La puesta en marcha de la unidad de CCR es un hito para la Argentina, que ahora cuenta con una tecnología y una capacidad inéditas para producir combustible premium, lo cual repercute directamente en beneficio de toda la comunidad.
2. ELFUTUROESHOY
H
REFORMADO CATALÍTICO CONTINUO,
UN HITO CONSTRUCTIVO
ay cosas verdaderamente grandes, enormes... A veces,
porque se extienden metro sobre metro hacia el cielo y
parecen escapar a la escala humana. Otras, porque su
complejidad las vuelve enigmáticas para la mayoría de los
ojos que las observan. Y, en ocasiones, porque imprimen
huellas indelebles en la comunidad. Estas tres condiciones,
precisamente, son las que reúne la primera unidad de
Reformado Catalítico Continuo (CCR) del país, construida
por Odebrecht para YPF, y puesta en marcha en Ensenada,
provincia de Buenos Aires, para dar nueva vida a uno de
los principales complejos petroquímicos de la Argentina,
convirtiéndolo, además, en el de tecnología más avanzada,
ya que inaugura el futuro y es único en su tipo en el país.
El CCR, todo un ícono en la evolución energética, guarda
otra historia sorprendente: la de quienes lo soñaron y lo
hicieronrealidad.Lademilesdeesfuerzosmancomunados
tras un objetivo que, a priori, podía parecer una utopía. Y la
de una compañía como Odebrecht, especializada en hacer
realidad esos sueños.
La puesta en marcha de la unidad de CCR es un hito para
la Argentina, que ahora cuenta con una tecnología y una
capacidad inéditas para producir combustibles premium,
lo cual repercute directamente en beneficio de toda la
comunidad.
Pero¿quéesunaunidaddeReformadoCatalíticoContinuo?
¿Por qué este gigante naranja, amarillo y plateado, de
acero y hormigón, que alcanza los 86 metros de altura,
es estratégico? La respuesta remite al vital mundo de
la energía. Un mundo que puede pasar inadvertido en
lo cotidiano, pero que representa nada menos que el
corazón, aquello que mantiene en movimiento al progreso.
El crecimiento fenomenal del parque automotor argen-
tino en los últimos años y el boom que experimenta la
actividad agropecuaria –dos ámbitos fundamentales
para la economía– requieren combustible. Pero no se trata
simplemente de satisfacer un abastecimiento creciente a
tasas hasta hace poco tiempo inimaginadas.
L A,
YPF O,
.
3.
4. ELFUTUROESHOY
El reformado catalítico es continuo porque la
sustancia que facilita las reacciones químicas,
el catalizador, es regenerado constantemente.
Esa continuidad conlleva un 66 por ciento más
de producción de aromáticos y un 100 por
ciento más de hidrógeno en el nuevo CCR.
5. LA PUESTA EN MARCHA DE LA UNIDAD DE CCR ES UN HITO
PARA EL PAÍS, QUE AHORA CUENTA CON UNA TECNOLOGÍA
Y UNA CAPACIDAD INÉDITAS PARA PRODUCIR COMBUSTIBLES
PREMIUM EN BENEFICIO DE LA COMUNIDAD.
Los nuevos motores de los automóviles, las máquinas y el
transporte en general, más eficientes y amigables con el
medio ambiente, demandan estándares de una exigencia
también en aumento. La industria pide carburantes con
mayor poder energético y más confiables. La comunidad
exige que esos combustibles generen el mínimo impacto
ambiental. Dar respuesta a estas necesidades es clave
para potenciar el crecimiento e implica la implementación
de soluciones de alto costo y complejidad. Aquí es donde
entran en escena la capacidad y la determinación de YPF
y de Odebrecht para encarar ese desafío.
