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Psicothema 2005. Vol. 17, nº 2, pp. 257-262                                                                                    ISSN 0214 - 9915 CODEN PSOTEG
www.psicothema.com                                                                                                                  Copyright © 2005 Psicothema




    La estructura de las creencias sobre la problemática medioambiental

                          María Amérigo, Juan Ignacio Aragonés*, Verónica Sevillano* y Beatriz Cortés
                                       Universidad de Castilla-La Mancha y * Universidad Complutense de Madrid


                            La presente investigación analiza las creencias que orientan la relación individuo-medio ambiente, hi-
                            potetizando que éstas se organizan en una estructura tripartita, según que el énfasis se ponga en el pro-
                            pio sujeto (egoísmo), en los seres humanos (socioaltruismo) o en la biosfera (biosferismo). Esta es-
                            tructura se contrasta con otros enfoques bidimensionales donde se enfrentan una orientación
                            ecocéntrica y una antropocéntrica. Los resultados obtenidos con una muestra de estudiantes (N= 212)
                            apuntan hacia la existencia de una estructura bidimensional de las creencias ambientales: una dimen-
                            sión antropocéntrica vinculada a las consecuencias que el deterioro medioambiental tiene para uno
                            mismo y para el ser humano en general y al valor instrumental del medio ambiente; y una dimensión
                            ecocéntrica que valora las consecuencias del daño medioambiental para los elementos no humanos del
                            planeta y que contempla el medio ambiente por su valor intrínseco.

                            The structure of beliefs about environmental concern. In this study beliefs about the relationship bet-
                            ween the individual and his/her natural environment are analysed and it is hypothesised that these be-
                            liefs are organised in a three-dimensional structure, according to the emphasis placed within the rela-
                            tionship on: self (egoism), human beings in general (socioaltruism) and the Biosphere (biospherism).
                            This structure is compared with other works that defend a bidimensional structure of anthropocentri-
                            city versus ecocentricity. Results based on a student sample (N= 212) indicate the existence of a bidi-
                            mensional structure of environmental beliefs: an anthropocentric dimension, concerned with the effects
                            of environmental deterioration on self and human beings in general and with the instrumental value of
                            the environment; and an ecocentric dimension which assesses the consequences of environmental de-
                            terioration for non-human elements of the planet and which considers the natural environment for its
                            own intrinsic value.




    Las consideraciones filosóficas sobre el debate ecocentrismo-                  mar y justificar cursos de acción (Dunlap y Van Liere, 1984; Mil-
antropocentrismo, es decir, sobre si el ser humano se siente inte-                 brath, 1986).
grado con la naturaleza o la utiliza para sus propios fines, respec-                   La consideración de estos dos paradigmas opuestos no implica
tivamente, han derivado en trabajos que tratan de analizar las                     que las creencias que las personas mantengan acerca de la relación
creencias y/o las actitudes sobre la relación individuo-medio am-                  ser humano-medio ambiente pertenezcan de manera radical a uno
biente. Desde un enfoque claramente sociológico cabría destacar                    u otro paradigma. A escala individual, hay muchas personas que,
aquellos trabajos que analizan la transición hacia un nuevo siste-                 aun adhiriéndose al PSD, hacen esfuerzos por proteger el ambien-
ma social que, como consecuencia del deterioro medioambiental                      te. Milbrath (1986) afirma que la mayoría de la gente no constitu-
provocado por el ser humano, implica un cambio necesario en                        ye «tipos puros» en su pertenencia a uno u otro paradigma, sino
creencias, actitudes, valores y estilos de vida (Dunlap y Van Lie-                 que existen tipologías mezcladas. De hecho, el autor establece una
re, 1984; Milbrath, 1986). Un cambio que enfrenta visiones del                     serie de «posturas hacia el ambiente» situadas en un espacio de
mundo diferentes: la «retaguardia» que pone el énfasis en la capa-                 dos dimensiones ortogonales en función de: a) valorar un ambien-
cidad de la ciencia y la tecnología para solventar la actual proble-               te limpio y seguro frente a la riqueza material; y b) ser partidario
mática ambiental o «Paradigma Social Dominante» (PSD), frente                      del cambio social o resistirse a él. La dimensión PSD-NPE sería
a la «vanguardia» empeñada en un cambio radical hacia una so-                      diagonal en este espacio.
ciedad ambientalmente más limpia y segura o «Nuevo Paradigma                           Desde una perspectiva psicosocial cabría destacar las investi-
Ecológico» (NPE). Se habla así de nuevas ideologías políticas que                  gaciones que aplican el modelo de expectativa-valor sobre actitu-
se constituyen en auténticos paradigmas, en el sentido de que su-                  des y creencias de forma que se analiza la preocupación medio-
ponen marcos de significado para interpretar la realidad y legiti-                 ambiental a partir de las creencias sobre las consecuencias que el
                                                                                   deterioro medioambiental puede tener para ciertos elementos va-
                                                                                   lorados por las personas, en concreto: uno mismo, los demás seres
Fecha recepción: 9-3-04 • Fecha aceptación: 23-11-04                               humanos o la biosfera - elementos no humanos del planeta (Stern
Correspondencia: María Amérigo                                                     y Dietz, 1994; Schultz, 2000, 2001). Estos autores sostienen que
Facultad de Humanidades                                                            las creencias hacia las consecuencias del deterioro medioambien-
Universidad de Castilla-La Mancha
45071 Toledo (Spain)                                                               tal están motivadas o dinamizadas por los valores —entendiendo
E-mail: maria.amerigo@uclm.es                                                      éstos como estructuras estables que se generan en el proceso de so-
258                       MARÍA AMÉRIGO, JUAN IGNACIO ARAGONÉS, VERÓNICA SEVILLANO Y BEATRIZ CORTÉS

