1. 18 de Mayo del 2009
Es posible mejorar los resultados educativos a nivel global
para los próximos 50 años
Así lo señala el reporte “Mejorando la educación global”, del instituto International Futures (IF) de la
Universidad de Denver.
El reporte considera dos escenarios. El escenario base o tendencial, analiza los factores clave del sistema (metas de
matrícula, flujos de estudiantes entre niveles educativos, evolución demográfica, recursos financieros, etc.) y estima
tendencias futuras en base a las relaciones entre la educación y los otros componentes de los sistemas de
desarrollo humano (p.e. demografía, economía y procesos socio-políticos).
El segundo escenario propuesto como meta -normativo-, plantea la posibilidad de que un mayor número de
estudiantes accedan a la formación superior. Considera que en veinte años, los países de América Latina y el Caribe
podrían incrementar de 75% a 90% el flujo de estudiantes que llegan a la post secundaria.
Los cambios demográficos tienen incidencia en los escenarios. La aceleración o caída del crecimiento poblacional
afectaría el flujo de potenciales estudiantes para cada nivel educativo, habiendo una relación directa entre las
posibilidades de mejorar el nivel educativo y una política de control de la fertilidad. Con un índice de fecundidad
menor al 4%, en el 2030 podría haber un 95% de personas en edad de estudiar matriculadas en el nivel primario,
92% en los primeros años de secundaria, 74,7% en los últimos años de secundaria y 38% en educación superior.
LA COBERTURA EDUCATIVA EN EL ESCENARIO INERCIAL
Hacia el año 2005, el 89% de la población mundial en edad de estudiar tuvo acceso a la educación primaria. Los
países de América Latina y el Caribe mostraban un 94% de inserción, por encima del promedio de las naciones
asiáticas (entre 86% y 93%) y Europa central y oriental (91%). Ligeramente menor -82%- era la tasa global de la
inscripción en los primeros años del nivel secundario, pero sólo el 58% del total accedió a los últimos años del nivel
secundario (la cantidad de años es muy variable entre países). Apenas un 27% alcanzó la educación superior.
En síntesis, nueve de cada diez personas ingresaban al proceso educativo, pero menos de tres podían acceder a la
formación superior.
El incremento de la inserción en el nivel básico se explica en parte por el efecto positivo de las metas globales de
acceso universal, propuestas por la UNESCO en los años 60, y los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU
(2000); estos últimos contemplan que para el 2015 se logre la educación primaria universal (para todos). Para
lograrlo, según el reporte, los gobiernos concentraron esfuerzos y recursos que no serian sostenibles en los otros
niveles educativos.
2. 18 de Mayo del 2009
De no ocurrir cambios sustanciales, el International Futures (IF) considera que para el 2015 la escolaridad primaria a
nivel global podría ser de 92% -3 puntos porcentuales mayor al 2005- y de 95% al 2030. Los países desarrollados de
Asia del Este y Asia Pacífico (entre ellos Japón, Corea del Sur y Singapur) alcanzarían el 99% de cobertura, mientras
que las naciones de América del Norte y Europa llegarían a 98%. Hacia el 2030, estos bloques habrían alcanzado una
cobertura del 100%.
En los países de América Latina y el Caribe, la cobertura de educación primaria pasaría de 94% en el 2005 y a 97%
en el 2015, así como a 99% en el 2030 y a 100% hacia el 2060. En las naciones de África Subsahariana, la cobertura
primaria era de 68% en el 2005 y alcanzaría un 70% en el 2015, 78% en el 2030 y 95% en el 2060.
En cuanto a la educación secundaria a nivel global, la inserción en los primeros años de secundaria sería de 88% en
el 2015 y de 90% en el 2030. En los últimos años de secundaria, la escolaridad sería de 64% en el 2015 y de 73% en
el 2030.
Los estudiantes que alcanzarían a terminar su formación superior alcanzarían a 28% en el 2015 (un punto más que
en el 2005), a 36% en el 2030 y a 50% en el 2060. Las zonas con mejores resultados en la educación superior serían
América del Norte y Europa (98%) y los países ricos de Asia del Este y Asia Pacífico (97%). El resultado más bajo se
registraría en el África Subsahariana, con apenas 5% en el 2015, 8% en el 2030 y 15% en el 2060.
PERMANENCIA ESCOLAR E INVERSIÓN EN EDUCACIÓN
En el año 2000, el promedio mundial de permanencia en aulas de las personas con 25 años o más era de 6,6 años.
Al igual que en la cobertura, estaban en mejor situación América del Norte y Europa, además de los países
desarrollados de Asia del Este y Asia Pacífico, con una permanencia por encima de los 11 años. Asimismo, África
Subsahariana presentaba el resultado menos alentador, con algo más de 2 años.
Según el IF, en el escenario inercial, el promedio temporal de permanencia en aulas en América del Norte y Europa
sería de 12 años para el 2015 y de 15 años hacia el 2060. Para América Latina y el Caribe, el promedio era de 6 años
en el 2005 y alcanzaría sólo los 7 años en el 2015, 9 años en el 2030 y 10 años en el 2060. Esto implica que, de no
poder mejorar la tendencia, recién dentro de 50 años la población de América Latina empezaría a tener un
promedio equivalente a una educación con secundaria completa.
