El documento describe el nacimiento de Jesús y su significado para la Navidad. Resalta que Jesús nació de forma natural, sin asistencia médica, en condiciones humildes. También destaca que el parto es un proceso natural que se reproduce cotidianamente y que debería recuperar su carácter natural en nuestra sociedad, siguiendo el ejemplo de María.
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RELEYENDO EL ALUMBRAMIENTO DE MARÍA1
Hugo E. Delgado Súmar
Investigador Asociado al INMETRA
HAY UN TIEMPO SEÑALADO PARA TODO
En el Libro de Eclesiastés (3:1-8), escrito por Salomón hace cerca de 3,000 años, el Salmista
nos dice: "1. Para todo hay un tiempo señalado, aún un tiempo para todo asunto bajo los cielos: 2.
tiempo de nacer y tiempo de morir; tiempo de plantar y tiempo de desarraigar lo que se haya
plantado.....”
El tiempo de nacer en el hombre suele ocurrir a los doscientos ochenta días de la concepción.
Un tiempo similar le correspondió a Jesús, cuando fue alumbrado por María. Un tiempo, que la
tradición conmemora en el mes de diciembre y que denominamos NAVIDAD.
A su vez, un tiempo de nacer que se deriva del mandato contenido en el Génesis 1:28: "Sean
fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla, y tengan en sujeción los peces del mar
y las criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra".
LA NAVIDAD: UN TIEMPO PARA HONRAR EL NACIMIENTO DE JESÚS
En este contexto, la NAVIDAD resulta ser un tiempo para honrar el nacimiento de Jesús, sin
embargo, no fue siempre así.
La navidad comenzó a celebrarse al promediar el siglo IV y recién en el Concilio de Tours,
celebrado en el año 567, "se proclamó que los doce días comprendidos entre la Navidad y la Epifanía
constituían una época festiva sagrada".
Para la instauración de esta celebración, desde un inicio, el problema fundamental fue fijar la
fecha de nacimiento de Jesús. Los teólogos egipcios del siglo III la fijaron para el 20 de mayo, en
tanto que otros se inclinaban por fechas anteriores como el 28 de marzo, el 2 de abril o el 19 de abril.
Este desacuerdo perduró hasta el momento en que la Iglesia Católica fijó el 25 de diciembre como
fecha del nacimiento de Jesús, coincidente con las festividades romanas que honraban el "nacimiento
del sol invicto".
Luego de 1650 años, y fundamentalmente, como resultado de los cambios logrados en los
últimos 150, la Navidad se ha constituido para el mundo cristiano en un símbolo de alegría, concordia,
paz y unidad familiar; en una ocasión propicia para intercambiar tarjetas y regalos entre amigos y
pariente y, fundamentalmente, una fecha en la que los comerciantes sacan el máximo de provecho en
una sociedad consumista creada por el mercantilismo y la publicidad.
1 Conversatorio “El Nacimiento de Belén, Símbolo Natural, Universal y Espiritual”. Casa de Nacimiento Pakarii – Instituto
Nacional de Medicina Tradicional – INMETRA. 15.12.99.
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Como símbolo de paz, como momento de tregua en el que se silencian los cañones, la navidad
se ha extendido a todo el mundo, incluyendo a aquellos que no son cristianos. Corea con un 26% de
población cristiana, Hong Kong y Taiwán con el 8% y Japón con el 1.2%, también celebran la
navidad.
EL SIGNIFICADO DE LA NAVIDAD
¿Cuánto de todo aquello es auténtico?, cuánto sincero?, ¿cuánto útil? No lo sé. El colorido, el
bullicio, los afanes, las aglomeraciones, los abrazos y los regalos esconden cada vez con mayor
frecuencia mucho dolor y egoísmo. El consumismo contradice la humildad de Belem y la alegría de
quienes todo lo tienen se nutre del llanto de quienes nada tienen.
Por ello, quisiera en este marco, por un momento alejado de los afanes pre-navideños,
proponer ver la navidad desde un punto de vista distinto:
Verlo como la conmemoración del nacimiento del hijo de Dios en condiciones humildes y en
circunstancias difíciles para sus padres. Y en buena cuenta, verlo como la conmemoración del parto o
del alumbramiento de María con la sola ayuda de José, su esposo. Es decir, la conmemoración de un
alumbramiento NATURAL en toda la extensión de la palabra.
