Martín tiene Síndrome de Down. Como muchos niños pasa por una etapa de neofobia alimentaria, rechazando todo alimento nuevo y superando dicha etapa por si sólo con el tiempo.
Saliendo de la neofobia: la historia de cómo Martín volvió a probar alimentos nuevos
1. Cuando no quieren probar nuevos alimentos
Martín tiene ahora tres años y ha estado alrededor de nueve meses sin querer
probar alimentos nuevos. Ya no sólo es que se negara a probar comida desconocida, sino
que comenzó a rechazar por completo algunos alimentos que antes tomaba con
frecuencia (pan, pollo a la plancha, filete de ternera...) o que comió con interés en alguna
ocasión aislada (chocolate, bollería, Gusanitos, manzana...).
Durante todo este tiempo su alimentación se ha limitado única y exclusivamente a :
papilla de verduras con pollo, papilla de frutas de bote, pecho materno, yogur, macarrones
cocidos en blanco, palitos de pan, patatas fritas caseras y fiambre de pavo.
Cualquier otra cosa que le pusiéramos delante la tiraba al suelo con parsimonia,
sirviendo única y exclusivamente para hacerle trabajar la pinza dactilar con minuciosidad.
Igual que su hermano mayor
No estábamos preocupados, porque su hermano Pablo, que ahora tiene 7 años,
hizo en su momento lo mismo y más tarde volvió a introducir novedades en su dieta. Con
Pablo siempre seguimos los consejos del conocido pediatra Carlos González y nos ha ido
muy bien. En el tema de la comida recomiendo encarecidamente su libro “Mi niño no me
come”1. Pablo no prueba la verdura desde aproximadamente los dos añitos, pero toma
otros alimentos que le aportan los nutrientes que necesita. A cambio aborrece la comida
rápida y los refrescos, así que la cosa tampoco va tan mal. Como casi todos los niños
Pablo tiene su “especialidad de la casa para que los padres puedan sacar pecho: <pues
la mía come caracoles>, <pues al mio le encanta el pepino>2”; pues a Pablo le encanta la
cabeza de merluza cocida y cuando en Navidad encuentra por primera vez camarones o
bogabante se lanza en picado.
En cualquier caso es un alivio tener un hermano mayor con el que comprobar que
ciertas etapas son sólo eso: etapas.
1 Dr. Carlos González “Mi niño no me come. Consejos para prevenir y resolver el problema”. Temas de Hoy 2004
2 Dr. Carlos González “Creciendo Juntos. De la infancia a la adolescencia con cariño y respeto” Temas de Hoy 2013.
2. La neofobia
Hace dos semanas una amiga me descubrió un nuevo libro, también serio y fiable,
en el que se habla específicamente de esa etapa: la neofobia. Este está escrito por el
nutricionista Julio Basulto y se titula “Se me hace bola”3. En él hay un apartado específico
en el que lo explica: “Alrededor de los dos años suele producirse una situación llamada
neofobia, que es la manera fina de decir que el niño rechaza nuevos alimentos (…). Niños
que antes comían varios alimentos con naturalidad pueden empezar a rechazarlos. ¿Por
qué lo hacen? Para el profesor David Benton, de la Universidad de Wales Swansea, se
trata de un <mecanismo de supervivencia> que disuade al niño, inconscientemente, de
probar alimentos que podrían ser tóxicos (…). Lo mejor que pueden hacer los cuidadores
es despreocuparse de la neofobia porque es una respuesta completamente normal del
niño que desaparece con el tiempo, sobre todo si no hacemos nada”.
Saliendo de la neofobia
Este fin de semana pasado, de pronto Martín dio un cambio. Estábamos en un
cumpleaños y le dio por probar la tarta del plato de su padre. Le encantó. Luego picoteó
los Gusanitos del plato de un primo y dio unos cuantos mordiscos a unos Aspitos de la
piñata. Era la primera vez en meses que mostraba tal interés. Al día siguiente en la
terraza de un bar, echó mano a mis croquetas. No le gustó el tacto y retiró la mano, pero
dejó que yo le ofreciera los primeros mordiscos de toda su vida a una croqueta. Para mi
sorpresa comió casi una entera.
El resto de la semana ha estado haciendo incursiones a nuestros platos. Ahora los
dejamos “descuidadamente” a mano (y alejamos mucho el vino o el café por si acaso). Ya
ha probado pasas y sandía y ha vuelto a comer pan con naturalidad. Aunque con algunos
alimentos... sigue practicando la pinza ;-).
Para quienes estáis ahora mismo sumergidos en la neofobia... a despreocuparse y
no hacer nada. Comed en familia y punto. “Me imagino que habrás leído en algún lugar
que la exposición repetida de un nuevo alimento incrementa las posibilidades de que el
niño lo pruebe (…) mientras tú comes ese alimento el niño ya está siendo <expuesto>3”.
3 Julio Basulto “Se me hace bola. Cuando no comen como queremos que coman” Debolsillo 2013