–La Doctrina de las Tres Liberaciones – Carlo Terracciano
-La geopolítica existencial de Carlo Terracciano – por Aleksander Dugin
-Terracciano: Rebelión contra el mundialismo moderno
-Evola en el tercer milenio – Carlo Terracciano
Publicado el noviembre 9, 2014 de Adversario
A continuación presentamos en primicia la traducción al castellano del que es sin lugar a dudas el ensayo filosófico, ideológico y programático más importante del geopolitógo eurasiatista italiano Carlo Terracciano (fallecido en 2005).
“La Doctrina de las Tres Liberaciones” es un texto fundamental e IMPRESCINDIBLE (en algunos pasajes resulta incluso profético – fue escrito hace más de diez años), cuya atenta lectura recomendamos encarecidamente.
TM
Las tres liberaciones fundamentales según Terracciano
1. –La Doctrina de las Tres
Liberaciones – Carlo Terracciano
-La geopolítica existencial de Carlo Terracciano – por Aleksander Dugin
-Terracciano: Rebelión contra el mundialismo moderno
-Evola en el tercer milenio – Carlo Terracciano
Publicado el noviembre 9, 2014 de Adversario
2. A continuación presentamos en primicia la traducción al castellano del que es sin lugar a dudas el ensayo
filosófico, ideológico y programático más importante del geopolitógo eurasiatista italiano Carlo
Terracciano (fallecido en 2005).
“La Doctrina de las Tres Liberaciones” es un texto fundamental e IMPRESCINDIBLE (en algunos pasajes resulta
incluso profético – fue escrito hace más de diez años), cuya atenta lectura recomendamos encarecidamente.
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LA DOCTRINA DE LAS TRES LIBERACIONES
Carlo Terracciano
Versión original: http://xoomer.virgilio.it/controvoce/treliberazioni.htm
Traducción: Tribulaciones Metapolíticas
Libertà va cercando ch’è sì cara,
Come sa chi per Lei vita rifiuta.*
Dante Alighieri
(* A la libertad la busca aquel que la aprecia,
como sabe quien por ella la vida rechaza.)
INTRODUCCIÓN
La libertad es parte misma de la esencia y de la existencia tanto de un hombre como de un pueblo, de cada
Hombre y de cada Pueblo como tal.
Tanto es así que ahora se considera un derecho fundamental de todo ciudadano y desde la más remota
antigüedad la diferencia sustancial entre los hombres, de hecho, era representada por la facultad o no de
disponer libremente de sí mismos y de sus bienes. En ausencia de ella se caía en la esclavitud, pasando a ser
propiedad de otras personas que podían disponer a su conveniencia y a menudo a su capricho de la persona del
esclavo, hasta el punto de privarlo de la vida misma .
La esclavitud fue abolida oficialmente en el mundo hace menos de un siglo y medio, además de los casos más
recientes, pero a menudo sólo para ser sustituda por formas más encubiertas y sutiles de dominación casi total
y absoluta sobre los hombres, pueblos, naciones, continentes , hasta envolver a todo el mundo. Dominación
militar, económica, política, religiosa, psicológica, cultural e incluso hoy en día biológica, informática, ambiental,
etc…
3. Sobre la naturaleza y el contenido de la libertad, como sobre sus límites, han divagado durante milenios los
intelectos más agudos de “filósofos”, en el sentido etimológico del término.
LAS TRES LIBERACIONES
La doctrina de las Tres LIBERACIONES, también podemos llamarla Doctrina de Liberación Integral, trata de
abordar los aspectos comunitarios de la libertad del hombre, entendido no como individuo, sino como Persona,
no una Mónada aislada y conclusa, sino una parte orgánica de un todo, un miembro activo y consciente,
funcional a la Comunidad.
Por lo tanto, se trata de la LIBERACIÓN NACIONAL, LIBERACIÓN SOCIAL Y LIBERACIÓN CULTURAL.
Partiendo de una visión tradicional anagógica, organicista y holística de la existencia, se tiene pues la intención
de analizar la libertad (o su ausencia) y los límites de la misma en relación con los diversos aspectos del hombre
como ser social: tanto inextricablemente ligado por lazos de sangre, como por la cultura y las relaciones
sociales, es decir, por la Historia y Geografía, a sus semejantes esa Unidad Viviente, que es la Comunidad de
Destino que actúa en la Historia y en el Espacio Vital geográfico.
EL HOMBRE EN LA ” NATURALEZA” Y EN LA HISTORIA
Es de hecho bastante evidente que nadie puede decir que es absolutamente “libre” y desvinculado de cualquier
relación social con otros hombres, por no mencionar con el medio ambiente que lo rodea, casi en un supuesto,
adamítico “estado de naturaleza”. Se trata, como sabemos por las observaciones sobre el mundo animal y
vegetal, de un falso pensamiento iluminista y modernista, que a su vez tiene sus raíces en la perspectiva
monístico-creacionista que considera que el mundo entero está creando en el servicio del hombre y a su
completa disposición. Tal punto de vista, se materializó después de la pérdida de cualquier dimensión espiritual,
y produjo los desastres ambientales hoy por todos conocidos.
Por el contrario, debemos tener en cuenta al Sistema-Tierra como un organismo vivo y palpitante, un
ecosistema unitario del cual el hombre es una especie entre otras, en su “nicho ecológico”. Y de hecho la
hipótesis de GEA, ahora resurgida con evidencias irrefutables, sobre todo si tenemos en cuenta los devastadores
daños causados por la modernización y el fenómeno de rechazo consecuente, que preanuncia ser la enésima
(sexta?) extinción de una especie incompatible: la nuestra!
Por otro lado, tal y como se ha indicado anteriormente, la naturaleza social de la comunidad humana, es
igualmente evidente que, si no puede haber un hombre desvinculado de su hábitat en base a su naturaleza, no
puede existir individuo aislado de la Comunidad, en base a su ser social.
Cada hombre actúa en la Historia a medida que interactúa con la comunidad de pertenencia, nativa o adquirida.
LA LIBERACIÓN NACIONAL…
Pero entonces se deduce lógicamente que no puede haber libertad real individual y colectiva cuando la misma
Comunidad Nacional y Social NO ES LIBRE, sino que está sometida a un Poder externo y ajeno que pisotea el
libre albedrío, manipula y determina las opciones, controla los medios de subsistencia y la voluntad de los
gobernantes y los gobernados.
La Liberación Nacional es, pues, el asunto prioritario para alcanzar la libertad política y civil de las personas que
forman parte de ella y de las generaciones venideras.
Y además el hombre también vive en una tierra, permanece y se desarrolla con el fruto de su trabajo, trae al
mundo y educa a los hijos. Cada miembro comunitario tiene el derecho, por su propia pertenencia orgánica a la
entidad superior representada por la Comunidad, a una sustancial LIBERTAD DE LA NECESIDAD.
LA LIBERACIÓN SOCIAL…
4. La liberación social se concretiza en la satisfacción por parte de la Comunidad de las necesidades básicas, los
servicios esenciales para una vida civilizada digna de ese nombre: la alimentación, la salud, la educación, la
vivienda, la seguridad, la dignidad y el lugar que le corresponde a cada uno en el funcionamiento de la sociedad,
una digna vejez asistida hasta un pacífico traspaso.
“A cada uno según sus necesidades, de cada cual según su capacidad” no es un eslogan fácil de efecto, sino la
verdadera base de toda convivencia civil en una sociedad bien desarrollada.
Obviamente , el ser humano no sólo tiene una dimensión puramente material, no es “hombre unidimensional”
solamente, aunque hoy en día es precisamente a esto a lo que el sistema liberal-capitalista lo quisiera reducir.
En el mismo momento en el que es concebido, se convierte en heredero de un patrimonio que le conecta a una
cadena ininterrumpida de ancestros: no es una tabula rasa, sino que lleva en sí mismo, en su ADN, una herencia
genética que le hace único. Y también su carácter es único, ya que, al nacimiento, la educación y la experiencia,
se suma un patrimonio cultural específico: una lengua materna, un conjunto de conceptos, la experiencia
directa de un paisaje y el hábitat, incluyendo el clima, una alimentación particular adaptada a su nivel de vida,
las convicciones ético-morales y creencias e ideas filosóficas y religiosas de su tiempo y su espacio.
LA LIBERACIÓN CULTURAL…
La liberación cultural es el tercer pilar indispensable para la formación de un ser humano completo, sano e
íntegro en cuerpo y alma.
Todo ello se puede y debe lograr hoy, en el mundo moderno, en la Europa en los albores del tercer milenio
cristiano, pero también en el final de un ciclo de la civilización más antiguo y más arraigado en los pueblos del
continente Eurasia, es el contenido de las páginas siguientes, teniendo en cuenta determinados supuestos.
LIBERTAD Y LIBERACIÓN
En primer lugar, se notará que se utiliza el término LIBERACIÓN, dando así a la palabra Libertad una
connotación dinámica, voluntarística, ya que, como se ha demostrado, las libertades fundamentales
enumeradas son actualmente eludidas, traicionadas, absolutamente inexistentes a nivel nacional y mundial. Si la
libertad es “la condición de aquellos que están libres” (y no sólo de aquellos que sienten y creen serlo), la
liberación es “el acto y el efecto de liberar”.
Y tanto más se propaga y avanza la libertad cuanto el proceso de liberación avanza en la mente y en el país real
en lucha con “el país legal” que no es más que el marco legislativo , institucional y jurídico de la potencia
ocupante a cargo de los colaboradores internos.
En este sentido , más allá de las viejas clasificaciones obsoletas “derecha-izquierda-centro” , etc … “fascismo-antifascismo/
comunismo-anticomunismo” la oposición real en el futuro, estará entre los Patriotas Combatientes
para la Liberación Europea y los colaboracionistas del ocupante americano, explotadores de su gente y
propiciadores del proyecto globalizador de la dominación global.
UNIDAD Y TRINIDAD DE LA LUCHA DE LIBERACIÓN
También hay que señalar que las Tres Liberaciones están absolutamente interrelacionadas y son
interdependientes.
No puede haber verdadera libertad de un pueblo que no las contempla todas, aunque ciertamente en términos
de tiempo de desarrollo, la Liberación Nacional es prioritaria y propedéutica de las otras dos.
Pero incluso en su logro no puede prescindir de la realización, al menos en embrión, de las estructuras
esenciales para la liberación social del pueblo y etno-cultural de la Comunidad nacional en su conjunto.
5. No puede haber LIBERTAD POLÍTICA del y en el Estado que no logre la LIBERTAD SOCIAL y ECONÓMICA de su
gente y que no instaure su propia IDENTIDAD CULTURAL.
Así que no puede haber Libertad y prosperidad socio-económica en un país ocupado y subyugado a los intereses
financieros y estratégicos de la potencia invasora, que con el fin de favorecer el estado de esclavitud del
ocupado por el ocupante, trata de anular intencionalmente la base social y cultural, mediante la imposición de
cualquier forma de deformación y desarraigo de sus tradiciones.
Deformación que afecta tanto a las víctimas directas de tal desarraigo, como ahora sucede con las masas de la
clase baja del Sur del Mundo obligadas a emigrar, como a los trabajadores europeos, amenazados en su
identidad cultural e histórica, tanto en su supervivencia social, frente a una masa de explotados lanzados como
carne de cañón en el mercado de la producción y el consumo.
La globalización del mercado de trabajo es la forma más moderna de racismo sutil y de explotación
deshumanizada y esclavitud, desde los días de la deportación anglo-estadounidense de los esclavos negros de
África. Se presupone y promueve la guerra entre los pobres del sur y del norte del mundo en beneficio de las
clases dominantes de ambos.
Y, finalmente, es impensable conquistar y mantener la libertad política, nacional y social, para un pueblo sin
raíces y Valores fuertes de referencia, esclavizado en las mentes y en las almas incluso antes que en los cuerpos.
Y es bastante obvio que tal pueblo, ahora reducido a una masa informe bajo la dictadura de los más bajos
instintos y de la búsqueda más materialista del máximo beneficio, no se plantearía siquiera el objetivo de su
liberación y la SOLIDARIDAD entre sus miembros, en ausencia ahora todo vínculo comunitario, y de cualquier
referencia a lo ideológico, político, religioso, en una palabra DE TODA IDENTIDAD COMUNITARIA.
