2. 1. La pregunta por el
conocimiento
“Muy propio del filósofo es el
estado de tu alma: la admiración.
Porque la filosofía no conoce otro
origen que éste…”
(Platón, Teeteto, 155d.)
Toda filosofía, o más
bien, toda actitud
filosófica, comienza con la
admiración. Todos hemos
sentido admiración alguna
vez en nuestras vidas, sobre
todo si hemos tenido la
suerte de presencias algo
extraordinario. La
admiración filosófica, sin
embargo, es ante las cosas
ordinarias que ocurren en el
día a día. Una de ellas es el
conocer: ¿Qué queremos
decir al decir que
conocemos?
3. • Para encaminar mejor esta reflexión,
tengamos en cuenta lo siguiente:
cuando conocemos algo, de algún
modo lo poseemos dentro nuestro. Esto
se entiende incluso con el ejemplo más
simple: yo puedo pensar en el lápiz de
mi amiga incluso cuando no lo estoy
mirando. Lo puedo imaginar
perfectamente bien, recordando el
color exacto de su tapa, su marca, los
daños que tiene por el uso y otros
detalles.
4. Lápiz
Torre Eiffel
Botellas
Esfinges
Flores
Gatos
Ese lápiz que mi amiga
tiene, yo lo tengo en mi
mente: no
materialmente, como mi
amiga, pero he
conocido su lápiz y por
tanto puedo pensar en
él cuando me dé la
gana. Esto se aplica a
todo lo que
conozcamos, y por eso
es que podemos pensar
en muchas cosas que
sólo hemos visto una sola
vez o que no tenemos
en frente.
5. Y
las cosas van más allá todavía:
imaginemos que no conocemos ningún
otro lápiz además del de mi amiga. Sin
embargo, alguien podría aparecer con un
lápiz distinto al suyo, digamos, que me lo
regale para mi cumpleaños. Yo no me
sorprendería y diría “¿qué es esto que me
regalaste?”, sino que lo reconocería como
un lápiz y daría las gracias. Esto es porque
de algún modo he extraído la idea general
de lo que es un lápiz, y ahora puedo
reconocer todos los otros lápices.
6.
Fijémonos con atención
en lo que esto implica.
Poseemos lo que
conocemos, pero, ¿lo
poseemos
materialmente? El lápiz
que conozco, ¿lo poseo
dentro de mi cerebro
como una copia más
pequeña del lápiz
original? ¿O será que lo
poseo inmaterialmente
dentro de mí? Pero, de
ser así, ¿cómo es que el
lápiz de mi
amiga, claramente
físico y palpable, llegó a
estar inmaterialmente
dentro de mi cabeza?
“…la diferencia entre los seres
que tienen conocimiento y los que
no lo tienen, estriba en que estos
últimos no tienen más que su
propia forma, mientras que a
aquéllos les es connatural tener
también la forma de otra
cosa, pues la especie de lo
conocido se encuentra en quien
conoce”
(S. Th. I, q. 14, a. 1)
7. Son
estas preguntas por el conocimiento
las que despiertan el asombro filosófico
que siempre se ha considerado como el
primer paso para la filosofía. Muchos
filósofos han intentado dar respuesta
estas preguntas. Hoy estudiaremos a uno
de los más importantes: Santo Tomás de
Aquino.
8. 2. Santo Tomás
de Aquino
•
Tomás de Aquino nació en
Italia el año 1225. Desde joven
tuvo muy clara su vocación
religiosa, a la que su familia se
oponía enérgicamente, tanto
que su padre y sus hermanos
decidieron encerrarlo durante
un año tentándolo con una
vida mundana. Finalmente su
padre muere, y entonces
Santo Tomás finalmente entra
a la orden de los Dominicos,
donde dedicó toda su vida al
estudio, a la docencia y a la
redacción de sus textos.
9. Tomás
de Aquino se adhiere
notablemente a la filosofía de
Aristóteles, a quien en sus escritos llama
“El Filósofo”, siguiendo su pensamiento
realista. Esto quiere decir que afirma que
la existencia real de la esencia de las
cosas, y que puede ser conocida por
nosotros.
10. 3. Ideas
preliminares a
su teoría del
conocimiento
Antes de entrar de lleno a la
explicación que da Tomás de
Aquino respecto a cómo
conocemos, veamos unas
cuantas ideas preliminares que
hay que tener en mente:
11. •
Entendimiento como tabla
rasa: En la época de Tomás
de Aquino era normal
inscribir textos en tablas de
madera o algún otro
material. Que el
entendimiento sea como
una tabla rasa significa que
es como una tabla en la
que nunca se ha inscrito
nada: es como una página
en blanco. Cuando
nacemos no hay nada
anterior prescrito en nuestra
mente, de manera que al
conocer, no estamos
recordando algo que ya
sabíamos desde antes, sino
que lo que conocemos es
nuevo para nosotros.
12. Experiencia
como comienzo de todo
conocimiento:
Con “experiencia” me refiero a nuestro
contacto con el mundo, a lo que nos viene
dado por los sentidos: lo que vemos, tocamos,
oímos, gustamos y olemos. No podríamos
conocer nada si no tuviéramos contacto con
el mundo exterior, y ni siquiera las
elucubraciones más complejas podrían
llevarse a cabo sin el primer paso que dan los
sentidos. Pues, sin ellos, ¿cómo sabríamos que
existe un mundo?
