El Kin-Ball fue inventado en 1986 en Canadá por Mario Demmers como un deporte que promueve la salud, la cooperación y el trabajo en equipo. Se juega en equipos mixtos donde todos los jugadores tienen la oportunidad de anotar puntos para su equipo a través de un sistema de puntuación que asegura que todos los equipos obtengan puntos. Actualmente es un deporte popular practicado en varios países con más de tres millones de jugadores.