ciclo, un importante componente de refinanciación, como
parte de los paquetes de reestructuración de las deudas previamente en moratoria. A ello
se agregó la inversión directa en algunos proyectos de minería e infraestructura, entre las
que se destacan los ferrocarriles, especialmente desde las últimas décadas del siglo XIX.
Estas inversiones se transformarían a su vez en una fuente de conflictos cuando
posteriormente fueron objeto de nacionalizaciones. El predominio británico a lo largo del
siglo XIX fue sucedido por el ascenso norteamericano como fuente de capitales que se
inició con operaciones en México y algunos países del Caribe (muy especialmente Cuba).
En 1914 los Estados Unidos tenían ya cerca de un quinto del capital extranjero invertido en
América Latina, con una participación relativamente mayor en la inversión directa. La región
fue, de hecho, un destino temprano del capital estadounidense, representando cerca de la
mitad del total del capital exportado por ese país.
O Al contrario de lo que aconteció con las inversiones europeas, que se estancaron después
de la Primera Guerra Mundial, los fondos estadounidenses continuaron fluyendo durante la
guerra y el decenio de 1920 en forma de inversiones directas en petróleo, minería,
agricultura y, en menor medida, servicios públicos”. (p.137).
O BÉRTOLA, Luis – OCAMPO, José Antonio (2010). Desarrollo, vaivenes y desigualdad. Una
historia económica de América Latina desde la independencia. Madrid: Segib.
11. O B) Características demográficas
O
O “América Latina fue profundamente modificada en su estructura humana. Continente indio y negro
hasta mediados del siglo XIX, la marea de la emigración blanca inundó la zona templada del Sur; la
Argentina, el Uruguay y el Brasil recibieron una masa de inmigrantes que modificó la naturaleza de su
población (…) A diferencia de la que parte para Estados Unidos, esta emigración es esencialmente
originaria de los países latinos del sur de Europa, más de Italia, que de España y Portugal (…).
O Esta segunda conquista humana de América Latina por Europa eligió los países templados,
Argentina, Uruguay, sur del Brasil y, en menor medida, Chile, la parte del continente que la conquista
ibérica, ávida de metales preciosos y de especulaciones agrícolas, descuidó.
O Está unida al prodigioso aumento humano de Europa, a la aparición del buque de vapor, que cambió
radicalmente las condiciones de navegación en el Océano Atlántico entre 1859 o 1870; atravesarlo
deja de ser la gran aventura que, únicamente, intentaban los locos y los desesperados, como lo
acredita la “inmigración golondrina” siciliana, que levanta la cosecha en Italia durante el verano boreal
y en la pampa durante el verano austral, que tienden vías férreas para los capitales europeos, todo lo
que permite valorizar los continentes coloniales.
O Siguiendo el ritmo de la situación económica, agrandada por una crisis en las orillas del Plata, la ola
humana, que se inició con la revolución de mediados de siglo, alcanzó proporciones asombrosas
entre 1900 y 1914.
O En 1910 abandonaron Europa 1.380.000 emigrantes, de los cuales casi la mitad se dirigió al Plata y al
Brasil; después, cuando Europa salió exangüe de la primera guerra mundial, la ola fue disminuyendo
hasta detenerse, casi totalmente, cuando la gran depresión del año 30 golpeó tan duramente la
economía sudamericana.” CHAUNU, Pierre (1964). Historia de América Latina, Buenos Aires:
Eudeba, pp.110-112
12. O C) Características políticas
O
O “En la mayor parte de América Latina la opción era ente la anarquía, el gobierno oligárquico o la
dictadura. La dictadura podía ofrecer estabilidad durante algún tiempo (...) pero nunca se basó en un
consenso general y, por lo tanto, sólo reflejó los intereses de un grupo limitado.
O Al estallar la Primera Guerra Mundial solo un puñado de países (Argentina, Colombia, Costa Rica,
Chile y Uruguay), se habían acercado siquiera a establecer un sistema político representativo, aunque
muy ligado al gobierno oligárquico: pequeñas élites, por lo general con intereses terratenientes,
seguían ejerciendo una fuerza política y económica predominante en toda la región.
O Durante el período transcurrido entre mediados del siglo XIX y la Primera Guerra Mundial las
cuestiones clave del debate político no eran tanto económicas como políticas: liberalismo contra
conservadurismo, centralismo contra federalismo, las relaciones entre la Iglesia y el Estado,
positivismo y organización social, cuestiones raciales, la naturaleza de la constitución, etc.
