2. • La fiesta de los Reyes Magos
• La fiesta religiosa
• La adoración a Jesús, el Hijo de
Dios
• El gesto de ponerse de rodillas
3. El texto de la Biblia que
da origen a la fiesta del
6 de Enero dice así:
“Jesús nació en Belén
de Judea en tiempos
del rey Herodes.
Entonces, unos
magos de Oriente se
presentaron en
Jerusalén
preguntando:
‘¿Dónde está el
Rey de los judíos
que ha nacido?
Porque hemos visto
salir su estrella y
venimos a
adorarlo?’....
Después, abriendo sus
cofres, le ofrecieron
regalos: oro, incienso
y mirra” (Mt 2, 1-12).
Encontraron la
casa, vieron al
niño, con María, su
madre, y cayendo
de rodillas lo
adoraron;
4. • Litúrgicamente, esta
fiesta recibe el nombre
de “Epifanía”, palabra
griega que significa
“manifestación”.
• El origen de esta fiesta se
remonta a los primeros
tiempos de la Iglesia y su
celebración comenzó en
Oriente para celebrar el
nacimiento del Señor, su
aparición en la carne.
5. Cuando la fiesta de la
Epifanía pasó a
Occidente, cambió de
significado,
celebrándose la
revelación de Jesús a los
pueblos paganos,
representados por los
magos del Oriente, que
vinieron a la ciudad de
Belén, en Judea, a
adorar al Redentor
recién nacido.
6. De este modo en Occidente
se distinguieron pronto dos
fiestas, estrechamente
relacionadas:
La fiesta de Navidad, en la
que se celebraba el
nacimiento de Cristo,
Y la fiesta de la Epifanía, en
la que se celebraba la
adoración de las naciones al
Hijo de Dios encarnado.
7. El gesto de los magos
consistió en ponerse de
rodillas ante niño Jesús,
reconocido como el
Rey de los judíos.
Nosotros sabemos, tras la
resurrección de Jesús de entre
los muertos y su gloriosa
ascensión a los cielos, que ese
Rey de los judíos es el Hijo de
Dios y que por lo tanto, los
magos acertaron al ponerse de
rodillas para adorarlo.
8. En el Nuevo Testamento
son muchos los ejemplos
que tenemos de
ponerse de rodillas ante
Dios.
El libro de los Hechos de
los Apóstoles nos narra
la oración de rodillas de
San Pedro (Hch 9, 40),
de San Pablo (Hch 20,
36) y de toda la
comunidad cristiana de
la Iglesia primitiva (Hch
21, 5).
Igualmente, San Esteban,
el primer mártir cristiano,
pide de rodillas a Jesús
resucitado:
•“Señor, no les tengas en
cuenta este pecado”
(Hch 7, 60).
9. El texto más importante, en
el que nos indica la
necesidad de practicar
este gesto de respeto y
sumisión al Señor
resucitado, es Fil 2, 8-11:
“Cristo Jesús se
humilló a sí mismo,
hecho obediente
hasta la muerte, y
una muerte de cruz.
10. Por eso Dios lo exaltó sobre
todo y le concedió el Nombre
sobre todo nombre, de modo
que, al nombre de Jesús, toda
rodilla se doble,en el cielo, en
la tierra y en el abismo.
Y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor
para gloria de Dios
Padre”.
11. La adoración, doblando las
rodillas como gesto de sumisión,
no disminuye la dignidad del
hombre, sino que indica que
reconoce a Dios como Señor del
Universo,
Como Creador del mundo y del
hombre y, sobre todo, como
Aquel que ha enviado a su Hijo al
mundo para salvarnos.
La cultura moderna,
marcada por la
secularización, no
comprende ya el
gesto de arrodillarse.
12. Así pues, el gesto de
ponerse de rodillas
en señal de
adoración es un
gesto importante en
la vida de la Iglesia.
Hoy deberíamos
recuperarlo, donde
se haya perdido,
sobre todo al pasar
delante del sagrario
en nuestras iglesias
y, sobre todo, en el
momento de la
consagración en la
misa.
13. •Cristo, el Hijo de Dios
encarnado, se hace
realmente presente en la
Eucaristía y, por lo tanto,
también en nuestro tiempo,
deberíamos hacer como los
magos que, al entrar en la
casa, donde estaba Jesús,
“cayendo de rodillas, lo
adoraron”.
14. Señor, tú que en este día
revelaste a tu Hijo unigénito a
los pueblos gentiles, por medio
de una estrella, concede a los
que ya te conocemos por la fe
poder contemplar un día, cara
a cara, la hermosura infinita de
tu gloria. Por Nuestro Señor
Jesucristo. Amén.