1. GRILLA DE LAS
BIENAVENTURANZAS
Colocá cada pedacito en su lugar para leer frases
relacionadas con las bienaventuranzas que nos
llevan a la felicidad. Luego piensa por qué esas
actitudes nos hacen felices.
La hojitade los niños
Año XIX • nº 1.339 • 29 de enero de 2017
¡La buena noticia para todos! • Domingo 4º durante el año
Mensaje de La
Palabra de Dios
para esta semana
Jesús nos dijo que los
bienaventurados, los
felices no son los que
tienen riquezas ni po-
der. Son los que buscan
la justicia, la paz, los
que aman y son miseri-
cordiosos.
¿Qué felicidad quere-
mos nosotros? ¿Dón-
de tenemos puesto el
corazón?
F
E
L
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C
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P A C C I AO S
M B R EJ U S T F I C O
P E R S E G U I P O B R
O S C A P AHA S
L I G I D O I E N T E
U M N I AI N S U L T A
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2. La Biblia, el libro de la Palabra de Dios
Las lecturas de la misa del domingo
Segunda lectura: 1Corintios 1, 26-31
ermanos, tengan en cuenta quiénes son los que han sido lla-
mados: no hay entre ustedes muchos sabios, hablando huma-
namente, ni son muchos los poderosos ni los nobles. Al contrario, Dios
eligió lo que el mundo tiene por necio, para confundir a los sabios; lo que
el mundo tiene por débil, para confundir a los fuertes; lo que es vil y despreciable y lo
que no vale nada, para aniquilar a lo que vale. Así, nadie podrá gloriarse delante de Dios.
Por él, ustedes están unidos a Cristo Jesús, que por disposición de Dios, se convirtió para
nosotros en sabiduría y justicia, en santificación y redención, a fin de que, como está
escrito: “El que se gloría, que se gloríe en el Señor.”
H
eguían a Jesús grandes multitudes que llegaban de Galilea, de la
Decápolis, de Jerusalén, de Judea y de la Transjordania.
Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se
acercaron a él.
Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:
“Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los
Cielos.
Felices los afligidos, porque serán consolados.
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el
Reino de los Cielos.
Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda
forma a causa de mí.
Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el
cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron.”
Evangelio: Mateo 4, 25—5, 12.
S
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3. —La tarea para la casa debería estar prohibi-
da, -dijo Priscila ni bien llegó a su casa. Más
aún, la tarea ridícula, debería estar penaliza-
da.
—¿Qué te pasó?— preguntó la tía que la re-
cibía en su casa cuando la dejaba el micro de
la escuela. Tranquilizate,
ahora vamos a tomar la
merienda, jugamos a las
cartas… Me tenés que
dar le revancha a la Es-
coba. Después, cuando
venga a buscarte tu ma-
má, conversarán lo de la
tarea.
La tía Julieta sabía que
cuando Prisci se ponía
de ese mal humor era
inútil hablarle. Mejor era
distraerla un rato, hacerla respirar profundo,
otros aires, recrearla con algo que le gustara
y más en frío, encarar el tema.
Por eso, le propuso merendar en el balcón,
sentadas sobre almohadones… con subma-
rino bien calentito, viendo el atardecer. La
tía vivía en el piso 15 de un departamento
orientado al oeste. Era increíble ver cómo el
sol se escondía detrás de la ciudad. A las dos
les gustaba calentar las manos con la taza de
leche caliente donde se iba derritiendo poco
a poco la barrita de chocolate.
Cuando la tía sintió que su sobrina estaba
calmada, como al pasar, como algo sin impor-
tancia, le sacó el tema.
— Che... ¿Cómo te fue en la escuela?
—¡La maestra tiene cada ocurrencia! Quiere
que le hagamos una entrevista a alguien feliz
que no sea de la familia. Algún vecino, comer-
ciante… Yo le dije que eso no lo podía hacer
sola, que mis padres trabajan todo el día…
¿Y sabés qué me contes-
tó? ¡Una linda actividad
para hacer un domingo!
