1. Ética, Valores y Deontología _ Unidad VI _ Capitulo 1
Unidad II
Tema 2
Educación
Ambiental
Implicaciones en la
estructura del
ambiente natural.
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Implicaciones en la estructura del ambiente natural.
Cambios en el Sistema Natural
El sistema natural es entonces la biosfera con su completo conjunto de subsistemas y
elementos, flujos y ciclos de energía y materia de la cual el hombre es parte integral. Lo
que distingue al hombre del resto de los elementos vivos de la biosfera es que es el único
animal capaz de adaptarse a una tan amplia gama de subsistemas naturales o ecosistemas
y de transformarlos, hasta el punto de que hoy el sistema planetario se presenta como un
continuo cultural, natural, humano, social y tecnológico de complejidad creciente.
El proceso de transformación de la naturaleza por parte del hombre a lo largo de la historia
ha ido alterando la composición de las poblaciones, la regularidad de los ciclos de la
materia, los flujos de energía y con ello todo el equilibrio dinámico del sistema. Para
efectuar dichas modificaciones la sociedad se organiza y desarrolla instrumentos y
técnicas.
El hombre modifica el sistema natural fundamentalmente a través de la tecnología y la
organización que el grupo social adopta. Sin embargo, la sociedad no es ajena a las
condiciones de la biosfera, de la cual es parte integrante y expuesta a la influencia de ese
entorno.
La sociedad, por otra parte, no es estática. Cambia, se desarrolla, adopta nuevas formas
organizativas y desarrolla nuevas técnicas. La organización social y las tecnologías se
hacen cada vez más complejas, introduciendo instancias mediadoras que van alejando al
hombre de su sistema natural, no tanto alejamiento físico o funcional, pero sí
distanciamiento en cuanto percepción de la biosfera. La forma más simple de relación
sociedad-naturaleza es una relación directa hombre-naturaleza, en la cual el primero
«recoge» del entorno lo que necesita para subsistir. Posteriormente ya no recoge, sino que,
mediante una herramienta, un instrumento, una máquina, actúa sobre la naturaleza.
La herramienta se va haciendo cada vez más compleja y mayor su poder de
transformación; la vida humana se concentra y gira en torno a un ambiente construido en
el cual un denso universo tecnológico se interpone entre el hombre y su entorno. Este es
un proceso acumulativo a lo largo del desarrollo de las civilizaciones y sus características
están determinadas por aquellos elementos y funciones que han asumido un papel
dominante en cada periodo histórico, en cada situación espacial y temporal. La acción
intencional sobre el sistema natural tiene efectos, que son función tanto de las
características del ecosistema, como de la magnitud y peculiaridad de los cambios que se
introducen en él. Los impactos están aumentando en magnitud y frecuencia y tienen
consecuencias que son acumulativas con lo cual someten a la biosfera a una presión
constante, que tiende a alterar aquellas funciones claves que permitían su funcionamiento.
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Implicaciones en la estructura del ambiente natural.
Los impactos sobre el sistema natural originados en la actividad productiva del hombre se
pueden clasificar en tres grandes grupos:
• Ciertas ventajas o beneficios económicos pueden obtenerse por la explotación de la
productividad biológica del ecosistema. En estos casos, un elemento constitutivo del
ecosistema es retirado del mismo; por ejemplo, algunas plantas forestales, especies
animales, ciertos cultivos agrícolas. En la medida que estas sustracciones de la
biosfera no regresan a ella o no son sustituidas por otras para restablecer el ciclo
biogeoquímico, la estructura y el funcionamiento del ecosistema natural se verán
afectados. Los procesos de desertificación, deforestación, etc., pueden ilustrar esto.
• El impacto puede también ser causado por la incorporación al ecosistema de
cantidades mayores de ciertos elementos. Se daría aquí un proceso contrario al
anterior. Los ejemplos más claros, y que saltan a la vista, son las descargas de
residuos en sus formas de contaminantes y desechos, la adición de fertilizantes, etc.
Nuevamente, el ecosistema natural se ve sometido a una presión para continuar su
normal funcionamiento.
• Finalmente, el tercer caso se produce cuando se descarga en el ecosistema un
elemento nuevo, que le es completamente ajeno. El sistema reacciona, ya sea
tratando de asimilarlo, degradarlo o simplemente rechazarlo. Ambas situaciones se
traducen en presiones que pueden ser relativamente fuertes sobre el funcionamiento
normal del sistema natural.