La unidad de CCR que se construyó en el Complejo
Industrial Ensenada de YPF es una respuesta de primer
nivel que incorpora la tecnología petroquímica más
avanzada con el objetivo de aumentar la producción anual
de carburante de alta calidad: de los actuales seis millones
de metros cúbicos a ocho millones, en 2017. Además,
se ha previsto la producción de 370.000 toneladas de
compuestos aromáticos, destinados a la mejora de los
combustibles para los automotores, y la generación de
15.000 toneladas de hidrógeno por año, necesarios para
producir energía limpia.
Productividad y eficiencia, desarrollo y cuidado del
medio ambiente, todo ello en un proceso en el que se
destacan el ingenio, la tenacidad, la capacidad para
brindar soluciones y, por sobre todo, el ser humano y la
comunidad, protagonistas y destinatarios de ese logro.
Un complejo petroquímico es como un gran juego de
química a escala industrial. Su misión es procesar y
generar productos derivados del petróleo y del gas.
Esos productos abarcan desde sustancias precursoras
para fabricar plásticos, pinturas, aerosoles, insecticidas
y colchones, hasta sustancias para mejorar la calidad
de los combustibles, pasando por solventes de todo
tipo. Las aplicaciones son tantas que están presentes
en casi todas nuestras actividades cotidianas. De ahí su
valor estratégico.
6. ELFUTUROESHOY
Hacemásdecuatrodécadas,afinesdelosaños60delsiglo
pasado, el país necesitaba abastecerse de hidrocarburos
aromáticos, muy demandados por diversas industrias
(la denominación “aromáticos” deriva de cierto aroma
dulzón que despiden). Hasta entonces, la mayoría de los
aromáticos se importaba y el excedente de los cortes
de nafta petroquímica que producía YPF –materia prima
para los aromáticos– se exportaba. La Argentina aún no
tenía cómo darles valor agregado. Fue entonces cuando
dos grandes empresas estatales, Fabricaciones Militares
e YPF, imaginaron una nueva compañía: la Petroquímica
General Mosconi. Para Fabricaciones Militares, la nueva
petroquímica significaba la posibilidad de contar con
materia prima para la producción de explosivos. Y para YPF,
representaba la integración de su cadena de refino para
aportarles valor agregado a sus productos y abastecer de
aromáticos a la industria local. Así, Petroquímica General
Mosconi comenzó a funcionar en 1974.
La naciente compañía de propiedad estatal cumplió con
creces su objetivo; no solo diversificó su producción de
aromáticoshaciaotrosproductospetroquímicos,comolos
solventes, sino que comenzó a exportar los excedentes.
La industria petroquímica no quedó exenta del devenir
económico nacional. A mediados de los años 90, Petro-
química General Mosconi pasó a formar parte de la
YPF en aquel entonces privatizada. En esos años, la
tecnología y las demandas de la sociedad evolucionaron
continuamente. Allí, en Ensenada, a la noble y confiable
Un encuentro
que hace historia
7. El CCR, todo un ícono en la
evolución energética, guarda
otra historia sorprendente, la de
quienes lo soñaron y lo hicieron
realidad codo a codo: YPF
y Odebrecht.
petroquímica se le dificultó la adaptación. Eso sí, a me-
dida que pasaba el tiempo, los aromáticos producidos
encontraban un nuevo destino: del abastecimiento inicial
a la industria pasaron, de forma paulatina, a ser utilizados
para mejorar el octanaje de las cada vez más exigentes
naftas; es decir, pudieron elevar el estándar y la calidad
de los combustibles para los nuevos motores.
Juan Carlos Ferretti, Jefe de Ingeniería de YPF, lo resume:
“Abastecer de combustibles en cantidad y calidad a los
nuevos motores es todo un reto. Nuestros abuelos decían
que podían mezclar la nafta con querosén. Hoy sería
imposible bajo cualquier punto de vista”.
En el proceso de obtención de los aromáticos también
se genera hidrógeno. Si los aromáticos permiten mejorar
la calidad de las naftas, el hidrógeno hace lo propio con
el gasoil al quitarle impurezas; en especial, el azufre y el
nitrógeno.