O Las cuestiones económicas, que han ocupado lugar tan importante en el debate público en la segunda
parte del siglo XX, causaron relativamente pocas controversias después de mediados de siglo XIX. Se
había resuelto la cuestión del libre comercio, se consideraba aceptable un cierto grado de protección
para la actividad interna, y en general se alentaban la inversión y la inmigración extranjera (...) la
política económica se preocupaba ante todo de las necesidades del sector exportador (...) se decía
que un buen desempeño de la exportaciones era la clave del éxito (...)”
O BULMER-THOMAS, Víctor (1998). La historia económica de América Latina desde la independencia,
FCE, México, pp. 66-67
13. O “En primer lugar, se realizaron avances significativos en las llamadas reformas liberales (la abolición final de la esclavitud, la
movilidad de la mano de obra, la generación de un verdadero mercado de tierras reduciendo significativamente diversas
formas de propiedad que limitaban su utilización y apropiación por la vía comercial, y la instalación de sistemas fiscales que
funcionaran adecuadamente).
O En segundo lugar, se consolidaron las estructuras de poder político, que generaron mayor estabilidad institucional que en las
décadas anteriores, aunque no en todos los países ni de manera definitiva. En los casos en que ello se produjo, la mayoría de
las veces fue de la mano de la instalación de gobiernos autoritarios, que hicieron énfasis más en la necesidad de asegurar el
poder de las élites frente a los sectores populares que en la necesidad de proteger a estos últimos e incluso a las propias
élites de los abusos de quienes detentaban el poder del Estado.
O Como resultado de todo ello, se produciría una consolidación de los estados nacionales, que si bien no eliminarían por
completo los conflictos internos ni los internacionales, si los reducirían significativamente. (p.93)”.
O “La consolidación del poder central de los estados nacionales estuvo generalmente cimentada en gobiernos oligárquicos. Se
trataría del fortalecimiento de una coalición de poder que articularía los intereses de los sectores terratenientes (mineros de
ser el caso), el capital extranjero, los agentes del comercio internacional con los agentes, partidos o caudillos políticos que
permanecerían en el poder con alta discrecionalidad pero defendiendo finalmente los intereses de estos grandes actores. La
capacidad de los sectores económicamente poderosos de cooptar a estos detentores del poder era grande, cuando no eran
ellos mismos quienes lo detentaban, al tiempo que se sacrificaban mecanismos formales de control del poder político e
incluso del poder de otras fracciones de las élites, en aras de asegurar el poder frente a sectores populares subordinados.
O Según Halperin (1968), en esta nueva etapa los sectores terratenientes, que habían pasado a ser el sector dominante de la
élite en las décadas posteriores a la independencia, empiezan a perder poder frente a las nuevas élites comerciales y
financieras estrechamente vinculadas al capital extranjero, terminando por configurar lo que él denomina un nuevo “pacto
colonial” (p.114)
O En Uruguay este período es conocido como el del militarismo, en el que tres militares se sucedieron, haciendo valer
finalmente el poder del Estado en todo el territorio, tecnificándolo y volviéndolo más eficiente, también al servicio del llamado
disciplinamiento de la campaña.” (p.115) BÉRTOLA, Luis – OCAMPO, José Antonio (2010). Desarrollo, vaivenes y
desigualdad. Una historia económica de América Latina desde la independencia. Madrid: Segib.
14. O “(...) Este ensayo examina el período caracterizado por el intento que emprende la clase dominante nacional, de crear un
proyecto de gran amplitud, encaminado a asegurar la hegemonía económica, social, política y cultural en el seno de su propio
país.
O Dicho proyecto histórico, tan duradero que aún en nuestros días es posible rastrear sus supervivencias en los diversos
países, se extiende a lo largo de un período relativamente dilatado, con un ciclo vital de ochenta años -entre 1850 y 1930-que
se articula en tres fases.
O La primera fase –de 1850 a 1880 –ve la elaboración del proyecto oligárquico, durante la segunda –de 1880 a 1914-la
oligarquía consolida su proyecto, por último, en la tercera –de 1914 a 1930 –la oligarquía asiste, sin desaparecer como clase,
al rápido desmoronamiento de su propia creación (...)