Los tres casos mencionados se vinculan, y la superación de los efectos negativos
dependerá finalmente del grado de homeostasis y resiliencia del sistema. La homeostasis
habla de la relación con la capacidad autorreguladora del sistema, mientras que la
resiliencia es su capacidad para resistir el impacto y seguir permaneciendo, en cuanto
sistema. Holling ha enriquecido el concepto y se refiere a la capacidad del sistema, no sólo
para resistir el impacto, sino también para utilizarlo en beneficio propio.
Algunos ejemplos ilustrarán lo anterior. El sobrepastoreo implica retirar del sistema natural
una cantidad de energía y nutrientes acumulados a un ritmo superior a su capacidad para
reciclar los nutrientes y fijar la energía. En general, los grupos sociales han mostrado una
creciente aptitud para utilizar la energía y los nutrientes del sistema natural, que no siempre
son retornados.
Este fenómeno se ha visto fomentado por el comercio internacional. La carne y los cereales
extraídos en un lugar, son consumidos en otro, y los residuos orgánicos que quedan de su
utilización no regresan al sistema natural de origen, sino que son eliminados por las vías
del alcantarillado, el manejo de desechos, etc. Esto se ha traducido, por ejemplo, en
pérdidas de fósforo en los sistemas agrícolas. La práctica de la agricultura moderna
consiste en agregar fertilizantes fosfatados, a fin de permitir la reconstrucción de su ciclo.
Sin embargo, la utilización de fertilizantes fosfatados está supeditada a toda una estructura
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Implicaciones en la estructura del ambiente natural.
socioeconómica y a una cierta capacidad tecnológica. Las consecuencias de este proceso
son el deterioro paulatino del ecosistema natural, la pérdida de la fertilidad y, finalmente,
su incapacidad para sustentar el grupo social.
Por otro lado, la práctica social ha sido la utilización de unas pocas especies vivas para
satisfacer las necesidades del sistema socioeconómico. Ello ha implicado una actitud
selectiva, merced a la cual algunas variedades genéticas han ido desapareciendo, con los
consiguientes efectos sobre la diversidad del ecosistema. Las especies domesticadas por
el hombre no pasan de 100, y la alimentación humana se basa en menos especies aún.
La Academia de Ciencias de los Estados Unidos señala que existen más de 200 000
especies de plantas conocidas, pero que sólo 100 han sido domesticadas por el hombre, y
sólo 30 de ellas proporcionan 85% del peso de los alimentos consumidos por los seres
humanos y 95% de sus calorías y proteínas. A su vez ocho especies (trigo, arroz, maíz,
cebada, avena, sorgo, mijo y centeno) proporcionan las tres cuartas partes del total de
proteínas alimenticias y energía consumidas por el hombre.
En relación con los recursos ganaderos, se da un fenómeno similar. Así, 90% del ganado
doméstico pertenece a apenas una docena de especies. Según informes de la FAO, sólo
en la cuenca del Mediterráneo, del total de razas vacunas existentes a comienzos de los
años setenta, 115 especies estaban amenazadas de extinción y sólo 30 se mantenían.
La pérdida de biodiversidad asociada a la eliminación de los bosques tropicales acelera
dicho proceso. A su vez, los patrones imperantes en el comercio internacional promueven
la homogeneización de los cultivos y los monocultivos, y refuerzan las prácticas descritas.
La diversidad es considerada como una de las formas que permiten al sistema tener un
grado adecuado de homeostasis y, al mismo tiempo, su resiliencia está también
relacionada con esa diversidad de especies. La concentración selectiva en el uso de pocas
especies genéticas no sólo supone un mal aprovechamiento y un uso ineficiente de la
naturaleza por parte del sistema social, sino que, además, tiene efectos negativos, porque
la pérdida de diversidad se traduce en una mayor vulnerabilidad del sistema natural y en
una alteración de sus procesos autorreguladores y de sobrevivencia.
