1. Universidad panamericana del puerto
Facultad de ciencias económicas y sociales
Cátedra Análisis y Toma de Decisiones.
Escuela Contaduría Pública
¿Qué decisiones tomar ante la crisis
venezolana?
AUTORA:
Marian Barbieri
FACILITADOR:
Luis Gómez
Puerto Cabello, 16 Junio del 2019
2. INTRODUCCION
Desde hace más de una década, Venezuela está inmersa en una profunda crisis que
presenta aspectos muy diversos. A partir de la quiebra del modelo económico sustentado en
la dependencia de los ingresos de la exportación del petróleo y en la centralidad económica
del Estado, en la última década se han experimentado diversos fenómenos políticos que han
puesto de manifiesto el grave deterioro del sistema democrático inaugurado en 1958. Lo
que durante al menos tres décadas fue una situación de relativo excepcionalismo
democrático en América Latina, ha dado paso a una coyuntura política especialmente
crítica, también medianamente excepcional en la región, pero de signo contrario. La
política económica, desde que en 1983 aparecieron los primeros signos de quiebra del
modelo existente, se ha dirigido sin una línea conductora clara y firme, siguiendo unas
veces las consignas internacionales que reclamaban una menor intervención pública en lo
económico y un ajuste estructural de signo neoliberal, mientras que en otras ocasiones ha
estado marcada por la resistencia numantina a cambiar el modelo precedente. Entre tanto, la
dependencia del mercado exterior del crudo ha generado momentos de relativo respiro
económico con coyunturas de agravamientos de la situación financiera del país, que tiene
efectos más allá de la progresión imparable e impresionante de la devaluación del bolívar
con respecto al dólar americano.
Este aspecto económico y financiero de la crisis venezolana ha tenido un reflejo
dramático en el descenso de la calidad de vida de sus ciudadanos, de manera que no sólo
han aumentado las desigualdades sociales, sino que el deterioro en la situación económica
ha sido generalizado entre las clases medias y bajas. Políticamente, la crisis presenta
numerosos frentes y muy diversas interpretaciones. De alguna manera, se podría señalar
que desde hace ya una década se vienen experimentando distintas soluciones extremas que
reduzcan la enorme brecha abierta entre las instituciones políticas y los problemas sociales
y económicos de la población venezolana. Los frentes en los cuales se refleja esta crisis se
agrupan en torno a las dificultades de la representación política y alrededor de los
problemas de gobernabilidad política del país.
En cuanto a los primeros, la crisis de representación tiene un significado más profundo
que la dificultad de los dos partidos tradicionales de articular y canalizar los problemas de
los ciudadanos, sino que se refleja así mismo en los enormes obstáculos y límites que
presentan las nuevas formas de organización política, tanto en su vertiente de nuevos
partidos políticos como de asociaciones ciudadanas de todo tipo. En lo referente a los
problemas de gobernabilidad, no solamente se está insistiendo en la enorme dificultad o
incapacidad de los sucesivos gobiernos para desarrollar políticas que atajen la
profundización de los diversos problemas que atenazan al país, sino que ni siquiera en los
dos últimos lustros han existido instancias de gobierno con la suficiente autoridad,
3. autoconfianza y apoyo social y político como para poder desarrollar soluciones a los
mismos.
¿Qué decisiones tomar ante la crisis venezolana?
Ante la situación de crisis económica, política, social y de valores que vive el país en
estos momentos hay situaciones claras y otras complejas. En la medida en que hagamos un
esfuerzo para comprender esa realidad con criterios hermenéuticos dialecticos en esa
misma medida tendremos mayor posibilidad de ser asertivos en nuestras tomas de
decisiones políticas; es de entenderse que un partido político fundamentalmente toma es
decisiones políticas, las mismas van a estar orientadas por las metas y objetivos (tesis
políticas y programas) del partido y condicionadas por su capacidad organizativa,
comunicacional y de movilización que dicha organización tenga en su debido momento.
Ahora bien, una decisión política en circunstancias como la que presenciamos
actualmente requiere de mucha reflexión crítica. Toda decisión del partido debe concretarse
en acciones (de la naturaleza que se requiera) políticas tomando en consideración el
objetivo de la toma del poder para desarrollar el programa que se sostenga como propuesta
para la sociedad en el cual desarrollamos nuestra práctica política. Entendemos que lo
anteriormente expuesto debe estar bien claro para nuestra dirigencia. Entonces entremos en
materia.
Lo de la gravedad y profundización de la crisis económica, política y social del país está
tan clara que desde el año pasado comentaristas, astrólogos, brujos, opinadores de oficio,
estudiantes de economía, economistas, politólogos, políticos, politiqueros y todo aquel
ciudadano con un mínimo de sentido común anticipó todo lo que hoy está ocurriendo en el
país.
Ante tal situación, todo partido que realmente se plantee tomar el poder debe
preguntarse ¿QUÉ HACER?, qué hacer en lo político, en lo organizativo, en movilización y
en comunicación con la sociedad, sobre todo qué hacer en circunstancias de crisis aguda
como la que vivimos actualmente en Venezuela.
Veamos, nuestra sociedad hasta muy breve tiempo estaba completamente polarizada
entre Chavistas y opositores. Como consecuencia del fracaso del modelo económico
rentista petrolero del socialismo del siglo XXI dejado al descubierto por la baja en los
precios del petróleo por un lado y la perdida de capital político por parte del oficialismo
como consecuencia de la desaparición de Hugo Chávez por otro, se produjo una situación
dentro de los seguidores chavistas que pasaron a un nivel que podemos llamar chavistas
inactivos, los cuales se caracterizan por reconocer que su militancia activa en el oficialismo
se debía al liderazgo de Hugo Chávez pero no al de Maduro, en consecuencia la defensa del
gobierno , sobre todo en crisis que también los afecta, nunca será en la misma proporción
que si estuviese Chávez vivo. Es por ello que en varias encuestas el apoyo a Maduro cae a
4. un promedio de un 20% y la responsabilidad de la crisis se le otorga en un 70%, factor que
jamás paso con el líder del chavismo.
Debemos recordar que en las elecciones presidenciales del año 2012 la diferencia entre
Chávez y Capriles fue de 11% a favor del primero, pero apenas seis (06) meses después la
diferencia entre Maduro y Capriles fue de apenas un 1%. Hoy, si las elecciones se
realizaran en estos instantes la ventaja para el candidato que representara al sector
democrático seria de por lo menos 12% y con tendencia a aumentar, según la última
encuesta de la empresa Keller realizada el cuarto trimestre del 2014, es obvio que con los
tres problemas más grave y sensible para todo el pueblo: escasez, costo de la vida y
delincuencia en pleno proceso de agudización la pérdida de apoyo político al gobierno de
Maduro-Diosdado se acentúa.
Debemos reconocer que el sector democrático se ha movido frente a la población entre
lo electoral y el enfoque economicista del problema, lo que tiene que ver con la formación
de la ciudadanía democrática se ha dejado a un lado, y por otro lado entender que la
situación ye está por explotar ha llevado a cultivar el espontaneamos de las masas buscando
de esta manera forzar una salida, tal como sucedió con la estrategia política denominada La
Salida, la cual sin organización, concientización y dialogo con el pueblo más humilde y con
los sectores vulnerables al final terminó en acciones foquistas de sectores de clases medias
que le dieron la oportunidad al régimen para justificar una política altamente represiva y de
criminalización de la protesta la cual se expresó en más de cuarenta venezolanos muertos ,
miles de detenidos y aún más de cien (100) presos políticos. (Es de hacer notar que en Cuba
quedan menos de sesenta presos políticos).