4. Composición
La portada de la catedral de Amiens
aparece estructurada por los
siguientes elementos
Dios - Cristo en el parteluz. Es una de las imágenes
más bellas de Cristo; conocido como el “Bello Dios”
(“Beau Dieu”) de Amiens. Está bendiciendo con la
mano derecha y con la izquierda sostiene los
Evangelios. Tiene a sus pies un león, símbolo del
Anticristo, un dragón símbolo del diablo, un áspid
símbolo del pecado y un basilisco símbolo de la
muerte. Bajo su figura, al pie del pilar, la imagen de
rey Salomón
8. La puerta central de Amiens está dedicada al Juicio Final. Es
de la primera mitad del siglo XIII. El tímpano se divide en 4 registros.
En el superior, los ángeles llaman con sus trompetas al
Juicio Final, el siguiente es ocupado por Cristo varón de dolores
mostrando las heridas de las manos, acompañado de la Virgen y San
Juan suplicantes por las almas y ángeles que portan los instrumentos
de la Pasión.
Más abajo, las almas de los bienaventurados, vestidos, que
van al cielo, y a la izquierda, desnudos los condenados. En el registro
del dintel, el arcángel San Miguel pesa las almas y aparece a la diestra
la Gloria y a loa siniestra el infierno.
Las arquivoltas están decoradas con figuras de ángeles que
siguen la línea de la arquivolta.
10. La puerta empezó a ser
construida en 1240 y luego sufrió
añadidos.
En el tímpano aparece la
representación del Pantocrator. La
figura es aún hierática, pero se
asemeja al Beau Dieu de Amiens, lo
que nos indica las influencias francesas
en la catedral de Burgos.
El Pantocrator muestra
la Biblia y está rodeado del
Tetramorfos, que a su vez se
acompaña por la representación
naturalista de los propios evangelistas
como hombres del siglo XIII que
escriben en sus pupitres.
En las arquivoltas se
representan los 24 ancianos y coros
angélicos.
En el dintel se
representan los apóstoles sentados,
tratados de un modo muy naturalista.
Dialogan entre sí, se rompe la
frontalidad y se busca el movimiento y
la expresión.
En el parteluz el obispo
Mauricio o San Indalecio, fundador de
la diócesis de Burgos. Se remata con la
representación del cordero como
alusión al Cristo-Hombre.
En las jambas se
encuentran esculpidas seis figuras,
posteriores al resto de la portada,
cuatro de las cuales representan
a Moisés, Aarón, San Pedro y San
Pablo; las otras dos no han sido
identificadas con seguridad (así que ni
las nombréis)
11. VIRGEN BLANCA DE LEÓN
La Virgen Blanca aparece en el parteluz de la
Puerta del Juicio Final de la Catedral de León, y el conjunto
data del siglo XIII.
Es un ejemplo de Virgen humanizada con el niño
en brazos. Los rasgos de las vírgenes francesas, que
recordaban más a doncellas, se ha convertido en una joven
castellana, de expresión franca, serena, acompañada de un
niño jovial (así como gracioso “mía qué mono”)
Aunque no se miren, la humanización viene de
los rostros sonrientes de ambos y del giro del niño hacia la
madre. El grupo es menos hierático que las vírgenes
románicas. La mirada cordial de la virgen nos acerca a los
ideales protohumanistas de la escultura gótica.
Desde 1956 la pieza original se guarda en el
interior del templo, y una reproducción exacta realizada
por el escultor Andrés Seoane, ocupa su lugar.
13. La tumba, situada en una de las capillas funerarias de la catedral de Sigüenza, se dispone bajo un
arco de medio punto abierto en la pared (arco solio), con decoraciones vegetales y de festones (la
combinación de arco de medio punto, típico del Renacimiento, y las decoraciones góticas, nos habla de un
momento de transición en el arte español) en cuya parte superior hallamos pinturas que muestran escenas de
la pasión de Jesús, mientras que en los laterales aparecen esculturillas de los apóstoles Santiago y San Andrés,
patronos del linaje.
Más abajo, una decoración de grutescos enmarca la lápida funeraria con el texto: "Aquí yace
Martín Vázquez de Arce, caballero de la Orden de Santiago, que mataron los moros...“
La sepultura en sí misma consta de dos elementos, realizados ambos en alabastro.
El inferior es un sarcófago sostenido por tres esculturillas de leones y en cuyo centro dos jóvenes
pajes nos muestran el escudo de armas del infortunado joven.
El segundo elemento, y principal, es la estatua funeraria del fallecido, a quien no se representa
"Aquí yace Martín Vázquez de Arce, caballero
yacente, sino recostado sobre una bala de heno que viene a simbolizar aquí la fugacidad de la vida y el
de la Orden de Santiago, que mataron los
tiempo, algo relacionado con la propia muerte del doncel, y con el antagonismo entre la vida y la muerte. En
el pecho lleva la cruz de la moros...".
Orden de Santiago pintada en rojo y de su cinto pende una larga daga.
A los pies encontramos otras dos figuras: un león (que vendría a simbolizar la resurrección y la
valentía, la lealtad de un guerrero) y otro paje, apoyado sobre el casco, en este caso en actitud doliente, una
clara alusión al propio dolor de la familia ante la muerte del joven guerrero, pero también alusión al carácter
de noble que puede tener un sirviente. Se ha afirmado también que el hecho de que la estatua presente las
piernas cruzadas es una referencia a su carácter de cruzado que muere guerreando contra los enemigos de la
fe cristiana.
Lo que individualiza a este doncel es que en sus manos muestra un libro abierto que a primera
vista vendría a casar mal con su indumentaria militar. Esta combinación es la que resulta interesante, y viene a
hablar de un soldado de formación humanística. En realidad, estamos ya ante una característica más propia
del Renacimiento que de la época gótica, con su ideal de combinación de armas y letras en la figura del
cortesano, aun en este caso, fallecido de manera prematura. El libro, en definitiva viene a reafirmar el carácter
de nobleza del doncel, pues son pocos los que en el siglo XV pueden acceder a la lectura.