GUÍA PARA EL REZO DEL SANTO ROSARIO, tamaño cuartilla A5 .pdf
Parabola del Buen Samaritano
1. PARABÓLA DEL BUEN SAMARITANO
(Lucas 10:25-37)
Representación imaginaria del Buen Samaritano
Las parábolas constituyen una de las características del Evangelio de Lucas. Lucas se especializó en
parábolas, así como Marcos se especializó en los milagros de nuestro Señor. Lucas registró ciertas
parábolas que se encuentran entre las porciones más conocidas de la Biblia. La Parábola del Buen
Samaritano es, probablemente, la historia más conocida del texto Bíblico. Por otra parte, hay
muchos críticos literarios que la consideran la más grandiosa historia jamás contada.
«un experto en la ley y, para poner a prueba a Jesús, le hizo esta pregunta: —Maestro, ¿qué tengo
que hacer para heredar la vida eterna» v.25
La parábola del Buen Samaritano surgió como respuesta a una pregunta sobre la vida eterna. No se
trataba de una pregunta honesta, pero sí era una buena pregunta y una pregunta normal, que fue
formulada por un intérprete de la ley y, que en ese sentido, era un abogado.
El Señor tenía una manera muy adecuada de tratar las preguntas. Las respondía formulando otra
pregunta, lo cual es conocido, como el método Socrático, por haber sido utilizado por Sócrates. El
Por: Jorge Romero Díaz
2. método permite que el que formula la pregunta, sea quien la responda. Así que el intérprete o
abogado intentó poner a Jesús en el estrado de los testigos y Jesús le dio vuelta a la situación y lo
puso a él en el estrado de los testigos.
«Jesús replicó: —¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo la interpretas tú?»v.26
Jesús sabía que él era un experto en la ley de Moisés.
«Como respuesta el hombre citó: —“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser, con
todas tus fuerzas y con toda tu mente”, y: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” —Bien contestado
—le dijo Jesús—. Haz eso y vivirás» v.27,28 (ver Lev. 19:18 y comparar con Deu. 6:5)
Evidentemente, la respuesta de Jesús fue muy aguda y penetrante.
«Pero él quería justificarse, así que le preguntó a Jesús: —¿Y quién es mi prójimo?» v.29
Observemos que el Señor le dijo al intérprete que le había respondido correctamente. Recordemos
también que este incidente ocurrió antes de que Cristo muriese en la cruz. ¿Quiere decir que una
persona puede ser salva por guardar la ley? Si; así es, pero hasta ahora no ha existido nadie capaz de
cumplir la ley; pero continuemos el argumento hasta el final. No son los oyentes de la ley, sino los
que cumplen la ley los que son justificados. Y si dices que puedes cumplir la ley, debo recordarte
que Dios te contradice. Él dice que es imposible ser justificado por la Ley porque nadie es capaz de
cumplirla. Él apóstol Pablo dijo en Gálatas 2:16: sabemos que nadie es reconocido como justo por
cumplir lo que manda la ley de Moisés. Y esto se completa con lo dicho por el mismo escritor en
Romanos 8:3, 4. Porque Dios ha hecho lo que no pudo hacer la ley de Moisés, que era incapaz de
hacerlo a causa de la debilidad humana: Dios envió a su Hijo en la misma débil condición del
hombre pecador y como sacrificio por el pecado, para de este modo condenará al pecado en la
propia debilidad de nuestra condición. Y lo hizo para que podamos cumplir lo que la ley exige, pues
ya no vivimos conforme a la naturaleza del hombre pecador sino conforme al Espíritu.
Si aquel intérprete de la ley hubiera sido honesto, habría dicho: "Maestro, he tratado sinceramente
de amar a Dios con todo mi corazón, alma, fuerzas y mente, y a mi prójimo como a mí mismo. Pero
no puedo. He fracasado miserablemente. Así que, ¿cómo puedo heredar la vida eterna?" Pero, en
lugar de ser sincero, adoptó una táctica evasiva y dijo: "¿y quién es mi prójimo?"
Entonces Cristo le respondió su pregunta por medio de la Parábola del Buen Samaritano. Es una
historia sencilla pero maravillosa.
«Jesús respondió: —Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de unos ladrones. Le
quitaron la ropa, lo golpearon y se fueron, dejándolo medio muerto. Resulta que viajaba por el
mismo camino un sacerdote quien, al verlo, se desvió y siguió de largo. Así también llegó a aquel
lugar un levita, y al verlo, se desvió y siguió de largo» v.30-32
Es posible que este intérprete de la ley fuese un Levita y que al oír esto se haya sentido ofendido, al
verse aludido de una manera personal.