O A comienzos de la segunda mitad del siglo XIX, América Latina no aparece muy cambiado con respecto a la época colonial
(...) esta semejanza entre tipos sociales pertenecientes a dos momentos históricos distintos nos da una idea de la profunda
continuidad de la evolución histórica antes y después de 1850, pero es preciso observar asimismo que el comerciante, el
propietario de una plantación, el político liberal de mediados de siglo poseen algo nuevo y distinto, algo de lo que sus abuelos
y bisabuelos carecían.
O Existe en cada uno de ellos la neta conciencia de pertenecer a una clase llamada no solo a dirigir la política, administrar la
economía y dominar la sociedad, sino también a proponer a los diversos grupos sociales subalternaos, en contraste con lo
acaecido hasta entonces, un proyecto referente al futuro del propio país: la gran novedad de este período reside justamente
en esta capacidad por parte de la clase dominante de obrar directamente como tal (…)
O Así pues, el período 1850-1880 no se caracteriza por un nuevo orden, por el asentamiento de nuevas bases políticas,
sociales y económicas, como intentaron hacer creer los liberales del siglo pasado (XIX), ni tampoco como han procurado
inculcarnos los historiadores, por una modernización impuesta desde el exterior, aunque sí es cierto que las condiciones de la
economía internacional sirvieron para potenciar estímulos esencialmente de naturaleza interna. El período 1850-1880
representa la fase inicial de la hegemonía oligárquica, es decir, de una clase cuyos orígenes son coloniales, que basa su
poder en control de los factores productivos y que utiliza directamente el poder político para aumentar su dominación sobre
las restante capas sociales (...) CARMAGNANNI, Marcelo (1984). La gran ilusión de la Oligarquía: Estado y Sociedad en
América Latina 1850-1930. Crítica, Barcelona, pp. 193-198
O
15. O “Los cambios económicas y sociales también condujeron al cambio político. Al poner tanto en juego, las elites
latinoamericanas –en especial los terratenientes –comenzaron a interesarse por la política nacional. Ya no se contentaban
con permanecer en sus haciendas feudales y comenzaron a perseguir el poder político. La era del caudillo tradicional estaba
llegando a su fin. Su búsqueda de autoridad política a fines del siglo XIX tomó dos formas básicas (entre 1870 y 1900). En
una versión, se podría pensar en los regímenes como expresiones de la “democracia oligárquica”.
O Los terratenientes y las elites económicas tomaron el control del gobierno de forma directa, como en Argentina y Chile.
Querían construir regímenes fuertes y selectivos, por lo habitual con apoyo militar, y solían proclamar su legitimidad mediante
la adhesión a unas constituciones que se parecían mucho a los modelos europeos y estadounidense.
O En Argentina y Chile hubo una tenue competencia entre partidos que tendían, al menos en esta fase inicial, a representar a
facciones rivales de la aristocracia (…) Un segundo modelo conllevaba la imposición de dictaduras fuertes, a menudo con
cargos militares, para asegurar la ley y el orden; de nuevo, en beneficio último de las elites terratenientes. Porfirio Díaz en
México, que tomó el poder en 1876, es el ejemplo más notable (…) En cualquier caso lo importante era la estabilidad y el
control social. Se suprimieron los grupos disidentes y se contuvo la lucha por el poder dentro de círculos restringidos. Sin
duda, una de las metas básicas de estos regímenes era centralizar el poder, si era necesario quitándoselo a los caudillos
regionales, y crear estados-nación poderosos y dominantes (…). La estabilidad política se consideraba algo esencial para
atraer la inversión extranjera que, a su vez, estimularía el crecimiento económico. Y cuando llegaba la inversión, ayudaba a
fortalecer las fuerzas de la ley y el orden.
O Los ferrocarriles son un ejemplo: los inversores extranjeros se resistían a colocar sus fondos en un país amenazado por el
desorden político; pero una vez que se construían los ferrocarriles, como en el caso de México, se convertían en instrumentos
para consolidar la autoridad central, ya que podían usarse (y lo fueron) para despachar tropas federales a sofocar
levantamientos en casi cualquier parte de la nación.
O Entre 1900 y 1930 las elites de varios países permitieron una reforma política que posibilitó a los miembros y representantes
de los sectores medios acercarse al poder. La idea era conseguir la lealtad de los sectores medios para fortalecer de este
modo la estructura de control y poder de la elite. Por consiguiente, el inicio del siglo XX fue un período de reforma política en
algunos de los países mayores.