La pérdida de diversidad no sólo tiene efectos sobre la estructura y el funcionamiento del
ecosistema, sino que además aumenta los riesgos. En efecto, mientras más homogéneo
es un sistema, mayor es su vulnerabilidad a las plagas de gran escala, a las enfermedades,
a las fluctuaciones y azares del clima. El desastre de 1840 en los cultivos de patatas de
Irlanda es un ejemplo repetidamente citado, al cual se pueden agregar hechos más
recientes como las pérdidas de 15% de las cosechas americanas de trigo en 1970, que
fueron azotadas por el tizón. En fecha todavía más próxima en el sudeste asiático las
plagas de insectos han devastado repetidamente las plantaciones de arroz.
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Implicaciones en la estructura del ambiente natural.
Problemas similares se producen por la aplicación de técnicas y formas de utilización del
sistema natural con ecosistemas caracterizados por factores estructurales y funcionales
distintos. El caso ya clásico para ilustrar esta situación es la explotación de zonas tropicales
y subtropicales agrícolas. Las tierras tropicales no tienen inherentemente una alta fertilidad,
ya que la biomasa se concentra en las plantas que cubren la tierra más que en la tierra
misma, el humus, como es normal en las zonas templadas.
Cultivos que no sean especialmente cuidados, con técnicas adecuadas para mantener la
fertilidad de esos suelos, pueden acarrear pérdidas netas por erosión y eventual
desertificación. En este caso, una vez más se extraen elementos del sistema natural a un
ritmo superior a sus naturales procesos de regeneración, o simplemente dichos elementos
no se reincorporan al ciclo natural, traduciéndose en pérdidas netas y en alteraciones de la
capacidad autorreguladora, homeostasis y pérdida de la capacidad del sistema para
permanecer, en cuanto tal, frente a presiones: pérdida de la resiliencia.
Otro aspecto es la introducción en el ecosistema natural de elementos que le son ajenos.
Tal vez el caso más debatido es el de la descarga de pesticidas químicos en el sistema
natural, que ataca ciertas plantas e insectos, eliminándolas y, por lo tanto, alterando el
equilibrio de relaciones biológicas existentes en el sistema. Pero, además, el uso del DDT
acarrea consecuencias no deseadas, debido a su propiedad de concentrarse a medida que
asciende en la cadena trófica. EI DDT pasa de un nivel a otro prácticamente sin pérdidas,
o con pérdidas mínimas, y ello quiere decir que en los niveles tróficos superiores alcanza
grados de concentración tóxicos y finalmente afecta al hombre mismo, que se encuentra
en la cúspide de la pirámide.
El problema de los agroquímicos no es único. Otros elementos se descargan en el sistema
natural, nuevos ciclos se van agregando a los existentes, ciclos que tienden a aumentar y
extenderse y que pueden tener caracteres tóxicos y aún letales. Entre ellos cabe mencionar
el plomo, el mercurio, los metales pesados en general, así como compuestos estables
asociados a los insecticidas y defoliantes.
Especial mención merecen las actividades relacionadas con la energía nuclear. La
explotación del uranio, por ejemplo, da lugar a radiaciones de radón, algunos de cuyos
derivados como el polonio 210 y el plomo 210 entran también en la cadena trófica. Por lo
tanto, la acumulación de desechos de la explotación del uranio tiene un riesgo grave, pues
el radón 222 permanece por miles de años. Las pruebas nucleares proporcionan algunos
ejemplos concretos. En Enewetak alteraron los niveles de población de las especies
animales de la isla, entre ellas las de crustáceos. Al suspenderse las pruebas, en 1958,
dichas poblaciones retornaron a sus niveles normales. Sin embargo, dos años más tarde
se descubrió que el strontium 90, el cerium 144 y el cesio 137 habían pasado a constituir
un elemento permanente en el ciclo bioquímico de los crustáceos.
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Implicaciones en la estructura del ambiente natural.
La zona ártica se ha visto así mismo afectada por las pruebas nucleares americanas y
soviéticas. Los elementos radiactivos de estas pruebas son retenidos durante largos
periodos por los líquenes que constituyen el alimento del caribú, cuya carne es parte
esencial de la dieta de los esquimales y lapones.
Algunas de estas poblaciones de Norteamérica y Eurasia tienen hoy acumulado en sus
organismos cantidades de isótopos tales como stroncio 90, cesio 137 y plutonio 239 sólo
inferiores a las poblaciones que estuvieron expuestas al fallout de Hiroshima y Nagasaki.
