c3.hu3.p1.p3.El ser humano como ser histórico.pptx
fuente 8
1. ENTREVISTA
EZEQUIEL
HECHA
PADILLA,
AL
PRESIDENTE
PUBLICADA
EN
DE LA REPÚBLICA
MÉXICO,
D. F.,
LOS
POR
DÍAS
EL
12
y
SENADOR
13
LICENCIADO
DE ABRIL
DE
1935
Al encontrarme frente al señor presidente evoco uno de sus pensamientos más certeros en la propaganda electoral: "Porque si en el seno de una administración
pública -dijo el general Cárdenas en su discurso de protesta como candidato presidencial- los hombres llamados a colaborar en ella actuaran con divergencia de
criterio, sin ideología común y sin disciplina, llevarían indiscutiblemente al fracaso
a la mejor de las ideas y al más bien meditado plan de gestión."
-Los primeros meses de su administración se han señalado por una agitación incesante en las organizaciones obreras y por una propaganda extremista, cuya
consecuencia ha sido la más grande zozobra en todos los intereses creados. Si sólo
pudiéramos dar voz a un vasto sector de la opinión, la oiríamos razonar de esta
manera: todos son auspicios extraordinarios para México en estos momentos; la
paz y el orden dominando en toda la República, en contraste con el resto del munE. P.
153
2. do nublado de amenazas --en Europa y en Asia sólo se oye el ruido de las bayonetas-;
el comercio exterior aumentando considerablemente en nuestro país; la
minería en un auge creciente y con perspectivas de muchos años de una bonanza
sin precedente; el turismo, que es un filón más rico que la misma minería, anheloso de desbordarse en nuestro país; centenares de millones de pesos en los bancos
esperando su aplicación: México estaría destinado a ser un remanso de prosperidad en el mundo, si el gobierno quisiera alentar con su política el entusiasmo
de la producción y el trabajo. Hay un hondo anhelo de confianza y en un país
presidencial como México, nadie puede satisfacerlo con más autoridad que el presidente de la República.
PRESIDENTE
cÁRDENAS.
-Tengo
la conciencia de la oportunidad de engrandecimiento que representa para México esta época excepcional y estoy resuelto a que
la nación se aproveche de tan favorables condiciones.
-Todo el arte de un hombre de Estado reside en saber combinarse con la
fortuna. El período presidencial de usted puede pasar a la historia como el constructor de nuestra grandeza económica.
E. P.
PRESIDENTE
cÁRDENAS.
-No hay que olvidar, señor licenciado, que una gestión
presidencial no cabe en una sola enunciación; es más complicada y reclama para
ser justamente aquilatada, la simpatía humana que muchas veces sólo el tiempo
y los resultados evidentes pueden despertar. No vivimos en los tiempos en que basta
fundar una "prosperidad" a secas. Correríamos el peligro del porfirismo; creyó
que estaba afianzando la prosperidad y sólo estaba preparando la revolución. No
podemos entrar al franco período de seguridades sin destruir los viejos moldes de
una injusta organización económica.
adie en estos tiempos discute ya la justicia social. Ésta es un avance consumado de la conciencia universal y muy especialmente de nuestra Revolución
Mexicana. El dilema no se plantea ya entre el laissez faire y el comunismo; sino
categóricamente entre la economía bien dirigida y el caos.
E. P. -
PRESIDENTE
cÁRDENAS.
-y una economía bien dirigida reclama como base fundamental hacer justicia a las clases trabajadoras.
'. P. -Lo
que realmente siembra la inquietud es la lucha que muchos miran como
indecisa en nuestra política, entre el comunismo por una parte como sistema activo de gobierno, y por la otra el sistema de ideas socialistas que sustenta la Revolución Mexicana.
PRESIDENTE
sen -dentro
154
-El gobierno nunca es responsable de lo que digan y piende nuestras libertades constitucionalesgentes ajenas a su adminis-
CÁRDENAS.
3. tración, En todos los países del mundo los portavoces de las distintas escuelas
económico-sociales propagan sus doctrinas con más o menos libertad. Por mi parte,
en mis discursos de propaganda, en mis declaraciones presidenciales y en mis opiniones personales, siempre he protestado mi lealtad a la Constitución y al plan
sexenal, y estoy seguro que nadie podrá señalarme una sola frase en la que haya
declarado al comunismo como mi doctrina o como la inspiración de mi política.
