2. El pronóstico junto con el diagnóstico evaluación psicológica
y el tratamiento, es uno de los pilares de la psicología clínica.
Entre los primeros temas que se plantean cuando se le
diagnostica a una persona un trastorno mental es si el
trastorno puede tratarse con éxito, el curso probable y las
posibilidades de recuperación.
3. Dicho concepto hacen referencia al estado de salud y la
expectativa o pronóstico que se tiene sobre alguien que
padece algún tipo de enfermedad de tipo psicológico. Y lo
cierto es que a pesar de que por lo general cuando hablamos
de una enfermedad grave, leve o de un pronóstico reservado
podemos hacernos una idea aproximada de lo que implica,
no siempre tenemos un total conocimiento de lo que se está
queriendo decir. Hasta que se inicie dicho proceso
terapéutico.
4. Entre otras funciones, el
encuadre es un sistema de
reglas que nos suministra,
tanto en la clínica como en la
investigación, un telón de
fondo fijo o constante que
nos permite detectar con
facilidad las posibles
variaciones en aquellos
aspectos de la situación que
pueden interesarnos del
paciente.
Por tanto, tiene mayor
relevancia en la planeación e
información al paciente o sus
encargados del plan
terapéutico y tipo de terapia a
seguir basados en los
elementos encontrados
mediante la sintomatología
del paciente.
5. Qué es el encuadre
de la terapia?
1- El primer día de la
terapia debemos explicar
a nuestro paciente, cuál es
nuestra forma de trabajar
y los diferentes elementos
que estructurarán la
relación terapéutica para
que puedan producirse los
cambios internos que
viene buscando.
2- Lo que sostiene al
paciente es el terapeuta a
través de la relación
terapéutica, y ésta a su
vez estará apoyada por los
diferentes elementos que
conforman el encuadre
psicoterapéutico.
6. El diagnostico se completa con la terapia en el momento
cuando se selección el tipo de terapia y el tipo de
técnicas a utilizar, su observación y el planteamiento de
posibles cambios en pro de la mejoría y no mejoría de las
condiciones del paciente basados en la gravedad de su
patología y en las oportunidades de mejoría.
7. 1. Pronóstico favorable o bueno.
2. Pronóstico moderado o intermedio.
3. Pronóstico grave, o mal pronóstico.
4. Pronóstico reservado.
8. El pronóstico debe estar estrechamente relacionado con el
cuadro clínico, la evaluación diagnóstica y el tratamiento.
El diagnóstico permite relacionar las observaciones clínicas
con lo que se sabe científicamente sobre los trastornos
mentales. A su vez la evaluación clínica conecta el análisis
completo del problema, así como del paciente y del contexto,
con las técnicas de tratamiento más apropiadas a cada caso.
El pronóstico relaciona el tratamiento con la evolución
previsible del estado del paciente, en función del
conocimiento sobre él, el trastorno y su curso y las
anticipaciones acerca de la eficacia de la terapia.
9. El Psicólogo clínico efectúa pronósticos de distinto ámbito y
nivel de probabilidad: sobre la evolución del trastorno en
base al diagnóstico, acerca de qué tratamiento será más
adecuado en cada caso concreto y, por último, sobre la
estimación de la efectividad o resultado que se espera tenga
el tratamiento aplicado en ese caso concreto.
10. el pronóstico, que es una de las actividades clínicas básicas,
junto con el diagnóstico y el tratamiento, permite emitir un
juicio referido a los cambios que pueden sobrevenir durante
el curso de la enfermedad o del trastorno mental, incluyendo
su duración, evolución, resultados terapéuticos y posibles
recaídas. Esta prognosis se fundamenta en los conocimientos
adquiridos en la evaluación del problema, referentes a los
síntomas, historia clínica, características de la personalidad,
factores de riesgo y de protección y contexto del paciente,
que sirven para hacer predicciones significativas.
11. Pronóstico reservado
Se utiliza el término pronóstico reservado para hacer
referencia a una situación en que los médicos y profesionales
a cargo de un paciente son incapaces de determinar la
posible evolución o expectativa respecto al desenlace del
estado del paciente. Típico de momentos en que no hay
suficiente información como para poder especular el porvenir
del paciente o cuando hay riesgo de aparición de
complicaciones.
12. Un ejemplo de ello lo podríamos encontrar en el pronóstico
que tendría un paciente que ha sufrido un accidente de
tráfico y está inconsciente y con un traumatismo
craneoencefálico, al recuperarse físicamente sufre perdida de
la memoria a largo y corto plazo, pero del que aún no se
conoce el grado de afectación.
13. Pronóstico favorable o bueno
Se considera la presencia de un pronóstico favorable o buena
en aquellos casos en que las pruebas existentes hacen pensar
que el curso de la enfermedad que el paciente padece
conduce a su recuperación. Por ejemplo, ansiedad, fobias,
panico.