cialización y que orientan la acción (Stern y Dietz, 1994)— de for-      sión egoísta señalada en los trabajos de Schultz y Stern y colabo-
ma que éstos sirven como marco para interpretar selectivamente la        radores; y una dimensión biosférica que podría relacionarse asi-
información acerca del medio ambiente. En diversos trabajos y            mismo con la dimensión biosférica señalada en los trabajos de es-
partiendo de la estructura universal de los valores humanos desa-        tos mismos autores.
rrollada por Schwartz (1992), se ha puesto de manifiesto empíri-             Por otra parte, y en lo que respecta a la dimensión antropocén-
camente una relación entre orientaciones de valor «egoístas», «so-       trica de la escala de Thompson y Barton (1994), todos los ítems
cioaltruistas» y «biosféricas» y las creencias acerca de las             hacen referencia a aspectos relacionados con los beneficios que la
consecuencias que el deterioro medioambiental puede tener para           protección medioambiental puede acarrear al ser humano en gene-
uno mismo, los seres humanos en general y los elementos no hu-           ral. Esta dimensión antropocéntrica podría relacionarse con la di-
manos del planeta, respectivamente (Stern, Dietz y Kalof, 1993;          mensión socioaltruista señalada en los trabajos de Schultz y Stern
Stern y Dietz, 1994; Schultz y Zelezny, 1998). Por su parte,             y colaboradores. En este sentido, y atendiendo a los trabajos más
Schultz (2000 y 2001) constató empíricamente la existencia de es-        recientes de Schultz, sería plausible reformular la escala de
ta estructura tripartita de las creencias sobre las consecuencias del    Thompson y Barton (1994) en torno a las tres dimensiones confir-
deterioro medioambiental —egoísta altruista y biosférica— a par-         madas por este autor, lo que sin duda arrojaría alguna luz sobre la
tir de un análisis de contenido realizado transculturalmente sobre       estructura de las creencias proambientales como el elemento cog-
la pregunta ¿cuál es el problema ambiental que más le preocupa y         nitivo de la preocupación ambiental. El objetivo, por tanto, de la
por qué? Los resultados fueron utilizados para elaborar instru-          presente investigación consistiría en verificar si la escala de
mentos de medida de las creencias sobre las consecuencias que el         Thompson y Barton (1994) está midiendo tres dimensiones, egoís-
deterioro medioambiental tiene para uno mismo, los demás y los           ta, biosférica y antropocéntrica, en lugar de las dos —ecocéntrica
animales y plantas y la estructura tripartita fue obtenida y confir-     y antropocéntrica— que dice medir y si estas tres dimensiones se
mada a través de diversos análisis factoriales aplicados sobre dife-     corresponden con las obtenidas en los trabajos desarrollados por el
rentes muestras.                                                         grupo de Schultz y Stern y colaboradores.
    La consideración de la estructura tripartita de las creencias am-        Estas dimensiones generan efectos diferenciales en la repre-
bientales ha generado gran cantidad de investigación empírica tal        sentación de la problemática ambiental. Así, por ejemplo, Arago-
y como ponen de manifiesto los trabajos ya señalados; no obstan-         nés, Izurieta y Raposo (2003) pusieron de manifiesto cómo la de-
te, otros autores contemplan las actitudes acerca de la problemáti-      finición del concepto «desarrollo sostenible» adquiría matices
ca ambiental desde dos dimensiones que suponen «motivos o va-            diferentes en función de la posición que las personas mantienen
lores que sustentan el apoyo a las cuestiones ambientales»               hacia la naturaleza: la categoría «progreso» en los antropocéntri-
(Thompson y Barton, 1994, p. 149). Desde esta perspectiva se po-         cos, frente a la «conservación» de los ecocéntricos. En el presen-
dría hablar de «individuos antropocéntricos» que valoran el am-          te trabajo también se pretende relacionar las dimensiones de las
biente natural por la contribución de éste a la calidad de la vida hu-   creencias proambientales con la percepción sobre el tipo de im-
mana y de «individuos ecocéntricos» que valoran la naturaleza per        pacto local versus global de los problemas medioambientales. En
se. Este enfoque implica una doble consideración de las creencias        este sentido cabría citar el trabajo de Uzzell (2000), donde se pu-
acerca de la relación individuo-medio ambiente natural: bien la          so de manifiesto el concepto de hipermetropía ambiental; es de-
creencia de que la naturaleza ha de estar al servicio del ser huma-      cir, los problemas ambientales son percibidos como más graves
no (antropocentrismo); o que ésta posee un valor intrínseco y en la      cuanto más alejados se encuentren del perceptor, y el sentido de
que el propio ser humano forma parte como un elemento más                responsabilidad se vuelve impotente ante problemas percibidos a
(ecocentrismo).                                                          nivel global. Asimismo, Corraliza y Berenguer (1998) pusieron
    Thompson y Barton (1994) elaboraron una escala para medir            de manifiesto cómo las actitudes hacia la problemática ambiental
estas dos dimensiones que ha sido profusamente aplicada en di-           podrían ser más o menos específicas en función de la proximidad
versos trabajos (Amérigo, González y Aragonés, 1995; San Juan,           al sujeto de un problema ambiental concreto. En esta investiga-
1996; González y Amérigo, 1999). No obstante una observación             ción se hipotetiza que aquellas personas egocéntricas y/o antro-
detenida de esta escala advierte que la dimensión ecocéntrica ori-       pocéntricas reflejarán problemas ambientales con un impacto lo-
ginal de Thompson y Barton (1994) parece medir dos aspectos              cal, mientras que las ecocéntricas o biosféricas tendrán más
distintos vinculados a los motivos para la conservación medio-           accesibles problemas ambientales con un impacto global sobre el
ambiental: por un lado, hay ítems que hacen referencia a los be-         medio ambiente.
neficios físicos o psicológicos para el individuo que genera el me-
ro hecho de estar o pensar en la naturaleza, por ejemplo, el ítem                                     Método
28: «El estar en la naturaleza es un gran reductor del estrés para
mí» (p. 152). Estas medidas estarían vinculadas a los efectos            Participantes
emocionales positivos que produce el contacto con la naturaleza.
El protagonista es el self, por lo que estos ítems podrían conside-         La muestra de participantes que componen este estudio está
rarse como pertenecientes a una dimensión «egocéntrica». Por             formada por un total de 212 estudiantes universitarios de las ciu-
otro lado, el resto de los ítems ecocéntricos hacen referencia a los     dades de Talavera de la Reina (34%), Toledo (21,2%) y Madrid
aspectos biosféricos que enfatizan el valor intrínseco de la natu-       (44,8%), con un rango de edades entre 18 y 24 años (M= 20,2;
raleza. Por ejemplo, el ítem 26: «La naturaleza tiene valor por sí       DT= 1,57) y una distribución de 20,8% varones y 79,2% mujeres.
misma» (Thompson y Barton, 1994, p. 152). Es decir, observan-            La distribución según la ideología política arroja resultados de un
do la escala diseñada por estos autores para medir ecocentrismo          20,3% de sujetos que no declaran ninguna ideología; 45,3% que se
puede advertirse que esta dimensión se desdobla en dos: una di-          declara de izquierda o centro izquierda; 22,2% de centro y 12,2%
mensión egocéntrica que podría estar relacionada con la dimen-           de derecha o centro derecha.
LA ESTRUCTURA DE LAS CREENCIAS SOBRE LA PROBLEMÁTICA MEDIOAMBIENTAL                                                                                             259

