Este documento resume la situación económica en Europa y Asia Central. Indica que el crecimiento económico en la región sigue siendo lento, y se espera poca o ninguna expansión este año debido al impacto de la crisis de los precios del petróleo y las tensiones geopolíticas. Algunos países muestran señales de recuperación moderada, mientras que los exportadores de petróleo y aquellos que dependen del comercio y las remesas de esos países están experimentando una fuerte desaceleración. En general, se
1. EUROPA Y ASIA CENTRAL: PANORAMA GENERAL
El crecimiento económico en Europa y Asia central (ECA) sigue siendo el más lento
de todas las regiones en desarrollo del mundo. Las proyecciones indican que no se
registrará casi ningún crecimiento este año en ECA dado que gran parte de la región
sufre una marcada desaceleración o una franca recesión, debido al impacto directo
e indirecto de la crisis de los precios del petróleo y las tensiones geopolíticas en
curso. Los efectos negativos de estos factores solo se están compensando
parcialmente en las otras partes de la región donde se espera ver un crecimiento
estable o con una mejoría moderada.
Los países que dependen en gran medida de las exportaciones de petróleo, o del
comercio y las remesas de los países exportadores de petróleo, presentan señales
de una fuerte desaceleración, agravada por las tensiones geopolíticas debido al
actual conflicto en Ucrania.
Sin embargo, los países de Europa sudoriental y central (CSEE, por sus siglas en
inglés) pertenecientes a la Unión Europea (UE) y de los Balcanes occidentales
comienzan a mostrar señales de recuperación con un mayor repunte en las
exportaciones netas a medida que la zona del euro experimenta una incipiente
aunque modesta recuperación, sirviendo la política monetaria expansiva y la
reducción de los precios del petróleo como factores de estímulo del aumento de la
confianza de los consumidores y las empresas.
No obstante, si bien el petróleo más barato contribuirá al crecimiento y la baja de
los ajustes monetarios ayudarán a reequilibrar la demanda restándole importancia
a las importaciones y estimulando las exportaciones, los beneficios a largo plazo
dependerán de las mejoras en el clima de negocios y los esfuerzos en curso para
reducir la deuda pendiente en muchos países de ECA.
Se cree que en los países de UE-CSEE el crecimiento seguirá siendo más o menos
el mismo en 2015 que en 2014 –un 2,7 %– lo que representa una mejora significativa
con relación a los dos años anteriores, en los que el crecimiento fue muy modesto
(0,5 % en 2012 y 1,2 % en 2013), pero aún sigue estando muy por debajo del
potencial. Las tasas de desempleo continúan siendo persistentemente superiores al
10 % en muchos países de UE-CSEE y el crecimiento del consumo es muy lento.
Las proyecciones indican que el crecimiento económico en los Balcanes
occidentales será de un modesto 1,2 % en 2015, frente al 0,7 % de 2014, ya que se
espera un repunte de las exportaciones netas para compensar la desaceleración de
las inversiones y el consumo. Los Balcanes occidentales todavía permanecen
fuertemente afectados por la falta de nuevos créditos y el nivel de los préstamos no
cobrados en estos países es el más alto en la región de ECA (por encima del 16 %).
En Turquía, se prevé que el aumento del crecimiento será de un modesto 2,9 % en
2014 a 3 % en 2015.
El crecimiento del producto interno bruto (PIB) en Rusia se redujo del 3,5 % en 2012
y el 1,3 % en 2013 al 0,6 % en 2014. De cara al futuro, el escenario de referencia
pronostica una fuerte recesión, con una contracción prevista del 3,8 % en 2015 y
2. 0,3 % en 2016. Esta previsión se basa en las expectativas de una caída continua
de los precios del petróleo (quedando en el rango de US$50 a US$60) y ninguna
resolución inmediata de las tensiones geopolíticas. La flexibilidad introducida en el
régimen del tipo de cambio (el rublo se ha depreciado casi un 40 % el año pasado)
ha permitido al país evitar una crisis de la balanza de pagos y ha facilitado
reequilibrar la demanda y la producción restándole importancia a las importaciones
y favoreciendo los productos nacionales y las exportaciones, aunque el país ha
tenido que ajustarse a ingresos sustancialmente más bajos.
En general, el Cáucaso meridional, Europa oriental y Asia central han sido
fuertemente afectados por la recesión en Rusia y la crisis del precio del petróleo, de
manera directa e indirecta a través de la reducción de los precios del petróleo, las
remesas y el comercio. Las proyecciones indican que las tasas de crecimiento de
2014 se reducirán a la mitad en 2015 en el Cáucaso meridional y Asia central,
mientras que Europa oriental, que incluye a Ucrania, caerá aún más en recesión.
En Turquía, el crecimiento se desaceleró al 2,9 % en 2014, pero se espera que
aumente modestamente al 3 % en 2015.
Para los países afectados negativamente de manera directa e indirecta por los
precios más bajos del petróleo, el PIB muestra solo una pequeña parte de la historia
cuando se trata de la fuerte caída en la capacidad de gasto disponible para sus
ciudadanos. El ingreso interno real de un país incluye el PIB real y también las
remesas recibidas del exterior, así como las ganancias o pérdidas por los cambios
en los precios de exportación e importación. El efecto de la crisis del precio del
petróleo y la devaluación del rublo ha tenido un mayor impacto adverso en el poder
de compra que lo que refleja simplemente el PIB.
Dada la menor capacidad de compra de muchos hogares de la región, se prevé que
las tasas de pobreza aumenten en varios países. Se trata de una inversión de la
tendencia a la baja de las tasas de pobreza en toda la región. Los hogares pobres
de los países exportadores de petróleo y de los que reciben remesas se ven
afectados por el aumento de los precios de importación debido a las devaluaciones,
la desaparición de puestos de trabajo en la construcción y otros sectores no
comerciales, y por las presiones fiscales. Esto pone de relieve la necesidad de un
ajuste rápido a la nueva realidad económica. Solo si los países aprovechan las
nuevas oportunidades en los sectores comerciales, se puede detener el deterioro
de los índices de pobreza.
Los ajustes en el tipo de cambio, junto con una política monetaria prudente para
mantener la inflación interna bajo control, ayudarán a los países de la parte oriental
de la región a recuperar la competitividad en los mercados mundiales. Para los
países de UE-CSEE de la región, los bajos precios del petróleo previstos y la
flexibilización de la política monetaria en la zona del euro deberían contribuir a
mitigar el impacto de los bajos ingresos de capital y la incertidumbre que subsiste,
incluida la que surge de los altos niveles de deuda, las vulnerabilidades en los
sectores bancarios, las tensiones geopolíticas y la actual turbulencia financiera en
Grecia.