2. ERROR 1: La historia no arranca
…
El autor se recrea al inicio de la historia, contando cómo
el personaje despierta, se levanta, hace el desayuno,
piensa en sus cosas, se viste, sale de casa, llega al
trabajo…Así hasta que pasa algo relevante que le
arranca de su mundo ordinario y le hace vivir
extraordinarias peripecias. Peripecias que el lector
nunca conocerá, ya que abandonó la lectura en la
página diez o doce, cuando la irrelevancia se le hizo
insoportable.
El inicio de una historia es lo más importante: no solo va a
enganchar al lector… ¡es lo que puede interesar a un editor!
Dedícale más tiempo al inicio de tus historias que a
cualquier otra parte. El primer párrafo debe interesar,
pero en el segundo el lector necesita tener cierta
3. Variantes del inicio que no termina de
arrancar
El idílico paisaje en el cual se
desarrolla la acción no es relevante. El
marco espacial puede tener su
importancia, pero cómo se mecen las
briznas de hierba con la cálida brisa
del sur NO LA TIENE EN ABSOLUTO.
Deja esos detalles para otro momento
más oportuno.
El pasado de un personaje tiene
importancia, pero asegúrate que su
4. ERROR 2: Confundir realidad
con verosimilitud
Un autor literario debe crear un mundo
en el cual sucedan las cosas más
extraordinarias de manera que el lector
las crea. Los acontecimientos
«extraños», las coincidencias,
casualidades, las obras del azar y los
caprichos del destino deben estar
justificados o no serán aceptados de
forma natural.
5. ERROR 3: Demasiados
detalles impiden el avance
Te entretienes a cada paso, perdiéndote en descripciones largas,
conversaciones banales, detalles sin importancia y acontecimientos
irrelevantes para la cadena principal de acción. En pocas palabras,
obligas al lector a entrar en modo de alerta por ABURRIMIENTO
MORTAL. Lo cual es muchísimo peor que no haberle enganchado al
principio.
¿Cómo detectar que incurres en este fallo
garrafal?
a) Síntoma 1: caes con demasiada frecuencia en recordar el pasado de los
personajes. A no ser, claro está, que se trate de una estructura en forma
de analepsis, es una señal de alerta.
b) Síntoma 2: explicas los sueños. Los sueños tienen que estar muy bien
encuadrados en la historia y tener una utilidad lógica, práctica, coherente
y decisiva en los acontecimientos. Si no cumplen como mínimo dos de
estas premisas, elimínalos sin contemplaciones.
c) Síntoma 3: te metes demasiado a fondo y demasiadas veces en los
pensamientos de los personajes. Intensidad y frecuencia de diálogo
6. ERROR 4: Sermonear al lector
Posiblemente hayas llegado a la conclusión de
que escribes porque tienes algo que contar, o
quieres transmitir algo al mundo: tu forma de
sentir, pensar, actuar, de ver la vida. Pues tengo
una mala noticia: al lector no le importa en
absoluto tu punto de vista sobre la vida, el
universo y todo lo demás. El lector no busca
una lección magistral sobre nada, ni que le
adoctrinen o le vendan ideas revolucionarias.
Adoctrinar es un derecho que el escritor debe
ganarse, una vez se ha conseguido el respeto
del lector por ser un narrador eficiente.
7. ERROR 5: El mal absoluto y el
bien puro
Los personajes deben ser creíbles. Y para ser
creíble, un personaje necesita tener virtudes y
defectos. A menudo se olvida que siempre, o casi
siempre, hay una razón de peso para el hacer el mal,
como suele haber algún motivo egoísta para hacer el
bien. Por lo tanto, no resultará convincente hacer
malísimo al malvado y un dechado de virtudes al
bueno.
Muchas veces no se trata de una lucha entre el
bien y el mal, sino de un conflicto de intereses
entre personajes antagonistas.
8. ERROR 6: Ponerse el disfraz
de escritor
Ya sea porque te has creído todos los tópicos de lo
que debería ser un escritor, bien porque tienes
miedo de mostrarte tal como eres, de no gustar a
todo el mundo o del temido «qué pensaran de mí si
digo esto», resulta que…has escrito como se
supone que se debe escribir y no como tú
querrías escribir.
Escribir bien no significa escribir bonito. Tal vez en el
género de la poesía esto tenga más sentido, pero en
el género de la narrativa pisamos otro terreno.
Escribir bien significa transmitir con exactitud
aquello que deseas transmitir, CONTANDO UNA
HISTORIA QUE FUNCIONA.
9. Síntomas de haberte puesto el disfraz de escritor:
1. Utilizas palabras cuyo significado no conoces del todo
porque no las empleas en tu día a día: Es cierto que no
siempre tenemos la oportunidad de soltar palabras como
inconmensurable, ontología o entelequia en un bar, rodeados
de amigos. Pero si las utilizas en tu novela, mejor que sepas
con toda exactitud qué significan.
2. Utilizas palabras ampulosas en lugar de las usadas en
conversaciones corrientes. ¿Por qué decir excelente cuando
se puede decir superlativo? - Pues por la sencilla razón de que
excelente se comprende mejor y es más preciso que decir
superlativo.
3. Un lirismo excesivo puede dificultar la fluidez del texto. De
hecho, puede impedir su comprensión.
Lo que construye la literatura es la profundidad del tema y
el tratamiento coherente de su forma. Todo lo demás son
casi siempre adornos innecesarios.
10. ERROR 7: Un mareante punto
de vista
El lector necesita identificarse con un punto de
vista y tener la referencia de un personaje para
poder vivir las situaciones de la ficción.
Igual que hacemos punto y aparte para
cambiar de tema, es necesario decirle al lector
que hemos terminado de contar algo desde
un punto de vista antes de pasar a otro.
11. mojigatería
Necesitas que tus personajes digan lo
que tengan que decir, ni más ni menos.
Valga esto para todo, lógicamente, no
solo para la parte sexual de tus historias.
Evita los EUFEMISMOS, como: persona
de color por negro/a, dar a luz por el
verbo parir o invidente por ciego/a.
Lo que es ofensivo no es usar ciertas
palabras, es el cómo y el para qué se
utilizan.
12. ERROR 9: Condensar toda una
obra literaria en una sola novela o
relato
Es probable que comiences escribiendo relatos
cortos, fruto de tus anotaciones constantes de ideas
sueltas, pensamientos varios, ensoñaciones o
divagaciones. O todo ello a la vez. Pero intuyes que
esos relatos no expresan todo lo que necesitas
expresar; tienes tantas cosas que decir, tantas ideas
e historias que contar… que vas y las dices todas
de golpe. Con suerte, tú lo entenderás sin perderte
en el laberinto de tu propia creación. Pero ya puedes
parar de contar, porque no lo entiende nadie más.
Has confundido una idea para contar algo
con un argumento para explicarlo todo.
13. Deja que te explique la diferencia entre un
relato y una novela:
A. En un relato explicas algo concreto, que puede
expresarse en algunas páginas: Antes que intentar
definir el amor universal, un relato procura expresar el
amor que se siente hacia una madre o un abuelo. Y
¡ojo!, porque al decir ideas sencillas no me refiero a
ideas poco profundas. Hay mucha profundidad en el
amor a una madre o a un abuelo.
B. Para expresar el amor universal tienes la novela:
Desarrollas una historia más compleja para expresar
ideas más complejas. Temas que necesitan muchas
más páginas para que puedan calar en el lector a un
nivel más profundo.