Instrumentos                                                                                          ma que, en el caso de Schultz, se unieran las dimensiones egoísta y
                                                                                                      altruista, y en el caso de Thompson y Barton las dimensiones ego-
    Los participantes cumplimentaron un cuestionario autoadmi-                                        céntrica y biocéntrica, tal y como lo estaban originalmente.
nistrado que estaba formado por distintos apartados. En primer lu-                                        Se repitieron los análisis de componentes principales, rotación
gar al participante se le pedía que enumerase cuantos problemas                                       oblicua, pero esta vez forzando la extracción a dos componentes.
ambientales conocía, permitiéndole un máximo de doce. A conti-                                        Los resultados que aparecen en la tabla 2 confirmaron estas pre-
nuación debían completar una escala sobre la valoración de las                                        dicciones indicando lo siguiente: 1) En la escala sobre las conse-
consecuencias que para ellos tenía el deterioro medioambiental, en                                    cuencias del deterioro medioambiental (Schultz), los ítems biosfé-
función de que dichas consecuencias afectaran a uno mismo, a la                                       ricos se unen en un componente, mientras que los egoístas y
biosfera o a los seres humanos en general. Esta escala adaptada del                                   altruistas se unen a su vez en un componente que bien podría reco-
trabajo de Schultz (2000) consistía en un total de 12 ítems tipo Li-                                  nocerse como una dimensión antropocéntrica (KMO= 0,833; χ2=
kert de 7 puntos, distribuidos aleatoriamente. Posteriormente, se                                     1139,945, p<0,001). 2) La escala de Thompson y Barton confirma
recogían una serie de preguntas de tipo sociodemográfico. Final-                                      su estructura original, distinguiéndose una dimensión ecocéntrica y
mente, se utilizó una versión reducida de la escala de antropocen-                                    otra antropocéntrica (KMO= 0,724; χ2= 656,799, p<0,001).
trismo/ecocentrismo de Thompson y Barton (1994) en base a las                                             Estos resultados llevan a plantear la posibilidad de considerar
tres dimensiones —egoísta, biosférica y antropocéntrica— ya                                           una estructura de las creencias hacia el medio ambiente bidimen-
mencionadas (ver Tabla 1) donde el participante tenía que respon-                                     sional, ecocéntrica y antropocéntrica, siguiendo así los plantea-
der utilizando un formato Likert de 5 puntos.                                                         mientos de Thompson y Barton, y uniendo lo egoísta y lo altruis-
                                                                                                      ta de Stern y Schultz en una única dimensión. Los resultados sobre
                                       Resultados                                                     la factorización conjunta, así como la fiabilidad interna de las cua-
                                                                                                      tro escalas medida a través del α de Cronbach, se recogen en la ta-
    Para identificar una posible estructura tripartita de las creencias                               bla 2. Tal y como puede observarse en la misma los valores α al-
hacia el medio ambiente en función de las tres dimensiones egoís-                                     canzados son satisfactorios. Un análisis de correlación entre las
ta, altruista y biosférica, se realizó un análisis de componentes                                     puntuaciones factoriales obtenidas (ver Tabla 3) produjo resulta-
principales, rotación oblicua, sobre las escalas que evaluaban la                                     dos coherentes con respecto a la dimensión biosférica; es decir, la
importancia de las consecuencias del deterioro medioambiental                                         dimensión biosférica de Schultz correlacionó significativamente y
sobre uno mismo, los seres humanos en general y los elementos no                                      de forma positiva con la dimensión ecocéntrica recogida por la es-
humanos del planeta (escala de Schultz). Asimismo, también se                                         cala de Thompson y Barton. Un resultado no estadísticamente sig-
realizó un análisis similar sobre los 15 ítems seleccionados de la                                    nificativo se obtuvo, sin embargo, para las escalas antropocéntri-
escala de Thompson y Barton, con la idea de encontrar la misma                                        cas. Sí correlacionaron de forma significativa y negativa el
estructura tripartita. Los resultados relativos a la escala de Schultz                                antropocentrismo medido a través de la escala de Thompson y
revelaron una estructura de tres componentes, pero algunos ítems                                      Barton y el biosferismo medido a través de la escala de Schultz.
de la dimensión altruista saturaban también en la dimensión egoís-                                        Una vez establecidas las dimensiones relativas a las creencias
ta. Por su parte, los análisis efectuados con la escala de Thompson                                   medioambientales en la muestra estudiada, se pasó a analizar has-
y Barton generaron estructuras de cuatro componentes, aparecien-                                      ta qué punto estas dimensiones generaban una representación di-
do una dimensión clara correspondiente al antropocentrismo y en                                       ferencial de los problemas ambientales en función de su impacto
las demás dimensiones se mezclaban los ítems egocéntricos y                                           local/global. Con el objeto de establecer los problemas ambienta-
biosféricos.                                                                                          les más accesibles, se analizaron los tres primeros problemas am-
    Estos resultados iniciales orientaron la estructura factorial de las                              bientales consignados por los participantes. Dos miembros del
creencias ambientales hacia la consideración de dos factores de for-                                  equipo de investigación actuando como jueces expertos, clasifica-


                                                                                Tabla 1
            Reformulación de la escala de Thompson y Barton (1994) según las dimensiones egocéntrica, biosférica y antropocéntrica de las creencias ambientales

 Egocéntrica (E)                                                 Biosférica (B)                                                Antropocéntrica (A)

 1. Puedo disfrutar pasando el tiempo en ambientes naturales     1. Prefiero las reservas naturales a los zoológicos (B1)      1. Lo peor de la destrucción de la selva tropical es que se frenará
 1. por el solo hecho de estar en la naturaleza (E1)                                                                           1. el descubrimiento de nuevos productos medicinales (A1)

 2. Necesito pasar tiempo en la naturaleza para ser feliz (E2)   2. La naturaleza tiene valor por sí misma (B2)                2. Lo que más me preocupa de la desaparición de los árboles
                                                                                                                               2. es que no haya madera para las generaciones futuras (A2)

 3. A veces cuando me siento triste encuentro confort            3. Una de las razones más importantes para la conservación    3. Una de las razones más importantes para mantener los lagos
 3. en la naturaleza (E3)                                        3. medioambiental es la preservación de áreas salvajes (B3)   3. y ríos limpios es que la gente pueda disfrutar de los deportes
                                                                                                                               3. acuáticos (A3)

 4. Me pone triste ver el ambiente natural destrozado (E4)       4. A veces los animales me parecen casi humanos (B4)          4. Una de las mejores cosas sobre el reciclado es que se ahorra
                                                                                                                                 dinero (A4)

 5. El estar en la naturaleza es un gran reductor del estrés     5. Los seres humanos forman parte del ecosistema de la misma 5. El cultivo intensivo de terrenos dedicados a la agricultura
 5. para mí (E5)                                                 5. forma que otros animales (B5)                             5. es una buena medida si con ello se consigue un nivel de vida
                                                                                                                              5. más alto (A5)
260                                 MARÍA AMÉRIGO, JUAN IGNACIO ARAGONÉS, VERÓNICA SEVILLANO Y BEATRIZ CORTÉS

ron un total de 688 problemas ambientales diferentes, en función                           primeros problemas mencionados fueron considerados como glo-
de su impacto local versus global. Siguiendo una adaptación de los                         bales). Para obtener dos grupos extremos en el continuo local/glo-
trabajos de Uzzell (2000) y Bones, Boniauto, Metastasio, Aiello y                          bal y dado que el porcentaje de participantes que puntuaron máxi-
Sensales (2000), cada problema ambiental fue puntuado en una es-                           mo en la escala global fue de 25,8%, se seleccionaron como
cala de tres puntos en función de si el impacto del mismo afecta-                          participantes locales aquellos que puntuaron 3, 4 o 5 en el men-
ba a: uno mismo/la ciudad= 1; el país (ámbito nacional)= 2 y el                            cionado continuo (23,6%). Los resultados del análisis de diferen-
continente o el mundo= 3. Tras la codificación, se alcanzó un                              cia de medias en las respectivas escalas se muestran en la tabla 4.
acuerdo interjueces del 76,6%, sobre una frecuencia total de 628                               Tal y como puede observarse, tan sólo la escala de Schultz re-
menciones. Hubo 12 problemas que no fueron codificados por al-                             lativa a las creencias sobre las consecuencias del deterioro medio-
guna de las jueces, por tratarse de cuestiones ajenas, en opinión de                       ambiental sobre la humanidad (antropocentrismo) genera diferen-
alguna de ellas, a la problemática ambiental (violencia, relaciones                        cias estadísticamente significativas en la dirección hipotetizada.
humanas, salud, racismo, etc.). Una vez clasificados los problemas
ambientales se seleccionaron a los participantes en los que había                                                              Discusión
habido un acuerdo total interjueces, puntuando cada uno de los
tres problemas ambientales mencionados en una escala de 1 a 3,                                 Los resultados ponen de manifiesto que la escala de Thompson
según el tipo de impacto local/global. No obstante, una dificultad                         y Barton (1994), diseñada para medir creencias antropocéntricas y
encontrada y que cabría mencionar, fue que hubo un problema am-                            ecocéntricas que subyacen al comportamiento proambiental, apo-
biental concreto —la contaminación— citado muy frecuentemen-                               yan tal diferenciación. De esta forma, los motivos para justificar la
te, sobre el cual no hubo acuerdo entre las jueces. Ello redundó en                        protección medioambiental pueden provenir de creencias antropo-
el tamaño muestral de los sujetos considerados como válidos para                           céntricas fundamentadas en el valor utilitarista del medio ambien-
esta prueba (N= 89), que se vio reducido a un 42% de la muestra                            te, o bien pueden contemplarse creencias ecocéntricas que enfati-
total. A estos participantes se les puntuó en una escala de siete                          zan el valor intrínseco de la naturaleza y en la que el ser humano
puntos desde 3 (participante completamente local, ya que los tres                          (el self) se haya inserto de una manera indisociable. A pesar de es-
primeros problemas mencionados fueron considerados como loca-                              ta evidencia empírica producida por los resultados de la escala, una
les) hasta 9 (participante completamente global, ya que los tres                           observación directa de los ítems que la componen, tal y como se
                                                                                           puso de manifiesto en la introducción, permite pensar que si bien el
                                    Tabla 2                                                ecocentrismo es un concepto globalizador, parece que en él se en-
  Matriz de configuración de los componentes rotados (oblicua) sobre las escalas           cuentran dos conceptos que bien podrían formar los polos de un
             de Schultz (2000) y Thompson y Barton (1994), N= 212                          continuo; en uno el self en la naturaleza y en el otro la propia natu-
                                                                                           raleza. Por lo que respecta a la escala de Schultz (2000), diseñada
 Schultz                       Factor 1      Factor 2 Thompson y Factor 1       Factor 2
                                                                                           para medir la importancia atribuida a las consecuencias del dete-
                                                        Barton
                                                                                           rioro ambiental sobre uno mismo, los demás seres humanos y la
 Mi persona                      .851                    E2            .725
                                                                                           biosfera, esta escala no es capaz de discriminar ciertos matices que
 Mi salud                        .839                    E3            .691                el autor denomina altruistas de la propia concepción del self, y de
 Los familiares                  .832                    E5            .653                hecho, cuando la estructura factorial se fuerza a dos dimensiones,
 Los niños                       .687                    E4            .585                lo altruista y lo egoísta se unen en una dimensión que bien podría
 Mi futuro                       .656                    B2            .533
                                                                                           denominarse «antropocéntrica». Por otra parte, esta dimensión an-
 Mi estilo de vida               .641                    E1            .513
 Todas las personas              .574                    B5            .433
                                                                                           tropocéntrica sí parece claramente diferenciada de la dimensión
 Los vecinos                     .526                    B3            .380                biosférica contemplada por la escala de Schultz, que centra el én-
 Las aves                                      .859      B4            .346                fasis en la importancia atribuida a las consecuencias del deterioro
 La vida acuática                              .844      A2                       .777
 Los animales                                  .812      A3                       .728
 La vida vegetal                               .747      A4                       .689                                         Tabla 4
                                                         A5                       .658          Diferencia de medias sobre las escalas ambientales en función del tipo
                                                         A1                       .627                                 de problema ambiental

