El documento discute la necesidad de que Chile adopte políticas impositivas que promuevan la inversión y producción, siguiendo el ejemplo de países como Japón. Actualmente, el Estado recauda impuestos de manera excesiva a través de empresas privadas y el impuesto a los hidrocarburos, lo que estrangula la inversión. Se sugiere reducir ciertos impuestos temporalmente para estimular la producción e inversiones que generen mayores ingresos fiscales en el futuro. Sectores como la agricultura, textiles y vestimenta, que emple
TEMA 3 DECISIONES DE INVERSION Y FINANCIACION UNIVERISDAD REY JUAN CARLOS
Recesión: Bajar impuestos para rescatar industria
1. Recesión a la vista
Juan Manuel Arias Castro
Uno de las claves del gran éxito industrial y tecnológico de los japoneses a partir de la década
de los 60 , fue sin duda alguna haber invertido grandes cantidades de recursos en capacitación
y en copiar la tecnología europea y americana en automóviles - que en esa época era la mejor-
adaptándola, mejorándola y achicándola de modo que en cuestión de 20 años se convirtieron
en los mayores y mas competitivos fabricantes de tecnología del bienestar humano dejando
muy lejos en calidad , diseño y marketing a aquellos pesados y voluminosos aparatos que se
seguía fabricando en Europa y Estados Unidos.
Muchos países han copiado el ejemplo que deriva de la experiencia japonesa y americana. Sin
ir muy lejos, Chile en los años ochenta consiguió consolidarse como un país exportador gracias
a la transferencia de conocimientos y experiencias de países más desarrollados, inclusive
nuestro país fue un ejemplo en estabilización económica, que le permitió exportar las recetas
de su gran éxito en la lucha contra la inflación librada a finales de la década de los ochenta. Sin
embargo, nos quedamos en el momento de la inflexión del paso de la estabilización al
crecimiento económico. No podemos decir que faltaron iniciativas.Veamos;uno de los errores
para no generar y atraer inversiones a nuestro país ha sido la actitud excesivamente
recaudacionista adoptada por el Estado en base, por un lado, a lo que pagan unas cuantas
empresas privadas, que tienen a los inspectores de la oficina de Impuestos y de la Unidad de
Empresas permanentemente en sus empresas y desde allí obtienen una gran dosis de los
ingresos de los impuestos de la nación y por otro lado a la vigencia del impuesto especial a los
hidrocarburos (IEHD) , mediante el cual el Estado recauda - sin ningún esfuerzo - un impuesto
casi de carácter universal y que en muchos casos es tremendamente injusto , como en el caso
del diesel que es un carburante que forma parte de la matriz energética de la agricultura y
agroindustria nacional haciéndolo muy caro y totalmente anticompetitivo.
Cuantas veces se ha demostrado que es necesario tener una política impositiva que promueva
la inversión, la producción y las exportaciones. Cuantas veces se da demostrado con cifras y
demostraciones matemáticas los beneficios que significaría - a los efectos fiscales - que
durante uno o dos periodos se aliente la producción y las exportaciones bajando ciertos tipos
de impuestos, para en el futuro percibir el doble proveniente de los efectos multiplicadores de
la inversión y el empleo. Lo cierto es que nuestro país requiere contar con una política
impositiva diferente, que no estrangule y se extorsione a los muy pocos que pagan, por otro
lado, que amplíe el universo de contribuyente eliminando regímenes especiales que sólo
provocan evasión y confusión impositiva y, finalmente, que impulse a los sectores más
dinámicos de la economía.
Por eso es que habría que seguir el ejemplo de los japoneses, de los americanos y europeos
que avanzaron en sus políticas impositivas rebajando los impuestos para rescatar al sector
industrial de la evidente recesión económica, y profundizar acuerdos “de competitividad “con
2. los sectores agroindustriales,textileros y de vestimenta. Estos tres sectores, que abarcan 8.500
empresas y emplean a casi 200 mil personas, han sido los más perjudicados por los resultados
de las erráticas políticas económicas que no aseguran el largo plazo y que generan
inestabilidad jurídica a las inversiones nacionales y extranjeras que hoy están prácticamente
paralizadas generando unos índices de desempleo que infelizmente están afectando el
consumo y la demanda interna.
Es todo una cuestión de actitud y de dejar de ser como “perros del hortelano”, necesitamos
de medidas impositivas que nos ayuden a producir más y mejor, generando riqueza,
distribuyéndola y deshipotecando el futuro de nuestros hijos. A veces es mejor dar un paso
atrás para avanzar dos hacia el frente. Hacemos “gala” de ser una de las economías más
estables, a costa de financiar los gastos del Estado, con lo que pagan algunas empresas y
muchos consumidores de hidrocarburos.
Escrito el 5 de junio de 2019