El documento discute la amenaza del bioterrorismo y la necesidad de la bioética para examinar estratégicamente el uso de armas biológicas. Explica que los agentes biológicos son más letales que las armas químicas y cómo varios países han implementado medidas como la disuasión y defensa contra ataques bioterroristas. También destaca la importancia de que los profesionales médicos y las autoridades tengan información sobre posibles agentes biológicos para preparar programas de emergencia.
Nematodirus parásitos intestinales en los rumiantes
Análisis de la amenaza del bioterrorismo y la biodefensa desde una perspectiva bioética
1. UNIVERSIDAD NACIONAL DE MOQUEGUA
ESCUELA PROFESIONAL DEINGENIERIA
AMBIENTAL
CURSO:
BIOTECNOLOGIA
TEMA:
ANALISIS CRITICO DE BIOTERRORISMO, BIODEFENSA,
BIOÉTICA
DOCENTE:
Dr. SOTO GONZALES, HEBERT HERNAN
INTEGRANTE:
MORALES QUISPE, LETICIA INES
CICLO:
VII
ILO- PERÙ
2021
2. La Vulnerabilidad de las poblaciones a terrorismo químico, biológico, radiológico y
nuclear a sido ampliamente discutido, pero insuficientemente analizada. las políticas
de salud pública carecen de información sólida irrelevante para diseñar programas de
costo efectivos para prevenir o mitigar este tipo de incidentes en el futuro. los gobiernos
tienen insuficiencia Presupuestal para hacer frente a estos tipos de ataques. La amenaza
de terrorismo por medios biológicos y las propuestas estratégico militares que ha
provocado son realidad social Frente a las cuales la bioética no puede quedar
indiferente y silenciosa. la ingesta territorio en con patógeno fue utilizada en tiempos
bíblicos, El ocasional uso de armas Biológicas se ha observado en las Guerras del siglo
XX. Con la aparición de la medicina como agente en la lucha contra el bioterrorismo
se vuelve indispensable la reflexión bioética, para lo cual previamente es preciso
delimitar el modo como las sociedades amenazadas recepcionan y reaccionan frente a
esta dimensión de violencia anunciada.
El pánico moral ha tenido durante época Breves y esporádicas gran influencia, en
artículo sugiere que preocupación por el pánico moral ganadería en profundidad si se
dedican más esfuerzos al estudio en focos de ansiedad social y miedo. La magnitud y
la duración del estado de pánico moral son variables y están sujetas a influencias por
los medios de comunicación, aun cuando estás interacciones son interpretadas de muy
diverso modo. Los riesgos Son intrínsecos asiento de aspectos habiendo
contemporáneamente tomado matrices y características propias, las cuales son la
causalidad compleja, impredictibilidad la latencia, no limitado en el tiempo, espacio o
clase social determinada, no detectable por medios ordinarios, producido por decisión
y las acciones humanas.
Existen más armas biológicas potenciales que enfermedades que afecten a los seres
humanos, animales, cultivos industriales o de alimentos y a los sistemas biológicos que
soportan nuestro entorno. Las armas biológicas son, por tanto, infinitas, por lo que la
elección de un agente para ser empleado como arma biológica hasta la fecha, se ha
hecho en función de que tuviese ciertas características útiles desde la perspectiva del
atacante. Desde el punto de vista terrorista, entre las características que las hacen tan
atractivas, se pueden destacar: su letalidad, su facilidad de ocultación y transporte y su
relativa accesibilidad. La letalidad viene definida como su capacidad de causar la
muerte. En el caso de las armas biológicas éstas son altamente letales, capaces de
causar la muerte a miles de personas por las propias características de los agentes
biológicos, que pueden llegar a ser varios cientos de veces más letales que sus
equivalentes a las armas químicas e incluso las nucleares. La amenaza bioterrorista es
una realidad la potencialidad y el daño que el armamento biológico puede ocasionar.
Por ello, la mera posibilidad de que grupos terroristas pudiesen emplear armamento de
este tipo para cometer sus atentados, hace plantearse la necesidad de evaluar dicha
amenaza desde una perspectiva realista, sin dejarse llevar por el miedo que sacude
nuestras mentes cuando se dé plantea la posibilidad de emplear una enfermedad como
arma.