No hay necesidad de especificar que el individualismo, el hedonismo y el libertarismo solipsista, así como el
liberalismo , representan la negación más directa de la verdadera, auténtica liberación en todos los ámbitos de
la vida comunitaria.
Ésto siempre sucede cuando a la Libertad como aspiración no va unida la Responsabilidad como principio
interiorizado de vida y de evaluación.
LIBERACIÓN “DE” Y LIBERACIÓN “PARA”
Esta consideración nos lleva a una ulterior clarificación de la doctrina de las Tres Liberaciones.
La distinción clásica entre la LIBERACIÓN DE… algo y/o alguien , y la LIBERACIÓN PARA… algo y alguien.
En esencia, en relación con el tema que nos ocupa, es la misma diferencia entre una formulación negativa de la
libertad pisoteada (por ejemplo, la lucha de liberación contra el ocupante extranjero) y una formulación
positiva, una LIBERACIÓN CREATIVA, para lograr en la Historia, es decir, en el tiempo y en el e spacio geográfico,
ese Destino de la Civilización que es la razón misma de la existencia de una Unidad Comunitaria.
Y si sólo la libertad de un pueblo, que se da “forma” en el estado es preparatoria para la creación de Cultura y
Civilización en el sentido más clásico de estos términos, la nueva civilización que emerge es portadora de la
libertad no sólo para el Hombre Nuevo formado en su interior, sino también para la Liberación de los otros
pueblos aún sometidos a la esclavitud impuesta por las oligarquías cosmopolitas.
POR UN NUEVO INTER-NACIONALISMO
Al contrario de lo que se creía en este siglo, el verdadero internacionalismo no se basa en la clase, sino en la
COMUNIDAD ORGÁNICA DEL PUEBLO, de cada pueblo, en su propia especificidad.
El internacionalismo marxista, por ejemplo, hegelianamente basado en una ciencia social auto-cumplida en la
historia, en su aplicación práctica institucional ha favorecido objetivamente los planes del gran capital
6. internacional, en su ahora plurisecular labor de erradicación de las culturas y de los pueblos (también en sentido
literario y físico).
A pesar de las muchas cosas correctas realizadas y algunas teorías válidas para aquellos tiempos, ello ha
finalmente posibilitado el triunfo del presunto adversario mundial, que buscaba la destrucción de la diversidad y
la especificidad con el fin de llegar mejor a laglobalización total del Mercado/Mundo; en la perspectiva, ahora
próxima, para hacer realidad el proyecto de dominación política globalista sobre los pueblos por un pequeño
círculo de oligarcas internacionalistas cosmopolitas.
El marxismo no ha sido, de hecho, capaz de superar la desventaja inicial de su crítica real a lo largo de la lógica
interna del capitalismo. En este sentido, al final del “padre” mató al hijo y no al revés.
La desintegración de los pueblos a favor del individualismo hedonista, hasta la más reciente teorización que los
llamados “derechos humanitarios” universales dicen defender (por cuenta y también en contra de las
comunidades nacionales individuales de pertenencia), es funcional sólo a la destrucción de toda forma
organizada que aún trata de proteger la verdadera libertad del hombre, de todo hombre, colocándolo solo y
desnudo a merced del Poder Mundial del Capital, llamando después a ésto “libre mercado ” , o “libre
competencia” y similares.
Una libertad económica mundial y un derecho de injerencia “humanitaria” decidida y aplicada precisamente por
la superpotencia estadounidense que querría imponerlos al resto del mundo.
Y si este proceso desintegrativo se llevó a cabo más a fondo y rápidamente en Occidente y no en el Oriente
“soviético” y en los países del “Tercer Mundo” que, al menos oficialmente adoptaron el marxismo, esto se debe
al hecho de que, por naturaleza, los pueblos y sus élites pronto desarrollaron, de hecho, una forma de
NACIONALCOMUNISMO, práctico, si no teórico, que (invirtiendo los roles asignados a la ideología triunfante
original) fue capaz de adaptar la doctrina marxista a sus propios intereses nacionales, reconectándose, a pesar
de los antecedentes teóricos materialistas, a sus respectivas culturas y civilizaciones a veces plurimilenarias.
Ese fue el caso de Cuba, China, Vietnam, Corea del Norte, Yugoslavia, hoy entre los últimos bastiones de la
defensa de los pueblos del mundialismo, como ya fue para Rusia ayer…
EL COMUNITARISMO EUROPEO COMO ACTUALIZACIÓN Y SUPERACIÓN DEL NACIONAL-COMUNISMO
En el estado actual de las cosas, y con la experiencia reciente de aquellas naciones y sistemas sociales, podemos
afirmar que la próxima, futura Lucha de Liberación no puede más que ser Mundial, porque mundialista, en los
medios y en los fines, es el poder de intervención y represión del Sistema imperialista americanocéntrico.
Por lo tanto, debe ser ” INTER-NACIONALISTA” , CON RESPECTO A LOS PARTICIPANTES EN LA LUCHA, y basada
en las GRANDES UNIDADES CONTINENTALES GEOPOLÍTICAS, EN RELACIÓN CON EL ESPACIO Y LA POSICIÓN de
los pueblos que participan en ella.
En esta perspectiva es deseable una Alianza Cuatricontinental Antiimperialista.
En particular, la liberación de Europa es factible sólo en una dimensión geopolítica unificada que va desde el
Atlántico hasta el Pacífico, es decir, la península europea + la Federación de Rusia, hoy más que nunca
“europea” en su propio derecho, con los inmensos espacios logístico-estratégicos de Siberia: La Eurasia unida
desde Reykjavik a Vladivostok, desde el Atlántico hasta el Pacífico.
En este proyecto planetario, el futuro Comunitarismo Europeo representaría un desarrollo natural y también
una superación del mismo Nacionalcomunismo, como se ha históricamente planteado. De hecho, colocándose
en esa línea de pensamiento, incluso llevándolo a extremos, se lo envuelve en una nueva síntesis, que pone en
cuestión tanto el nacionalismo como el comunismo, en sus respectivas teorías y en la práctica sus logros
históricos.
7. Podemos decir, pues, por el momento, que una perspectiva realista de la Liberación Continental es imaginable si
partiendo de las especificidades nacionales, regionales y locales, de los pueblos y mediante la redefinición de
éstos en la forma y el contenido adecuado a los tiempos, colocándolos en la más amplia y vital Unidad de
Política, organizados institucionalmente como UNIDADES IMPERIALES CONTINENTALES, geopolíticamente
unitarias y económicamente autosuficientes.
El vetero-nacionalismo burgués, nacido ideológicamente del siglo de las llamadas “Luces” y políticamente de la
Revolución Francesa de 1789, no sólo está desfasado, siendo totalmente incapaz de hacer frente a los desafíos
globales del nuevo milenio, sino que, pasado por la fase del colonialismo moderno y del imperialismo,
desemboca hoy en un internacionalismo funcional al proyecto de Gobierno Único Mundial.
Se ciñe en vigencia bajo la égida de la “UE” y del Capital, se ha demostrado en repetidas ocasiones
completamente dominado frente al chantaje mundialista americano-sionista. El único supranacionalismo
triunfante hoy sobre todos sus rivales es el de la talasocracia USA, dominante de los mares y los cielos de la
Tierra, santuario estratégico inviolable de esos Poderes fuertes histórica y económicamente caracterizados por
un cosmopolitismo apátrida.
EL SIGLO XX
El nacionalismo que hemos conocido en los últimos dos siglos, es el resultado de la ideología de la Ilustración y
la Revolución Francesa, la Revolución Industrial y tecnológica forjada a partir de 1800 en adelante, y se
transforma en imperialismo en todo el mundo, sobre todo mediante las poderosas talasocracias anglófonas y
Francia.
El siglo XX de la era cristiana que dejamos atrás fue testigo del sangriento choque de nacionalismos en Europa
en las dos guerras mundiales, a una distancia de una generación. Una verdadera “guerra civil europea” que ha
visto a todos sucumbir, a todos derrotados , incluso aquellos que se sentaron en la mesa de los ganadores en
Yalta y Potsdam.
Después de la Segunda Guerra Mundial hemos asistido al desmantelamiento sistemático de los imperios
coloniales europeos, algo favorecido por el neo-imperialismo de EE.UU., que a ellos sustituye en todos los
rincones del mundo.
La propia Unión Soviética, el único rival creíble en la eterna contraposición entre potencias terrestres y
marítimas, fue finalmente derrotada, y se inclinó a la voluntad globalista desintegrándose al final de la Tercera
Guerra Mundial;”guerra fría” sólo en ese espacio que geoestratégico que era la Europa dividida en bloques,
pero sangrienta guerra de conflictos locales, golpes militares, bloqueos económicos y comerci ales, guerra
ideológico-política estratégica y tecnológica en todas partes.
Estamos en presencia de un mundo unipolar americanocéntrico, articulado y ramificado piramidalmente en un
sistema jerárquico de relaciones políticas subordinadas.
Algunas potencias medias están sujetas, en sus respectivas áreas geopolíticas de origen (Alemania para Europa,
Japón en Asia, Australia en Oceanía ), etc. a un papel de ejecutores y guardianes, controlados y controladores
para el nuevo orden mundial, también en vista de ser un puente entre el monocentrismo capitalista
americanocéntrico y un policentrismo que favorecerá el aumento de los gobiernos de centro-derecha, liberal-liberalistas,
partidarios de un neo-nacionalismo más funcional a la dominación capitalista del mundialismo, al
triunfo de su proyecto final que va más allá del mismo factor materialista económico.
En similar perspectiva y redefinición de los roles, el nacionalismo de los siglos XVIII y XIX no sólo no tiene ya
ninguna razón de ser como un factor de unidad, soberanía, independencia y liberación popular, sino que en
Europa es de hecho el instrumento más preciso para la esclavitud de sus respectivas poblaciones respecto al
dominio planetario mundialista.
8. Tarea que se realiza uniformando, por fuera y por dentro, las leyes y las instituciones y los intereses de la
superpotencia dominante en el mercado global y de liderazgo en sus respectivos dominios “delegados”, una
tarea cada vez más flagrante y masiva de represión y persecución de cualquiera que incluso de forma velada se
oponga al modelo dominante del pensamiento único.
Homologación a la cual sectas, la masonería y las diversas instituciones eclesiásticas ofrecen su contribución
ideológica y doctrinaria, con la sumisión de sus seguidores y la bendición sacramental.
EL GLOBALISMO Y LA GLOCALIZACIÓN
A pesar de este sombrío panorama, nos damos cuenta de que cada vez más hombres de élite y pueblos, casi por
instinto de resistencia innata y conservación, tienden a oponerse a la homologación totalitaria del capital, el
capitalismo en su forma más salvaje y aberrante cuyas consecuencias desastrosas en términos de desarrollo
social y ecológico son más evidentes que en lo cultural y espiritual, aunque de todos modos presente.
En particular, además de un proceso de global ización impuesta desde arriba por las instituciones políticas y
religiosas, por los medios de comunicación, mediante el lavado de cerebro o instrumentos represivos directos,
estamos siendo testigos de un retorno instintivo a la LOCALIZACIÓN, la recuperación de las raíces culturales e
históricas propias, a la defensa, aunque en ocasiones miope y descompuesta, de la propia especificidad, así
como una recuperación del equilibrio con la naturaleza y el territorio.
La conciencia ecológica es cada vez más generalizada a pesar de que sigue sucumbiendo ante los estragos
causados por el avance implacable de la tecnología más devastadora y destructiva (pensemos sólo para hacer un
ejemplo en los desastres ecológicos causados por el petróleo).
Este proceso de revisión y restauración de los valores ha sido definido como glocalización, ya que combina y
representa la síntesis entre un retorno a lo particular y un conocimiento de la generalidad y la interdependencia
de los problemas de toda la Tierra.
A principios del siglo XXI se ha vuelto evidente a la vista de todos la ecuación:“Progreso” tecnológico,
experimentación bio-tecnológica, informática y similares = RETROCESO del hombre en su integridad física,
biológica, mental, social.