13. •
Realismo: el hombre
conoce las esencias de las
cosas
Ya lo mencioné antes: santo
Tomás, como filósofo realista,
sostiene que la esencia de las
cosas existe y que el hombre
puede conocerla. Pero la
esencia, ¿qué es? Pues es lo
que algo es. La esencia de una
cosa es lo que hace que esa
cosa sea precisamente eso y
no algo más.
Aristóteles ya había señalado que
conocemos las esencias de las
cosas de este mundo.
14. Conocimiento como abstracción de
nociones universales
Esto ya lo explicamos con el ejemplo del
lápiz: cuando conozco un lápiz, ya puedo
reconocerlos todos. ¿Por qué sucede
esto? Pues porque mi conocimiento, sin
que yo me dé cuenta, ha extraído lo
universal de la noción de lápiz. Sé que
cualquier instrumento que sirva para
escribir del modo en que lo hace el lápiz
de mi amiga, se podrá llamar también
“lápiz”, y esto es porque al conocerlo he
extraído aquello que es universal para
todo lápiz. Y de hecho, aunque es
imposible pensar que podamos llegar a ver
todos los lápices del mundo, todos aquí
podemos decir con confianza que sin
duda podríamos reconocer la gran
mayoría, descartando lápices con diseños
disparatados.
15.
Problema del
conocimiento
Aquí surge lo que le
provoca problemas a todos
los filósofos: ¿cómo es que
esa cosa que he
conocido, física y externa a
mí, se ha vuelto inmaterial y
ha entrado a mi mente?
¿Cómo es que el lápiz, que
en sí mismo no tiene nada
que lo pueda volver
inmaterial (y por tanto
inteligible, puesto que no
podemos pensar que haya
un lápiz material dentro de
nuestro cerebro cuando
conocemos) se vuelve
inmaterial cuando lo
conocemos? ¿Qué clase de
proceso podría ocurrir para
que algo así ocurra?
16. Las
respuestas que todos dan, aunque
son de índoles muy diferentes, siempre
tienen algo de misterioso. La que ofrece
Tomás de Aquino no es la excepción: el
proceso que explica el conocimiento es
llamado abstracción.
17. 4. Proceso de
abstracción de
las esencias:
entendimiento
agente y
entendimiento
paciente
El
proceso
llamado
abstracción es el
que Tomás de
Aquino plantea
para dar solución
al problema que
acabamos de
exponer.
Sigámoslo paso a
paso.
18. Nuestro entendimiento
tiene dos facultades
que permiten identificar
dos momentos en la
abstracción. Sin
embargo hay que tener
cuidado, pues no es
que tengamos dos
entendimientos: nuestro
entendimiento es uno y
el mismo, pero para
poder entender cómo
es que conocemos,
Santo Tomás realiza esta
división que es
puramente mental y no
real.
Lo mismo ocurre con los
dos momentos que
identificaré a continuación:
no es que se den en el
tiempo, como que en el
minuto 1 se dé el primer
momento y en el minuto 2
el segundo. Es algo
instantáneo que hemos
dividido para poder
comprenderlo.
19. Las dos facultades de nuestro entendimiento son:
El entendimiento
agente
y
El entendimiento
paciente
20. El
entendimiento agente
es el que hace que la
cosa, material y por lo
tanto ininteligible para
nosotros, se vuelva
inmaterial e inteligible.
Santo Tomás dirá que
ilumina la cosa con su luz
para formar una primera
imagen, llamada especie
impresa.
• Esta primera
imagen es
confusa, pues
todavía no hemos
conocido la cosa
con toda la
precisión, pero ya
es inmaterial y por
lo tanto la
podemos
conocer.
21. El
entendimiento agente es la respuesta
que da Tomás de Aquino al paso tan
misterioso que hay entre la cosa material
y nuestro conocimiento inmaterial de la
misma cosa, afirmando que “lo que el
entendimiento primero entiende es lo que
el entendimiento primero forma con un
conocimiento confuso y actual”. Es un
conocimiento actual porque ya está en
condiciones de ser conocido por
nosotros, y es entonces cuando actúa el
entendimiento paciente.
22.
El entendimiento paciente toma la especie
impresa y trabaja sobre ella, quitándolo todo lo
que tiene de particular y
contingente, quedándose así con su esencia: con
lo que es universal y necesario, lo que contiene
bajo lo que llamamos concepto o especie
expresa.
Con nuestro ejemplo del lápiz, sería ya esa idea
de lápiz en la que podemos pensar cuando
queramos y que nos hace reconocer no sólo el
lápiz de mi amiga, o el que me regalaron, sino a
todos los posibles lápices que podría llegar a
conocer.
23. Se
puede ver un resumen de lo recién
visto en la siguiente tabla:
Cosa
Entendimiento
agente
Especie impresa
Entendimiento
paciente
•Sobre ella actúa el...
•Que produce la...
•Sobre ella actúa el...
•Que finalmente produce el...
Concepto