1. So pájaro
Avecilla tan granuja por el aire,
hasta ser alimaña olisqueando pelajes.
El aire sube frío, errático cuando agache.
No hay sangre en su sangre,
ni llanto en sus lágrimas.
Se bate en solitario; contra otros rebaños es fino, largo y cánido.
Relamiéndose el hocico, espesando su cola de pelo turbio.
Dispuesto cuando pueda para asaltar con sus dientes afilados.
Le importa solo la presa,
nunca el terreno es impedimento.
Salta, aterriza y mutis de la escena.
El botín siempre solo.
La captura sin su hatajo.
Comes de tus fauces cerrando el pico.
¡Un momento!, entre mucha zorrera y tanta zorrería:
¿acaso está hecho un pájaro?,
porque mostrarse tan carnívoro
con cualquier otra especie distinta
le hace ser de mal agüero.
No posees ni una sola pluma blanca.
Porque todo el mal es comestible,
por eso con ahínco vuela a la espera de alimento.
Porque andarse con picos pardos,
le hace tener pico, aunque cace con las garras de sus manos.
Porque merodear el nido de los vecinos
es de pájaros clandestinos.
Aun así, el mal de cualquier carroñero,
allá donde el aroma le atrae,
es donde sin remisión se cae,
con el cepo de los que tienen miedo,
aprisionando su cobardía entre barrotes de condena.
Ha caído como un zorro;
Ha volado como un pájaro.
Félix Sánchez
lunes, 27 de mayo de 2019
Un ciudadano más.