Finalmente, es interesante que los tres tipos de impactos --por extracción acelerada y
mayor de recursos; por utilización más intensa de la productividad y funciones
biogeoquímicas, y por adición de elementos extraños al sistema-- pueden darse
combinados en las actividades modernas de prácticas productivas. El caso más ilustrativo
es el de los cultivos con variedades genéticas de alto rendimiento --el maíz híbrido, las
nuevas variedades de trigo enano, el arroz IR-8-- que se identifican con la llamada
revolución verde. Las nuevas variedades presentan una respuesta altamente positiva a los
fertilizantes químicos, una disminución de sensibilidad al fotoperiodo y sensibilidad a las
disponibilidades adecuadas de agua. Todo ello resulta en una mayor precocidad; las
variedades tradicionales y permite reducir los periodos de crecimiento y maduración y al
mismo tiempo extender las áreas de cultivo gracias a la menor dependencia de la luz
diurna. Los resultados son, por una parte, el aumento de alimentos y, por otra, pérdida de
diversidad genética, mayor vulnerabilidad de los cultivos a los imprevistos del sistema
natural, pero también mayores requerimientos de fertilizantes y pesticidas, es decir, mayor
descarga en el sistema natural de compuestos orgánicos e inorgánicos que a veces le son
ajenos y/o se descargan a ritmos y magnitudes crecientes. En el corto plazo la producción
de alimentos ha aumentado. A largo plazo, se desconoce la totalidad de los impactos que
el nuevo proceso productivo puede tener sobre el sistema natural, aún cuando algunos
aspectos negativos también se manifiestan ya a corto plazo.
Además, este sistema tecnológico requiere una determinada forma de organización social
que permita su puesta en práctica, lo que se traduce en alteraciones sobre formas
tradicionales de la propia organización social.
El sistema social ha desarrollado una serie de capacidades para dominar su sistema
natural; estas mayores capacidades se han ejercido con un claro conocimiento de las
ventajas inmediatas o en términos de beneficios materiales y económicos de corto plazo,
pero sin evaluar las consecuencias colaterales, imprevistas o simplemente desconocidas,
que puedan resultar de la aplicación de esas técnicas.
La mayor capacidad de la sociedad para actuar sobre la naturaleza y transformarla se da
en los siguientes aspectos de su relación con el sistema natural:
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Implicaciones en la estructura del ambiente natural.
• capacidad de utilizar, captar y manipular energía en una escala nunca presenciada
en la historia de la humanidad;
• capacidad de utilizar, crear y manipular materiales;
• capacidad de influenciar, utilizar y modificar procesos biológicos, y
• capacidad de producir, manejar y transformar y transmitir información.
Lo anterior tiene efectos positivos y negativos. La capacidad de captación, utilización y
manipulación de energía permite llevar a cabo una serie de procesos productivos, aumentar
las posibilidades de transporte, construcción, información, manejo de materiales, etc. Por
otra parte, la mayor utilización de energía altera más violentamente los ecosistemas
naturales.
La mayor capacidad en el manejo de los materiales permite a la sociedad disponer de más
y más sofisticados bienes y aumentar los rendimientos en las actividades productivas. Por
ejemplo: la creación de los derivados de la petroquímica ha dado lugar a una amplia gama
de nuevos productos; los fertilizantes y pesticidas permiten aumentar los rendimientos
agrícolas. Pero son también la causa de una mayor descarga de materiales bajo la forma
de residuos, desechos y contaminantes en el medio natural, que afectan los ciclos naturales
y el funcionamiento del sistema.
La capacidad del manejo biológico permite disponer de nuevas variedades genéticas y
aumentar la expectativa de vida, pero al mismo tiempo puede reducir la diversidad genética
y alienta el crecimiento poblacional con la consiguiente presión sobre el sistema productivo
de alimentos.
Finalmente, el manejo de la información disponible, en términos de mayores conocimientos
y de la forma de aplicarlos para elevar al máximo los beneficios que la sociedad --o de una
parte de ella-- obtiene del funcionamiento del sistema productivo y la utilización de la
naturaleza, constituye una de las características más impresionantes del mundo
contemporáneo. La manipulación de los signos ha llegado a ser una actividad esencial en
la producción y funcionamiento de la sociedad de los países desarrollados.
Para algunos, estos cuatro aspectos se pueden reducir solamente a dos: capacidad de
manejo de información y utilización de la energía. Así, según Attali, el sistema económico
se puede considerar como un conjunto de recursos cuya transformación en productos y en
consumo exige una degradación de la energía organizada por la información, la cual a su
vez requiere energía.