La concepción lineal-progresista y progresiva de una historia y la civilización de la humanidad, entendida como
unitaria y unidireccional toca a su fin. Se encuentra en plena crisis después de haberse demostrado su falsedad y
su perversión que hace que el hombre no sea más libre, consciente y feli z, sino cada vez más un esclavo,
aburrido e infeliz.
La misma “explosión demográfica” en una parte del planeta y la disminución de la natalidad de las sociedades
industrializadas no representan más que las dos caras de la misma moneda, dos problemas creados por la
misma causa: la ideología modernista que ha preparado el terreno para la dominación total del Capital sobre el
Hombre.
Se logra de manera espectacular la predicción del desastre anunciado en TODAS las culturas tradicionales (pre -
visión en cuanto recuerdo de lo que ya ha sucedido épocas pasadas), basada en un concepto “circular” de la
historia, porque la Revolución es por lo tanto es un re-volver, volver a los Orígenes, tras la implementación de
una síntesis dialéctica de las antítesis en la armonía general del Cosmos.
Lejos de catastrofismos apodícticos, es propedéutica a la doctrina de las Tres Liberaciones en cuanto reconoce la
realidad, la validez y el carácter inevitable, tanto en el plano lógico como en el ontológico.
TIERRA DE LOS ANTEPASADOS Y CAMPO DE BATALLA
Por lo que respecta más específicamente a la Libertad Nacional, ésta requiere una redefinición de la nación
misma, tanto su naturaleza y su origen como sus fines.
9. Si en el plano más ideal, la formulación más perfecta es aquella que define la Patria como “el lugar donde se
lucha por el ideal propio”, por la propia cosmovisión, en el plano histórico representa el imaginario colectivo de
una comunidad , “la Tierra de los Padres”, de los antepasados, que fue conquistada por la lucha, fructificada con
el trabajo, santificada por la presencia de los Lares, de los Antepasados. Por último, desde una programática
política es la “Comunidad de Destino” en la historia y en el espacio geográfico, ambos analizados y estudiados
en la dirección estratégica a largo plazo de la GEOPOLÍTICA.
El concepto de microcomunidad está de nuevo en boga, también como la defensa ante la disolución ideacional y
física del hombre moderno en la llamada “aldea global”, informática y política, que se parece cada vez más a
un “jungla planetaria” o , mejor aún; a un “desierto” post- atómico, tanto exterior como interior, realizando una
vez más la profecía de los que dijeron que “al comienzo de la civilización está el bosque, al final está el
desierto!”
Su forma degenerativa, sin embargo, está representada por la defensa de mente estrecha y egoísta de su
microcosmos económico y social, lo que conlleva el rechazo de todas las formas de solidaridad nacional e
internacional, con una visión miope y provincialística, que a veces es peor que los viejos nacionalismos pasados
de moda y que siempre resulta contraproducente. (Nota de TM: Veáse por ejemplo el “independentismo”
catalán)
LAS TRES PROPIEDADES
La doctrina de las Tres Liberaciones tiene una respuesta coherente a la gran problemáti ca social de la propiedad
que ha lacerado al siglo XX.
Se reconocen tres tipos de propiedades: la Propiedad Nacional, la Propiedad Social y la Propiedad privada para
uso social.
Ante el abrumador poder de la globalización mundial, de las corporaciones mult inacionales, de los grupos de
presión financieros e industriales, de todos los potentados económicos y políticos ajenos a la nación y su
destino, es absolutamente esencial que la Comunidad sea liberada de los lazos económicos que la estrangulan,
garantizando bienes y servicios esenciales a los ciudadanos.
Por esta razón, el Estado nacional comunitario debe tener la propiedad de los recursos que tienen un interés
general para toda la comunidad, para asegurar su bienestar y la independencia.
LA PROPIEDAD NACIONALIZADA
Está por tanto prevista la nacionalización sin indemnización de los Bancos (empezando con la “Banca d´Italia”,
que lo es tan sólo en nombre), sólo el Estado puede y debe acuñar moneda. Los seguros, las industrias del sector
de la energía (con negociaciones directas hacia los productores, sin la intermediación de las empresas
multinacionales), las telecomunicaciones, las concentraciones industriales de interés nacional y estratégico
(alimentos, armas, Informática, etc …). Obviamente, la educación, la salud, el transporte y similares son
prioridades absolutas de interés nacional que no puede dejarse en manos privadas.
En resumen, todo lo que es de interés general debe pertenecer a la Comunidad popular.
LA PROPIEDAD SOCIALIZADA
Es la propiedad de las empresas, industrias, bienes y servicios por una parte de la comunidad local o nacional, y
especialmente los directamente involucrados, es decir, aquellos que trabajan allí y que obtienen el sustento
para ellos y sus familias.
Todas ellas serán socializadas y se convertirán por lo tanto propiedad indivisible y no transferible de los
trabajadores organizados, los cuales serán al mismo tiempo propietarios y accionistas responsables de la
10. Comunidad en su conjunto, que controlará la producción y la gestión a través de los Comisarios políticos y
sociales correspondientes.
No hace falta decir que en el estado nacional no pueden existir concentraciones industriales y/o financieras que
puedan afectar de la más mínima manera, ya sea por extensión o riqueza, las opciones políticas comunitarias. La
política, por lo tanto, siempre ha de conducir la Economía, y nunca al revés!
LA PROPIEDAD PRIVADA
El Estado debe reconocer la pequeña propiedad privada, la de los bienes y del uso: “la casa y las cosas” para
decirlo de manera sucinta.
Pero la propiedad privada también debe estar siempre al servicio de la comunidad.
Una propiedad privada que no cumpla con este requisito o incluso lo contradiga no puede existir; esa será
inmediatamente confiscada sin indemnización y nacionalizada.
Algunos ejemplos: la casa que había quedado vacía, el campo que no se cultiva, la pequeña fábrica familiar que
contamina el medio ambiente con sus humos y gases de escape, etc…
Propiedad privada SOLO puede existir si tiene un fin social, un fin comunitario de desarrollo para todos.
Y esto se aplica tanto a nivel local como general. Lo que nos lleva a la cuestión de la LOCALIZACIÓN y de las
grandes UNIDADES CONTINENTALES.
PEQUEÑAS PATRIAS Y GRANDES IMPERIOS
Si el “Estado-nación” de los últimos dos siglos es totalmente inadecuado para combatir a la globalización y al
proyecto mundialista de dominación planetaria, más aún las “pequeñas patrias” por derecho propio que están
completamente indefensas frente al peligro de la homologación planetaria, pese a que les favorezca una mayor
concienciación de sus raíces culturales (aunque no siempre y no en todas partes).
El riesgo más inmediato es confundir el retorno a las raíces con un simple resurgir folklórico; cantar, bailar y
cocinar para el turismo de masas en busca de “color local”.
Aspectos que el mundialismo ha demostrado de saber adaptar bien usándolo para su proyecto, incluso con
precisos estudios de mercado sobre la diferenciación cualitativa de los bienes sobre la base de las diferencias
étnicas y culturales, por otra parte cada vez más borrosas , superficiales y ” bastardizadas”.
El peligro más sutil es que, incluso, la lucha de liberación “localista” contra el centralismo nacionalitario de los
siglos pasados se convierta a su vez en un instrumento del mismo globalismo para someter a su propia voluntad
y a sus sórdidos proyectos a las naciones que siguen en pie y no tienen la intención de doblegarse ante el
imperialismo estadounidense y los intereses capitalistas.
EL PAPEL DE LA GEOPOLÍTICA
Esto explica en gran medida la diferencia en la actitud del imperialismo de EE.UU. y sus cómplices en Europa y
Asia en los diversos teatros de crisis entre el Estado central y sus minorías étnicas: Serbia-Kosovo, la UE -Austria,
Rusia-Chechenia, Turquía-Kurdistán (pero también Irán/Iraq-Kurdistán), Indonesia-Timor Oriental en diferentes
períodos, etc… etc…
Incluso las posiciones hacia ciertos personajes políticos y movimientos revolucionarios han cambiado sobre la
base del mismo proyecto. Un ejemplo para todos: Arafat y la OLP > Israel. Desde “terrorista internacional” a
Premio Nobel! Y sobre todo instrumento-rehén en las manos del sionismo, dentro y fuera de Israel.
11. Sólo el papel de este último (Israel) permanece inmutable por la razón obvia de que representa, a ni vel de la
estructura internacional, el motor mismo del mundialismo en todos sus aspectos: económico, mediático,
ideológico- religioso, político, etc . Así como un sitio de dominación geoestratégica del “Viejo Mundo”.
Es por lo tanto evidente que la única vía realista y justa para la Liberación Nacional de Europa, como ejemplo
también para todos los demás pueblos, consiste en la UNIDAD GEOPOLÍTICA CONTINENTAL, en la Europa unida
del Atlántico al Pacífico, la Eurasia de los geopolíticos, es decir toda la península y las islas europeas más la
Federación Rusa.
Y en tal contexto histórico futuro, en el siglo XXI, ésta última (Rusia) tendrá sin duda un rol de guía en la Lucha
de Liberación Continental, también en sus más pequeñas articulaciones.
Antes que nada, el continente Eurasia debe liberarse a sí mismo, sacudiéndose de encima el yugo impuesto por
la Finanza Mundial que depreda sus recursos y empobrece a los pueblos, destruyéndolos material y
espiritualmente con los más abyectos venenos de la occidentalización.
Por sus dimensiones, por la vastedad de las tierras vírgenes y riquísimas de materias primas, por el sustancial
aguante de su pueblo pese a la agresión mundial de hace al menos dos siglos, Rusia, potencia terrestre en
natural conflicto con la talasacrocia anglófona, es la más natural de las candidatas para el papel de guía de la
Liberación Continental Europea.
Moscú (la “Tercera Roma” de los místicos rusos) será la candidata ideal para el rescate antimundialista de la
Europa de los cien pueblos bajo una sola bandera!
Ella jugará, salvando las distancias, el rol que por ejemplo el Piamonte y Prusia tuvieron en el siglo XIX en la
respectiva creación de las Nuevas Naciones, Italia y Alemania, que más tarde se encontraron unidas por el
Destino en la derrota de toda Europa, derrota propiciada precisamente por su enfrentamiento con Rusia, a su
vez víctima póstuma, tras medio siglo, del común Enemigo del género humano.
Por lo demás, Rusia misma no podría mantener su propia sustancial independencia, como se ha demostrado,
aislándose de Europa en un paneslavismo nacionalista también éste decimonónico, creyendo afrontar con
similares bases el desafío del mundialismo en el siglo que inicia, que es desafío global para el dominio de todo el
planeta y de sus recursos, en primer lugar los recursos rusos.
IMPERIUM CONTRA IMPERIALISMO
En tal contexto por lo tanto, la Lucha de Liberación Nacional de las Patrias Locales de Europa encontrará su
posibilidad de realización y su desembocadura natural en el nuevo concepto de:
IMPERIUM CONTINENTAL EUROPEO
La misma existencia de un tal proyecto lo pondría naturalmente en conflicto total con el Poder Mundialista. Eso
determinaría pues, inevitablemente, la derrota definitiva del dominio totalitario americano-capitalista; no sólo
en Europa, sino en todo el mundo.
Por lo demás, la tendencia a la unificación de las grandes áreas etno-culturales y geopolíticas está ya hoy en
marcha, estudiada por los mismos politógos anglófonos más perspicaces y de los geopolíticos más libres de
prejuicios.
Una tendencia general, ineludible y necesaria, que espera sólo una TOMA DE AUTOCONCIENCIA de la realidad
histórica y geográfica de las Unidades Geopolíticas en cuestión, unida a una IDENTIFICACIÓN DEL ENEMIGO
OBJETIVO GLOBAL de todos los pueblos sobre todos los continentes…
La concepción circular de la Historia por su propia naturaleza no puede ser conservadora ni reaccionaria, sino
que es etimológicamente REVOLUCIONARIA.
12. Ésto explica por qué una concepción “imperial” y comunitarista (por lo tanto antiimperialista) del estado,
fundada sobre la especificidad de los pueblos en sus respectivas ricas y múltiples diferencias, pero realizada en
la UNIDAD GEOPOLÍTICA CONTINENTAL, sea actual como nunca, y futurible.