 % de la varianza               33.76         24.32                    21.08      14.72                                            Tipo
 α                              0.842         0.841                    0.704      0.738
                                                                                                                     L                             G                      t
                                                                                                                    n=21                          n=23

                                        Tabla 3                                                                X             Dt             X              Dt
     Matriz de correlaciones entre las dimensiones de Thompson y Barton (TyB)
                                   y de Schultz (S)                                         Antro
                                                                                              S              3.37            .70           2.71           1.10          2.405*
 Dimensiones            EcoTyB               AntroTyB         AntroS           BiosS          TyB            2.96           1.04           2.63            .55          1.298

 EcoTyB                    –                  -.130            .011            -.322**      Eco/Bio
 AntroTyB                                       –              .120            -.155**         S             2.84           1.24           3.43            .65          -1.946
 AntroS                                                          –             -.021**         TyB           2.84            .80           3.08             .91          -.929
 BiosS                                                                            –
                                                                                            Nota: S= Escala de Schultz, T y B= Escala de Thompson y Barton; L= Local, G= Global.
 * p<.05 (bilateral). ** p<.01 (bilateral)                                                  * p<0,05.
LA ESTRUCTURA DE LAS CREENCIAS SOBRE LA PROBLEMÁTICA MEDIOAMBIENTAL                                                          261

medioambiental en los elementos no humanos del planeta. El aná-               Hess y Suárez (2001), según las cuales la ausencia de relación en-
lisis de correlación entre las diversas medidas puso de manifiesto la         tre antropocentrismo y ecocentrismo parece característica de so-
consonancia entre las medidas biosféricas. Así, las correlaciones             ciedades industrializadas, pero no así de aquellas en vías de desa-
entre las dos escalas denominadas ecocéntrica/biosférica resultaron           rrollo, donde la relación es, sin embargo, positiva. Según estos
ser positivas. De esta forma, los resultados apuntan a que las per-           autores parece que el nivel de industrialización y desarrollo favo-
sonas que creen que el medio ambiente forma parte de un ecosiste-             rece una forma distinta de concebir las relaciones individuo-medio
ma que tiene sentido en sí mismo, valoran en mayor medida las                 ambiente: bien desde una perspectiva dual antropocéntrica/eco-
consecuencias del deterioro medioambiental sobre la biosfera.                 céntrica, o bien desde una perspectiva holista en donde antropo-
También se encontró una correlación estadísticamente significati-             centrismo y ecocentrismo no entran en conflicto.
va, pero negativa, entre la escala antropocéntrica de Thompson y                  Otra cuestión que se analizó fue la de ver si estas dos dimen-
Barton y la escala biosférica de Schultz, lo que indica que las creen-        siones antropocéntrica, por un lado, y ecocéntrica/biosférica, por
cias antropocéntricas para conservar el medio ambiente se asocian             el otro, diferenciaban a los sujetos en relación a la consideración
a puntuaciones bajas en la escala que valora las consecuencias del            del tipo de impacto local/global, respectivamente, a la hora de pen-
deterioro medioambiental en animales y plantas.                               sar en los problemas ambientales. Esta idea fue corroborada con la
    Sin embargo, no se encontró una correlación positiva y signifi-           escala antropocéntrica de Schultz, pero no con el resto de las es-
cativa entre las escalas antropocéntricas resultantes de este estu-           calas que, aunque los resultados apuntaron en la dirección hipote-
dio. La razón bien podría encontrarse en que tanto los sujetos an-            tizada, las diferencias no resultaron ser estadísticamente significa-
tropocéntricos como los ecocéntricos medidos a través de la escala            tivas. Los problemas surgidos a la hora de categorizar los
de Thompson y Barton estarían igualmente preocupados por las                  problemas ambientales como locales o globales y el escaso núme-
consecuencias que los problemas ambientales pueden causar a                   ro de personas que componían la muestra pueden haber dificulta-
ellos mismos o a los seres humanos en general, de tal forma que el            do la corroboración de la hipótesis planteada.
objeto de evaluación de la escala de Shultz —las consecuencias                    Los resultados de este estudio no sólo matizan algunas dimen-
del deterioro medioambiental sobre uno mismo o los seres huma-                siones que subyacen a las dos escalas, sino que permiten reflexio-
nos en general— preocupa de igual forma sea cual sea la posición              nar a propósito de los problemas que generan los conceptos de an-
antropocéntrica o ecocéntrica que se tenga del medio ambiente.                tropocentrismo y ecocentrismo cuando se proyectan sobre objetos
    Un resultado que aparece aquí y que puede ser interesante por             diferentes, aunque traten sobre el mismo tema: el medio ambien-
su sistemática aparición en diversos trabajos es la ausencia de sig-          te. Así, en el caso de la escala de Thomson y Barton (1994) se mi-
nificación estadística en la correlación entre las dos medidas de             de una orientación de la conducta hacia el medio ambiente y en el
ecocentrismo y antropocentrismo, bien utilizando la escala de                 caso de Shultz (2000) se trata de la valoración del impacto del me-
Schultz o la de Thompson y Barton, lo que podría indicar una cier-            dio ambiente sobre diferentes objetos. Los desajustes en la medi-
ta independencia entre las mismas. El mismo resultado fue encon-              da bien podrían deberse además de a cuestiones puramente meto-
trado por Thompson y Barton (1994) con su escala original, y por              dológicas, a la dificultad de una correspondencia biyectiva entre
San Juan (1996) y Amérigo, González y Aragonés (1995). Sin em-                los conceptos que se están midiendo.
bargo, en otros trabajos en los que se utilizan distintas formas de
medir el antropocentrismo y el ecocentrismo se encuentran resul-                                        Nota de los autores
tados diferentes entre estas dos dimensiones, lo que ahonda en el
problema de la medida de las mismas (Bechtel, Corral y Pinheiro,                  Este trabajo se inserta en un proyecto de investigación finan-
1999; Hernández, Suárez, Martínez-Torvisco y Hess, 2000). A es-               ciado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Dirección Gene-
te respecto hay que reseñar las reflexiones de Hernández, Corral,             ral de Investigación (BSO2002-03459).