16. O Los movimientos reformistas produjeron a menudo una “democracia
cooptada”, en la que la participación efectiva se extendía de la clase alta a la
clase media y seguía excluyendo a la más baja.
O Tales transformaciones solían reflejar los intentos de las elites
socioeconómicas gobernantes por cooptar a los sectores medios en apoyo
del sistema, aunque a veces tuvieran consecuencias imprevistas, como en el
caso de México, donde los acontecimientos trascendieron hasta ocasionar
una revolución completa. Los objetivos de la mayoría fueron limitados.
O Un efecto colateral significativo fue la creación de un cuadro de políticos
profesionales en varios países. Los partidos políticos crearon carreras para
los hombres (las mujeres latinoamericanas ni siquiera tuvieron voto hasta
1929) que pudieran dedicar toda su vida adulta a conseguir el poder político.
Muy a menudo solían representar los intereses de la aristocracia reinante,
pero además formaban un grupos social separado e identificable”.
O SKIDMORE, T –SMITH, P. (1999). Historia contemporánea de América
Latina, Ed Crítica, 2º edición, Barcelona. p.54-63
17. O D) Características ideológicas
O “La rápida expansión de las economías de exportación fue acompañada e incluso precedida
por la victoria de una justificación intelectual para su integración en la economía mundial.
Esta justificación fue el liberalismo, la fe en el progreso y la creencia en que llegaría a la
economía solo mediante el libre juego de las fuerzas comerciales y a la política mediante un
gobierno limitado que maximizara la libertad individual.
O El liberalismo latinoamericano, al igual que la mayoría de sus ideologías, fue algo importado.
Sus fuentes principales fueron Francia e Inglaterra. Sin embargo, a diferencia de estos
países, América Latina no había pasado por una industrialización significativa a mediados
del siglo XIX. Por ello, carecía de la estructura social que había madurado el liberalismo en
Europa, hecho que sin duda iba a hacer algo diferente el liberalismo latinoamericano.
O Los debates clave acerca de la política económica se restringían en gran medida a las
elites, definidas aquí como ese pequeño estrato (menos del 5% de la población) con poder y
riqueza para controlar las decisiones políticas y económicas del ámbito local, regional y
nacional.
O El compromiso de éstas con el liberalismo se veía reforzado por su profunda preocupación
acerca de la supuesta inferioridad racial de sus poblaciones nativas. De modo implícito
aceptaban las teorías racistas al propugnar constantemente fuertes inmigraciones europeas
como solución a su falta de mano de obra calificada.
18. O “(Pero) pronto se descubrió que el liberalismo –tanto político como económico –tenía
deficiencias. Su fracaso ilustra el fenómeno tan conocido en toda América Latina
contemporánea: el préstamo cultural desafortunado o “alineación” según lo han descrito los
nacionalistas de tiempos recientes. Al copiar las instituciones legales y las frases filosóficas
del liberalismo clásico, los latinoamericanos descubrieron que su realidad no se prestaba a
la simple aplicación del dogma. No supieron entender que, en su origen, el liberalismo
europeo fue la ideología de una clase social en alza, cuyo poder económico emergente le
proporcionó los medios para llevarla a la práctica (…)
O De forma específica, todos los profesionales –abogados, médicos, militares de carrera,
funcionarios civiles y comerciantes –constituían un interés urbano. Absorbieron con rapidez
las ideas liberales europeas sin conseguir el poder económico relativo de sus semejantes en
Francia e Inglaterra. Así, aunque no hubieran considerado que sus intereses económicos
eran antagónicos de los del sector agrario tradicional, se hubieran hallado en una posición
débil. Pero a menudo no fue así. Sus vidas solían estar ligadas al sector agrario aunque
vivieran en las ciudades.
O Los ingresos de sus clientes, usuarios y patronos dependían en gran medida de la
agricultura comercial. A su vez, la prosperidad de esta agricultura dependía del comercio
exterior (…) El acontecimiento que transformó esta atmosfera fue el derrumbamiento
espectacular de la economía capitalista mundial en 1929 y 1930.
O SKIDMORE, T –SMITH, P. (1999). Historia contemporánea de América Latina, Ed Crítica, 2º
edición, Barcelona, p.54-63
19. O E) Características sociales
O
O Dentro de América Latina, el rápido crecimiento de las economías de exportación entre 1870 y 1900 llevó a transformaciones
sociales sutiles pero importantes.