3. El bioterrorismo es el uso ilegítimo de microorganismos o toxinas obtenidas de
organismos vivos para provocar enfermedades o muerte en seres humanos, animales o
plantas con el objetivo de intimidar a gobiernos o sociedades para alcanzar objetivos
ideológicos, religiosos o políticos. Los agentes biológicos son mucho más letales que
los químicos porque suelen ser más difíciles de diagnosticar y los cuadros clínicos son
similares a otras enfermedades; además, se caracterizan por ser económicos y fáciles
de adquirir, cultivar, almacenar y transportar. Los agentes biológicos propios del
bioterrorismo son pocos. Se clasifican (clases A, B y C) según su morbilidad,
mortalidad, capacidad de infectar, existencia de vacuna, disponibilidad, potencial de
producción, estabilidad en el medio ambiente, capacidad de diagnóstico, etcétera. Por
ello, es indispensable que los profesionales de la salud y las autoridades tengan
información sobre la epidemiología, diagnóstico, tratamiento, prevención y control de
estos agentes con el fin de elaborar programas emergentes para atender una
contingencia de este tipo. La medicina, pero sobre todo la salud pública, se enfrentan
a un nuevo escenario por la amenaza inminente del uso de agentes biológicos con
propósitos criminales y cuyo potencial destructivo es extremadamente elevado.
Aun siendo el bioterrorismo una amenaza global y potencial para la humanidad, los
países la cuantifican de mayor o menor gravedad en base a su evaluación como blanco
de posibles ataques bioterroristas. Estados Unidos la valoran como una amenaza grave
y reaccionan en consecuencia, otros la consideran menos grave y obran otro tanto, por
lo que la aproximación a una solución a la amenaza bioterrorista difiere
sustancialmente en base a estas apreciaciones. Sin embargo, existe unanimidad en la
apreciación de que la biodefensa y la bioseguridad es un problema internacional que se
sustenta sobre dos patas: la seguridad y la salud pública.
Por ello y en distinto grado, todas las medidas implementadas para combatir el
bioterrorismo se han hecho agrupadas en cuatro frentes principales: disuasión,
negación del acceso a capacidades o materiales relacionadas con armamento biológico,
defensa contra posibles ataques bioterroristas y respuesta a dichos ataques. Así, se
establecen dos aproximaciones globales y complementarias al problema del
bioterrorismo, fundamentos sobre la que debe asentarse una efectiva estrategia
contraterrorista: la prevención y la reacción. Los agentes biológicos y químicos son
diferentes en diversas maneras. Desde el punto de vista de la salud pública este hecho
es muy importante, porque los efectos de agentes químicos usualmente son inmediatos,
mientras que los agentes biológicos tienen un período de incubación y producen efectos
en horas o comúnmente días después de la exposición. Muchos agentes químicos son
volátiles y producen un vapor peligroso, mientras que los agentes biológicos no lo son
y no producen este tipo de daño. Los agentes biológicos de hecho requieren energía a
través del aire en movimiento. Muchos de los agentes químicos pueden producir
efectos fisiopatológicos por penetración de piel intacta; los agentes biológicos, con la
posible excepción de las T-2 micotoxinas, no producen efecto alguno cuando llegan a
4. estar en contacto con un tegumento intacto, a diferencia de un ataque químico donde
la respuesta es inmediata y debe apoyarse en policías, bomberos y adicionalmente, en
personal médico y paramédico, en un ataque biológico la respuesta inmediata debe ser
ofrecida por los servicios de salud.
El impacto directo se manifiesta en los servicios de salud por la demanda excesiva de
atención y la disponibilidad de antídotos, antibióticos y vacunas en cantidades
suficientes para cubrir las necesidades inmediatas. Asimismo, se debe contemplar el
daño a la economía: por ejemplo, se sabe que, a raíz del atentado del 11 de septiembre
de 2001 en los Estados Unidos, se cancelaron miles de reservaciones aéreas turísticas
por el temor a viajar en avión.
Si bien es cierto que ningún país se puede considerar exento de la amenaza del
bioterrorismo, es claro que nuestro país no tiene enemigos. Si llegasen a aparecer grupos
bioterroristas, pese a no existir ningún programa emergente al respecto, nuestras
instituciones, nuestras experiencias en desastres naturales y antropogénicos, así como
las epidemias humanas y animales ocurridas, son elementos que decididamente
mitigarían su impacto. Es indispensable difundir información sobre la epidemiología,
diagnóstico, tratamiento, prevención y control de posibles agentes biológicos, sobre
todo entre el personal de salud y las autoridades, con el fin de elaborar programas
emergentes para atender esta contingencia.