Trasluz de nieve

1. Trasluz de nieve
e visto entre las espinas cómo importa más intensificar la
herida del conflicto en lugar de atenuarlo, reconociendo lo
peregrino en un camino lleno de episodios mezquinos, fango
en el obligo, de infierno frío e indolente. Asoma la cola del diablo por la
pegajosa sombra. Y eso explica mucho del que constantemente dice que dice,
pero mucho más cuando el discurso pincha su piel con más piel, tapadera de
un suceso imposible. No necesitar la palabra es muy útil para dar coba, ya
empieza a bailar la escoba trenzando por debajo de la manta, _ante la verdad:
alfombra blanda_, lo que algún día pasó en la tiniebla de una farola. Como
agua guardadita en una hereje esponja, parece el tapiz de una nariz
prolongada, alejándose de raíz con un acrobacia vaporosa. No son estornudos
al ruborizarse, sino gotas encadenadas sin forma ni rumbo hacia ninguna
parte de la trola. Sopla y sopla, que cuanto más se sopla, no es que más lejos
esté, es que menos invisible pernocta, sin embargo cada vez menos se ve.
Promesas de leche que se empañan sin café. Muy usado ignorar que no está
exento el interrogante de dejar su disfraz, reflejado al final, en el limbo al
terminar, cualquier consulta en su trasluz de nieve.
Se derrite al preguntar.
Jueves, 23 de enero de 2020
Félix Sánchez
Un ciudadano más.
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