2. TEXTO
Cerraré ahora los ojos, me taparé los oídos, suspenderé mis
sentidos; hasta borraré de mi pensamiento toda imagen de las
cosas corpóreas, o, al menos, como eso es casi imposible, las
reputaré vanas y falsas; de este modo, en coloquio sólo
conmigo y examinando mis adentros, procuraré ir
conociéndome mejor y hacerme más familiar a mí propio. Soy
una cosa que piensa, es decir, que duda, afirma, niega, conoce
unas pocas cosas, ignora otras muchas, ama, odia, quiere, no
quiere, y que también imagina y siente, pues, como he
observado más arriba, aunque lo que siento e imagino acaso
no sea nada fuera de mí y en sí mismo, con todo estoy seguro
de que esos modos de pensar residen y se hallan en mí, sin
duda. Y con lo poco que acabo de decir, creo haber enumerado
todo lo que sé de cierto, o, al menos, todo lo que he advertido
saber hasta aquí.
3. IDENTIFICAR IDEAS
Este texto de Descartes (filósofo francés del siglo XVII,
perteneciente a la filosofía moderna) constituye una
aplicación de la cuarta regla del método que él mismo
propuso, y que consiste en hacer revisiones y
recuentos para no pasar nada por alto “Y con lo poco
que acabo de decir, creo haber enumerado todo lo que
sé de cierto, o, al menos, todo lo que he advertido
saber hasta aquí.”. Lo que resume en este texto es el
proceso de duda, en su primer nivel “Cerraré los
ojos…”, en el que se duda del mundo sensible, y la
conclusión, la certeza indudable del cógito “Soy una
cosa que piensa, es decir, que duda, afirma, niega…”
4. Estructura argumentativa
El proceso de pensamiento de Descartes consiste
en la aplicación del método, que primeramente
consiste en la duda. Una vez identificada la
verdad indudable (cogito), pasa a la segunda
regla, que consiste en el análisis: el cogito consta
de sentimientos “ama, odia”, voliciones “quiere,
no quiere”, e ideas “duda, afirma, niega, conoce
unas pocas cosas, ignora otras muchas”. Desde el
cógito, la filosofía se convierte en un análisis del
sujeto “en coloquio sólo conmigo y examinando
mis adentros, procuraré ir conociéndome mejor y
hacerme más familiar a mí propio”.
5. Conclusión
Este texto pertenece a las Meditaciones
metafísicas, en particular a la Tercera, en la
que se aborda el tema de la demostración de
la existencia de Dios, pero Descartes, antes de
iniciar un nuevo tema, en cada una de las seis
meditaciones, hace una resumen de lo
establecido en las anteriores.