                                                                       Referencias


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   226.                                                                          study of environmental beliefs by facet analysis. Research in the Ca-
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262                        MARÍA AMÉRIGO, JUAN IGNACIO ARAGONÉS, VERÓNICA SEVILLANO Y BEATRIZ CORTÉS

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Creencias ambientales: estructura tripartita vs bidimensional

  • 1. Psicothema 2005. Vol. 17, nº 2, pp. 257-262 ISSN 0214 - 9915 CODEN PSOTEG www.psicothema.com Copyright © 2005 Psicothema La estructura de las creencias sobre la problemática medioambiental María Amérigo, Juan Ignacio Aragonés*, Verónica Sevillano* y Beatriz Cortés Universidad de Castilla-La Mancha y * Universidad Complutense de Madrid La presente investigación analiza las creencias que orientan la relación individuo-medio ambiente, hi- potetizando que éstas se organizan en una estructura tripartita, según que el énfasis se ponga en el pro- pio sujeto (egoísmo), en los seres humanos (socioaltruismo) o en la biosfera (biosferismo). Esta es- tructura se contrasta con otros enfoques bidimensionales donde se enfrentan una orientación ecocéntrica y una antropocéntrica. Los resultados obtenidos con una muestra de estudiantes (N= 212) apuntan hacia la existencia de una estructura bidimensional de las creencias ambientales: una dimen- sión antropocéntrica vinculada a las consecuencias que el deterioro medioambiental tiene para uno mismo y para el ser humano en general y al valor instrumental del medio ambiente; y una dimensión ecocéntrica que valora las consecuencias del daño medioambiental para los elementos no humanos del planeta y que contempla el medio ambiente por su valor intrínseco. The structure of beliefs about environmental concern. In this study beliefs about the relationship bet- ween the individual and his/her natural environment are analysed and it is hypothesised that these be- liefs are organised in a three-dimensional structure, according to the emphasis placed within the rela- tionship on: self (egoism), human beings in general (socioaltruism) and the Biosphere (biospherism). This structure is compared with other works that defend a bidimensional structure of anthropocentri- city versus ecocentricity. Results based on a student sample (N= 212) indicate the existence of a bidi- mensional structure of environmental beliefs: an anthropocentric dimension, concerned with the effects of environmental deterioration on self and human beings in general and with the instrumental value of the environment; and an ecocentric dimension which assesses the consequences of environmental de- terioration for non-human elements of the planet and which considers the natural environment for its own intrinsic value. Las consideraciones filosóficas sobre el debate ecocentrismo- mar y justificar cursos de acción (Dunlap y Van Liere, 1984; Mil- antropocentrismo, es decir, sobre si el ser humano se siente inte- brath, 1986). grado con la naturaleza o la utiliza para sus propios fines, respec- La consideración de estos dos paradigmas opuestos no implica tivamente, han derivado en trabajos que tratan de analizar las que las creencias que las personas mantengan acerca de la relación creencias y/o las actitudes sobre la relación individuo-medio am- ser humano-medio ambiente pertenezcan de manera radical a uno biente. Desde un enfoque claramente sociológico cabría destacar u otro paradigma. A escala individual, hay muchas personas que, aquellos trabajos que analizan la transición hacia un nuevo siste- aun adhiriéndose al PSD, hacen esfuerzos por proteger el ambien- ma social que, como consecuencia del deterioro medioambiental te. Milbrath (1986) afirma que la mayoría de la gente no constitu- provocado por el ser humano, implica un cambio necesario en ye «tipos puros» en su pertenencia a uno u otro paradigma, sino creencias, actitudes, valores y estilos de vida (Dunlap y Van Lie- que existen tipologías mezcladas. De hecho, el autor establece una re, 1984; Milbrath, 1986). Un cambio que enfrenta visiones del serie de «posturas hacia el ambiente» situadas en un espacio de mundo diferentes: la «retaguardia» que pone el énfasis en la capa- dos dimensiones ortogonales en función de: a) valorar un ambien- cidad de la ciencia y la tecnología para solventar la actual proble- te limpio y seguro frente a la riqueza material; y b) ser partidario mática ambiental o «Paradigma Social Dominante» (PSD), frente del cambio social o resistirse a él. La dimensión PSD-NPE sería a la «vanguardia» empeñada en un cambio radical hacia una so- diagonal en este espacio. ciedad ambientalmente más limpia y segura o «Nuevo Paradigma Desde una perspectiva psicosocial cabría destacar las investi- Ecológico» (NPE). Se habla así de nuevas ideologías políticas que gaciones que aplican el modelo de expectativa-valor sobre actitu- se constituyen en auténticos paradigmas, en el sentido de que su- des y creencias de forma que se analiza la preocupación medio- ponen marcos de significado para interpretar la realidad y legiti- ambiental a partir de las creencias sobre las consecuencias que el deterioro medioambiental puede tener para ciertos elementos va- lorados por las personas, en concreto: uno mismo, los demás seres Fecha recepción: 9-3-04 • Fecha aceptación: 23-11-04 humanos o la biosfera - elementos no humanos del planeta (Stern Correspondencia: María Amérigo y Dietz, 1994; Schultz, 2000, 2001). Estos autores sostienen que Facultad de Humanidades las creencias hacia las consecuencias del deterioro medioambien- Universidad de Castilla-La Mancha 45071 Toledo (Spain) tal están motivadas o dinamizadas por los valores —entendiendo E-mail: maria.amerigo@uclm.es éstos como estructuras estables que se generan en el proceso de so-
  • 2. 258 MARÍA AMÉRIGO, JUAN IGNACIO ARAGONÉS, VERÓNICA SEVILLANO Y BEATRIZ CORTÉS cialización y que orientan la acción (Stern y Dietz, 1994)— de for- sión egoísta señalada en los trabajos de Schultz y Stern y colabo- ma que éstos sirven como marco para interpretar selectivamente la radores; y una dimensión biosférica que podría relacionarse asi- información acerca del medio ambiente. En diversos trabajos y mismo con la dimensión biosférica señalada en los trabajos de es- partiendo de la estructura universal de los valores humanos desa- tos mismos autores. rrollada por Schwartz (1992), se ha puesto de manifiesto empíri- Por otra parte, y en lo que respecta a la dimensión antropocén- camente una relación entre orientaciones de valor «egoístas», «so- trica de la escala de Thompson y Barton (1994), todos los ítems cioaltruistas» y «biosféricas» y las creencias acerca de las hacen referencia a aspectos relacionados con los beneficios que la consecuencias que el deterioro medioambiental puede tener para protección medioambiental puede acarrear al ser humano en gene- uno mismo, los seres humanos en general y los elementos no hu- ral. Esta dimensión antropocéntrica podría relacionarse con la di- manos del planeta, respectivamente (Stern, Dietz y Kalof, 1993; mensión socioaltruista señalada en los trabajos de Schultz y Stern Stern y Dietz, 1994; Schultz y Zelezny, 1998). Por su parte, y colaboradores. En este sentido, y atendiendo a los trabajos más Schultz (2000 y 2001) constató empíricamente la existencia de es- recientes de Schultz, sería plausible reformular la escala de ta estructura tripartita de las creencias sobre las consecuencias del