Lo que menos queremos
hacer un domingo es ta-
rea. Y, además, esa tarea
es ridícula, para qué nos
pide eso.
Julieta tampoco enten-
día para qué podía servir
esa tarea, pero se puso a
pensar a quién conocía
que fuera feliz. El gato se
subió sobre sus piernas y comenzó a ronro-
near. ¿Se podría decir que el gato era feliz?
Era una pregunta que no podía responder, se
lo veía cómodo, le gustaba vivir en su casa,
¿pero era feliz?
—¿Y, tía, se te ocurre alguien a quién entre-
vistar?
En ese momento sonó el timbre. Era Marta,
la vecina. Marta era ciega y vivía con su hijo.
Trabajaba en una oficina pública, en la mesa
de entrada. Era la que mejor asesoraba a los
que llegaban confundidos, sin saber dónde
comenzar sus trámites. Ella los calmaba y les
decía paso a paso, siempre con una sonrisa,
lo que debían hacer. Esa tarde había vuelto
El cuento
¿Quienes son felices?
de María Inés Casalá y aportes de Andrés Pisano Casalá • Dibujo de Hania Kollenberger
Si deseás contactar a la autora podés escribirle a: inescasala@gmail.com
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4. del trabajo un rato antes porque no se sen-
tía muy bien. Entró a su casa rápidamente
para ir al baño y dejó caer las llaves de la
puerta de entrada. Por más que las buscó no
las encontró; quería ir a hacer unas compras
y no podía salir sin las llaves.
Julieta y Priscila fueron hasta su casa y las
encontraron debajo de uno de los sillones.
Marta les agradeció y ellas regresaron al
balcón; con el sol ya escondido, el chocolate
se había enfriado.
Al rato, nuevamente sonó el timbre. Era Mar-
ta que les traía unas exquisitas frutillas, gran-
des, rojas, dulces… La invitaron a pasar y se
sentaron en la cocina a comer las frutillas con
jugo de naranja y pedacitos de banana.
Priscila no paraba de hablar y de pregun-
tarle cosas. La tía se puso incómoda frente a
algunas de las preguntas, pero como Marta
se reía y contestaba todo con entusiasmo, se
mantuvo a un lado.
Cuando llegaron los padres a buscarla, entre
otras cosas, le preguntaron si tenía tarea.
—Sí, pero ya la hice, sólo me falta pasarla en
limpio.
www.sanpablo.com.ar
La hojita de los niños. Semanario religioso infantil de uso litúrgico. No reemplaza el uso de los leccionarios.
Nihil Obstat: Conferencia Episcopal Argentina. Imprimatur: Arquidiócesis de Buenos Aires. Edita: Sociedad de San Pablo.
Propietario Sociedad de San Pablo (Paulinos). Registro Nacional de la Propiedad Intelectual: nº 5.233.004 del 29/5/2014
Dirección: P. Aderico Dolzani. Redactora: Inés Casalá.
Dibujos: Hania Kollenberger (cuento). Gladys y Margarita «Las Melli» Pérez.
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¿Por qué Priscila dijo que había
hecho la tarea?
¿Qué necesitás para ser feliz?
29 de enero:
San Pedro Nolasco
Nació en 1189 en Barcelona, España.
Se le apareció la Virgen María pi-
diéndole que fundara una orden que
se dedicara a la Redención de los
Cautivos. La palabra “redención” sig-
nifica “pagar un rescate”. Estos res-
cates eran pagados por los cristianos
capturados y vendidos como esclavos
a los musulmanes. El 1O de agosto
de 1218 creó la Orden de la Merced,
que en lenguaje medieval significa
“sentimientos de misericordia” hacia
el cautivo que sufre.
Curiosidades de la Hojita
por Gladys y Margarita Pérez
Las Melli
Para pensar y
conversar después
de leer el relato
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