El documento resume las proyecciones de un informe del Consejo Nacional de Inteligencia de EE.UU. sobre las tendencias globales hacia el 2025. Predice que el poder se trasladará de Occidente a Oriente, con China, Rusia e India como protagonistas. También anticipa que más países adoptarán el modelo de capitalismo liderado por el Estado. América Latina seguirá rezagada respecto a Asia aunque Brasil será la potencia regional. La innovación tecnológica será clave para satisfacer la creciente demanda de alimentos, agua y energía.
Traslado del poder hacia Oriente y auge de China como potencia global al 2025
1. En el 2025 se habrá acentuado el traslado del poder desde Occidente
hacia Oriente
América Latina seguirá rezagada respecto de Asia y tendrá en Brasil a su potencia regional, según un reporte de
tendencias globales del Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos.
Cada vez más países serán atraídos por el modelo político y económico de capitalismo liderado por el Estado,
una de cuyas variantes más exitosas es China por las altas tasas de crecimiento logradas, al considerarlo como
un reemplazo del sistema liberal occidental, sostiene el reporte Tendencias Globales al 2025, elaborado por el
Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos en noviembre de este año.
De hecho, China, Rusia e India, países que estarán entre los protagonistas del mundo en los próximos veinte
años, no están siguiendo el modelo liberal de autodesarrollo, sino un capitalismo liderado por el Estado. Este
esquema alternativo, que promueve una fuerte presencia estatal en las decisiones económicas, está
caracterizado por una reducción de las privatizaciones, el resurgimiento de las empresas públicas, el
reforzamiento de las políticas para la industria, el uso de fondos soberanos y de otros vehículos de inversión
estatal, y un clima de apertura hacia las exportaciones. El reporte, sin embargo, refiere que el impacto de China
y Rusia podría ser mayor dependiendo de su acercamiento a la democratización.
Este surgimiento de nuevas potencias económicas hará que la correlación de fuerzas en el mundo hacia el año
2025 sea totalmente distinta de aquella que conocemos desde finales de la Segunda Guerra Mundial. La
tendencia puede ser vista desde hoy, señala el informe. Hay en curso una transferencia de la riqueza mundial y
del poder económico, desde Occidente a Oriente, en una medida sin precedentes en la historia moderna. Este
proceso responde a dos factores principales:
1. El aumento del precio del petróleo, que ha permitido el crecimiento de los ingresos de los países del
Golfo Pérsico y de Rusia.
2. La disminución de los costos de producción, con una menor rigidez estatal, lo que ha generado el
traslado de buena parte de la industria a Asia.
EL RETORNO DE LOS GIGANTES
Para el Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos, hacia el 2025 es probable que este país siga siendo
un actor poderoso en el mundo, aunque su influencia estará en declive, incluso en el ámbito militar. La recesión
económica y la situación del poder militar pueden forzar al país a tener que priorizar entre los temas domésticos
y la política internacional.
2. China está lista para generar un impacto mayor que cualquier otro país en el mundo. De continuar con su
ritmo de crecimiento, en el 2025 será la segunda economía más grande del mundo y será una potencia
militar. También podría ser el principal importador del mundo y el mayor contaminador.
Rusia tiene el potencial para ser más rico, más poderoso y más seguro en el año 2025 si invierte en capital
humano, se expande y diversifica su economía, además de integrarse a los mercados mundiales. Sin
embargo, este país podría experimentar una disminución importante de su ritmo de crecimiento si el
petróleo permanece en el rango de entre US$50 y US$70 por barril (la última cotización es US$40,8 por
barril).
Las proyecciones de crecimiento para Brasil, Rusia, India y China (llamados el bloque BRIC) indican que en
conjunto igualarán al Grupo de los 7 en términos de participación del PBI global entre el 2040 y el 2050.
La cuota de poder económico y político, aunque en menor escala, estará en aumento en países como
Indonesia, Irán y Turquía. Otros países con esquemas similares al capitalismo liderado por e Estado
aumentarán su presencia, entre ellos Corea del Sur, Taiwán y Singapur.
