c3.hu3.p1.p2.El ser humano y el sentido de su existencia.pptx
Giro conceptual
1. Módulo I. Coordenadas: ¿Qué es el arte contemporáneo?
2. Antecedentes históricos
del giro conceptual Jorge Andrés Reyes Rodríguez
20 de septiembre del 2015
3. Evidentemente uno de los artistas más grandes del siglo XX fue Marcel Duchamp (1887-1968).
Como bien señala Joseph Kosuth, se trata de uno de los pocos artistas que durante ese siglo
marcaron un antes y un después en el devenir artístico del siglo pasado, ya que a él atribuimos el
pasó de un cuestionamiento morfológico a un cuestionamiento de función. La obra con la que
Duchamp estableció el nuevo paradigma fue La fuente de 1917, obra que introdujo al lenguaje
artístico un nuevo elemento que sería citado incontables veces: el ready-made. A partir de ese
momento, objetos cotidianos de la realidad serían adoptados e introducidos a la historia como
obras de arte, lo cual develó una pregunta trascendental en la filosofía del arte: ¿dónde radica la
artisticidad de las obras de arte? o en otras palabras ¿qué es lo que hace que una obra de arte sea
una obra de arte? Desde Heidegger hasta Danto, la pregunta fue replanteada filosóficamente una y
otra vez llegando a diferentes conclusiones (que no son motivo de nuestra atención en este
momento); y todo comenzó, con La fuente.
Evidentemente Duchamp rompe con todos los paradigmas estéticos planteados en la historia del
arte, sin embargo ésta lo absorbió y lo calificó como perteneciente al movimiento Dadaísta de
principios de siglo, vanguardia que buscó centrar su atención lejos de la obra como objeto,
enfocándose así en los conceptos que la conforman; sin embargo, como señala Juan Antonio
Ramírez, Duchamp trasciende este o cualquier otro encasillamiento. De esta manera, La fuente
reflexiona en torno al concepto de construcción de la obra pues refleja una planteamiento en el que
se insinúa que la obra está consolidada a través de la intención del artista y no de lo que éste haga
técnicamente. Esta obra es imposible de analizar con las diferentes metodologías formalistas o
iconográficas tradicionales ya que es ajena a cualquier idea de representación. El título “La fuente”
hace una referencia metafórica a la función del objeto apropiado: el urinal, al cual, Duchamp
presentó íntegro salvo por la firma de R. Mutt.
4. Man Ray, Objeto para ser destruido, 1923. (la foto es la réplica de 1964)
5. El “valor” de ciertos artistas después de Duchamp puede medirse a partir de qué tanto han
cuestionado la naturaleza del arte; lo cual es otra manera de decir “lo que ellos ‘añadieron’
al concepto del arte” o lo que no se encontraba ahí antes de que comenzaran a hacerlo.
Los artistas cuestionan la naturaleza del arte presentando proposiciones nuevas con
respecto a la naturaleza del arte. Y para hacerlo, uno no puede preocuparse por el
“lenguaje” heredado del arte tradicional, ya que dicha actividad está basada en el supuesto
de que sólo hay una manera de enmarcar las propuestas artísticas. Pero la mera sustancia
del arte está indudablemente relacionada con la “creación” de nuevas propuestas. -Joseph
Kosuth.
Objeto para ser destruido, Objeto de destrucción u Objeto Indestructible (dependiendo del
periodo en el que se le estudie) de Man Ray (1890-1976) refleja claramente las palabras de
Joseph Kosuth pues es una asimilación de los conceptos básicos de Duchamp, generando
a partir de estos una nueva reflexión. Se trata de de un ready-made con el cual el artista
plantea una reflexión en torno al concepto de tiempo (interpretación obvia ya que el objeto
apropiado es un metrónomo, instrumento mediante el cual los músicos establecen el
tiempo de sus composiciones).
7. Para empezar, debo decir que Una y tres sillas de Joseph Kosuth me recuerda, en
intención al menos, a La traición de las imágenes (mejor conocida como Esto no es una
pipa) de René Magritte (1898-1967). En este sentido creo que es una fusión conceptual de
Magritte y Duchamp, es decir, por un lado nos muestra el dislocamiento representación/
realidad y por otro, presenta el ready-made si alteración del artista. De esta manera creo
que se puede interpretar como un homenaje de los dos artistas responsables del giro
conceptual.
Si consideramos que el propio Kosuth dice que el arte debe tratar el estado de las cosas
para llenar con las necesidades espirituales del hombre, habría que preguntarse ¿cual es
el estado de las cosas que quiso abordar con esta obra? y desde mi interpretación la
respuesta está dada no por la obra sino por el contexto del que emerge. La obra
corresponde a la década de los sesentas, un periodo en el que la filosofía estaba en plena
transición y en el que los filósofos, ya sea desde el estructuralismo y el postestructuralismo,
empezaban preguntarse en torno a la incapacidad de abarcar la realidad con el lenguaje.
Justo por eso me parece lógico que Kosuth señale en 1969 que el arte está en una era en
la que la filosofía tradicional es irreal y que por tanto es incapaz de justificar al arte. De esta
manera, Kosuth retoma los conceptos de realidad, representación gráfica y representación
lingüística para ponerlos en juego y dejar que el espectador resuelva el rompecabezas.