1. Fobias y creencias limitantes
Las fobias son creencias limitantes ya que de alguna manera nos detienen o impiden
realizar algo que queremos o debemos hacer y que otras personas llevan a cabo sin
ningún problema. Ejemplos de estas son: la mayoría de las personas se suben a un
elevador tranquilamente y yo “no puedo hacerlo”; muchas personas pueden escalar
cualquier cerro y disfrutar de la vista desde el barranco y yo “no puedo”; hay gente que se
dedica a estudiar culebras, arañas, su habitat y yo “no puedo ni pensar en ellas; hay
personas que cada tercer día tienen que subir a un avión, y yo “no puedo” tomar unas
vacaciones que impliquen tener que hacerlo. En fin, hay muchos tipos de fobias de las
cuales estas son las más comunes.
Una persona que sufre una fobia es alguien que en algún momento de su vida
tomó la decisión inconsciente, bajo tensión, ante un estímulo que le fue traumático
probablemente en una edad temprana de su vida, de responder de cierta manera para
protegerse y que fue buena en ese momento pero que quedó grabada con toda su
intensidad. Ante esta vivencia, hubo un aprendizaje profundo y cada vez que surge el
mismo conjunto de estímulos en su vida, responde de la misma manera y en la misma
forma que la primera vez. El problema aquí es que ese hecho vivido en el pasado y que
probablemente sucedió una sola vez, la discapacita para enfrentar una situación del
presente parecida y hacer uso de recursos a los cuales ella puede recurrir en cualquier otra
situación diferente. La mayoría de las veces la persona no se acuerda del hecho primario,
ya que su inconsciente de alguna manera la protege de un recuerdo traumático. Lo único
que permanece es la sensación de miedo, angustia, pánico, etc. vivida ante ese mismo
estímulo. Por lo tanto, una fobia no es hereditaria, ni puede formarse fuera de la vivencia
personal completa, lo que quiere decir, tiene que ser vivida en los tres sistemas
representacionales: el visual, el auditivo y el kinestésico. (Ver artículos “Sistemas
Representacionales”). Es increíble que a pesar de que uno cambia durante la vida y pasa
por diferentes contextos, aún somos capaces de mantener ese circuito estímulo-respuesta
fuera de control. Por ejemplo una persona valiente, capaz de actuar con calma y
seguridad en su vida personal ante cualquier situación que se le presente, al ver una
culebra puede tener una respuesta fóbica y entrar en pánico perdiendo el control y hasta
sufrir un infarto, por algo que pasó hace mucho tiempo y que probablemente no lo tiene
consciente.
Freud decía que para arreglar algo, “Hay que introducirse en la historia personal”, o dicho
de otra manera, “Para limpiar la manchita, hay que saber dónde se encuentra ésta”. El
modo como la gente adquiere las fobias es increíble y una vez que entienden su estructura
las podrán cambiar.
La Programación Neurolingüística puede trabajar una fobia con resultados muy rápidos,
ya que al abordarla, al paciente ya se le habilitó en primera instancia, con recursos
sacados de otras experiencias, donde él los haya aplicado, así que al entrar al recuerdo o
sensación fóbica, ésta se pueda contrarrestar. Para lograr esto, no es necesario que la
persona que la sufre tenga que hablar de ella, ya que P.N.L. trabaja con el proceso, no con
el contenido, sino que se le va guiando a través de las experiencias positivas y la fóbica
2. haciendo uso de anclajes, asociación y disociación al hecho fóbico para recodificar
mentalmente la experiencia. (Ver artículos “la Codificación Mental” y “los Anclajes y su
importancia en mi Vida”).
Revivir una experiencia de manera asociada, o sea siendo parte de la escena,
encontrándose e interactuando en ella, equivale a experimentar las mismas percepciones
sensoriales que en el momento original, lo que quiere decir, ver lo que vieron sus ojos,
escuchar lo que oyeron sus oídos y sentir todas las emociones que experimentó su cuerpo.
Así que la manera adecuada de abordar el momento, es disociarse de la escena, esto
quiere decir pasarla como si fuera una película donde la persona se puede ver siendo él un
espectador, y al no estar participando dentro de ella, puede contemplarlo todo desde otra
perspectativa sin estar involucrado en la acción y por lo tanto la naturaleza e intensidad
de sus emociones serán completamente distintas a las originales, en palabras coloquiales,
está “viendo los toros desde la barrera”.
La asociación y disociación es una de las técnicas más fuertes de Programación
Neurolingüística, ya que ésta permite generar opciones conductuales a través de un
análisis desde una perspectiva diferente, neutralizando de una manera efectiva la parte
emocional negativa en donde se encuentra el problema. Si las emociones cambian ante
una situación, las conductas serán diferentes.