En este salón he recibido numerosas comisiones de obreros. Ninguno de ellos,
hasta ahora, me ha hablado, en sus conflictos con el capital, de soluciones comunistas, y cuando los he constreñido a definir su ideología, se han declarado ajenosa este sistema que no responde a las cond~ciones propias de nuestro país. /
-En su discurso inaugural conminó usted al pueblo a apartarse de las agitaciones innecesarias, y después de cuatro meses de gobierno el país está sacudido por
constantes movimientos de huelga. En el sector sensible de la producción se considera con desaliento esta circunstancia.
E. P.
CÁRDENAS.
-Yo considero como una fortuna de mi administración el
que estos movimientos reivindicatorios de los derechos esenciales de los obreros se
hayan producido al principio de mi gobierno. Todos hemos propagado, defendido
y sustentado en la tribuna y en la prensa y en todas las formas de la lucha social, el
derecho de los obreros y campesinos a elevar sus normas de vida con mejores salarios, tierras propias y condiciones de trabajo más justas, y cuando de las palabras
pasamos a los hechos, los espíritus timoratos se asustan. A menos de haber hablado
con una grande insinceridad, no es posible hacer otra cosa que cumplir las justas
promesas. En cuanto a mí, todos deben saber que no es mi manera la propia para
ser instrumento de una prosperidad fundada en la explotación injusta de las clases
trabajadoras.
PRESIDENTE
-Pero una vez realizados los reajustes necesarios entre el capital y el trabajo,
¿usted cree que la empresa particular podrá contar con las seguridades y garantías
necesarias para sus inversiones y legítimas ganancias?
E. P.
cÁRDENAS.
-Más que nunca. Sólo entonces un empresario debe sentirse seguro de la lealtad y la cooperación de sus obreros. Por otra parte, la industria tendrá entonces verdaderas bases durables de prosperidad, porque los altos
salarios y las nuevas normas de vida de los trabajadores, constituirán la masa de
constantes consumidores, sin la cual ninguna economía puede cimentarse definítivamente.
PRESIDENTE
E. P.
-¿Y
cuándo considera usted que llegará ese momento?
CÁRDENAS.
-Tengo
motivos para afirmar que estamos pasando el
punto culminante de las reclamaciones obreras. Desde luego, en todas las empresas
donde se ha logrado ya un reajuste, sería inexcusable que volviera a perturbarse
PRESIDENTE
155
4. el equilibrio establecido. Dada nuestra industria tan limitada, podemos prever que
en breves días habrán terminado las reclamaciones justificadas. Dos grandes beneficios se experimentarán en brevísimo plazo. Por otra parte, todas las empresas
quedarán sometidas a iguales normas desapareciendo esa nociva competencia que
las empresas logreras puedan hacer a las que cumplen generosamente con nuestras
leyes. Por otra parte, un sentimiento de equidad hará de los obreros colaboradores
sinceros y leales de la producción. Si a esto agrega usted los esfuerzos que estamos
haciendo para que en un plazo, no tan breve como el de los reajustes industriales,
pero que no excederá de dos años, quede totalmente terminado el problema agrario, se dará usted cuenta de las perspectivas de tranquilidad y de seguridad que
ofrece la explotación de la riqueza en México.
-Todo lo que usted ha explicado, señor presidente, desnubla una de las malas inteligencias de un sector impaciente de la opinión que razona así: las fuentes
vitales de la liberación económica de México, son el presupuesto y la iniciativa
privada, y en definitiva, sólo la iniciativa privada, ya que el presupuesto se nutre
con los rendimientos de aquélla. Sin embargo, la política del gobierno parece hacer
todo, menos fomentar el espíritu de empresa y el estímulo de la iniciativa particular. Se recuerda que en resumen, el bienestar de un país se funda en la síntesis
y la sinergia de todas las fuentes vitales y que, si entre nosotros hemos rechazado
el_comunismo, como lo prueba el mismo fraccionamiento
e tierras eJl a es, ya
que no podría el gobierno con una mano aumentar diariamente la e ueña propiedad e a tierra y con a o ra sus entar un sistema de negación de la ro I ad,
por falta de reari
ara onstltUl e Estado patrón, sólo..queda como
fuerza económica la i~iciativa particular sometida a una economía bien diri.&da.
Ninguno de los objetivos perseguidos por la Revolución puede alcanzarse sin capital; las tierras repartidas no bastan; se necesita el crédito, la irrigación, la maquinaria, es decir, el capital; las leyes obreras,. para que no sean letra muerta y
sus beneficios puedan extenderse, reclaman industrias, es decir, el capital, sin el
cual aquéllas no pueden fundarse ni explotarse; todos los proyectos generosos que
la Revolución sostiene de salubridad, de educación, de redención de las clases trabajadoras, necesitan el capital. El plan sexenal y la independencia económica de
México, sin capital, son una impostura. Ningún discurso extremista puede cambiar
estas verdades.