Thompson y Barton (1994) en torno a las tres dimensiones confir- deterioro medioambiental —egoísta altruista y biosférica— a par- madas por este autor, lo que sin duda arrojaría alguna luz sobre la tir de un análisis de contenido realizado transculturalmente sobre estructura de las creencias proambientales como el elemento cog- la pregunta ¿cuál es el problema ambiental que más le preocupa y nitivo de la preocupación ambiental. El objetivo, por tanto, de la por qué? Los resultados fueron utilizados para elaborar instru- presente investigación consistiría en verificar si la escala de mentos de medida de las creencias sobre las consecuencias que el Thompson y Barton (1994) está midiendo tres dimensiones, egoís- deterioro medioambiental tiene para uno mismo, los demás y los ta, biosférica y antropocéntrica, en lugar de las dos —ecocéntrica animales y plantas y la estructura tripartita fue obtenida y confir- y antropocéntrica— que dice medir y si estas tres dimensiones se mada a través de diversos análisis factoriales aplicados sobre dife- corresponden con las obtenidas en los trabajos desarrollados por el rentes muestras. grupo de Schultz y Stern y colaboradores. La consideración de la estructura tripartita de las creencias am- Estas dimensiones generan efectos diferenciales en la repre- bientales ha generado gran cantidad de investigación empírica tal sentación de la problemática ambiental. Así, por ejemplo, Arago- y como ponen de manifiesto los trabajos ya señalados; no obstan- nés, Izurieta y Raposo (2003) pusieron de manifiesto cómo la de- te, otros autores contemplan las actitudes acerca de la problemáti- finición del concepto «desarrollo sostenible» adquiría matices ca ambiental desde dos dimensiones que suponen «motivos o va- diferentes en función de la posición que las personas mantienen lores que sustentan el apoyo a las cuestiones ambientales» hacia la naturaleza: la categoría «progreso» en los antropocéntri- (Thompson y Barton, 1994, p. 149). Desde esta perspectiva se po- cos, frente a la «conservación» de los ecocéntricos. En el presen- dría hablar de «individuos antropocéntricos» que valoran el am- te trabajo también se pretende relacionar las dimensiones de las biente natural por la contribución de éste a la calidad de la vida hu- creencias proambientales con la percepción sobre el tipo de im- mana y de «individuos ecocéntricos» que valoran la naturaleza per pacto local versus global de los problemas medioambientales. En se. Este enfoque implica una doble consideración de las creencias este sentido cabría citar el trabajo de Uzzell (2000), donde se pu- acerca de la relación individuo-medio ambiente natural: bien la so de manifiesto el concepto de hipermetropía ambiental; es de- creencia de que la naturaleza ha de estar al servicio del ser huma- cir, los problemas ambientales son percibidos como más graves no (antropocentrismo); o que ésta posee un valor intrínseco y en la cuanto más alejados se encuentren del perceptor, y el sentido de que el propio ser humano forma parte como un elemento más responsabilidad se vuelve impotente ante problemas percibidos a (ecocentrismo). nivel global. Asimismo, Corraliza y Berenguer (1998) pusieron Thompson y Barton (1994) elaboraron una escala para medir de manifiesto cómo las actitudes hacia la problemática ambiental estas dos dimensiones que ha sido profusamente aplicada en di- podrían ser más o menos específicas en función de la proximidad versos trabajos (Amérigo, González y Aragonés, 1995; San Juan, al sujeto de un problema ambiental concreto. En esta investiga- 1996; González y Amérigo, 1999). No obstante una observación ción se hipotetiza que aquellas personas egocéntricas y/o antro- detenida de esta escala advierte que la dimensión ecocéntrica ori- pocéntricas reflejarán problemas ambientales con un impacto lo- ginal de Thompson y Barton (1994) parece medir dos aspectos cal, mientras que las ecocéntricas o biosféricas tendrán más distintos vinculados a los motivos para la conservación medio- accesibles problemas ambientales con un impacto global sobre el ambiental: por un lado, hay ítems que hacen referencia a los be- medio ambiente. neficios físicos o psicológicos para el individuo que genera el me- ro hecho de estar o pensar en la naturaleza, por ejemplo, el ítem Método 28: «El estar en la naturaleza es un gran reductor del estrés para mí» (p. 152). Estas medidas estarían vinculadas a los efectos Participantes emocionales positivos que produce el contacto con la naturaleza. El protagonista es el self, por lo que estos ítems podrían conside- La muestra de participantes que componen este estudio está rarse como pertenecientes a una dimensión «egocéntrica». Por formada por un total de 212 estudiantes universitarios de las ciu- otro lado, el resto de los ítems ecocéntricos hacen referencia a los dades de Talavera de la Reina (34%), Toledo (21,2%) y Madrid aspectos biosféricos que enfatizan el valor intrínseco de la natu- (44,8%), con un rango de edades entre 18 y 24 años (M= 20,2; raleza. Por ejemplo, el ítem 26: «La naturaleza tiene valor por sí DT= 1,57) y una distribución de 20,8% varones y 79,2% mujeres. misma» (Thompson y Barton, 1994, p. 152). Es decir, observan- La distribución según la ideología política arroja resultados de un do la escala diseñada por estos autores para medir ecocentrismo 20,3% de sujetos que no declaran ninguna ideología; 45,3% que se puede advertirse que esta dimensión se desdobla en dos: una di- declara de izquierda o centro izquierda; 22,2% de centro y 12,2% mensión egocéntrica que podría estar relacionada con la dimen- de derecha o centro derecha.
  • 3. LA ESTRUCTURA DE LAS CREENCIAS SOBRE LA PROBLEMÁTICA MEDIOAMBIENTAL 259 Instrumentos ma que, en el caso de Schultz, se unieran las dimensiones egoísta y altruista, y en el caso de Thompson y Barton las dimensiones ego- Los participantes cumplimentaron un cuestionario autoadmi- céntrica y biocéntrica, tal y como lo estaban originalmente. nistrado que estaba formado por distintos apartados. En primer lu- Se repitieron los análisis de componentes principales, rotación gar al participante se le pedía que enumerase cuantos problemas oblicua, pero esta vez forzando la extracción a dos componentes. ambientales conocía, permitiéndole un máximo de doce. A conti- Los resultados que aparecen en la tabla 2 confirmaron estas pre- nuación debían completar una escala sobre la valoración de las dicciones indicando lo siguiente: 1) En la escala sobre las conse- consecuencias que para ellos tenía el deterioro medioambiental, en cuencias del deterioro medioambiental (Schultz), los ítems biosfé- función de que dichas consecuencias afectaran a uno mismo, a la ricos se unen en un componente, mientras que los egoístas y biosfera o a los seres humanos en general. Esta escala adaptada del altruistas se unen a su vez en un componente que bien podría reco- trabajo de Schultz (2000) consistía en un total de 12 ítems tipo Li- nocerse como una dimensión antropocéntrica (KMO= 0,833; χ2= kert de 7 puntos, distribuidos aleatoriamente. Posteriormente, se 1139,945, p<0,001). 