1. Universidad Nacional
Santiago Antúnez de Mayolo
“UNASAM”
Carrera Profesional : Ingeniería Civil.
Año y Semestre : 2013 -II
Asignatura : Axiología
Docente : Cerna Ruiz Liszeth
Alumno : Arroyo Suárez Joe Anderson
Fecha : 25-ENE-2014
Huaraz-Ancash-Perú
2. AUNQUE PAREZCA INCREÍBLE, EN EL FONDO DEL SÍ MISMO
EXISTE LA BONDAD, NO LA MALDAD.
El bien no existe sin el mal, al igual que el mal sin el bien, el bien le debe al
mal su condición de bien. La dicotomía entre bien y mal es casi
inquebrantable pues de cada pueblo penden tablas diferentes de lo que es
bueno y lo que es malo. Lo que para nosotros es malo para otros es
bueno, un ejemplo: los sacrificios que llevaban a cabo los incas, es horrible
para nosotros, bueno para ellos; pues favorecían su relación con los
dioses. El bien y el mal es diferente para cada quien y a niveles diferentes
para cada sociedad y para cada época.
El bien es lo correcto, está más relacionado con el deber; el mal surge de
pretendidos y caprichosos derechos individuales. Si yo hago el bien por
temor a ir preso o por temor a ir al Infierno, no soy bueno, sino un malo
reprimido; si lo hago porque es lo que se debe hacer, soy bueno.
FRAGMENTO DE LA ÉTICA NICOMÁQUEA
(Textos de Aristóteles)
Después de haber tratado acerca de las virtudes, la amistad y los placeres,
nos resta una discusión sumaria en torno a la felicidad, puesto que la
colocamos como fin de todo lo humano. Nuestra discusión será más
breve, si resumimos lo que hemos dicho. Dijimos, pues, que la felicidad no
es un modo de ser, pues de otra manera podría pertenecer también al
hombre que pasara la vida durmiendo o viviera como una planta, al
hombre que sufriera las mayores desgracias. Ya que esto no es
satisfactorio, sino que la felicidad ha de ser considerada, más bien, una
actividad, como hemos dicho antes, y si, de las actividades, unas son
necesarias y se escogen por causa de otras, mientras que otras se escogen
por sí mismas, es evidente que la felicidad se ha de colocar entre las cosas
por sí mismas deseables y no por causa de otra cosa, porque la felicidad
no necesita de nada, sino que se basta a sí misma, y las actividades que se
escogen por sí mismas son aquellas de las cuales no se busca nada fuera
de la misma actividad. Tales parecen ser las acciones de acuerdo con la
virtud.
3. ENCHIRIDION
(Fragmentos)
San Agustín de Hipona
Si Dios Padre todopoderoso, Creador del mundo ordenado y bueno, tiene
cuidado de todas sus criaturas, ¿por qué existe el mal? A esta pregunta
tan apremiante como inevitable, tan dolorosa como misteriosa no se
puede dar una respuesta simple. El conjunto de la fe cristiana constituye la
respuesta a esta pregunta: la bondad de la creación, el drama del pecado,
el amor paciente de Dios que sale al encuentro del hombre con sus
Alianzas, con la Encarnación redentora de su Hijo, con el don del Espíritu,
con la congregación de la Iglesia, con la fuerza de los sacramentos, con la
llamada a una vida bienaventurada que las criaturas son invitadas a
aceptar libremente, pero a la cual, también libremente, por un misterio
terrible, pueden negarse o rechazar. No hay un rasgo del mensaje
cristiano que no sea en parte una respuesta a la cuestión del mal.
CAPÍTULO PRIMERO: TRÁNSITO DEL CONOCIMIENTO MORAL
COMÚN DE LA RAZÓN AL CONOCIMIENTO FILOSÓFICO
A partir de lo dicho por Kant, la buena voluntad es la que constituye parte
importante de la estructura del ser humano y su felicidad, puesto que
puede ser considerada como lo único existentemente bueno sin
restricción alguna. Los talentos del espíritu o los dones de la fortuna del
ser humano, sin duda, son deseados e incluso buenos, pero solo si son
manejados por la buena voluntad.
La buena voluntad es valiosa en si misma al ser dada a conocerse como un
hecho de querer, permitiendo que la finalidad de un algo, efectuada o no,
sea irrelevante, dejando de la lado a la razón como un medio para lograr
satisfacer la necesidades del ser humano. Mas sin embargo la razón no
deja de formar un papel importante, porque gracias a ella la voluntad se
convierte en un deber, en un bien supremo y la condición única de todo lo
demás.
El deber es el resultado lógico de una acción realizada por el ser humano,
en el cual no existen inclinaciones ni debilidades, su valor moral no está
4. basado en propósitos, sino exclusivamente en el principio de querer hacer
tal acción, y es principalmente necesaria respecto a la ley.