Penal I Delitos contra la vida Codigo de Honduras.pptx
Los mandamientos del abogado
1. UNIVERSIDAD FERMIN TORO
VICERECTORADO ACADEMICO
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS
ESCUELA DE DERECHO
LOS MANDAMIENTOS DEL ABOGADO EDUARDO COUTURE
AUTOR: Juan Parra 30.420.129
BARQUISIMETO, JULIO DE 2021.
2. Estudia: Ningún abogado podría decir con seguridad conocer todas las
disposiciones, ni decir que su opinión, tuvo en cuenta la plenitud de la normativa.
Existen tantas posibilidades del error, que es por ello que la abogacía como
cualquier arte se aprende con sacrificio y perpetuo aprendizaje.
Piensa: Cuando los abogados entregan sus trabajos el juez debe escoger alguna
de las dos soluciones propuestas, o encontrar una tercera mejor. El abogado
transforma la vida en lógica, y el juez la lógica en justicia. Pero su lógica no es
pura, su pensar es al mismo tiempo inteligencia, intuición, sensibilidad y acción.
La lógica del derecho no es lógica formal, sino una lógica viva con todas las
sustancias de la experiencia humana.
Trabaja: Respecto a los casos en que trabaja el abogado estos se pueden dividir
en categorías diferentes. La mayoría responde a los no judiciales, sino en dar
consejos, orientaciones e ideasen materia de familia aquí la ciencia cede el paso
a la prudencia. Luego suceden los de rutina, ya sea gestiones, tramites entre
otras. Después, aquellos con mayor demanda, aquellos de trabajo más intenso,
pero que todo hombre inteligente y laborioso está acostumbrado a ellos.
Lucha: El derecho no es un fin sino un medio. En la escala de valores no se
encuentra el derecho, sino la justicia que es fin en sí, y por lo que el derecho es
medio de acceso. Los asuntos no se dividen en chicos o grandes, sino en justos
o injustos. Los incidentes, dilatorias, apelaciones inmotivadas pocas veces son
justas y ayudan a ganar muchas veces batalla, pero lo que cuenta al final es la
guerra. El abogado se pone en día de prueba o muestra su calidad auténtica, el
día que puede decir a ese cliente con dignidad de su investidura y sencillez
afectuosa de su amistad, que la causa es indefendible.
Leal: La lealtad respecto al adversario es necesaria, sino la lucha ya no sería de
un hombre honrado con un pillo, sino de dos pillos. Frente al juez, también se
debe lealtad, porque respecto a los hechos, el los ignora, y debe creer de buena
fe Aquello que el abogado expone y respecto al derecho, el abogado dispone
para estudiar el derecho aplicable a un caso de todo el tiempo que desea. Pero
el juez no lo dispone. Por ello, se dice que aquel abogado que traiciona a la
lealtad, se traiciona a sí mismo y a su ley.
Tolera: la tolerancia, ya que en el litigio, nadie tiene la razón hasta la cosa
juzgada. Por ello, la mejor regla del profesional no es aquella que anticipa la
victoria, sino aquella que anuncia al cliente que probablemente podrá contarse
con ella. La tolerancia nos lleva, por respeto al prójimo y por respeto a nuestra
propia debilidad, a proceder con fe en la victoria pero sin desdén jactancioso en
el combate.
Ten paciencia: Para escuchar, ya que cada cliente cree que su asunto es el más
importante. Para hallar la solución, ya que no siempre aparece a primera vista.
Para soportar al adversario, la cual se logra con lealtad y tolerancia Para esperar
la sentencia, en su transcurso, el abogado debe contener el desfallecimiento del
3. cliente ya que a veces, lo gana quien consigue durar tan solo un minuto más que
el adversario. Y sobre todo para soportar la sentencia adversa.
Ten fe: En el derecho, ya que el hombre hasta ahora, no ha encontrado ningún
instrumento que le asegure mejor convivencia. En la justicia, el cual, es el
contenido normal del derecho, y sus soluciones, aun las aparentemente injustas,
son la mayoría de las veces más justas que las contrarias. En la paz, por ser un
valor en el orden humano, que invita a renunciar de tanto en tanto a una parte
de los bienes, para asegurarse aquello que esta prometido en la tierra a los
hombres de buena voluntad. Respecto a la fe en la libertad, ella no necesita
explicación en este mandamiento, sin ella, no existirían ni el derecho, ni la
justicia, ni la paz.
Olvida: Los pleitos, se defienden como propios y se pierden como ajenos. Por
ello, el acatamiento respetuoso de las decisiones del árbitro, es parte de la
abogacía.
Ama a tu profesión: El amor al oficio lo eleva a una jerarquía de arte. En el
momento en que el abogado ha llegado al punto de aconsejar a su hijo, el decirle
que siga su propia profesión, es porque en ella ha hallado algo más que un oficio.
Y a pesar de que, la abogacía no es camino glorioso, ya que contiene penas y
exaltaciones, amarguras y esperanzas, desfallecimientos e ilusiones, sería
virtuoso entrever ese pequeño hilo de oro de la gloria que ansiamos para nuestro
hijo.