2) La escala de Thompson y Barton confirma recogían una serie de preguntas de tipo sociodemográfico. Final- su estructura original, distinguiéndose una dimensión ecocéntrica y mente, se utilizó una versión reducida de la escala de antropocen- otra antropocéntrica (KMO= 0,724; χ2= 656,799, p<0,001). trismo/ecocentrismo de Thompson y Barton (1994) en base a las Estos resultados llevan a plantear la posibilidad de considerar tres dimensiones —egoísta, biosférica y antropocéntrica— ya una estructura de las creencias hacia el medio ambiente bidimen- mencionadas (ver Tabla 1) donde el participante tenía que respon- sional, ecocéntrica y antropocéntrica, siguiendo así los plantea- der utilizando un formato Likert de 5 puntos. mientos de Thompson y Barton, y uniendo lo egoísta y lo altruis- ta de Stern y Schultz en una única dimensión. Los resultados sobre Resultados la factorización conjunta, así como la fiabilidad interna de las cua- tro escalas medida a través del α de Cronbach, se recogen en la ta- Para identificar una posible estructura tripartita de las creencias bla 2. Tal y como puede observarse en la misma los valores α al- hacia el medio ambiente en función de las tres dimensiones egoís- canzados son satisfactorios. Un análisis de correlación entre las ta, altruista y biosférica, se realizó un análisis de componentes puntuaciones factoriales obtenidas (ver Tabla 3) produjo resulta- principales, rotación oblicua, sobre las escalas que evaluaban la dos coherentes con respecto a la dimensión biosférica; es decir, la importancia de las consecuencias del deterioro medioambiental dimensión biosférica de Schultz correlacionó significativamente y sobre uno mismo, los seres humanos en general y los elementos no de forma positiva con la dimensión ecocéntrica recogida por la es- humanos del planeta (escala de Schultz). Asimismo, también se cala de Thompson y Barton. Un resultado no estadísticamente sig- realizó un análisis similar sobre los 15 ítems seleccionados de la nificativo se obtuvo, sin embargo, para las escalas antropocéntri- escala de Thompson y Barton, con la idea de encontrar la misma cas. Sí correlacionaron de forma significativa y negativa el estructura tripartita. Los resultados relativos a la escala de Schultz antropocentrismo medido a través de la escala de Thompson y revelaron una estructura de tres componentes, pero algunos ítems Barton y el biosferismo medido a través de la escala de Schultz. de la dimensión altruista saturaban también en la dimensión egoís- Una vez establecidas las dimensiones relativas a las creencias ta. Por su parte, los análisis efectuados con la escala de Thompson medioambientales en la muestra estudiada, se pasó a analizar has- y Barton generaron estructuras de cuatro componentes, aparecien- ta qué punto estas dimensiones generaban una representación di- do una dimensión clara correspondiente al antropocentrismo y en ferencial de los problemas ambientales en función de su impacto las demás dimensiones se mezclaban los ítems egocéntricos y local/global. Con el objeto de establecer los problemas ambienta- biosféricos. les más accesibles, se analizaron los tres primeros problemas am- Estos resultados iniciales orientaron la estructura factorial de las bientales consignados por los participantes. Dos miembros del creencias ambientales hacia la consideración de dos factores de for- equipo de investigación actuando como jueces expertos, clasifica- Tabla 1 Reformulación de la escala de Thompson y Barton (1994) según las dimensiones egocéntrica, biosférica y antropocéntrica de las creencias ambientales Egocéntrica (E) Biosférica (B) Antropocéntrica (A) 1. Puedo disfrutar pasando el tiempo en ambientes naturales 1. Prefiero las reservas naturales a los zoológicos (B1) 1. Lo peor de la destrucción de la selva tropical es que se frenará 1. por el solo hecho de estar en la naturaleza (E1) 1. el descubrimiento de nuevos productos medicinales (A1) 2. Necesito pasar tiempo en la naturaleza para ser feliz (E2) 2. La naturaleza tiene valor por sí misma (B2) 2. Lo que más me preocupa de la desaparición de los árboles 2. es que no haya madera para las generaciones futuras (A2) 3. A veces cuando me siento triste encuentro confort 3. Una de las razones más importantes para la conservación 3. Una de las razones más importantes para mantener los lagos 3. en la naturaleza (E3) 3. medioambiental es la preservación de áreas salvajes (B3) 3. y ríos limpios es que la gente pueda disfrutar de los deportes 3. acuáticos (A3) 4. Me pone triste ver el ambiente natural destrozado (E4) 4. A veces los animales me parecen casi humanos (B4) 4. Una de las mejores cosas sobre el reciclado es que se ahorra dinero (A4) 5. El estar en la naturaleza es un gran reductor del estrés 5. Los seres humanos forman parte del ecosistema de la misma 5. El cultivo intensivo de terrenos dedicados a la agricultura 5. para mí (E5) 5. forma que otros animales (B5) 5. es una buena medida si con ello se consigue un nivel de vida 5. más alto (A5)
  • 4. 260 MARÍA AMÉRIGO, JUAN IGNACIO ARAGONÉS, VERÓNICA SEVILLANO Y BEATRIZ CORTÉS ron un total de 688 problemas ambientales diferentes, en función primeros problemas mencionados fueron considerados como glo- de su impacto local versus global. Siguiendo una adaptación de los bales). Para obtener dos grupos extremos en el continuo local/glo- trabajos de Uzzell (2000) y Bones, Boniauto, Metastasio, Aiello y bal y dado que el porcentaje de participantes que puntuaron máxi- Sensales (2000), cada problema ambiental fue puntuado en una es- mo en la escala global fue de 25,8%, se seleccionaron como cala de tres puntos en función de si el impacto del mismo afecta- participantes locales aquellos que puntuaron 3, 4 o 5 en el men- ba a: uno mismo/la ciudad= 1; el país (ámbito nacional)= 2 y el cionado continuo (23,6%). Los resultados del análisis de diferen- continente o el mundo= 3. Tras la codificación, se alcanzó un cia de medias en las respectivas escalas se muestran en la tabla 4. acuerdo interjueces del 76,6%, sobre una frecuencia total de 628 Tal y como puede observarse, tan sólo la escala de Schultz re- menciones. Hubo 12 problemas que no fueron codificados por al- lativa a las creencias sobre las consecuencias del deterioro medio- guna de las jueces, por tratarse de cuestiones ajenas, en opinión de ambiental sobre la humanidad (antropocentrismo) genera diferen- alguna de ellas, a la problemática ambiental (violencia, relaciones cias estadísticamente significativas en la dirección hipotetizada. humanas, salud, racismo, etc.). Una vez clasificados los problemas ambientales se seleccionaron a los participantes en los que había Discusión habido un acuerdo total interjueces, puntuando cada uno de los tres problemas ambientales mencionados en una escala de 1 a 3, Los resultados ponen de manifiesto que la escala de Thompson según el tipo de impacto local/global. No obstante, una dificultad y Barton (1994), diseñada para medir creencias antropocéntricas y encontrada y que cabría mencionar, fue que hubo un problema am- ecocéntricas que subyacen al comportamiento proambiental, apo- biental concreto —la contaminación— citado muy frecuentemen- yan tal diferenciación. De esta forma, los motivos para justificar la te, sobre el cual no hubo acuerdo entre las jueces. Ello redundó en protección medioambiental pueden provenir de creencias antropo- el tamaño muestral de los sujetos considerados como válidos para céntricas fundamentadas en el valor utilitarista del medio ambien- esta prueba (N= 89), que se vio reducido a un 42% de la muestra te, o bien pueden contemplarse creencias ecocéntricas que enfati- total. A estos participantes se les puntuó en una escala de siete zan el valor intrínseco de la naturaleza y en la que el ser humano puntos desde 3 (participante completamente local, ya que los tres (el self) se haya inserto de una manera indisociable. A pesar de es- primeros problemas mencionados fueron considerados como loca- ta evidencia empírica producida por los resultados de la escala, una les) hasta 9 (participante completamente global, ya que