Es a través de esas variables fundamentales, como la sociedad se desarrolla y utiliza su
base natural. El contexto general en que dicho proceso de desarrollo ocurre está
determinado, por una parte, por aquellas condiciones físicas, químicas y biológicas que
definen una realidad ambiental, que se corresponde con la dinámica de los fenómenos
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naturales y, por otra, por una realidad social que se materializa en un devenir histórico.
Esta unidad sociedad-naturaleza se manifiesta en un sistema de relaciones en el que, por
un lado, la realidad natural influye sobre el sistema social y le obliga a adaptarse y, por otro,
un sistema social que, gracias a cada vez mayores capacidades de transformación y
manipulación, tiende a adaptar el sistema natural a sus requerimientos.
Esta interrelación entre el sistema natural y el sistema social puede sistematizarse
mediante el esquema desarrollado por Patricia Bifani en su estudio sobre tribus nómadas.
Su análisis se centra en las características de la interrelación misma como variable
principal. Esta interrelación, que se da dentro del sistema medio ambiente natural-medio
ambiente social, puede pensarse como teniendo una doble direccionalidad:
• efectos del medio ambiente sobre el grupo social, y
• efectos del grupo social sobre el medio ambiente.
Los efectos del medio ambiente sobre el grupo social se dan como determinación e
influencia ambiental, en tanto que los efectos del grupo humano sobre el medio ambiente
se dan como capacidad de manejo y/o transformación del medio ambiente.
En general, los grupos humanos que tienen un sistema de vida poco integrado al mundo
«moderno» ocupan un territorio en que encuentran los recursos que les faltan, en tanto que
las economías agrícolas o industriales producen lo que se necesita, transformando la
naturaleza. Se tendrían básicamente dos formas de interrelación, variables en su grado y
en su forma:
• relación de adecuación y moldeamiento del grupo social a las exigencias de un medio
ambiente, y
• relación de adecuación y transformación del medio ambiente a las necesidades de
un grupo social dotado de capacidad de manejo del medio ambiente y de capacidad
técnica.
En las comunidades «modernas», la relación entre el grupo humano y su medio deja un
margen de posibilidades, determinado justamente por la capacidad humana de manejo y
transformación de las situaciones. El medio ambiente es, cada vez más, una construcción
y no un elemento dado. Dentro de este contexto, el comportamiento humano es flexible y
son numerosas las posibilidades adaptativas.
No sucede lo mismo en el caso de la comunidad primitiva, cuya relación con su medio
ambiente es más bien un moldeamiento a las exigencias ambientales, sin mediar
posibilidades de transformación efectivas. Veamos esquemáticamente lo que daría esta
situación en el diagrama de la página siguiente.
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Implicaciones en la estructura del ambiente natural.
Este diagrama representa un sistema de interrelaciones entre sistema social y sistema
natural, que estarían básicamente representadas por el juego de dos variables: la
variable determinación, con sus diferentes grados, que emana del sustrato ambiental, y la
variable control y manejo, que es propia del sistema social. El equilibrio dinámico entre
ambas dependerá de las características propias de un medio ambiente específico, y de la
capacidad del grupo humano para moverse entre los extremos de adecuación total a
transformación total de un medio ambiente dado.
Si se intenta caracterizar la interrelación medio ambiente-sociedad, se puede obtener una
tipología de diferentes sociedades y grupos humanos, y ubicar dentro de ella a los
diferentes grupos que interesa analizar. Tal tipología podría basarse en dos
consideraciones generales:
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Implicaciones en la estructura del ambiente natural.
• consideraciones cuantitativas: y grado en que se produce la influencia y
determinación ambiental y grado en que se manifiesta la posibilidad de adecuación
y transformación del medio ambiente por un grupo social, y
• consideraciones cualitativas: grado en que se produce la interrelación sociedad-
medio ambiente y características de la estructura dentro de la cual se da esta
interrelación.
La consideración cuantitativa permitirá obtener una primera agrupación de las sociedades
--por lo demás bastante obvia-- en: a) sociedades caracterizadas por una alta capacidad
de manejo y transformación del medio ambiente y una escasa determinación ambiental, y
b) sociedades con escasa capacidad de manejo y transformación ambiental y un alto grado
de determinación ambiental. Esta capacidad de manejo y transformación está definida
básicamente por el sistema tecnológico.