A fines de los 90, YPF tenía en claro la necesidad de un
salto tecnológico y su gente empezó a soñar... La mejor
solución parecía ser adquirir una nueva y muy costosa
tecnología que permitiera, a igual cantidad de materia
prima, un salto fenomenal en la producción de aromáticos
y de hidrógeno. Esa tecnología ya existía: el Reformado
Catalítico Continuo (CCR)/Platforming, desarrollado por
UOP LLC, una empresa de Honeywell International, Inc.,
dueña de más de 3.000 patentes y una de las principales
compañías innovadoras en el mundo del refino.
9. LOS GRUPOS HUMANOS
DE YPF Y ODEBRECHT SE
COMPLEMENTARON. LOS
OBJETIVOS Y SU VISIÓN SOBRE
CÓMO ALCANZARLOS SE
REFORZARON, GENERANDO
UN VALIOSO POTENCIAL PARA
FUTUROS DESAFÍOS.
10. ELFUTUROESHOY
Incorporar el proceso de CCR posicionaría a la petro-
química a la par de las más avanzadas del mundo. Era un
objetivo complejo en lo tecnológico y en lo económico.
A decir verdad, no eran tiempos para grandes proyectos;
pero la idea perduró en quienes trabajaban en las áreas
de ingeniería de la gran petrolera argentina.
Cuando los vientos económicos cambiaron, el CCR
regresó a las libretas de apuntes, a las reuniones y, por
fin, a las computadoras y a los tableros, junto con otros
grandes proyectos: ahí estaban, en carpeta, tomando
forma junto con la unidad de CCR, el puerto y la planta
regasificadora de Escobar; el domo de almacenamiento
de última generación para la nueva planta de coque, y
nuevas plantas de hidrotratamiento de gasoil y naftas en
las refinerías de La Plata y de Luján de Cuyo (Mendoza).
“Para nosotros, construir un CCR implicaba mucho más
que un desafío tecnológico o constructivo –explica
Marcelo Broccoli, Gerente del Departamento de Ingeniería
y, en aquel entonces, Gerente de Proyecto de YPF–.
Primero, teníamos que desarrollar el mercado. En 2007
contábamos con proyectos magníficos y era preciso abrir
el juego a un abanico de proveedores de primer nivel.
Generar competencia. Transmitir confianza en que YPF
estaba encarando grandes desarrollos.”
Hacía casi quince años que no se encaraba un proyecto de
la escala del CCR. La planta petroquímica, por otra parte, no
eraobjetodeunareformaodeunaampliaciónprofusadesde
hacía ya dos décadas, cuando se erigió la planta de olefinas.
Entonces se produjo el encuentro. A veces ocurre: dos
grupos humanos diferentes pueden complementarse.
Sus objetivos son equivalentes; también su visión
sobre cómo alcanzarlos. Y esa unión detona un valioso
potencial para futuros desafíos. Porque no solo YPF
anhelaba construir una unidad de CCR. A mediados de la
primera década del nuevo siglo XXI, el sueño arraigaba
en Odebrecht, cuya filosofía, la Tecnología Empresarial
Odebrecht (TEO), fomenta la iniciativa de sus integrantes.
Con casi un cuarto de siglo en la Argentina, la Organización
Odebrecht deseaba incursionar en petroquímica, espe-
La nueva planta permitirá transformar
los excedentes exportables de nafta
petroquímica, de escaso valor, en combustibles
de mayor calidad, cada vez más demandados
por el mercado local.