Esa responde a las exigencias de una lucha creíble y factible contra la globalización capitalista, defiende la
libertad y la especificidad de los pueblos que la componen precisamente con la Unidad y guía la lucha de
liberación de los pueblos de todo el mundo poniéndose a la vanguardia de una ALIANZA CUADRICONTINENTAL
ANTICAPITALISTA Y ANTIIMPERIALISTA.
Todo lo contrario del nacionalismo centralista post-Revolución Francesa, que impuso, en Europa y en todo el
mundo, un modelo único, el cual dió lo peor de sí durante la fase colonial y las “guerras civil es” europeas de éste
siglo XX. Terminando por convertirse a su vez en colonias del imperialismo talasocrático de más allá del
Atlántico.
Y que hoy, reducido a un único común d(en)ominador, llega a su natural degeneración centralista y totalitaria
rotante en torno al centro de gravedad atlántico envolviendo en sí a todo el orbe terráqueo.
Por lo tanto, para sintetizar al máximo: Imperio Europeo de los Pueblos Libres contra Imperialismo Mundialista
Americanocéntrico + vetero-nacionalismos.
Los cuales, éstos últimos, también en la fase policentrista del capitalismo, se han cimentado de una única
ideología y de un solo proyecto (en el cual recubren deberes particulares pero convergentes) en una especie de
“regionalización” de los roles y de las funciones sobre base geopolítica.
Siempre y de todas maneras centrada, política y militarmente, en el rol hegemónico de la superpotencia USA,
tanto liberal en la teoría como monopolista en la práctica, autora de la globalización de los mercados y de la
homologación de los pueblos, con el fin de favorecer el dominio de una minúscula casta privilegiada de
cosmopolitas “bíblicos”, en el sentido sombartiano y weberiano del término.
LA LUCHA DE LIBERACIÓN: NUESTRA RESPUESTA
Ésta inicia de la lucha de resistencia por el rescate político y cultural del continente Eurasia.
Prosigue como Lucha de Liberación del dominio imperialista del otro lado del Atlántico, vehículo armado del
Proyecto de Dominación Mundialista por parte de una Oligarquía que subyuga a las mentes sometiéndolas baj o
el totalitarismo del Pensamiento Único y chantajeando a los pueblos europeos con mentiras sobre el propio
pasado, con el fin de dividirlos y enfrentarlos en guerras políticas étnicas y fratricidas.
Nuestra Lucha de Liberación apunta hacia una COMUNIDAD DE DESTINO de dimensión continental, cimentada
en su rica y creativa multiplicidad, por un origen común, y, lo que es más importante, por una Misión de
Liberación planetaria.
Es evidente que estamos ante dos Concepciones de la Vida, del Mundo, del Espíritu, de la Comunidad política y
social, de la Existencia, de la Historia, completamente, totalmente e irreconciliablemente ANTITÉTICAS,
ANTAGONISTAS y AUTOEXCLUYENTES.
Sea a nivel físico que a nivel metafísico. Como tales, destinadas a enfrentarse ad eternum.
La de las Tres Liberaciones es nuestra respuesta doctrinaria que prepara, a través de sus élites culturales y
políticas, la toma de conciencia de un pueblo entero; condición indispensable para traducir el pensamiento en
acto, el conocimiento de la situación real en acción del pueblo.
Para realizarse en los hechos, esa acción deberá dotarse de una estructura militante, un instrumento político
que sepa conjugar teoría y praxis revolucionaria: La realización de la doctrina de las Tres Liberaciones sobre el
plano histórico, pasando por todas las fases de la cotidiana lucha de liberación nacional, social y cultural entre y
por los respectivos pueblos.
EL ROL GUÍA REVOLUCIONARIO PARA LA LIBERACIÓN
13. Para tal fin, consideramos indispensable la creación de un COORDINAMIENTO NACIONAL EUROPEO (bajo la
forma de Movimiento de Vanguardia, tanto articulado en sus ramificaciones territoriales como unitario en su
Doctrina Política y en sus élites dirigentes).
Un Movimiento, por tanto, trans-nacional europeo, del cual las ramificaciones a nivel de cada nación no sea más
que las “secciones territoriales locales”. Tal Movimiento, (inicialmente de “cuadros” militantes, para más tarde
convertirse en Fuerza Unida Popular) deberá ser sumamente articulado y elástico, adaptado a las condiciones
locales en el que se encontrará operativo en las diferentes realidades de Europa; será eso mismo el reflejo de
la enriquecedora multiplicidad de nuestros pueblos.
No obstante, y precisamente por ésto, deberán preventivamente poner y ponerse fronte ras bien claras,
objetivos estratégicos bien definidos, una política tendencialmente unitaria. Deberá pues tener una cosmovisión
común, una misma visión de la lucha, de los objetivos primarios a alcanzar. Estamos absolutamente seguros de
que la presente DOCTRINA DE LAS TRES LIBERACIONES representa una buena plataforma de partida sobre la
cual construir el futuro para la Liberación Nacional, Social y Cultural de la Europa Unida.
LA CUARTA LIBERACIÓN
Al inicio de la Doctrina de las Tres Liberaciones hemos sugerido una Cuarta: La Liberación Espiritual.
Siendo la presente un documento propiamente político de carácter comunitario, haremos sólo una breve
síntesis sobre una cuestión que hace referencia a la esfera más íntima de cada uno, y sólo en tanto que
concierna a su proyección política y social, que a su vez envuelve a toda la comunidad.
El Estado comunitario tutela, defiende y propone los Valores espirituales tanto del individuo como de todo el
pueblo. Reconoce libertad de culto y de hecho favorece cualquier manifestación de “pietas” pública y de
devoción popular. Basándose en la convicción de la Unicidad originaria de la Tradición Primordial, articulada en
sus varias formas de expresión “culturales”, la Europa Unida del mañana no sólo garantizará las varias religiones
presentes en su territorio, sino que se hará a sí misma portadora de una FUNCIÓN ANAGÓGICA Y SACRAL.
Cada uno será libre de adorar el Principio Superior con el cual se identifique, con el solo límite de las leyes del
Estado y del interés vital de la Comunidad en su conjunto, cuya libertad no debe ser sometida a ataques,
presiones o injerencias en los campos políticos y sociales que sean de su competencia: defensa, educación,
salud, campo social, cultura, etc.
Rechazando una visión “laica”, o peor, materialista, el estado Comunitario no sólo debe defender a todas las
creencias compatibles con sus Valores fundamentales y fundacionales, sino que Él mismo se hace PORTADOR DE
LOS VALORES ESPIRITUALES, “puente” hacia un superior Plano del Ser, también con ceremonias y Ritos de
Estado, como era el caso en la Romanidad y en todas las sociedades Tradicionales.
Máximo valor será otorgado al Culto a los Antepasados, reuniéndose y reencontrándose de ese modo con su
propia Historia, con la cadena ininterrumpida de la estirpe de la Comunidad de Destino radicada en la Tierra
propia de los pueblos europeos.
VIDEO: http://youtu.be/TG0ek9zNcUU
Consideración que nos devuelve circularmente al inicio de nuestro ensayo: a la LUCHA DE LA LIBERACIÓN DE
EURASIA, NUESTRA TIERRA DE LOS ANTEPASADOS.
FUENTE: https://adversariometapolitico.wordpress.com/2014/11/09/la-doctrina-de-las-tres-liberaciones-carlo-
terracciano/
La geopolítica existencial de Carlo Terracciano –
por Aleksander Dugin
14. Publicado el febrero 2, 2013de Adversario
La geopolítica existencial de Carlo Terracciano – por Aleksander
Dugin
http://openrevolt.info/2012/09/19/existential-geopolitics-of-carlo-terracciano-by-alexander-dugin/
Traducido para TM por Felix W.
La elección de Carlo Terracciano
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Creo que Carlo Terracciano es uno de los más importantes geopolíticos europeos de los últimos decenios. Estoy
convencido de que va a ser reconocido como uno de los clásicos autores modernos de esta disciplina. Tuve la
oportunidad de conocer a Carlo Terracciano personalmente, y siempre he admirado la rectitud de su posición
ideológica en la vida: La geopolítica era para él una elección existencial, vivió en plena conformidad con sus
principios, lo que demuestra algo impensable en nuestra época: Una actitud personal romana, olímpica – la
lealtad, el apego total a la causa, la integridad moral completa sin tener en cuenta los efectos de las presiones
de la modernidad.
15. Carlo Terracciano era un hombre de ideas y un hombre de acción, al mismo tiempo. En su caso, la teoría y la
práctica se fusionaron en algo indivisible. ¿Cuál era su idea principal y cuál fue su acto esencial?
++
El nacimiento de la geopolítica de la espuma del mar
++
Carlo Terracciano heredó la tradición geopolítica del continentalismo europeo. En sus escritos (recopilados en
una serie de artículos en “Nel Fiume della storia”), traza la génesis ideológica de esta escuela. El imperialista
británico H. Mackinder fue el primero en articular la principal ley geopolítica – oposición dualista entre la
civilización del Mar (talasocracia) y la civilización de la Tierra (telurocracia). Mackinder mismo era un brillante
representante de la talasocracia y se encargó de transmitir la tradición de la estrategia talasocrática, el
procedimiento de la percepción geopolítica de Gran Bretaña a los Estados Unidos. Mackinder fue uno de los
fundadores de la London School of Economics, contribuyó a la aparición de “Chattem House”, el Real Centro de
Estudios Estratégicos e inspiró el primer equipo del CFR (Consejo de Relaciones Exteriores), publicando en
«Foreign Affairs» sus posteriores artículos. De él al americano A. Mahan se puede trazar la línea recta de la
geopolítica atlantista, pasando por el realismo americano (con algo de “liberalismo muscular”,
transnacionalismo y globalización) hasta llegar a Kissinger, Brzezinski, D. Rockefeller, por un lado, y los neocons
en el otro.
16. La hegemonía planetaria de Estados Unidos y la idea de talasocracia global con el Gobierno Mundial deriva de la
visión planetaria de Mackinder, llevada a sus límites lógicos. El mundo puede llegar a ser realmente global, sólo
cuando el poder del Mar definitivamente acabe con el poder de la Tierra (o viceversa). Ese fue el objetivo de la
vida de Mackinder. Y ahora vemos que muchos de sus proyectos se cumplen: insistía en el desmantelamiento de
Rusia, en la creación de un “cordón sanitario” en Europa del Este, en la necesidad de derrotar a Alemania y
Rusia, y todo esto de alguna manera se realizó a finales del siglo XX, proporcionando así las condiciones para el
surgimiento de un mundo unipolar y la hegemonía global de EE.UU. Este imperio talasocrático se convierte en
una realidad ante nuestros ojos.
++
Respuesta Continental
++
Pero en el primer cuarto del siglo XX, el desafío conceptual de H. Mackinder fue contestado por los geopolíticos
que se ubicaron en el lado de la telurocracia. Se trataba, en primer lugar, de la escuela alemana de Karl
Haushofer, quien comenzó a desarrollar una base geopolítica telurocrática, Geopolítica-2 (mientras que la
geopolítica talasocrática anglosajona se puede llamar “Geopolítica-1″). Así se sentaron las bases para la
tradición continentalista.
Karl Haushofer
++
La escuela de Haushofer ofreció a Alemania realizar su naturaleza telurocrática y unificar Europa sobre la base
continental; para lograrlo era necesario concluir una alianza con la Unión Soviética y fortalecer los lazos con
Japón y así destruir la talasocracia mundial – la alianza de Inglaterra, EE.UU. y Francia. La consolidación de todas
17. las potencias terrestres era la única manera de deshacerse de las potencias marítimas y la tentación de
organizar el espacio mundial bajo su modelo talasocrático. Este concepto fue desarrollado por el proyecto de
una nueva división del mundo sobre la base de las Pan-ideas – cuatro áreas que iban a ser integradas
económicamente, políticamente y estratégicamente a lo largo del meridiano – de norte a sur. Haushofer había
creado un importante baluarte conceptual de la Geopolítica-2, con el cual se sentaban las bases para el
continentalismo europeo en el que Alemania fue concebida como el centro de la telurocracia europea (un hecho
natural reconocido por el propio Mackinder).
