Descartes rechazó el pensamiento escolástico dominante en su época y creía que solo se podía establecer la verdad una vez conocidas todas las razones para creerla. Propuso su famosa frase "Pienso, luego existo" como un conocimiento incuestionable, partiendo de que al dudar uno está pensando y por lo tanto existe. Usó esta idea como fundamento para establecer un nuevo sistema de conocimientos, ya que ni la realidad puede distinguirse del sueño ni los sentidos son totalmente confiables.