Para celebrar la Navidad como Dios manda, hay que saber jugar “a las cuatro esquinas”. Es decir, hay que meterse en el cuadrilátero que forman estas cuatro palabras: Asombro, alegría, gratitud y entrega. El cristiano que consigue hacerlo ha entendido sin duda lo que en este misterio se celebra.
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Las 4 esquinas de la navidad
1. A LAS CUATRO ESQUINAS DE LA NAVIDAD
(Extraído del libro “La noticia del domingo por Manuel
Elvira Ugarte)
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4. Otro ángel dice a los pastores: “Os traigo la buena
nueva: os ha nacido un Salvador, el Mesías, el
Señor”. Isaías lo había predicho: “Este Señor que
nace tiene por nombre “Admirable, Dios , Príncipe
de la Paz, Padre del tiempo futuro” y su reino no
tendrá fin.
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7. ALEGRÍA: El hombre cuando se entera de las noticias
buenas, se pone a cantar y bailar. Eso dice la antífona
de entrada de la misa de medianoche: “Alegrémonos
todos en el Señor porque nuestro Salvador ha
nacido en el mundo”.
No hay suceso en el mundo, creo, más celebrado y
cantado por las culturas de los pueblos que la
Navidad. Música, pintura, danza, iconografía y
costumbres populares, además de la liturgia
alrededor del pesebre. Aún de la covacha más mísera
del último creyente surge de pronto un villancico. Un
villancico es un canto de villanos, de lugareños de la
villa.
8. GRATITUD
:Pablo enternecido de
agradecimiento, le
escribía a Tito: “Ha
aparecido la bondad de
Dios y su amor al
hombre, ya que, no por
las obras que hayamos
hecho, sino por su
propia misericordia,
nos ha salvado”.
9. ENTREGA:
De nada valdría,
en Navidad y
siempre, los tres
pilares esbozados
sin este cuarto: “la
entrega”. A mí
siempre me han
entusiasmado esas
figuritas de
pastores que sole-
mos poner en los
belenes.
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11. Y es que no se puede celebrar la Navidad –un
Dios que se entrega a sí mismo- ,
quedándonos nosotros en el egoísmo y la
alegría falaz de la incomunicación. Algunas
instituciones, en estas fechas, nos hablan de
las grandes acumulaciones y despilfarros que
crean la multiforme marginación. Es como si
nos pasará el salmo por nuestra conciencia:
“¿Cómo pagaré yo al Señor – cómo
aprenderé a “darme”- ante lo mucho que él
me ha dado.
12. Eres capaz de darte y
dar algo a los demás
como Jesús