El acercamiento hacia polos extremos permitirá establecer un continuo:
Alta capacidad de manejo ambiental <<===>> Baja capacidad de manejo ambiental
Escasa determinación ambiental <<===>> Alto grado de determinación ambiental
Estas variables podrían ser caracterizadas, entre otras, por las siguientes dimensiones,
para las cuales hay que establecer los indicadores correspondientes:
• Determinación ambiental
o Diversidad de condiciones ambientales
o Previsibilidad en la ocurrencia de los fenómenos naturales
o Diversidad de recursos naturales
o Duración previsible de los recursos naturales
o Cantidad de recursos renovables
o Existencia de recursos recuperables
o Etcétera.
• Manejo ambiental
o Grado de adecuación de la tecnología a las características del medio ambiente
natural y social
o Tipo de tecnologías existentes, de acuerdo con las actividades de la comunidad
o Tecnología para:
▪ el pastoreo
▪ la caza
▪ la ganadería
▪ la industria liviana y la pesada
▪ la guerra
▪ etcétera.
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Implicaciones en la estructura del ambiente natural.
o Grado de sofisticación de la tecnología empleada
o Grado de control de los efectos de la tecnología empleada
o Etcétera.
Las comunidades se ubicarán dentro de este continuo de acuerdo con la importancia
relativa de cada uno de los indicadores.
La ubicación de las comunidades, en uno u otro extremo de este continuo, guarda relación
con su vulnerabilidad a las presiones adaptativas. Así, una comunidad muy primitiva, como
algunas tribus nómadas que habitan en un medio ambiente cuyas condiciones naturales
carecen de variedad, en que los fenómenos naturales son altamente imprevisibles, que
basan su subsistencia en un solo recurso natural y que la posibilidad de preservación de
este recurso consiste en la restricción de la dieta alimenticia, son más vulnerables a
cualquier medida o situación que altere la precaria relación de equilibrio que han
establecido con su medio ambiente. Dentro de este contexto, cualquier cambio en el patrón
de relaciones que se ha establecido entre esta organización social y su medio ambiente,
necesariamente va a provocar una transformación de toda la estructura.
Siendo la relación sociedad-medio ambiente un complejo de interrelaciones, que
presupone un equilibrio dinámico entre sus diversos componentes, los elementos ajenos o
nuevos que se incorporen ya sea al sistema natural o al socioeconómico producirán, dentro
de un plazo más o menos largo y con un mayor o menor grado de penetración, una
modificación de la estructura total al alterar el complejo de interrelaciones sociedad-medio
ambiente.
Así, cualquier determinación proveniente del sistema exterior dominante, que afecte el
manejo del sustrato ambiental (política de áreas de pastoreo, política de aguas, etc.), o que
intente modificar el manejo de su base económica, afectará necesariamente la estructura
del grupo social.
Lo mismo sucede con la variable «manejo ambiental». No puede ser medida por la
existencia o inexistencia de recursos técnicos ni por el grado de sofisticación de los mismos,
sino por el grado de adecuación de estos recursos a las características específicas de la
comunidad y del medio ambiente al cual van dirigidas. Dentro de este contexto, el sistema
de interrelaciones sociedad-medio ambiente constituye un sistema de posibilidades
interrelacionadas, y la acción se dirige al patrón mismo de interrelaciones, intentando
maximizar el beneficio comunal en función de los recursos existentes y de los recursos
necesarios. La comunidad no es vista como una fuente abastecedora de materias primas
ni como un mercado potencial para la compra indiscriminada de tecnologías «avanzadas»,
sino como un sistema con un determinado conjunto de posibilidades a desarrollar
armónicamente dentro de las peculiaridades de ese sistema particular.
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Implicaciones en la estructura del ambiente natural.
Si se han establecido los criterios de medición con base en un marco conceptual
ideológicamente claro, se pueden medir los avances de una determinada sociedad dentro
del continuo determinación-transformación. El punto de referencia para establecer una
mejor gradación no es, en este caso, otra sociedad considerada más avanzada, sino la
misma sociedad en dos momentos del tiempo, u otras sociedades que presenten
características de desarrollo semejantes.
Una sociedad es avanzada en la medida que utiliza y controla mejor sus recursos en
beneficio de la comunidad.