E. P.
I
PRESIDENTE
cÁRDENAS.
-De acuerdo, debemos combatir al capitalismo, a la escuela liberal capitalista que ignora la dignidad humana de los trabajadores y los derechos de la colectividad; pero el capital que se ajusta a las nuevas normas de
justicia distributiva, que garantiza buenos salarios y cumple los derechos esenciales
de las clases trabajadoras, ese capital merece plenas garantías y el estímulo del
gobierno.
E. P. -Recuerdo
que una vez en Zitácuaro pregunté a usted por qué en su campaña presidencial hablaba usted a los trabajadores de sus derechos sin referirse nunca a sus deberes frente a la comunidad. En esa ocasión, usted me contestó que
mientras los obreros no realizaran sus derechos, sería una ironía hablarles de de-
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5. beres. Por eso me parece lógica y rectilínea su actitud de usted al afirmar ahora
que una vez realizados los reajustes necesarios entre el capital y el trabajo, sería
el momento de recordar a las organizaciones de trabajadores, que existe la colectividad y que sin el sentimiento de solidaridad social, correríamos el riesgo de
establecer un socialismo bastardo que consistiría en un mal entendido beneficio
de sectores muy limitados en detrimento de la gran masa social y de la potencia
económica de la nación, sin la cual los derechos de los obreros no tienen consistencia.
CÁRDENAS. -Yo
estoy seguro de que estamos en el momento de esperar
de los obreros una conducta de solidaridad y de cooperación inteligente y patriótica
para afirmar la prosperidad general de la República. Los reajustes pronto estarán
terminados y desde ahora he comenzado a invocar el sentido de la responsabilidad
a los líderes y organizaciones obreras, como en el caso de Atlixco, para que en lo
sucesivo eviten luchas infecundas o injustificadas que les restan capacidad para
su mejoramiento social y fuerza moral, puesto que en casos de esa naturaleza,
estorban la prosperidad del país. Confío también en que los empresarios, con un
amplio espíritu de comprensión de la política de justicia social que sustenta el
gobierno, cooperen eficazmente a prevenir nuevos conflictos. Los impacientes, los
indisciplinadcs, no tienen derecho a comprometer las oportunidades de México.
No debemos olvidar que somos los continuadores de una política de tradición iniciada desde el comienzo de la Revolución en una marcha de reivindicaciones escalonadas, limitadas siempre por las objeciones de la realidad.
PRESIDENTE
-Estas declaraciones son útiles para las mismas organizaciones obreras que
fácilmente pueden dejarse seducir por caminos contrarios a la ley, como la acción
directa y el sabotaje.
E. P.
PRESIDENTE
CÁRDENAS.
-Tengo
la conciencia de mi responsabilidad como presidente de la República. Nadie podrá impunemente violar la ley dentro de mi
gobierno.
-¿Cree usted que el capital extranjero debe sentirse garantizado en México?
En realidad, los intereses extranjeros nunca han sido tan quebrantados en nuestro
país, como lo han sido en los mismos Estados Unidos, en donde podemos citar
como uno de tantos ejemplos la sola "cláusula del oro" que les representa un quebranto de miles de millones de dólares.
E. P.
CÁRDENAS.
-Nosotros estamos en la imposibilidad de asumir empre- /
sas que reclaman grandes capitales, porque no hemos tenido la oportunidad de
acumularlos; por este motivo el capital extranjero será sin duda bienvenido por
todo mexicano consciente, cuando al invertirse en México, reconozca a los trabajadores sus derechos económicos, no trate de ponerse por encima de la ley, ni pretenda privilegios sobre los propios mexicanos. Nada más útil que el capital que
viene dispuesto a participar de nuestros propios destinos. Naturalmente, sin olvidar
que en las bases de nuestra política económica está el no confiar exclusivamente
PRESIDENTE
157
6. a las empresas extranjeras la explotación de las riquezas naturales de nuestro país.
Yo he dicho que el régimen de economía colonial que se caracteriza en esencia por
la falta de capacitación del espíritu de empresa de nuestros nacionales, debe desaparecer. Para ello es necesario desenvolver la organización de cooperativas integradas por trabajadores capacitándolos económicamente. Considero este punto del
programa sexenal como uno de los más importantes, y mi administración pronto
hará conocer a la nación los casos concretos que están en vías de realizarse. Las
riquezas naturales en México son vastísimas. No es necesario pensar en ataques
ilegales a industrias ya establecidas que deben gozar de las garantías constitucionales, sino en la directa explotación inicial de las fuentes inexplotadas de riqueza.