++
Tras la derrota de Alemania y las potencias del Eje en la Segunda Guerra Mundial la geopolítica telurocrática ha
sido desacreditada durante mucho tiempo y se perdió entre las sombras. Autores americanos han llegado a
sugerir que habría que distinguir la anglosajona «Geopolitics» de la alemana «Geopolitik», identificando la
primera como un “método completamente aceptable de análisis de la ciencia política en el ámbito de las
relaciones internacionales”, y la segunda como”Fantasías imperialistas”. En estas definiciones de lo que es
“científico” y lo que no, vemos sólo el típico doble rasero y la clásica propaganda política de los ganadores. Las
potencias marítimas derrotaron a las potencias terrestres, y establecieron una disciplina colonial – en particular
en el campo de la ciencia, porque el conocimiento, como Michel Foucault ha mostrado, es sinónimo de poder.
++
Sin embargo, la escuela continentalista de la geopolítica telurocrática continuó existiendo en Europa en
condiciones marginales también después de la Segunda Guerra Mundial. Los ejemplos son las obras del general
austríaco Jordis von Lohausen, el teórico belga y fundador del movimiento pan-europeo “Joven Europa” Jean
Thiriart (a quien, casualmente, Carlo Terracciano encontró por primera vez en Moscú en mi apartamento en
1992) y el destacado filósofo francés Alain de Benoist. La característica principal de esta continental Gepolítica 2
es la visión del mundo desde el punto de vista de la Tierra. De esto podemos deducir fácilmente el papel de cada
jugador en la “gran guerra de los continentes.” Los que están en el lado de la Tierra están automáticamente
contra el mar, es decir, contra el mundo anglosajón, en contra de la dominación de EE.UU. y en contra de la
globalización occidental (mundialismo).
18. ++
Testimonio telurocrático de Carlo Terracciano
++
Carlo Terracciano era un sucesor directo de la tradición geopolítica continentalista, el teórico más notable y
persistente practicante de la Geopolítica-2. Su obra es quizás el ejemplo más completo y coherente de esta
tradición. No se limita a seguir reciclando teorías pre-existentes, sino que aplica los principios básicos de la
geopolítica telurocrática para analizar la situación actual en el mundo. No dejó una sombra de duda en su
elección personal: habla en nombre de todo el continente de Europa, de la telurocracia. En las condiciones de
ocupación y dominación atlantista talasocrática es un gesto viril de la rebelión espiritual y cognitiva. Así
Terracciano lleva a cabo un acto simbólico importante: lo que constituye el polo subjetivo, dotado de la
voluntad y de la mente, que surge del vertedero de la Europa post-moderna, convirtiéndose en un proyecto
alternativo revolucionario de los países de Europa. Ésta posible pero aún no realizable Europa surge – aunque
sea sólo en teoría – de entre las ruinas de la modernidad agonizante. Terracciano es una especie de testigo
geopolítico, en sus escritos y acciones testifica que la victoria del Mar no es absoluta y que en Europa
permanece una red de decidida resistencia geopolítica continentalista y que esta red es plenamente consciente
de la naturaleza, finalidad y participaciones en la gran guerra de los continentes. Por lo tanto, Carlo Terracciano
está salvando la geopolítica continental europea tradicional, preparando así el restablecimiento teórico de
Europa.
++
Terracciano como Eurasiatista
++
Además, el momento decisivo en la evolución de las teorías Carlo Terracciano fue su encuentro con la tradición
geopolítica eurasiatista restablecida en Rusia desde finales de los 80. La escuela moderna eurasiatista rusa de la
geopolítica fue fundada a finales de los años 80 como una reflexión geopolítica post -soviética en la visión de
19. mundo de Mackinder, como una especie de respuesta al desafío talasocrático. La lógica constituyente de la
construcción de la geopolítica Eurasiatista era muy similar a la génesis de la geopolítica alemana de la escuela de
Haushofer. Pero en el caso de Rusia, la simetría era aún más perfecta: Mackinder identificó como el principal
enemigo del poder marítimo al Heartland, cuyo control garantiza a la talasocracia la dominación del mundo. Los
eurasiatistas rusos en los últimos años 80 aceptaron el marco principal del mapa geopolítico y acordaron
reconocer la esencia de la historia de Rusia en la telurocracia. La Rusia es el Heartland, así Geopolítica-2 es la
causa rusa. Así se sentaron las bases del moderno neo-eurasismo.
La geopolítica euroasiática rusa se reunió con el continentalismo europeo en 1992 – durante una visita conjunta
a Moscú de Carlo Terracciano y Jean Thiriart. Jean Thiriart fue el autor del concepto de “Imperio Euro - soviético
de Vladivostok a Dublín” y Carlo Terracciano en esa época escribió su obra programática “En la espuma de la
historia” (“Nel fiume della Storia”). Desde entonces el continentalismo europeo y el eurasismo ruso se
convirtieron casi en la misma línea geopolítica. Algo similar se describe en el concepto de Haushofer del
proyecto continental del bloque geopolítico “Berlín-Moscú-Tokio”. La misma idea fue revivida en el plano
teórico en los años 90 en Rusia. El estrecho diálogo geopolítico ruso – europeo comenzó entonces en Moscú y
sigue creciendo hasta la actualidad. Al mismo tiempo, otros geopolíticos europeos, en particular Alain de
Benoist y Claudio Mutti, visitaron Moscú, entrando en la misma dirección de consideraciones geopolíticas. En
Francia, unos puntos de vista muy similares fueron desarrollados por el excelente escritor tradicionalista Jean
Parvulesco.
++
Carlo Terracciano tuvo en esa amistad eurasiática el papel principal. Con una energía apasionada comenzó a
desarrollar la tendencia eurasiatista, invitando a la unión en un bloque continental telurocrático de todos
aquellas fuerzas inconformistas contra el status quo. Su obra, aunque se ha desarrollado en el ámbito de una
élite intelectual y de escuelas geopolíticas, ha tenido un impacto considerable. Las ideas son importantes, y
cualquier acción política siempre se inicia con el proyecto, el programa, la estrategia.
++
Islam y telurocracia
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El análisis de la situación actual ha llevado a Carlo Terracciano a la conclusión de que muchos países islámicos y
la civilización islámica en su conjunto debe ser considerada como una aliada crucial en la alianza telurocrática en
la lucha común contra la hegemonía estadounidense y la globalización plutocrática. Por lo tanto, la importancia
del factor islámico se ha convertido en un componente vital del neocontinentalismo moderno. Terracciano debe
considerarse como uno de sus fundadores. El Islam es un Poder telurocrático – esta fue la conclusión a la que
llegó Carlo Terracciano. Se convirtió desde entonces en una especie de axioma geopolítico para el eurasismo
contemporáneo.
20. Terracciano hizo una serie de viajes y dio una serie de conferencias en los países islámicos – Irán, Siria, etc,
promoviendo por todas partes la geopolítica euroasiática continentalista. Ideas y acciones, como siempre en el
caso de Carlo Terracciano no difirieron.
++
Nacional comunismo
++
La formación de puntos de vista geopolíticos han estado acompañados por Terracciano con los
correspondientes cambios ideológicos y políticos. La apelación a los criterios geopolíticos, los conceptos y la
evaluación del significado crucial de telurocracia exigió la revisión de los fundamentos políticos del patriotismo
clásico europeo, que por lo general se refiere a la “Tercera Posición” (anti-liberalismo y anti-comunismo), en el
espíritu de Evola, Heidegger y Yockey. Si aceptamos el punto de vista de la potencia terrestre, la Unión Soviética
pasó inmediatamente de ser uno de los dos enemigos de Europa (junto con el Occidente capitalista liberal,
personificada en los EE.UU.) a ser un aliado. Esto requiere una revisión radical de la “Tercera Posición” y la
transición a una fusión entre el europeísmo y el sovietismo, el nacional-bolchevismo. Por una evolución
semejante a mediados de los 80′ pasó el máximo teórico de la europea “Nouvelle Droite” Alain de Benoist. A
diferencia de muchos otros “nacional revolucionarios” Carlo Terracciano, sin dudarlo, aceptó la dirección
ideológica nacional-comunista y se convirtió en uno de los líderes del comunismo nacional en Italia. El Anti -
sovietismo y el anticomunismo (sobre todo ahora, después de la caída de la Unión Soviética) se convirtieron en
obsoletos y sirven como herramientas en las manos de talasocracia, los liberales y los globalistas. Así que cada
ciudadano europeo coherentemente revolucionario debe resueltamente terminar con eso y cooperar
activamente con todas las fuerzas de izquierda que luchan contra la hegemonía estadounidense y el capitalismo
liberal, que encarnan la esencia de la talasocracia y la civilización del mar. Este giro a la izquierda de Terracciano
fue la conclusión lógica de su análisis geopolítico, y él ha dado pasos más decisivos en esta dirección uniéndose
así con la tradición de la “Joven Europa” (siguiendo el ejemplo de Claudio Mutti, amigo y colega de Carlo
Terracciano ), y convirtiéndose en un pionero de las nuevas tendencias nacional-comunistas y eurasiatistas en la
política moderna italiana y europea. Para esta posición política Carlo Terracciano consagró todo un libro bajo el
expresivo nombre de “Comunismo Nacional”.
++
La justicia social es un valor de la sociedad tradicional. La jerarquía basada en el principio material y la
estratificación de clases, que constituye la base del capitalismo, es el mal absoluto y debe ser abolida. La lucha
contra el liberalismo, el capitalismo y la oligarquía global por la libertad, la justicia y el orden social basado en la
solidaridad y la ayuda mutua es la principal tarea de los nacional -revolucionarios. No se puede tolerar
compromiso alguno con la burguesía y sus valores mercantilistas, materialistas y egoístas. El hombre es un ser
social. La tradición es una causa del ser colectivo, una causa social. Con el fin de afirmar la sociedad tradicional y
aplicarla a escala mundial, es necesario destruir la cosmópolis capitalista fundada en la veneración incondicional
del “becerro de oro”. Y en este caso las fuerzas de izquierdas que luchan por la justicia social, son aliadas y
amigas, así como las fuerzas de la derecha, que defienden los valores tradicionales – como la espiritualidad, la fe
y la fidelidad a las raíces (de hecho, todos éstos valores son incompatibles con el capitalismo y el espíritu
comercial).
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Tradicionalismo y la geopolítica de lo Sagrado
++
Por último, el aspecto crucial del pensamiento de Carlo Terracciano se asocia con el tradicionalismo y la
Tradición. Terracciano siguió el camino trazado por Julius Evola, viéndose a sí mismo como portador de las
tradiciones espirituales de Occidente, que se remontan a las profundidades de la antigüedad, al neoplatonismo
greco-romano. Era respetuoso frente al Islam y el hinduismo, sentía simpatía por la ortodoxia griega y rusa, pero
hasta el final de sus días se abstuvo de aclarar sus puntos de vista religiosos con una confesión concreta. Él era
21. un tradicionalista y un fuerte partidario de los antiguos valores indoeuropeos. Estos valores, a su juicio, tenían
que estar en el centro de la guerra santa que él libró contra el mundo moderno.
La tradición está ligada a la tierra. La modernidad está vinculada al mar. Telurocracia significa Tradición, la
modernidad significa talasocracia. Así la geopolítica de Terracciano obtiene una dimensión sagrada. No es sólo
un instrumento técnico para el correcto análisis político o la plani ficación estratégica, sino una ideología, una
elección espiritual, una llamada para una batalla sagrada escatológica, un Endkampf, que nos exige movilizar
todo nuestro ser.
++
Muy buen guerrero
++
Carlo Terracciano nos da un ejemplo de cómo debería ser la vida de un auténtico geopolítico en el campo de la
ciencia, la teoría, la existencia, la ontología, la escatología. Esta es la movilización total del alma, el pago
completo de las creencias de todo el contenido de la vida heroica y trágica.
Hoy en día muchos se quejan de que no hay más lugar para los actos heroicos y luchas, todo está condenado a
perder desde el principio, nada puede dar resultados empíricos. Esto sólo demuestra debilidad, cobardía y
bajeza. Si creemos en algo y nuestra fe es suficientemente fuerte, somos siempre capaces de cambiar el mundo.
