1. Canción de un requiebro
_____________________________
En los días lentos,
planeando por tirabuzones de papel,
despierta del cabello
la más avivada
cualidad de las mujeres con ingenio.
¡No te pierdas de él!
Ni aunque se retire un momento.
Rayáis el día de mañana.
La niña de gala, de cara espontánea,
odalisca en mi mirada.
Se cala por saberse
hija de bendición
de una digna enamorada.
¡No te pierdas de él!
Ni aunque se retire un soplo de tiempo.
Pulís la noche de mañana.
No vaya a suceder,
por impertinencias soleadas,
insolencias bien regadas,
o el languidecer de una planta en tierra ácida,
que manera de querer desmesurada
tan solo se puede romper.
¡No te pierdas de él!
Ni aunque se retire a solas.
Adornáis el amor de mañana.
Tanto por ti como por él
los relojes enfermos vigilan.
No avanzan por ahogo,
ni retroceden por placer.
Hacen con lentitud un amanecer
y más parsimonioso cualquier requiebro.
¡No te pierdas de él!
Sábado, 18 de agosto de 2018
Félix Sánchez
Un ciudadano más.