Por último, deseo recordar la conveniencia para integrar la economía nacional, de
asumir directamente por el Estado la producción, sin fines de ganancia, de algunos
satisfactores como los implementos agrícolas y combustibles aprovechando nuestras
grandes reservas nacionales en zonas carboníferas y petrolíferas, para distribuirlos
como servicio social. Ya están en estudio proyectos conducentes a esta finalidad.
-Deseo hablar al señor presidente con toda claridad. Él tiene la superioridad
moral bastante para oír la verdad. Todo jefe de Estado desea oírla, pero siempre
ha sido difícil para ella abrirse paso entre los cortinajes presidenciales.
Siempre he creído, estudiando la historia y la actuación de los gobiernos perdurables y constructivos, que nunca es aconsejable la política que humilla los sentimientos del pueblo. Un partido debe convencer, enseñar, persuadir. Nos asombramos de que la colectividad obedece medidas tan drásticas y destructivas de intereses como el in come tax en Inglaterra, donde alcanza en algunas ocasiones hasta
un 80% de las ganancias, o como en los Estados Unidos en donde el programa
de la NRA quebranta fabulosas fortunas. Y no podrían llamarse serviles a los pueblos de estos grandes países. Es que antes de poner en práctica sus medidas, los
gobiernos hacen su propaganda apelando a los sentimientos de cooperación; educan, convencen, persuaden, y en nombre de un destino común, la comunidad se
sacrifica noblemente. Sólo así puede organizarse el entusiasmo nacional, sin el cual
toda construcción es raquítica.
La propaganda de los enemigos del gobierno descansa en la afirmación de que
. en materia religiosa y educativa se ha ido más allá de lo que las consideraciones
arriba expresadas aconsejarían.
E. P.
PRESIDENTE
CÁRDENAS.
-Toda
lucha contra el fanatismo -lucha que la Revolución Mexicana no podrá cancelar sin traicionar sus propios fines-, está desgraciada e ineludiblemente vinculada a las creencias religiosas. De ahí la confusión.
La Revolución Mexicana y mi gobierno que la representa, no pretende ni quiere
atacar la conciencia religiosa de México. Los excesos que pudieran haber ocurrido
durante la lucha, son males inherentes a toda acción política y corregibles dentro
del justo sentido de nuestros principios definidos y de nuestras libertades públicas
garantizadas por la Constitución.
E. P. -Otro
de los capítulos de constante inquietud, es la diaria version de divisiones y desacuerdos entre los hombres representativos de nuestro partido.
158
7. cÁRDENAS.
-Ese amarillismo de la opinión, se desacredita por sí solo.
Toda lucha exige renovación -si no se quiere caer en la putrefacción de las organizaciones políticas-e- lo cual origina resentimientos, falsas interpretaciones, esperanzas aviesas de los enemigos. Pero en el caso nuestro, puedo asegurar que se
mantiene incólume la unidad de la Revolución y que sus hombres más representativos continúan reforzando con su cooperación y patriotismo la acción del gobierno de la República.
PRESIDENTE
E. P. -Una
de las formas de disciplina de nuestro partido, debería ser la previa
aprobación, por los órganos respectivos, de los importantes proyectos de ley que
se llevan a las cámaras. Mi experiencia personal me ha enseñado los peligros que se
corren a merced de ciudadanos y representantes que nunca faltan en las asambleas, que tratan de improvisarse una equívoca popularidad con proyectos demagógicos en detrimento de las fuentes de producción y del bienestar de la colectividad. Desearía citar a usted un caso concreto en el que estoy interesado como
senador por el Distrito Federal: la campaña que con el nombre de Leyes de Inquilinato se trata de realizar en contra de las construcciones. Datos estadísticos, perfectamente irrefutables, muestran que entre albañiles, peones, carpinteros, herreros,
yeseros, electricistas, pintores, obreros de las fábricas de mosaico, piedra artificial,
minas de arena, fábricas de ladrillo y tabique, hornos de cal, fábricas de cemento,
almacenes de material eléctrico, aserradero s, fundiciones, transportes, etc., etc., hay
en el Distrito Federal un promedio de cuarenta mil obreros dedicados a la construcción, lo que equivale a decir que hay cerca de 200 mil personas, incluyendo
las esposas e hijos de los trabajadores, cuyo bienestar depende de la industria de la
construcción. Ahora bien, con el propósito demagógico de aparecer como defensores de los humildes, se prohíjan proyectos extremistas y desorbitados, de leyes de
inquilinato, cuyo resultado ha sido la parálisis progresiva de esa industria, la más
importante del Distrito Federal. La inversión de construcciones en la ciudad de
cuarenta millones de pesos anuales no sólo trae el beneficio de veintinueve millones
de pesos en salarios repartidos a los trabajadores, sino también el que las viviendas
infectas desaparezcan, las rentas, con la abundancia de los apartamentos modernos, se reduzcan. Los demagogos encuentran más fácil destruir una industria floreciente que sostiene con buenos salarios millones de hogares y permite con los ingresos a la Tesorería del Departamento Central resolver eficientemente el mismo
problema con la construcción de casas para obreros, formular con el estudio y la
independencia un sistema de seguros forzosos o de servicios sociales precedentes
para proteger los casos lamentables y justificados de insolvencia, ante los cuales el
Estado no debe cerrar los ojos.