No hay enemigo imbatible para el ardiente espíritu humano. Carlo Terracciano nos da el ejemplo de un hombre
que hasta su último aliento defendió sus creencias. Sus creencias son nuestras creencias. Su lucha es nuestra
lucha. Y la lucha de aquellos que vendrán después de nosotros.
Confieso que no me interesa qué clase de hombre era Carlo Terracciano, aunque sus amigos afirman que era
genial, amable, honesto. No importa. Es subjetivo. Objetivamente, él era un héroe. El verdadero héroe del
continente, de la civilización de la tierra, de Eurasia. Y eso es mucho más importante. Sólo la idea sí importa. Y
otra cosa también tiene importancia – la vida humana arrojada al fuego de una gran fe y una gran causa.
Un tradicional proverbio japonés dice: No sólo es bueno el guerrero que sirve honestamente a un buen Estado,
bueno es el guerrero que sirve honestamente a cualquier estado – entre ellos el muy malo, y este servicio
honesto es el que convierte al mal estado en uno bueno. Carlo Terracciano era un guerrero muy bueno. El
guerrero de Europa.
Fuente: https://adversariometapolitico.wordpress.com/2013/02/02/la-geopolitica-existencial-de-carlo-terracciano-
por-aleksandr-dugin/
22. Terracciano: Rebelión contra el
mundialismo moderno
Publicado el noviembre 3, 2010de Adversario
La victoria no se alcanza con el esfuerzo de un día o de un año, sino con la determinación de toda una vida
Extraído de La Biblioteca Evoliana
http://juliusevola.blogia.com/2006/091007-rebelion-contra-el-mundialismo-moderno.-carlo-terracciano.php
Bilioteca Evoliana.- Uno de los intentos de poner al día la obra de Evola se debe al llorado Carlos Terracciano
que escribió este pequeño ensayo “Rebelión contra el mundialismo moderno”. Terracciano, fallecido en 2005,
es considerado como uno de los intérpretes de la obra de Evola. Reproducimos este artículo por su interés
intrínseco, aun a pesar de que no compartimos algunos de los puntos de vista del autor. La traducción ha sido
realizada por Santyago Rivas.
Rebelión contra el mundialismo moderno.
Actualidad revolucionaria de la obra de Julius
Evola en la Era de la Globalización
Carlo Terracciano
[Traducción de Santyago Rivas]
“…Y aunque no se verifique la catástrofe temida por algunos en relación al uso de las armas atómicas, al
cumplirse tal destino, toda esta civilización de titanes, de metrópolis de acero, cristal y cemento, de masas
pululantes, de álgebras y máquinas que encadenan las fuerzas de la materia, de los dominadores de los cielos y
los océanos, aparecerá como un mundo que oscila de su órbita para perderse definitivamente en los espacios,
donde ya no vea más ninguna luz, fuera de aquella que produce la aceleración de su propia caducidad…”
“…Solamente podrá salvar a Occidente un retorno al espíritu Tradicional en una NUEVA CONSCIENCIA UNITARIA
EUROPEA…”
(Julius Evola, “Rebelión contra el mundo moderno”)
“…También sobre el plano de la acción puede ponerse en evidencia el lado positivo de la superación de la i dea
de Patria, sea como mito del período romántico burgués, sea como hecho naturalista casi irrelevante frente a
una unidad de tipo diverso: al ser de una misma patria o tierra, se contrapone entonces el ser o no ser por una
misma Causa…”
(Julius Evola, “Cabalgar el tigre”)
“Conozco mi destino. Un día se pronunciará mi nombre como recordando algo enorme, una crisis como no la
hubo tal en la Tierra, el más formidable hurto de conciencia, una declaración de guerra a todo aquello que hasta
entonces era creído y santificado. Es la hora en que el concepto de política entra en su plena fase revolucionaria,
y todas las formaciones de la vieja sociedad saltarán por los aires, porque todas reposan sobre la mentira:
haremos una guerra como no la ha visto el mundo. DESPUÉS DE MÍ COMENZARÁ SOBRE LA TIERRA LA GRAN
POLÍTICA.”
(Friedrich Nietzsche, “Ecce Homo”)
23. Evola
“Rebelión contra el mundo moderno”, la obra fundamental de Julius Evola, vio su primera edición italiana en
1934, y al año siguiente ya fue publicada en la Alemania Nacionalsocialista. Es un texto revolucionario que ha
representado, para hombres de lugares lejanos y de distintas generaciones, una verdadera y propia
“fulminación”, un cambio radical de perspectivas y expectativas, de “Visión del Mundo” desde la época de la
“decadencia de Occidente” hasta el fin del ciclo epocal, el “Kali -Yuga” de la tradición hinduista, la era del
“Ragna-Rökkr” u “Oscurecimiento de los Dioses” de las sagas nórdicas, “la Edad del Hierro” de la Teogonía de los
griegos.
Los años fatales
Un año importante, 1934, mitad de un decenio que representó un vuelco en los destinos de Europa y del
planeta entero.
En Alemania, Hitler, recién nombrado Canciller del Reich, se apresta a gestar las bases de una renovada potencia
alemana mitteleuropea, dispuesta a conseguir ese “Lebensraum” necesario, aun a costa de incendiar de nuevo
el continente, esa Europa que todavía representaba, geopolíticamente hablando, el motor de la política
mundial.
Aquí residían todavía los centros políticos, militares, económicos e intelectuales de pequeñas naciones que
poseían grandísimos imperios coloniales: Gran Bretaña, como siempre más volcada a los mares abiertos que a
los espacios continentales; Francia, que formaba en sus propias escuelas y universidades a las futuras élites
revolucionarias de Asia y África, aquellas que, mediado ya el siglo XX, acaudillarán las luchas de liberación
nacional en sus respectivos países precisamente en nombre de la “Libertè” y la “Egalitè” (para la “Fraternitè”
siempre habría tiempo…), de los “Inmortales Principios” que hicieron potente a París ante los ojos del mundo.
Italia, por su parte, bajo el signo del fascio romano, buscaba su espacio en la geopolítica marítima, a la búsqueda
de un imperio unitario mediterráneo-africano que le abriese las puertas del Océano Índico y de las grandes rutas
comerciales y políticas.
Al este, el “Hombre de Acero”, Stalin, liquidaba, purga tras purga, los residuos cosmopolitas de una revolución
trotskista que había intentado utilizar el Imperio Ruso como trampolín del marxismo mundial, transformando, a
24. la inversa, al bolchevismo en la bandera del patriotismo y el expansionismo político y militar de la Rusia
Soviética en Eurasia y otros lugares. Con acero y sangre, el Padrecito de la Santa Rusia Roja daba a luz las bases
de la industrialización y la modernización de un imperio elevado al rango de co-potencia mundial, capaz de
disputar el mundo entero durante medio siglo al vencedor final.
En el Extremo Oriente era el Imperio Nipón quien elevaba la bandera solar en nombre de la unidad asiática
antioccidental, también en antítesis con el gigante chino, gravemente enfermo por guerras intestinas y
ocupaciones extranjeras de grandes porciones del territorio nacional, mientras Mao, acosado, emprendía una
Larga Marcha buscando refugio…
Pero he aquí que, protegida por la anchura de los dos mayores océanos del globo, la joven nación americana
observaba y aguardaba, y al final será ella quien impondrá al planeta entero el dominio de su propia potencia
militar y política, de la tecnología, de la propia moneda, de la lengua inglesa, del “way of life” americano, en fin,
del control mediático sobre los instrumentos de comunicación de masas; en una sola palabra condensada:
GLOBALIZACIÓN.
América, el mito americano del progreso tecnológico y de la eficiencia fordista, representaba y representa la
coronación de aquel proceso de modernización contra el cual Julius Evola había escrito el texto más completo y
exhaustivo del punto de vista de la visión del mundo Tradicional.
Ya en el prólogo, el autor indicaba que el concepto “modernización” debía ser entendido no solamente en su
sentido “técnico-científico”, sino ante todo como una visión “idealtípica” de lo real, de la Historia y de la vida.
Escribía Julius Evola:
“Mundo moderno y mundo tradicional son aquí considerados como dos tipos universales, dos categorías
apriorísticas de la Civilización”.
Con esta afirmación, por inciso, se quería decapitar de golpe toda la polémica sobre las relaciones entre hombre
y máquina, entre ser hombres de la Tradición y usar la tecnología más avanzada.
Con la implosión de la URSS, último anillo de una cadena plurisecular, no sólo se despejaba el campo para una
ideología concurrente con sus pretensiones de universalismo y cientificismo, sino que también:
“Se afirmaba una nueva filosofía de la Historia: la idea de que el camino de la humanidad tenía un sentido. A
este sentido le fue dado el nombre de globalización”.
Determiniso y globalización
Esta idea de un FATALISMO MONOCÉNTRICO Y UNIDIRECCIONAL del destino de todos los pueblos, en marcha
(según el orden indicado de sus varios niveles de “progreso”) hacia una única meta de “redención, que instaure
el paraíso en la Tierra”, no es ciertamente nueva. Estamos ante la enésima reproposición de la concepción
bíblica lineal-progresista de una historia entendida unitariamente, obviamente sobre el modelo de Occidente.
En sus líneas generales, esta idea es parte de aquel creacionismo que se manifiesta en la perfección de un Edén
originario, en el cual el Hombre, que es la criatura por antonomasia, pasando por una Caída (en el pecado
original, en la división del trabajo, en la ruptura del Pacto con Dios etc…), y a través de una redención (Cristo,
Marx, el Mesías…), accede de nuevo a la perfección, mediante el trámite de una catarsis purificadora (del
Holocausto, de la Lucha de Clases, del Juicio Universal…).
Esta ideología de impronta judeocristiana encontró, laicizada, en América su tierra de máxima arraigo,
deviniendo la infraestructura ideológica portadora, el instrumento propagandista indiscutido e indiscutible para
la afirmación del imperialismo capitalista, del expansionismo económico y político de los EEUU, siguiendo las
directrices delineadas de la Geopolítica por la más grande potencia talasocrática que jamás apareció sobre el
orbe terráqueo. El “Destino Manifiesto” logró que los americanos no duden ni por un instante ser los
portavoces y los ejecutores de la Voluntad de Dios en la Tierra.
25. Quien se opone a ellos se opone al mismo Dios, y es entonces más que un criminal, es el Mal personificado, o
cuando menos su instrumento en el mundo, en contraste con los “predestinados” del Segundo Israel: los EEUU.
Acusando una vez y otra a los enemigos demonizados de turno, Hitler o Stalin, Mao o Jomeini, Saddam Hussein
o Milosevic, nazi-fascismo, comunismo o islamismo, de querer “conquistar el mundo”, las élites económicas,
políticas e intelectuales estadounidenses logran precisamente la justificación de aquello que dicen combatir…
CONQUISTAR EL MUNDO.
Creer que la Globalización sea una NECESIDAD INELUDIBLE de la Historia, un proceso natural y automático
impersonal y autogenerado en el camino del Progreso, no solamente es la aceptación sin crítica de un falso
reflejo ideológico, también representa una derrota ideológica determinada por la asunción acrítica de la visión
del mundo del adversario.
Quien da por descontado los axiomas que pertenecen al otro, aun cuando se presenten laicizados e
historizados, ya está preso antes de comenzar a luchar, porque realmente pertenece al otro. Si se implantan
mentalmente los axiomas ideológicos del enemigo contra el que se quiere combatir, la batalla está perdida de
antemano; y el primero de estos axiomas es la utopía igualitaria y absolutamente niveladora, exactamente
funcional a los proyectos de globalización total del Capitalismo, al término de su proceso expansivo.
Proceso degenerativo que hoy día se identifica con la destrucción de las economías subalternas, de los recursos
energéticos y con el ecosistema en su conjunto: etnocidio es igual a genocidio, tout court.
El mito MOVILIZANTE del “Progreso” indefinido y necesario, idea-fuerza mayor en la fase de la secularización y
laicización del Pensamiento Único, radicado en el biblismo particular de raíz protestante-calvinista, en estos
inicios del III Milenio se ha vuelto en su contrario, pero nunca en su “opuesto”.