O La primera de todas y las más valiosa fue la modernización de la elite de clase alta Debido a estos nuevos incentivos
económicos, los latifundistas y propietarios dejaron de contentarse con realizar operaciones de subsistencia en sus
haciendas; en su lugar, buscaron oportunidades y maximizaron los beneficios, lo cual condujo al surgimiento de un espíritu
empresarial que marcó un cambio significativo en la apariencia y conducta de los grupos de elite. Los ganaderos de
Argentina, los cultivadores de café en Brasil, los plantadores de azúcar en Cuba y México, todos buscaban eficiencia y éxito
comercial. Ya no eran una elite semi-feudal que vivía parcialmente encerrada, sino que se convirtieron en empresarios
decididos. La consolidación del modelo de crecimiento por importación-exportación entre 1900 y 1930 impulsó dos cambios
fundamentales en la estructura social. Uno fue la aparición y el aumento de los estratos sociales medios. Por la ocupación
desempeñada, a ellos pertenecían profesionales, comerciantes, tenderos y empresarios pequeños que se beneficiaban de la
economía de exportación-importación, pero que no se encontraban entre los estratos superiores en cuanto a propiedades o
liderazgo. Los portavoces del sector medio solían hallarse en las ciudades, tenían una educación bastante buena y buscaban
un lugar reconocido en su sociedad.
O El segundo cambio importante tuvo que ver con la clase trabajadora. Para sustentar la expansión de las economías de
exportación, las elites trataron de importar fuerza de trabajo externa (…) la aparición de las clases trabajadoras incipientes
llevó a la aparición de nuevas organizaciones con importantes implicaciones para el futuro. Los trabajadores solían establecer
sociedades de ayuda mutua y, en algunos países, emergieron los sindicatos.
O La naturaleza de la economía latinoamericana estableció el contexto del activismo obrero. En primer lugar, como las
exportaciones eran cruciales, los trabajadores de la infraestructura que las hacían posible –en especial los ferrocarriles y los
muelles –tenían una posición vital. Toda parada laboral suponía una amenaza inmediata para la viabilidad económica del país
y, de ese modo, para su capacidad de importar.
20. O En segundo lugar, el estado relativamente primitivo de la industrialización significó que la mayoría de
los trabajadores estuvieran empleados en firmas muy pequeñas, habitualmente de menos de 25
empleados. Solo algunas cuantas industrias, como las textiles, se adecuaban a la imagen moderna de
enormes fábricas con técnicas de producción masivas. Los sindicatos en cuestión se solían organizar
por oficios y no por industrias. La excepción eran los trabajadores de los ferrocarriles, las minas y los
muelles, que no por coincidencia se hallaban entre los militantes más activos.
O De 1914 a 1927 se contempló el surgimiento de la movilización obrera. Fue el punto más alto de la
influencia anarquista, anarcosindicalista y sindicalista, cuando los capitales de toda nación importante
de América Latina se vieron torpeadas por huelgas generales (…)
O Otro cambio importante durante el período 1900 a 1930 afectó el equilibrio entre los sectores rural y
urbano de la sociedad. Se combinaron la importación del trabajo y la migración campesina para
producir el crecimiento a gran escala de las ciudades.
O En 1900 Buenos Aires se había establecido como “el París de Suramérica” y era una ciudad grande y
cosmopolita con 750.000 habitantes. En total, casi ¼ de la población argentina vivía en las ciudades
con más de 200.000 habitantes al terminar el siglo; lo mismo ocurría en Cuba (…)Sin embargo,
debido al origen nacional o étnico, las clases trabajadoras no consiguieron mucho poder político a
comienzos del siglo XX. Los inmigrantes de Argentina y Brasil no tenían derecho a votar si no habían
conseguido la naturalización, por lo que los políticos podían permitirse no tenerlos en cuenta. (…)
O Esto significó, al menos a breve plazo, que las elites latinoamericanas, mientras promovían la
expansión orientada a la exportación, pudieran contar con una fuerza laboral que respondía sin que
existiera una amenaza efectiva de participación política (aunque las huelgas habían resultado
preocupantes).
O Desde entonces hasta los años veinte o treinta a algunos les pareció contar con lo mejor de ambos
mundos. SKIDMORE, T –SMITH, P. (1999). Historia contemporánea de América Latina, Ed Crítica,,
Barcelona, p.54-63