«Pero un samaritano que iba de camino, se acercó a él, y al verlo, fue movido a compasión;
Se acercó, le curó las heridas con vino y aceite, y se las vendó. Luego lo montó sobre su propia
Por: Jorge Romero Díaz
3. cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo cuidó. Al día siguiente, sacó dos monedas de plata y se
las dio al dueño del alojamiento. “Cuídemelo —le dijo—, y lo que gaste usted de más, se lo pagaré
cuando yo vuelva.” ¿Cuál de estos tres piensas que demostró ser el prójimo del que cayó en manos
de los ladrones?
—El que se compadeció de él —contestó el experto en la ley.
—Anda entonces y haz tú lo mismo —concluyó Jesús» v.33-37
Es de hacer notar, que la compasión que el Samaritano mostro ante el hombre herido, no fue de si
mismo, sino que “fue movido a compasión” indudablemente por el Espíritu Santo v.33
El Edecán Brown, de la Universidad de Yale, ha dicho que en esta parábola se nos presenta tres
clases de hombres, quienes representan tres filosofías de la vida:
(1) El ladrón: su filosofía de vida no respeta la propiedad ajena. Es como si dijera: “Lo que usted
tiene, me pertenece”. Podría aplicarse a 2 grupos en su ética: aquellos que se apropian
indebidamente de lo ajeno, y en el otro extremo, aquellos que no creen en la propiedad privada,
motivados por ideas políticas, sentimientos humanitarios o concepciones de vida comunitarias que
la rechazan.
(2) El Sacerdote y el Levita: Su filosofía de vida expresa: "Lo que yo tengo es mío". Esto es
individualismo puro y duro. Es un egoísmo que se desentiende de todo sufrimiento o necesidad
ajena a la propia. Su clamor es: “Que se queme el mundo, qué me importa, con tal que yo pueda
conseguir lo que quiero”. Este es el punto de vista del capitalismo salvaje y sin Dios.
(3) El Buen Samaritano: Su filosofía de vida dice: "Lo que tengo, te pertenece". Esta es la
filosofía cristiana de la vida. En otras palabras se expresaría así: "Lo que tengo es tuyo si puede
resultarte de ayuda". Todas las cosas pertenecen a Dios y nosotros somos sus mayordomos.
Ahora veamos brevemente el simbolismo bíblico de cada uno de los personajes que intervienen en
la parábola:
El Prójimo: este hombre representa a la humanidad, a la raza que ha descendido de Adán. La raza
humana caminaba desde Jerusalén a Jericó. Jerusalén es el lugar donde estaba el templo, donde el
pueblo se acercaba a Dios. Jericó, por su parte, era una ciudad maldita. Lo que representa todo esto
es que la humanidad cayó. La humanidad se hallaba desvalida, desesperada sin poder salvarse. La
raza humana estaba muerta en delitos y pecados.
Los Ladrones: Este hombre que había caído en las manos de los ladrones estaba medio muerto.
Los ladrones son un cuadro del diablo, quien según leemos en Juan, capítulo 8, versículo 44, ha sido
homicida desde el principio.
El Sacerdote: este representa el ritualismo y el formalismo que no pueden salvar al hombre.
Alguien ha dicho que la razón por la cual el sacerdote pasó de largo, era porque vio que ya le habían
robado al hombre todo lo que tenía.
El Levita: él también pasó de largo. Y este representa al legalismo.
El Buen Samaritano: este samaritano representa a Cristo mismo, quien contó la parábola. Cuando,
Por: Jorge Romero Díaz
4. ni el ritualismo, ni el formalismo, ni el legalismo, o la religión pudieron hacer nada para ayudar al
hombre, vino el Señor. Él es poderoso para salvar a los quebrantados de corazón. Él es poderoso
para salvar al pecador que se halla medio muerto y perdido en delitos y pecados.
El Prójimo: ¿Y cual es la respuesta a Quien es mi prójimo? En nuestro medio entendemos que el
prójimo es cualquier persona a la que tengo la oportunidad de auxiliar. Sin embargo, la conclusión
de la parábola es inesperada. Después de contar la parábola que nos ocupa, Jesús le pregunta al
interprete de la ley: «¿Cuál de estos tres piensas que demostró ser el prójimo del que cayó en manos
de los ladrones?»
Hermanos, ¿Entendieron la pregunta ?, no está preguntando ¿Quien de estos tres ayudo a su
prójimo? Sino «¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de
los ladrones?»
¡Que maravilla de revelación la que hace Jesús con esta pregunta¡, el prójimo no es a quien puedo
ayudar, el prójimo es el que se compadeció del necesitado, ¿lo puedes entender? «Pues así como
los cielos son más altos que la tierra, así son mis (...) pensamientos más (altos) que vuestros
pensamientos.» (Is. 55:9), el interprete de la ley entendió muy bien, por lo que respondió
correctamente, «Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo
mismo.».
Conclusión:
1. Debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos ¿Ya descubriste quien es tu
prójimo? ¿Lo amas como a ti mismo?
2. Asimismo, seamos el prójimo de cualquier necesitado que tengamos la oportunidad de
ayudar.
Por: Jorge Romero Díaz