los tres observación directa de los ítems que la componen, tal y como se puso de manifiesto en la introducción, permite pensar que si bien el Tabla 2 ecocentrismo es un concepto globalizador, parece que en él se en- Matriz de configuración de los componentes rotados (oblicua) sobre las escalas cuentran dos conceptos que bien podrían formar los polos de un de Schultz (2000) y Thompson y Barton (1994), N= 212 continuo; en uno el self en la naturaleza y en el otro la propia natu- raleza. Por lo que respecta a la escala de Schultz (2000), diseñada Schultz Factor 1 Factor 2 Thompson y Factor 1 Factor 2 para medir la importancia atribuida a las consecuencias del dete- Barton rioro ambiental sobre uno mismo, los demás seres humanos y la Mi persona .851 E2 .725 biosfera, esta escala no es capaz de discriminar ciertos matices que Mi salud .839 E3 .691 el autor denomina altruistas de la propia concepción del self, y de Los familiares .832 E5 .653 hecho, cuando la estructura factorial se fuerza a dos dimensiones, Los niños .687 E4 .585 lo altruista y lo egoísta se unen en una dimensión que bien podría Mi futuro .656 B2 .533 denominarse «antropocéntrica». Por otra parte, esta dimensión an- Mi estilo de vida .641 E1 .513 Todas las personas .574 B5 .433 tropocéntrica sí parece claramente diferenciada de la dimensión Los vecinos .526 B3 .380 biosférica contemplada por la escala de Schultz, que centra el én- Las aves .859 B4 .346 fasis en la importancia atribuida a las consecuencias del deterioro La vida acuática .844 A2 .777 Los animales .812 A3 .728 La vida vegetal .747 A4 .689 Tabla 4 A5 .658 Diferencia de medias sobre las escalas ambientales en función del tipo A1 .627 de problema ambiental % de la varianza 33.76 24.32 21.08 14.72 Tipo α 0.842 0.841 0.704 0.738 L G t n=21 n=23 Tabla 3 X Dt X Dt Matriz de correlaciones entre las dimensiones de Thompson y Barton (TyB) y de Schultz (S) Antro S 3.37 .70 2.71 1.10 2.405* Dimensiones EcoTyB AntroTyB AntroS BiosS TyB 2.96 1.04 2.63 .55 1.298 EcoTyB – -.130 .011 -.322** Eco/Bio AntroTyB – .120 -.155** S 2.84 1.24 3.43 .65 -1.946 AntroS – -.021** TyB 2.84 .80 3.08 .91 -.929 BiosS – Nota: S= Escala de Schultz, T y B= Escala de Thompson y Barton; L= Local, G= Global. * p<.05 (bilateral). ** p<.01 (bilateral) * p<0,05.
  • 5. LA ESTRUCTURA DE LAS CREENCIAS SOBRE LA PROBLEMÁTICA MEDIOAMBIENTAL 261 medioambiental en los elementos no humanos del planeta. El aná- Hess y Suárez (2001), según las cuales la ausencia de relación en- lisis de correlación entre las diversas medidas puso de manifiesto la tre antropocentrismo y ecocentrismo parece característica de so- consonancia entre las medidas biosféricas. Así, las correlaciones ciedades industrializadas, pero no así de aquellas en vías de desa- entre las dos escalas denominadas ecocéntrica/biosférica resultaron rrollo, donde la relación es, sin embargo, positiva. Según estos ser positivas. De esta forma, los resultados apuntan a que las per- autores parece que el nivel de industrialización y desarrollo favo- sonas que creen que el medio ambiente forma parte de un ecosiste- rece una forma distinta de concebir las relaciones individuo-medio ma que tiene sentido en sí mismo, valoran en mayor medida las ambiente: bien desde una perspectiva dual antropocéntrica/eco- consecuencias del deterioro medioambiental sobre la biosfera. céntrica, o bien desde una perspectiva holista en donde antropo- También se encontró una correlación estadísticamente significati- centrismo y ecocentrismo no entran en conflicto. va, pero negativa, entre la escala antropocéntrica de Thompson y Otra cuestión que se analizó fue la de ver si estas dos dimen- Barton y la escala biosférica de Schultz, lo que indica que las creen- siones antropocéntrica, por un lado, y ecocéntrica/biosférica, por cias antropocéntricas para conservar el medio ambiente se asocian el otro, diferenciaban a los sujetos en relación a la consideración a puntuaciones bajas en la escala que valora las consecuencias del del tipo de impacto local/global, respectivamente, a la hora de pen- deterioro medioambiental en animales y plantas. sar en los problemas ambientales. Esta idea fue corroborada con la Sin embargo, no se encontró una correlación positiva y signifi- escala antropocéntrica de Schultz, pero no con el resto de las es- cativa entre las escalas antropocéntricas resultantes de este estu- calas que, aunque los resultados apuntaron en la dirección hipote- dio. La razón bien podría encontrarse en que tanto los sujetos an- tizada, las diferencias no resultaron ser estadísticamente significa- tropocéntricos como los ecocéntricos medidos a través de la escala tivas. Los problemas surgidos a la hora de categorizar los de Thompson y Barton estarían igualmente preocupados por las problemas ambientales como locales o globales y el escaso núme- consecuencias que los problemas ambientales pueden causar a ro de personas que componían la muestra pueden haber dificulta- ellos mismos o a los seres humanos en general, de tal forma que el do la corroboración de la hipótesis planteada. objeto de evaluación de la escala de Shultz —las consecuencias Los resultados de este estudio no sólo matizan algunas dimen- del deterioro medioambiental sobre uno mismo o los seres huma- siones que subyacen a las dos escalas, sino que permiten reflexio- nos en general— preocupa de igual forma sea cual sea la posición nar a propósito de los problemas que generan los conceptos de an- antropocéntrica o ecocéntrica que se tenga del medio ambiente. tropocentrismo y ecocentrismo cuando se proyectan sobre objetos Un resultado que aparece aquí y que puede ser interesante por diferentes, aunque traten sobre el mismo tema: el medio ambien- su sistemática aparición en diversos trabajos es la ausencia de sig- te. Así, en el caso de la escala de Thomson y Barton (1994) se mi- nificación estadística en la correlación entre las dos medidas de de una orientación de la conducta hacia el medio ambiente y en el ecocentrismo y antropocentrismo, bien utilizando la escala de caso de Shultz (2000) se trata de la valoración del impacto del me- Schultz o la de Thompson y Barton, lo que podría indicar una cier- dio ambiente sobre diferentes objetos. Los desajustes en la medi- ta independencia entre las mismas. El mismo resultado fue encon- da bien podrían deberse además de a cuestiones puramente meto- trado por Thompson y Barton (1994) con su escala original, y por dológicas, a la dificultad de una correspondencia biyectiva entre San Juan (1996) y Amérigo, González y Aragonés (1995). Sin em- los conceptos que se están midiendo. bargo, en otros trabajos en los que se utilizan distintas formas de medir el antropocentrismo y el ecocentrismo se encuentran resul- Nota de los autores tados diferentes entre estas dos dimensiones, lo que ahonda en el problema de la medida de las mismas (Bechtel, Corral y Pinheiro, Este trabajo se inserta en un proyecto de investigación finan- 1999; Hernández, Suárez, Martínez-Torvisco y Hess, 2000). A es- ciado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Dirección Gene- te respecto hay que reseñar las reflexiones de Hernández, Corral, ral de Investigación (BSO2002-03459). Referencias Amérigo, M., González, A. y Aragonés, J.I. (1995). Antropocentrismo ver- Dunlap, R.E. y Van Liere, K.D. (1984). Commitment to the dominant So- sus ecocentrismo en una muestra de estudiantes. En E. Garrido y C. He- cial Paradigm and Concern for Environmental Quality. Social Science rrero (Comps.): Psicología política, jurídica y ambiental. 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