En varios países en desarrollo, sobre todo asiáticos, el patrón de permanencia está cambiando. Cada vez más
jóvenes tienen acceso a formación secundaria completa y superior, mientras que los adultos mayores -
especialmente las mujeres- cuentan con pocos años de estudios. El efecto es que las personas con alto nivel
educativo son cada vez más jóvenes.
3. 18 de Mayo del 2009
Un ejemplo es India, donde los adultos varones mayores de 45 años tienen un nivel muy bajo o casi nulo de
educación superior. Para el 2060, todos los jóvenes hindúes menores de 30 años poseerían educación secundaria
completa y aproximadamente un 40% tendrá educación superior.
Las cifras muestran que los países pobres, y aquellos cuyas tasas demográficas crecen a gran velocidad, invierten
una porción muy pequeña de su PBI per cápita en educar a su población en edad escolar.
A nivel mundial, tres cuartas partes de los fondos destinados a educación provienen del sector público. Se calcula
que hasta el 2004, los recursos del sector privado equivalían solo un 1,5% del PBI global; los cuales se concentraron,
en su mayoría, en la educación superior.
El promedio mundial de inversión en educación pública como porcentaje del PBI era de 4,96% en el 2004. En
América del Norte y Europa el promedio era de 5,46%, en América Latina y el Caribe era 4,3% y en los estados
árabes llegaba al 3,9%.
La brecha es aún mayor si se considera los montos invertidos. Los gobiernos invirtieron aproximadamente US$1,5
billones –millones de millones- en el 2005, de los cuales, el 98% correspondía a los países desarrollados y solamente
US$300 miles de millones a países no desarrollados.
En cuanto a niveles educativos, de la inversión mundial en educación al año 2004, el 35% se destinaba al nivel
primario, entre 35% y 40% al nivel secundario y entre 22% y 25% a la educación superior. En los países
desarrollados, la proporción aumenta significativamente para los niveles secundario y superior.
En el escenario inercial, a nivel global, hacia el 2015 aumentaría en 5% el total de la proporción destinada a la
educación secundaria y superior. Hacia el 2060, la inversión en educación superior ascendería a 36%.
ACELERANDO EL AVANCE DE LA EDUCACIÓN
En el escenario meta –normativo-, International Futures sugiere objetivos más altos de transición entre los niveles
educativos. El instituto le otorga gran importancia a la calidad de la gestión pública, ya que un crecimiento del PBI,
acompañado de un manejo político eficiente, incide en una mayor cantidad de fondos disponibles para la
educación, lo cual puede profundizar el impacto de las políticas educativas.
Hacia el año 2030, la meta para el nivel primario sería 2% por encima del escenario inercial. Para el primer tramo de
la educación secundaria (de 12 a 14 años de edad) la meta es 1% mayor y para el segundo tramo (de 15 a 17 años
de edad) la meta sería 0,5% mayor. Para la educación superior, el escenario meta propone una transición -desde la
educación secundaria- mayor en un 2%. En estas metas se propone también lograr una mayor equidad de género.
4. 18 de Mayo del 2009
El modelo del IF plantea una convergencia de inversión entre los niveles primario y secundario, es decir, que la
inversión per cápita para cada una de estas etapas tienda a ser similar y no se concentre en la etapa inicial.
Posteriormente, se podría nivelar la inversión en la educación superior. Esta propuesta apunta a resolver el
problema observado en el esfuerzo de mejorar la cobertura, cuando varios países en desarrollo incrementaron
notablemente la inserción en la etapa primaria, pero la infraestructura educativa no estaba preparada para su
transición a la educación secundaria.
El modelo estima que en los países de África Subsahariana, en los cuales la cobertura universal en primaria es un
objetivo pendiente, la alfabetización podría llegar a 99% en el 2060. Dicho resultado supera entre 7% y 8% a la
proyección de las tendencias actuales.
Uno de los principales objetivos es aumentar de forma considerable el número de años de permanencia en la
escuela. En el escenario tendencial, la proyección hacia el año 2060 apunta a 8,7 años de educación por persona. En
el escenario normativo, se podría lograr 10,3 años por persona (1,5 años más).
El impacto para América Latina y el Caribe sería notable. En un período de 20 años, la tasa de inserción en el
segundo nivel de educación secundaria pasaría de 75% a casi un 90%. En Brasil, la promoción de estudiantes hacia
la fase superior de la educación podría aproximarse a 60% hacia el año 2060, el mismo nivel de los países
desarrollados de Asia.
El informe estima también el impacto económico. Por ejemplo, el PBI per cápita en los países de África
Subsahariana podría aumentar de US$6.450 a US$7.620 si se aplican los postulados del escenario meta en
educación. En el caso de los países de Asia del Este y Asia Pacífico, el PBI per cápita podría ser US$1.700 más alto.
En este escenario también se reduciría notablemente el número de personas que sobreviven con menos de un
dólar por día. Según el reporte, de los 160 millones de personas que se calculan para el 2060, la cifra podría
descender aproximadamente a 110 millones.
El IF concluye que las implicancias económicas de una mejora en la educación y en la calidad de vida de las personas
pueden justificar cualquier inversión adicional. Además, debe considerarse el impacto de una mejora educativa en
la reducción de la tasa de fertilidad y cambios sociopolíticos como la igualdad de género, la mayor participación en
las decisiones políticas, la accesibilidad a residencia urbana, la igualdad de raza y otras dimensiones sociales.