El “progreso” que mata
Biotec, clonación, mutaciones genéticas de animales y vegetales, manipulaciones del ADN con la excusa de
mejorar y prolongar la vida, desastres climáticos y ambientales, desaparición de especies animales y de culturas
humanas diferenciadas, etc… están convenciendo cada vez a más personas que el llamado “progreso”, impuesto
por Occidente al resto del mundo, se ha revelado en realidad en la perspectiva de una catástrofe incontrolada y
cada vez más incontrolable. No es un progreso por lo tanto sino un regreso, que tiene determinada una
perversa desintegración de todo tejido social y comunitario, un cáncer devastador que calcifica toda estructura
orgánica de la sociedad hasta en los lugares más recónditos del planeta, hasta que una autofagocitación de la
especie humana devenga en lo que ha sido definida como la “Sexta Extinción”, tras la cinco precedentes que las
especies que le precedieron en el dominio de la Tierra.
El modernismo, el progreso técnico, el maquinismo, pueden ser vistos en perspectiva como los elementos
destructores del planeta; los científicos, cada vez más incontrolables, se han convertido en una casta into cable
de aprendices de brujos y agentes de la destrucción: “Si esto es el progreso, queremos volver al pasado”, dijo el
jefe de la tribu de los Masai al contemplar los efectos de la implacable sequía y a la desertificación que arrasa el
África, causadas por los cambios climáticos.
El periodista y escritor Massimo Fini comparó el mundo globalizado con un tren en marcha, cargado de
explosivos, que aumenta exponencialmente su velocidad, sin luces en una noche de niebla, destinado
fatalmente a descarrilar y hacer perecer a sus ocupantes, a extinguir la Tierra misma y todas las formas de vida
que cobija.
Y los maquinistas responsables del futuro desastre preparan las armas para defenderse de la reacción de los
pueblos, pensando ingenuamente que la supuesta inexpugnabilidad de la fortaleza continental norteamericana
podrá preservarles del desastre.
26. A tan lenta y confusa falta de conciencia de los peligros de la globalización no corresponde de la otra parte un
claro conocimiento de las causas, próximas y remotas, del fenómeno y de sus agentes; ni mucho menos un
proyecto realista de resistencia y reconquista.
A lo máximo se está contra los efectos de la globalización, pero nadie se opone a sus verdaderas causas.
Al contrario, por parte de las miles realidades genéricamente etiquetadas como “antiglobal” (portavoces de los
intereses y exigencias más dispares, desconectadas y conflictuales entre sí), no se propone sino una
“globalización de las bases”, que contemple la mejora del nivel de vida de la mayoría pobre del planeta,
preservando contemporáneamente el hábitat, que salve las culturas que son la riqueza del mundo pero
abatiendo al tiempo los confines y llevando hasta su culminación el proceso de eliminación de las diferencias
nacionales.
Todo y lo contrario de todo: definición aritmética de la Nada.
El rostro inhumano de la globalización
Una “globalización de rostro humano” es una absurdidad que se contradice en su misma formulación de base; la
enésima reformulación de un reformismo interno del Sistema Global que no quiere perpetuar las injusticias,
pero que desprecia la instintiva rebelión autodefensiva de los pueblos como vehículo ciego.
La Banca, las instituciones financieras, los lobbies industriales y los supergobiernos mundiales sólo de
demuestran “humanos” con aquello en donde ven coincidir sus intereses.
Un solo ejemplo: la anulación de la deuda es ciertamente una causa justísima, un acto mínimo reparador de los
países depredadores por las riquezas que han sustraído durante decenios.
El débito total de las naciones en vías de… “subdesarrollo” ha superado con largueza la astronómica cifra de
2.500 millardos de dólares, pero… esto no es un “don humanitario” de los gobiernos sino una necesidad vital de
la Banca Mundial que determina las políticas interiores y exteriores. El crédito en verdad, lo sabe la banca, es
inexigible, aunque sólo sea en sus intereses acumulados, dadas las condiciones desastrosas de las economías al
Sur del Mundo.
Una declaración general de quiebra de la mayoría de los países de la Tierra provocaría el pánico de los mercados
y podría determinar la caída de todo el sistema financiero, acelerando la irresistible decadencia del capitalismo,
cada vez más frágil en cuanto más enorme y global.
La condonación “humanitaria” del débito no tiene otro fin que evitar escenarios apocalípticos para la Alta
Finanza Mundial, y su contrapartida es la aceptación por parte de los estados deudores de vínculos ulteriores,
también políticos, y el compromiso de abatir toda defensa contra la liberalización de los mercados, que es la
causa primera que ha determinado su miseria y sus deudas.
Es necesario recordar que Ceaucescu fue abandonado a su suerte en Rumanía una semana después de haber
saldado hasta el último centavo de la deuda exterior rumana. El Fondo Monetario Internacional, la Banca
Mundial, los Estados Unidos y los países ricos no pueden permitir a ningún Estado alcanzar su propia
independencia financiera, la nueva forma de esclavitud del capitalismo en los siglos XX y XXI.
La utopía de la igualdad mundial en el bienestar y en la bonanza, propia de los que pretenden la globalización
por lo bajo, no está sólo en sintonía con los intereses de las multinacionales en su expandir el mercado en
vertical, en profundidad, sino que también determinaría una nivelación cul tural y política total, junto a la
destrucción última del ecosistema.
Debe quedar bien claro al Norte del mundo que una más justa redistribución de bienes y servicios en el mundo
para solamente a través de un proceso revolucionario, local y general, que derribe los parámetros culturales y
económicos de referencia también en los países ricos; revolución que habrá de renunciar a la “riqueza” en
términos consumistas para dar fórmula a modos más “espartanos” en el vivir, pero también más libres de los
27. potentados mundiales, bajo el fondo de la renovación de las relaciones armoniosas con la naturaleza desde las
propias comunidades de pertenencia.
La “cura” propuesta por los “antiglobales” comúnmente entendidos acabará… por matar al paciente. La astucia
de un sistema global que proclama la mejora de las condiciones de vida de las clases y de los pueblos es
reducirlos a todos al común de productores-consumidores del sistema capitalista global, para alargar así el
mercado único de los productos estandarizados, no sólo en el sentido horizontal y geográfico, sino también
vertical interclasista, aumentando en sus mínimos aceptables para el mismo Sistema el crédito y la
disponibilidad monetaria para la adquisición de nuevos bienes y servicios.
En términos marxistas: disminuir la “pauperización absoluta” es un imperativo para aumentar la expansión del
mercado, y para ello hay que alargar la “pauperización relativa”.
O en términos informáticos: el “Digital Divide” de los inputs tecnológicos e informáticos permitirá a los estratos
sociales y populares el acceso o no a la realidad virtual y al telemercado.
Los antiglobalizadores de la “izquierda” moderada (por continuar con ciertas definiciones decimonónicas ya
hace tiempo superadas), reciclados del internacionalismo proletario al liberalistas de mercado, están de acuerdo
en querer y/o aceptar (que es lo mismo desde el lado práctico) la globalización.
Porque lo que proponen es sólo una GLOBALIZACIÓN DE SIGNO CONTRARIO, y no lo CONTRARIO DE LA
GLOBALIZACIÓN.
En términos políticos son los reformistas internos del Sistema Global y no los revolucionarios a él opuestos.
Mundialismo y globalización
La primera batalla del combate es la terminológica, porque ahí es donde se asumen los valores sustanciales en la
elección de una contraposición realmente antagonista al Nuevo Orden Mundial.
La globalización, lejos de ser una “fatal necesidad”, una etapa irreversible del “camino del progreso”, no es sino
el efecto de una causa, o si se quiere menos genéricamente determinista, el instrumento de una estrategia
mundial conducida, CONSCIENTE Y VOLUNTARIAMENTE durante decenios cuando no por siglos.
Y si se debe hablar de determinismo, es sobre un plano metapolítico y por lo tanto metafísico donde debe
ponerse atención, como señalaremos cuando toque hablar de la concepción Cíclica de la Historia.
La globalización de los mercados no hubiera podido realizarse sin una obra preventiva preparatoria política y
cultural, impuesta por el uso de las armas y las invasiones militares: en el pasado se dieron dos guerras
“mundiales” y decenas de decenas de guerras locales, golpes de estado, estragos y genocidios, que terminaron
por realizar el “One World” americanocéntrico.
Nosotros definimos ya a este proceso de dominio planetario, desde sus inicios con el nombre de
MUNDIALISMO.
Una de las más completas explicaciones de este término es la que ofrece Giuseppe Santoro en su obra “Dominio
global. Librecambismo y globalización”, volumen de un centenar de páginas que debiera ser el “libro rojo” de
todos los verdaderos revolucionarios antimundialistas.
Escribe Santoro:
“El Mundialismo, en síntesis, es una ideología (y una praxis cultural, social y política) universalista promovida por
instituciones internacionales político-militares (principalmente la ONU y la OTAN), por consorcios privados
(Council on Foreign Relations, Trilateral, Bilderberg, masonería etc..), asociaciones religiosas (la “capilla”
vaticana del Opus Dei, el Consejo Mundial Judío, las numerosas sectas protestantes…) y por una compleja y
amplísima red de lobbies y organizaciones internacionales de “presión” política-social-cultural-massmediática
28. (agencias de información, industria cinematográfica, etc.), cuya base principal táctica se localiza en el territorio
de los Estados Unidos”.
Y sigue:
“El objetivo del mundialismo es la creación de un gobierno o administración única (el Nuevo Orden Mundial), de
una única disposición política institucional y social (el liberalismo), un único sistema de valores (el individualismo
igualitario de la doctrina de los “Derechos Humanos”) y un único conjunto de costumbres y estilo de vida (el
consumismo) extendidos a toda la Tierra sobre el dominio absoluto de todas las fuerzas políticas, económicas y
culturales que lo encarnan: las élites de la finanza mundial”.
Santoro es también autor de “El mito del libremercado”, donde profundiza en el estudio de las “clases
económicas”.
Es evidente que lo escrito concluye en que el Mundialismo no es un mecanismo anónimo, sin cabeza, sin
dirección ni motor, que pueda autorreproducirse metastáticamente, sino un hecho objetivo producto de la
intervención de ideas de unos pocos hombres y unas bien identificadas instituciones, que en conjunto son
objeto y no sujeto del mismo proceso globalizador. Quien no lo crea así razona en términos de un ferviente
determinismo mecanicista que no es sino otro de los devastadores efectos de la más amplia falsificación
histórico-ideológica de los siglos: el Iluminismo, matriz del liberalismo y del marxismo, filtrados por los
hegelianismos de “derecha” y de “izquierda”.
La raza de los amos
Del resto, daremos un solo ejemplo, también en términos de crédito; pocos son los supercapitalistas que poseen
fortunas en mucho superiores a múltiples estados: los americanos Bill Gates, Larry Hallison Warren Buffet y Paul
Allen son propietarios de fortunas que equivalen a la de las 42 naciones más pobres del planeta, y que abarcan
una población de 600 millones de almas, un sexto de los habitantes del planeta.
Los “decisión makers” de la política mundial, poseedores de todos los sistemas bancarios, de completos sectores
industriales y comerciales, de las fuentes energéticas y estratégicas, son quienes sugieren más o menos de
forma soterrada la política de los gobiernos y de las instituciones internacionales. Sucintamente pueden
agruparse en 13 clanes familiares. En orden alfabético: Astor, Bundy, Collins, Dupont, Freeman, Kennedy, Li,
Onassis, Rockfeller, Rothschild, Russell, Van Duyn y Windsor.
La “raza mundialista de los amos” habita en reductos exclusivos, frecuentados sólo por sus propios iguales, salvo
cuando debe condescender a escuchar los “hosannas” populares; se cruzan endogámicamente entre sí y
deciden por todos.
La raza de los amos no tiene patria, sólo pasaportes, uno para cada rincón que visitan. Su patria es el mundo.
Son exhibidores del lujo, cosmopolitas por vocación e interés, antiguos parias que, en la época de la caída de las
castas, se elevaron a los vértices de la pirámide política y social. Son los anfitriones de las mansiones donde se
celebran las reuniones del Bilderberg, de la Trilateral, del CFR. Algunos han guiado directamente estados y
gobiernos, como los Kennedy y los Windsor. Para ellos todo está permitido, desde las guerras y las crisis
económicas y financieras provocadas, hasta los más prosaicos homicidios por motivos de faldas (¿quién
recuerda el caso Palme?).