El nacimiento de Jesús no contó, según sus apóstoles, con la ayuda de familiares ni parteras y
posiblemente José tuvo que improvisar un asiento para partos como el que da cuenta el libro de
Éxodo 3:2 (posiblemente dos piedras grandes o ladrillos sobre las que la madre se ponía en
cuchillas). Y José, posiblemente tuvo que seguir los procedimientos que entonces llevaban a cabo las
Parteras, como refiere el Libro de Ezequiel 16:4: Cortar el cordón umbilical, lavar al niño, frotarlo con
sal (para secar la piel y hacerla firme y tersa), y envolverlo con bandas de tela (para mantener el
cuerpo caliente y erguido).
Concluido el parto, María amamantó a Jesús. Y debió amamantarlo según la costumbre de
aquella época durante dos o tres años, o a lo mejor cinco, como ocurrió en el caso de Isaac (Gé: 21:8;
1Sa:22,23).
EL ALUMBRAMIENTO: UN PROCESO NATURAL EN EL QUE SE REPRODUCE
COTIDIANAMENTE EL MILAGRO DE LA VIDA
Las circunstancias que rodean el proceso del parto difieren grandemente de lugar en lugar, de
cultura en cultura.
1. En el parto pueden estar presentes la madre y unas cuantas parientes que auxilian; la madre
puede tener que hacer todo por sí misma o puede estar sujeta a una variedad de
procedimientos para aliviarla por parte de una comadrona o recibidora.
2. El niño puede ser amamantado inmediatamente o se le puede dejar sin alimento durante horas
o días.
3. Al niño se le puede aislar o dejar continuamente junto a la madre.
4. Se le puede rezar, ungir, admirar, etc.
5. El recién nacido puede ser limpiado con una hoja o con un pedazo de tela o puede ser bañado
con agua con una temperatura semejante a la del cuerpo del niño; sumergido en agua helada
para hacerlo más resistente o bañado en aguas extremadamente calientes para aumentar la
circulación y ayudarlo a adaptarse a la vida postnatal.
Sea como fuere, todas las sociedades tienen creencias determinadas sobre los niños por nacer
e interpretan de manera distinta los diversos signos del embarazo.
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Las mujeres embarazadas deben comportarse de manera especial: hacer ejercicios, estar en
reposo, dormir en ciertas posiciones, comer o abstenerse de comer ciertos alimentos, evitar ver cosas
o tener experiencias desagradables, abstenerse de tener relaciones sexuales durante determinado
tiempo, etc. etc.
Igualmente, en todas las culturas, el parto es un proceso natural a través del cual sale a luz una
vida creada en el momento mismo de la concepción. Es decir, en todas las culturas, se reproduce lo
acaecido hace 2000 años en Belem Efrata.
El nacimiento de un niño es un momento rodeado de misterio, el misterio de la sexualidad que
se transforma y genera vida, vida que nace de la sangre (Pizzini, Franca, 1981). También es un
momento de riesgo; es decir, parto y enfermedad tienen en común el riesgo de muerte, pero el parto
no es una enfermedad. Riesgo que en la actual sociedad ha sido "medicalizado" con la finalidad de
controlarlo a través de la asepsia, el aislamiento de la parturienta, el rasurado, la episiotomía, el uso
de fórceps y cesáreas, etc. Sin embargo, no sólo se han medicalizado los partos que suponen riesgo,
sino, aquellos que suponen bajo riesgo y que son la mayoría. Es decir, los procesos de
medicalización han originado la pérdida del carácter natural del parto. La experiencia ha mostrado
que con frecuencia el parto medicalizado resulta "una experiencia de alienación, de pérdida de poder
y control por parte de las mujeres sobre este proceso complejo y natural a la vez (Vargas, Rosana y
Naccarato, Paola, 1995).
Por ello, en esta Navidad, porqué además de recordar el nacimiento de Jesús, su grandeza y
su divinidad, la humildad del lugar en el que nació y el propósito de su venida, no recordamos
también la forma natural como fue alumbrado y siguiendo el ejemplo de María, ¿porque no hacemos
todos un esfuerzo sostenido y permanente para devolverle, en nuestra sociedad, el carácter natural
que siempre tuvieron los procesos de vida?.