11. LA UNIDAD DE CCR QUE YPF Y ODEBRECHT
CONSTRUYERON EN ENSENADA ES UNA RESPUESTA
DE PRIMER NIVEL MUNDIAL, CON UN OBJETIVO
DE ALTO IMPACTO: AUMENTAR LA PRODUCCIÓN
ANUAL DE CARBURANTE DE ALTA CALIDAD
A OCHO MILLONES DE METROS CÚBICOS.
cialidad que cultivaba en diversos países. Ya había
realizado obras de utilidad para la sociedad, que es uno
de los principios rectores de la TEO, pero tenía pendiente
una gran obra de ingeniería industrial. Había construido
la Central Eléctrica Pichi Picún Leufú, en Neuquén,
capaz de generar 1.080 Gwh al año (el equivalente a la
energía que consumen 18.000 millones de lámparas
de 60 vatios). También, la Autopista Acceso Oeste, una
de las principales vías de acceso a la ciudad de Buenos
Aires, de 52,44 kilómetros de extensión, que acortó
de dos horas a cuarenta minutos ese recorrido. Otros
grandes emprendimientos estaban en marcha, como
la ampliación de la capacidad de transporte firme de
gas: primero, de los gasoductos Libertador General San
Martín y Neuba II, instalando 455,8 kilómetros de ductos,
y segundo, ampliando los gasoductos troncales a lo largo
de 2.100 kilómetros en quince provincias. Entre las obras
figuraba, además, la Planta Potabilizadora Juan Manuel
de Rosas, en Dique Luján, provincia de Buenos Aires,
capaz de procesar 1.200.000 metros cúbicos de agua
por día, equivalentes a 80.000 camiones cisterna, y de
abastecer al cordón norte del Gran Buenos Aires.
“Deseábamos trabajar con YPF –detalla Flavio Faria,
Director Superintendente de Odebrecht–, porque nos
daba la oportunidad de posicionar aquí una de nuestras
áreas de actuación: la ingeniería industrial. Teníamos
un objetivo claro y la petroquímica era un camino para
alcanzarlo. Hubo coincidencia de intereses y trabajamos
intensivamente para pulir esas coincidencias.”
“Encontramos la oportunidad del proyecto de la unidad
de CCR –relata, por su parte, Pablo Brottier, Director de
Nuevos Negocios de Odebrecht y Director de Contrato
durante buena parte de la obra–. Fuimos al encuentro
de la búsqueda que efectuaba YPF, participamos del
primer proceso licitatorio en 2007, reactivado en 2009,
y ganamos el contrato de ingeniería, suministros y
construcción (EPC) tras una ardua competencia. En
2007, UOP LLC nos abrió las puertas de una unidad CCR
en construcción en Estados Unidos. Poder ver y tocar
en escala real el tamaño y la complejidad del desafío
que estaba proponiendo YPF fue motivador. Queríamos
hacer este proyecto y realizar el sueño de nuestro
cliente.”
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14. ELFUTUROESHOY
MontarunaunidaddeCCResunretoencualquiersituación.
Pero en una planta petroquímica con las características
de la que funciona en el Complejo Industrial Ensenada
conlleva desafíos extra. La nueva unidad de CCR es el
corazón de la petroquímica. Cambiar ese corazón implica
que el resto de los componentes de la planta estén a la
misma altura. Un corazón nuevo, dado el salto tecnológico
que implica, puesto en un cuerpo con varias batallas
en su haber no podría funcionar. De nada serviría si no
contáramos con la capacidad de procesar las enormes
cantidades de producto que generaría.
Por eso, la modernización se extendió a algunas plantas
“satélites” asociadas y a la construcción de una nueva
antorcha para el complejo petroquímico que sustituyera
a la antigua antorcha reticulada, todo un símbolo de las
primeras épocas. Por el esfuerzo, por la complejidad de su
desarrollo e implementación, acerca de cada uno de esos
procesos podría escribirse un libro aparte.
Para empezar, la antorcha... Todo aquel que haya pasado
frente a una petroquímica habrá visto seguramente las
antorchas. Los llamados “fósforos” (porque desde lejos
evocanlaimagendeunagrancerillaencendida)constituyen
uno de los íconos de la petroquímica. ¿Cuál es su función?
Las reacciones químicas producidas en las plantas
generan gases. A algunos, en pro del medio ambiente,
es necesario quemarlos. La antorcha también cumple
una función de seguridad: si por alguna razón hubiera
que evacuar rápidamente los gases, la antorcha actuaría
minimizando el impacto ecológico.