Para ellos, la reserva, la mentira y el secreto son los instrumentos absolutamente indispensables de dominio.
Hablar de la necesidad “objetiva” y amorfa del proceso de globalización es otro de sus mejores instrumentos
para esconder la causa, manifestando sólo el efecto. En la más generosas de las hipótesis imponen al mundo los
propios parámetros de referencia, la propia visión cosmopolita de las relaciones internacionales. Católicos,
protestantes o judíos, pero también musulmanes o confucianos o simples agnósticos y ateos, son todos
29. portadores de una única visión y estilo de vida, exactamente aquella del “Mundo Moderno”, contra el cual Evola
escribió su “Rebelión”.
El semiólogo judío-americano Noam Chomsky, teórico de la antiglobalización desde su cátedra del MIT
(Massachussets Institute of Technology), ha sido desde siempre uno de los más feroces críticos del capitalismo y
del imperialismo, y a él corresponde la definición de los padrones de la finanza mundial como un “Senado
Virtual”, al cual los gobiernos del mundo deben rendir cuantas completamente al margen de los ciudadanos que
los han elegido:
“El Senado Virtual es un grupo de auto-investidos capaces de gobernar naciones a través del control de los flujos
de capital, las oscilaciones bursátiles y las regulaciones de las tasas de interés. Apenas un estado anuncia la
elección del interés colectivo, la amenaza de la retirada absoluta de capitales es inmediata. Todos los gobiernos
del mundo, incluso los propios EEUU, son fantoches manipulados por estos senadores enmascarados. Pero a
diferencia de los más feroces dictadores, no tienen responsabilidades públicas”.
Aquí nos encontramos en la buena compañía de un hombre que no será acusado de “conspiracionismo
complotista”.
A nosotros nos toca añadir que el “Senado Virtual”, para domeñar a los pueblos y los gobiernos, posee otras
armas además de las financieras: desde los mass media a la informática, pasando por los golpes palaciegos y
militares, hasta la guerra declarada con el uso de “armas inteligentes”.
En Serbia, por ejemplo, usaron de todo: revueltas étnicas, guerrillas montañesas y urbanas, guerra de
intervención humanitaria, tráfico de drogas y de blancas, uso de sicarios a sueldo, de urani o empobrecido, de
difamaciones y mentiras massmediáticas, de retoque informático de fotografías… hasta la compra literal, con
dinero contante y sonante, del Jefe de Estado.
Regresemos de nuevo a Santoro, quien nos ofrece un juicio más neto sobre la “impers onalidad” del proceso
histórico que estamos viviendo:
“La denominada globalización (económica, política, cultural y de modos de vida de todos los pueblos de la
Tierra) no es de ningún modo un proceso “natural” ni “necesario”, determinado por las leyes internas de un
irresistible “desarrollo” del mundo (desde un punto de partida a uno de llegada: Nuevo Orden Mundial, Fin de la
Historia, Reino de Dios, Sociedad sin Clases o cualquier otro delirio apocalíptico) y de la lógica de las cosas (¿qué
cosas?… y ¿qué lógica?). La globalización es la condición objetiva y autónoma a la que debemos adecuarnos
como a una irrevocable voluntad divina, sino sólo el objetivo práctico y deliberado de un grupo de hombres
concretos, objetivo tramitado por organizaciones con número de registro leal y que cotizan impuestos, que
cuentan con nombre propio, sistemas informativos, massmediáticos y editoriales privados, no necesariamente
oscuros ni ocultos en las inmensidades del Universo. En estos grupos no se excluye ni la presencia de conflictos
internos ni de resistencias externas”.
(Giuseppe Santoro, “Banqueros y camareros. Soberanía monetaria y soberanía política”).
Simple, ¿no?…
“Derecha” e “izquierda” en el mundo globalizado
Sobre el plano práctico de la acción, la pretendida impersonalidad y necesidad del proceso de globalización
determina voluntariamente en las masas un fatalismo impotente, camuflado por los intelectuales orgánicos del
Sistema liberal-capitalista como una aprehensión metapolítica e intelectual de la “realidad”. La enésima
reproposición, y con mucho la más innoble, es la llamada general a la “apolitización” y la desidia (el pasotismo),
a la no-acción. Algo que ya denunciara Evola en obras como “El arco y la maza” y “Cabalgar el tigre”.
30. Si antaño los militantes de derecha e izquierda pugnaban por la conquista del Poder para así afirmar sus
esperanzas en un Mundo Nuevo, hoy día, mucho más burguesamente, se contentan con “gestionar” el poder
desde el “ocaso de las ideologías”.
El minimalismo y la localización devienen las coartadas del desempeño y del refugio en lo privado, haciéndolos
pasar por el máximo empeño posible contra los poderes fuertes, como si en el mundo moderno hubiese ya lugar
para los oasis y las islas de un vivir alternativo, ajeno a la sociedad circundante y alternativa a la misma. ¿Quién
recuerda ya las “comunas” del sesentaiocho?
Pero en esta nueva versión tenemos el agravante que esta fuga incapacitante del mundo ya no se dirige a los
establos ni los pueblos abandonados, sino a los palacios de cristal y las torres de marfil de los complejos
residenciales del extrarradio: comunitarismo sin comunidad, abierto sólo a los pocos elegidos que han podido
entenderlo todo (?) y no han hecho nada (!). Aquí crecen y se propagandan las religiones del egoísmo y la
falsificación del espíritu: desde la “new age” hasta la contemplación apática del Nirvana… sin cojones para
entrar en él.
La izquierda, junto a buena parte de la derecha, que contesta la globalización por lo alto, acepta sin embargo
apriorísticamente la filosofía de fondo, la necesidad de las tesis, los principios filosóficos y las utopías
niveladoras; son un ala más del fenómeno globalizador, al que critican errores y horrores… y ni siquiera lo
saben.
El internacionalismo proletario de ayer se llama hoy “antiglobal”, aun cuando es cierto que es más global qu e
“anti”.
La derecha (1), que en su origen poseía otros instrumentos conceptuales de comprensión y oposición, partiendo
de los estudios sobre el Mundialismo, sobre la Geopolítica, sobre las tradiciones, desarrollados en las obras de
los maestros como Evola Guènon, Nietzsche Spengler, Sorokin, Lorenz, Sombart, Weber y otros muchos, se
abandonó bien pronto a la NO COMPRESIÓN del fenómeno y a subirse al barco de los ganadores (siempre fue
así su proceder), en una regresión política e ideológica respecto a los análisis y las acciones políticas
anticipadoras de los años 70 y 80.
Contra todos los nostálgicos
El Fascismo, como fenómeno histórico y político europeo, murió DEFINITIVAMENTE en mayo de 1945, cayendo
honrosamente con las armas en la mano, a diferencia del comunismo marxista eslavo-europeo que medio siglo
después implotará junto a la URSS y sus satélites.
Y es un hecho irreversible que estas dos formas de modernización y movilización de masas sucumbieron en sus
pugnas contra América. Es el modelo americano el que ha triunfado en el siglo XX, dando su impronta a todo el
Mundialismo globalizador que hoy arrasa la Tierra.
Geopolíticamente es Eurasia (+ África y América Latina) quien ha perdido, por ahora, en sus confrontaciones
contra el “Nuevo Mundo” por un Nuevo Orden Mundial.
El llamado “neofascismo” o “neonazismo” de la segunda posguerra ha sido un gran equívoco, unas veces
heroico, otras trágico, y otras también cómico, alimentado en sus puntos más oscuros por los intereses de sus
enemigos.
Aquellos que comúnmente viene definido como “extrema derecha” no es sino la expresión del trauma de la
derrota militar, de sus caudillos muertos y/o masacrados, abandonados por todos a la orgía del Apocalipsis. La
imagen de Mussolini junto a sus jerarcas con los pies hacia el cielo ha pesado como losa en más de una
generación política. El 8 de septiembre no sólo representó un vuelco epocal, sino también el fin de Italia como
Nación, pasando a ser una simple expresión geográfica ocupada por el atlantismo donde unas pocas decenas de
millones de personas hablan más o menos la misma lengua.
31. La propaganda martilleante de los vencedores señaló a los fascismos como el Mal personificado, hasta el punto
que ha hecho a muchos identificarse en este rol invertido, como forma extrema de contestación y auto-reproducción.
La nostalgia, las formalidad exterior, la castrante exaltación de la derrota, los cultos necrófilos del pasado, el
“caudillismo” sin Caudillo unido al expontaneismo anarcoide (armado y desarmado), son la expresión de
diferentes factores de impotencia política y social, mientras el mundo cambiaba vertiginosamente
marginalizando cada vez más a la extrema derecha en los ghettos construidos por sus propias manos. El
nostalgismo neofascista es la NEGACIÓN MISMA DEL FASCISMO hi stórico como movimiento de movilización
revolucionaria de las masas, trampolín de las juventudes revolucionarias de toda Europa, basado en el ímpetu
vitalista de la mirada puesta en el futuro, en la fanática determinación de morir o vencer en su COMPETENCI A
REVOLUCIONARIA con el comunismo bolchevique también revolucionario.
Ambos tienen como referencia el mundo de la primera mitad del siglo pasado. Y consideremos también que
estamos hablando de las mejores partes de la derecha y de la izquierda, de aquellas minorías que jamás
aceptaron “tout court” alinearse junto al Sistema, convertirse en los guardias de la porra del orden constituido.
Pero aquí y ahora, en los inicios del III Milenio, derecha e izquierda han entendido perfectamente en qué
dirección marcha el mundo, y simplemente han abandonado toda batalla histórica y cultural para pasarse al
campo del adversario, del Liberal-Capitalismo, de América, del Sionismo y del Mundialismo.
Estos arribistas no son ciertamente el enemigo principal, pero sí el más cercano, a quienes es típica la máxima
ambición de los neófitos mercenarios que desean demostrar al nuevo amo la plena fidelidad del siervo
adquirido recientemente.
Las recientes jornadas de Génova, la exaltación de la más bestial represión policíaca, de esos policías cobardes y
nocturnos que no tienen el coraje suficiente de descender a la plaza para la batalla directa, el anticomunismo
sin comunistas, la alineación acrítica de todas las iniciativas antipopulares y la perfecta identificación en la
política exterior americana y sionista, son hechos claros y evidentes de la mentalidad subyacente al gobierno
Berlusconi y sus aliados de la Alianza Nacional, los “postfascistas del neofascismo”.
En otros casos es la representación operística de la acción nostálgi ca e integrista del mantel y la sacristía, de las
cenas y los homenajes cada vez más escondidos para evitar los encuentros con las extrema izquierda
parapolicial del Régimen y del Sistema, una confrontación que bien pudiera ser funcional al Sistema si no f uese
tan anacrónica e inutilizable por los “servicios” que la gestan dentro y fuera de Italia. Ridículo ese antifascismo
de cierta izquierda en tanto que también ridículo el nostalgismo (¿pero a qué demonios se refieren con el
“anticomunismo”?) de la derecha más o menos extrema.
Todo a mayor gloria de la raza de los amos que traza los destinos de Italia y de Europa, del mundo entero.
Actualidad de Julius Evola
Habíamos recordado que Julius Evola escribe su “Rebelión contra el mundo moderno” hacia la mitad de los años
30, en un mundo que era bien diferente de nuestros inicios del III Milenio: no existía la energía nuclear y todavía
era una hipótesis el uso de la más devastadora ara de ingenio humano; no había televisión, ni ordenadores, ni
internet era siquiera imaginado. La aventura del espacio exterior, el hecho de pisadas humanas sobre la Luna o
las misiones exploradoras a Marte sólo eran fruto de la imaginación ferviente de los escritores de fantaciencia.
No se conocía la estructura helicoidal del ADN, ni podían imaginarse tecnociencias como la biotecnología. La
etología estaba por nacer, y los estudios sobre ecología eran cosa de marginales ociosos.
La era de la industrialización avanzaba con pasos de gigante sólo en América y Europa Occidental, donde todavía
la mayor parte de la población vivía de la agricultura y habitaba e ciudades a la medida del hombre.
Europa, orgullosa, ocupaba el centro del mundo, con sus imperios coloniales, su cultura decadente, su
burguesía.