Pese a la importancia creciente de la actividad estatal, el reporte señala que el peso relativo de los agentes
no estatales, como empresas, tribus, organizaciones religiosas y redes delictivas también irá en aumento. Es
probable que ante el déficit de gobernabilidad global tiendan a formarse redes de relaciones entre los
gobiernos y los actores no estatales para temas específicos: gobernabilidad, comercio, etc.
Además, el amplio desarrollo de la próxima generación de Internet facilitará el empoderamiento de los
grupos de interés no estatales. "Los jugadores están cambiando, pero también el alcance y la amplitud de
los temas importantes para la continuidad de la prosperidad global: el envejecimiento de la población en
los países desarrollados, los alimentos, la energía, la preocupación por el cambio climático y la
disponibilidad de agua", sostiene el reporte.
AMÉRICA LATINA REZAGADA
En el caso de América Latina, sus principales economías se habrán convertido en potencias de renta media en el
2025, mientras que países que hoy apuestan por modelos populistas, como Venezuela y Bolivia, mostrarán
retrocesos y Haití será cada vez más pobre y menos gobernable. El reporte sostiene que América Latina, en
general, seguirá rezagada frente a Asia y otras zonas de rápido crecimiento en cuanto a competitividad
económica.
3. Muchos países de la región habrán alcanzado un marcado progreso en su consolidación democrática antes del
2025. Brasil se consolidará como potencia regional pero sus esfuerzos para conseguir una integración
sudamericana serán alcanzados solo parcialmente. Venezuela y Cuba mantendrán algún tipo de influencia en la
región, pero sus problemas económicos dificultarán su accionar.
La relación de América Latina con Estados Unidos estará supeditada a una apertura comercial con una base
permanente y significativa; de no ser así, el país norteamericano podría perder su posición dominante en la
región, incluida su influencia política.
No obstante, América Latina, junto con Asia y África, concentran todo el potencial de crecimiento demográfico
para los próximos veinte años.
Por su parte, los países europeos y Japón seguirán a distancia en cuanto a riqueza per cápita, pero tendrán que
luchar por mantener sus tasas de crecimiento con una tendencia a la disminución en su población en edad de
trabajar.
Es probable que aumente el porcentaje de migrantes que intenten pasar de países en desventaja hacia zonas
relativamente privilegiadas.
INNOVACIÓN TECNOLÓGICA ANTE PRESIÓN SOBRE LA ENERGÍA, LOS ALIMENTOS Y EL AGUA
Se prevé que la demanda por alimentos, agua y energía superará fácilmente la capacidad de suministro
actual de los países en los próximos veinte años, debido al crecimiento demográfico, factor que puede
desencadenar conflictos entre poblaciones y entre países.
Actualmente, la producción de petróleo no crece al ritmo de la demanda y los únicos países con capacidad
para ampliar significativamente el suministro están en zonas inestables. El Banco Mundial estima que la
demanda de alimentos crecerá en 50% hacia el 2030, por el crecimiento de la población, el aumento de la
riqueza y el surgimiento de una nueva clase media. El acceso al agua se ha convertido ya en un problema
crítico, sobre todo para la agricultura, y el crecimiento de la urbanización agudiza esta situación.
Frente a esto, el informe prevé un traslado, a ritmo lento, hacia la producción energética basada en el gas
natural, el carbón y otras fuentes de energía alternativas. El Consejo Nacional de Inteligencia manifiesta
que todas las tecnologías vigentes son inadecuadas para reemplazar los sistemas tradicionales de
generación en la escala necesaria.
Sin embargo, la magnitud del problema podría acelerar las innovaciones tecnológicas hacia moldes de
generación de energía, alimentos y de suministro de agua más eficientes. Esta nueva tecnología reducirá los
obstáculos para proyectos individuales, lo que permitirá a pequeños agentes económicos desarrollar sus
propios esquemas de transformación de energía.