Otros desafíos
15. En Ensenada estaba la vieja antorcha de la Petroquímica
General Mosconi, con cuarenta años en funcionamiento.
Noble, confiable, pero antigua. El CCR y la readecuación
tecnológica del complejo requerían una antorcha nueva,
acorde a la más avanzada tecnología y respetuosa
de las normas ambientales que, desde los años 70,
experimentaron un enorme avance. De hecho, la nueva
antorcha, construida en Estados Unidos, en Tulsa
(Oklahoma), cuenta con una tecnología denominada
smokeless (sin humo) que, mediante un sistema
computarizado, analiza los gases a quemar y el flujo. Con
esos datos determina la composición y la temperatura
justa para generar una llama sin humo. Encender esa
maravilla implicaba remover cuidadosamente la vieja
antorcha, así como elegir, comprar y recibir la nueva
para poder, finalmente, montarla.
La antorcha, con emisiones libres de humo
y reducido nivel de ruido, cuenta con tres
separadores de gas de 30 toneladas cada uno
y un colector principal cuyo conducto mide
1.300 metros de longitud.
LA NUEVA ANTORCHA DE AROMÁTICOS ES UN COLOSO DE
115 METROS DE ALTURA. HAY QUE PARARSE DEBAJO DE
ELLA Y SEGUIR LAS INMENSAS TUBERÍAS SUSPENDIDAS
EN ALTURA PARA COMPRENDER SU GIGANTESCA ESCALA.
17. “DE TODOS
LOS GRANDES
PROYECTOS DE YPF,
EL CCR ES EL QUE
MÁS SE DESTACA
POR LA TECNOLOGÍA
QUE UTILIZA Y POR
LA COMPLEJIDAD
DE LOS CONTROLES.
TUVIMOS QUE
ENTRENARNOS EN
SIMULADORES PARA
PODER OPERARLO.”
MARCELO BROCCOLI.
18. ELFUTUROESHOY
Hoy, la nueva antorcha de aromáticos es un coloso de
115 metros de altura –casi el doble que la del Obelisco
porteño–, asegurado al terreno por un impresionante
aparejo de cables de acero trenzado que rematan
en una serie de fundaciones ancladas con firmeza al
suelo. Tiene tres separadores de gas de 30 toneladas
cada uno y se conecta a la planta petroquímica por
una tubería de 1,20 metros de diámetro, que corre a 12
metros de altura a lo largo de 1.300 metros, sostenida
por pilares de hormigón. Hay que pararse debajo de ella
y seguir las inmensas tuberías suspendidas en altura
para comprender su gigantesca escala.
Por otra parte, la readecuación –revamp, en la jerga
petroquímica– de las unidades asociadas a la nueva
unidad CCR fue otro capítulo de magnitud. Fueron
necesarias dos paradas de planta de 44 y 45 días
respectivamente, durante las cuales un ejército de
operarios trabajó día y noche, contrarreloj, para poner
a punto las unidades de Splitter de Reformado, de
Extracción de Aromáticos y de Fraccionamiento de
Aromáticos, a las que se agregó la de Hidrotratamiento
de Naftas.
Antes de la obra, el complejo generaba los mismos
productos. Pero el corazón era el hoy viejo Magnaforming,
que cumplió noblemente su tarea durante casi cuarenta
años y, también “revampeado”, continuará trabajando. A
partir de ahora, con la misma carga de nafta pretratada
(120 metros cúbicos por hora), la unidad de CCR
permite producir un 66 por ciento más de hidrocarburos
aromáticos y el doble de hidrógeno, el que tendrá máxima
19. Los últimos retoques a las instalaciones del CCR
fueron el preámbulo de su puesta en marcha,
en septiembre de 2013.
pureza gracias a una nueva planta, denominada “PSA”
(Pressure Swing Adsorption), también desarrollada bajo
licencia de Honeywell UOP e incluida en la obra.
Como se ve, las cifras son impresionantes y las expec-
tativas, enormes.