PRESIDENTE
cÁRDENAS.
-El partido en efecto debe de rodear de todo género de
garantías de aciertos, a la obra de legislación nacional, cuidar de que los proyectos
de ley que afectan los grandes intereses de las clases trabajadoras sean bien meditados, que agoten las informaciones que puedan ilustrarlos, a efecto de que no se
dé el caso de que lejos de rendir beneficios, produzcan daños mayores que los
que se trata de remediar. Y para evitar estas precipitaciones, deben los órganos
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8. responsables del partido estudiar y meditar los proyectos de interés que se discutan
en las cámaras.
-Entre las campañas envenenadas que se han formulado contra el gobierno
de la República, se destaca la que ha afirmado que la educación socialista combate el hogar mexicano y la organización de la familia. En realidad, se explica
que en las grandes urbes industriales, donde por una parte la vida en las fábricas
separa a los padres de los hijos, quebrante los lazos afectivos, y por la otra el Estado puede fácilmente, por la aglomeración humana, recoger a los niños en casas
de asistencia infantil y educarlos por su cuenta, la idea de entregar la vida y el
cuidado de los hijos directamente al Estado, es factible. Pero en un país como
México, de escasa vida industrial y con familias dispersas en los campos y donde
los afectos del hogar son la defensa y el tesoro sentimental más alto y más hondo
de la vida social, la idea es absurda.
E. P.
PRESIDENTE cÁRDENAS. -Ésta
es en verdad una de las más pérfidas campañas contra nosotros. El gobierno piensa lo contrario de estas falsas imputaciones, tratando
de fortalecer los lazos de familia, haciendo del hogar una institución protegida
contra la miseria, la desocupación, la insalubridad que desgarran la vida de millones de hogares humildes de la República. Para mí, nada hay más respetable
que el hogar de la familia campesina, donde hemos sido con frecuencia testigos
de escenas de sacrificio materno, de amor fraternal y filial, que no siempre se observan en las aristocracias urbanas. Por eso mi resolución esforzada de proteger
con garantías prácticas, por medio de la elevación del salario, del aseguramiento
de los derechos obreros, de la extirpación de los vicios, de la campaña contra la
insalubridad, el destino de las familias de los trabajadores, entre quienes, repito,
el cariño de padres, hijos y hermanos no está empañado por los intereses mezquinos
que frecuentemente dominan las relaciones de las familias adineradas y que por
tanto constituye, como usted dice, un tesoro sentimental del pueblo que debe resguardarse.
E. P. -Estamos
sumergidos en un diluvio de frases soviéticas; y entre esas frases,
-ninguna más peligrosa que la que abjura de la patria. Para entrar en el paraíso
comunista, creen los mal informados que no han leído las últimas noticias de la
URSS, que es necesario renegar de su patria. Yo recuerdo el discurso de usted
en Monterrey, en el que hizo sentir el estremecimiento de la auténtica emoción
nacional al invocar el nombre de la patria. Es en este recinto presidencial donde
sin duda debe sentirse el interés superior de la patria, desviándola de las vías funestas, como un altísimo imperativo.
-Todo
intento de destrucción de ese sentimiento,
que es
el lazo común de todos nosotros, ha fracasado, porque no se puede destruir lo que
responde a una realidad nutrida en la tradición y en la historia. En nombre de
esa realidad mexicana tan potente es como me sostengo en mi labor incansable,
susceptible de errores, pero en la que concentro lo mejor de mis energías. Ese in-,
terés superior de la patria es lo que me coloca más arriba de los intereses particuPRESIDENTE CÁRDENAS.
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9. Iaristas, atento siempre a los destinos y responsabilidades
cionalidad y nuestra raza.
históricas de nuestra na-