1. Marta, otra hoja de este otoño...
Este texto que es un acta de emersión, es la última y única herramienta que
me ha quedado en realidad por probar hoy, lunes 10 de diciembre de 2018.
Restan 21 días para finalizar el año. No sé el porqué se me ocurre esto ahora, será
que lo importante a veces es marcar la diferencia. Además de resultarme la fecha
familiar. Tal día como hoy, en 1990, recibió el premio Nobel de Literatura uno de
mis poetas preferidos, Octavio Paz. Me viene al pelo un poema que titulaba
Salvas:
“Torre de muros de ámbar,
solitario laurel en una plaza de piedra,
golfo imprevisto,
sonrisa en un oscuro pasillo,
andar de río que fluye entre palacios,
dulce cometa que me ciega y se aleja...
Puente bajo cuyos arcos corre siempre la vida.”
He sido testigo de una situación desagradable. De violencia verbal hacia
una mujer. Marta se llama. Con un mensaje hiriente. Hacia las 11:45h. de la
mañana, caminaba por la ronda algo apresurado. Terminando de resolver una
llamada, hasta ese momento tenía su importancía. Sin embargo, de improviso
tengo que dejar aparcada la conversación, haciendo partícipe del suceso a mi
interlocutora. Oigo unas voces feroces desde la otra acera. Allí, en frente, delante
de mí un varón, joven, se encontraba gritando con el teléfono en la mano. A pesar
de la intensa circulación de vehículos, sus gritos molestos cruzaban el tráfico y me
alcazaban perfectamente. Supongo que a Marta con mayor estrépito e
intimidación por el auricular. _¡¡Por mis muertos que aunque vaya a la cácerl, tú
vas pa'lante!!_de una forma nítida, profería envilecido_. ¡¡Marta, no me jodas...,
Marta!!, te vas a enterar.
Ante tal escenario, me hice el despistado cuando ambos coincidimos en
pararnos en la siguiente esquina de la manzana. Yo ya había cruzado salvando la
montanera de hojas leonadas y rojizas, y él había continuado empujando el carro
de limpieza viaria. Aquel con el que pertrechan al personal admitido en el plan de
empleo o bolsa de trabajo de operarios de servicios múltiples. No sé con
exactitud. Lo que sí sé es que la indumentaria es un traje reflectante de alta
visibilidad y estaba recogiendo un suelo repleto de otoño.
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2. Con un tono de voz más bajo, nada moderado por la prolongada
recriminación, aunque igual de mezquino en el trato, proseguía la conversación
tósiga. Por lo visto, y esto lo convierte en algo subjetivo, por tanto sospechoso de
tendenciosidad, Marta había sacado a pasear al perro. De él o de ambos, parece
instrascendente en ese momento. Debido a un infortunio, o vete tú a saber por
qué, el can había mordido a un tercer sujeto vecino de ellos. Marta le llama para
contárselo. Al considerar que podría ser denunciado, entra en cólera contra ella.
Y estaba yo pensando en si debía de hacer algo más, o continuar con mis
quehaceres con ese sostén de cotilla entremetido que me haría callar y olvidar.
Por cuya conducta podría ser descrita de atracción malsana por lo que carece de
gusto. A ti qué más te da. Ya tienes algo que contar en cualquier congregación de
brujos o hechiceras.
No mirar hacia otro lado, es una cuestión humana. Apelar a la
concienciación de cualquier ciudadano. Participar activamente contra la violencia
de género y practicar un comportamiento cooperativo, sin confrontación, porque
rechazemos la violencia en todas las formas en que se manifiesta. No ser
cómplices ni testigos mudos. Detectar y condenar las variopintas expresiones de
violencia machista. Dar un paso al frente como hombres que rechazamos con
conciencia los privilegios que tenemos sobre la mujer. Y que cada cual, mujeres u
hombres, con su identidad y derecho individual, sin constructos culturales
perniciosos, sean libres de elegir su propio modelo de persona y vida relegado de
la identidad de género que nos ha impuesto un sistema patriarcal, nada venerable
en sus cimientos. Y que a la mayoría de los hombres también nos perjudica.
Son las más recientes máximas de la nueva avanzadilla de prevención y
eliminación de la violencia de género. Para que queden marcadas como auténticas
sentencias en nuestro lenguaje habitual, comportamiento diario y modelo
educativo con mirada de futuro. Más alto. Más en la calle. Más a la cara. Más tipos
de ciudadanos. Más diverso. Más juntos. Más acorralados. Para ser mentores de
todos esos niños y niñas que acaben interiorizando lo que significa ser
irrespeturosos contra una niña o mujer, contra ese prójimo, pariente o compañero
igualmente digno. Tratando de ver y comprender cuáles son esas actitudes y
acciones, que incluso inadvertidas, son caldo de cultivo del sexismo y de la
violencia.
Sin estar muy seguro de si debía hacer algo o no, pues decidí contarlo,
preguntarlo e incluso consultarlo. Cuando lo conté percibí resignación en un caso,
e indiferencia por la chanza respondida en otro. Cuando pregunté percibí cierta
congestión con el tema. Sin embargo cuando lo consulté, en concreto a la policía
local y a la policía nacional, percibí una disposición lisonjera que me supo a poco.
Me sentó hasta mal, porque el detalle, la pormenorización y la especificación de
todo el lance, se esfumó de mi capacidad por contrarrestar situaciones de
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3. violencia. Quedé contrariado, pero al mismo tiempo con mente avizora. _Hace
usted muy bien en llamar, pero lo que nos está describiendo no es algo que
podamos considerar como objetivo _concluyó el agente, y mi consulta reducida a
llamada saliente_. ¿No sabrá usted el nombre de esa persona?
Acabo de entender a un nivel superior cuál es el problema de la violencia de
género. Acabo de entender que es una responsabilidad de todos. Profundizar en el
cuestionamiento de cómo somos hombres, y cómo somos mujeres libres de los
valores varoniles más disfuncionales, nos es obligado. Nos permitirá avanzar,
evolucionando a formas de existir y convivir independientes de las fórmulas de
explotación e imposición hegemónicas de un sexo sobre otro. Para muchas
personas pensadoras, autoras y defensoras en esta materia, ya lo denominan la
revolución psicológica y afectiva del varón. Somos la causa raíz, y el problema ya ha
sido focalizado para los restos de la vida. Donde ya solo quedan 21 días para
finalizar el año.
…Y aquí surge en definitiva, este acta de emersión como una herramienta
más y múltiple que he encontrado para objetivar un problema: montones de hojas
caídas en el suelo.
Lunes, 10 de diciembre de 2018.
Félix Sánchez.
Un ciudadano más.
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