“Proyectos como el de la unidad de CCR tienen un
impacto muy grande –reflexiona Sergio Affronti,
Vicepresidente de YPF–. Por un lado, le agregan valor a
los productos que nosotros comercializamos. Por otro,
son mucho más amigables con el medio ambiente. En
definitiva, generan valor agregado para el país.”
“El proyecto sitúa a YPF a nivel tope de línea respecto del
restodeAméricalatina.Eslamismatecnologíaqueseusa
en todo el mundo para este tipo de unidades”, reflexiona
Esteban Trouet, quien ingresó al proyecto como Gerente
de Construcciones y culminó como Director de Contrato
de Odebrecht.
“De todos los grandes proyectos que retomó YPF, el
CCR es el que más se destaca por su tecnología y por la
complejidad de los controles. Tuvimos que entrenarnos
en simuladores para poder operarlo”, agrega Marcelo
Broccoli.
Para Ferretti, “hoy contamos con una capacidad de
producir gasoil de calidad y de formular naftas que antes
no teníamos, que beneficia a todo el país. Por ende, cada
vez que se incorpora tecnología, los conocimientos
adquiridos enriquecen al grupo humano”.
20. ELFUTUROESHOY
La unidad de CCR, la antorcha de aromáticos y la
readecuación de la planta no solo están destinadas
a generar un gran impacto nacional. La filosofía de
Odebrecht, que busca beneficiar y generar opciones
de trabajo para las comunidades cercanas a sus
emprendimientos, fue aplicada en toda su magnitud.
Acciones como la creación del Taller Escuela de Oficios
–producto de un acuerdo con YPF y con la Unión
Obrera de la Construcción de la República Argentina
(Uocra), Seccional La Plata– permitieron que más de
un centenar de participantes recibiera capacitación
en soldadura pinza y combinada, y también incluyó a
oficiales cañistas, de electricidad y montaje, entre otros
oficios, a fin de facilitar su inserción laboral calificada
más allá de este proyecto.
La Tecnología Empresarial Odebrecht aplicada a los
integrantes de la compañía marcó otro hito en la industria
de la construcción del país con el desarrollo de un obrador
diseñado desde el inicio con especial énfasis en crear
un ambiente de trabajo seguro, ordenado y adecuado,
con edificios de oficinas, almacenes y mantenimiento,
áreas de comedor, atención médica e inclusive áreas de
esparcimiento, con el tratamiento del 100 por ciento de las
aguas residuales. Pablo Brottier recuerda que “queríamos
crear un ambiente moderno de trabajo, que combinara las
exigencias de una obra y que al mismo tiempo ofreciera un
área urbanizada de más de cuatro hectáreas que colocase
al ser humano en el centro, ofreciendo la comodidad,
la seguridad y el esparcimiento de quienes trabajaron
durante unos cuarenta meses en la obra”.
Otro impacto positivo fue el desarrollo de proveedores
locales para equipos, incluso para elementos tan
delicados como el reactor principal (una torre de proceso
de 62 metros de altura), fabricado en Quilmes, provincia
de Buenos Aires. La industria local tenía las capacidades
para afrontar estos desafíos, pero fue necesario trabajar
intensamente junto a ellos para adecuar a sus técnicos
y procedimientos a estándares de clase mundial. Esta
opción por los proveedores locales, siempre que fue
posible, renovó la confianza en la capacidad de los
fabricantes de cada lugar, decenas de talleres que
se vieron involucrados en el proyecto, lo cual generó
empleo, y por tanto ingresos, para cientos de familias.
Una gran obra realizada con éxito, construida en sociedad
con quien la necesita. Una comunidad beneficiada a nivel
macro, por lo que el proyecto CCR significa para el país:
da lugar a la demanda de proveedores y empleo directo
e indirecto para miles de personas y mejora, además,
su capacitación. Un sueño cumplido, fruto del trabajo
mancomunado con YPF y de la Tecnología Empresarial
Odebrecht.