Análisis de la Implementación de los Servicios Locales de Educación Pública p...
Revista karma 7 num.044-52
1. MANAI DI
PA HA
H-:-_-
0111810
DE UH11
BRUJ11
SYBIL LEEK
ESPIRITISMOJ. CASANOVAS
DISQUISICIONES SOBRE LA MEDIUMNIDAD
EL DIFICIL MOMENTO DE LA
«POST-MORTEM))
RESUMEN
En las comunicaciones mediúmnicas
nos encontramos con uno de estos
tres casos:
A.— Que la comunicación no sobre-
pase la capacidad intelectual del mé-
dium, ni sus conocimientos, ni sus per-
cepciones normales.
En este primer caso, podemos y es
lícito conjeturar que es el propio mé-
dium quien inconscientemente, por un
fenómeno de autosugestión, habla o
escribe, aunque adopte la apariencia
de «personalidades múltiples».
Pero esa falta de superior çapaci-
dad, de superior conocimiento, esa
falta de percepción superior a la nor-
mal, no excluye, sin embargo, que
pueda tratarse realmente de la mani-
festación de una entidad desencar-
nada; únicamente que tal tipo de mani-
festaciones, por sí so/as no son de-
mostrativas ni pueden llevar a una
convicción, como ya señalamos ante-
riormente.
B.— Que la comunicación sobrepase
la capacidad intelectual o conocimien-
tos del médium, pero no los conoci-
mientos de alguno de los asistentes.
En este segundo caso existe en el
médium, a/ menos, una facultad para-
normal de conocimiento, lo cual repre-
senta ya un positivo punto de partida.
Y este superior conocimiento que
muestra el médium, o bien emerge de
su interior subconsciente, o bien es
captado de los asistentes; y al llegar
a este punto ya no puede, tampoco,
quedar excluido el que el conocimiento
sea captado de asistentes de «otro
plano», de «otra dimensión».
C. - Que la comunicación sobrepase
la capacidad y conocimientos del mé-
diun, y de los asistentes.
En este tercer caso, la facultad para-
normal se presenta con un mayor «al-
cance»: todo el mundo asistente, de
cerca o de lejos... y, definitivamente,
ya no puede excluirse en este caso la
influencia de asistentes de «otro pla-
Gp
Paseo San Gervasio, 78
Teléf. 211 45 75
BARCELONA -6
RUEGO ME REMITAN A REEMBOLSO LOS LIBROS N.°
D....... ------------- ...... --- ...... ...... .,"
Población...._
DIARIO DE UNA
BRUJA Sybil Leek
240 págs. Tela. Ptas. 200
1
MANUAL DE PA
RAPSICOLOGIA
Hans Holzer
176 págs. Rústica. Ptas. 140
EDICIONES PICAZO
ULTIMAS NOVEDADES
5;
prensadelmisterio.blogspot.com
2. LOS E SEMANIFIESTAN
COMO «VIVIENTES)) Y
SIN EMBARGO YA ESTAN
«MUERTOS»
no», de entidades espirituales, de enti-
dades desencarnadas, en una palabra:
de espíritus.
Lo parapsicólogos, en general, re-
chazan esta última posibilidad, y para
ello recurren —ya lo hemos dicho
antes— a dotar al médium de todas las
facultades habidas (clarividencia, sub-
consciencia, etc. en un grado máximo)
y de todas las facultades por haber
(penetración en la (<memoria cósmica»,
en el ((inconsciente colectivo» etc.).
Y no comprendemos como habiendo
llegado a determinadas «hipótesis», se
pueda en cambio, rechazar y menos-
preciar la «hipótesis espirita»... por
considerar que no está ((probada».
Difícil puede ser, sir duda, precisar
cuando una manifestación s anímica
o espirita, o, mejor dicho, el grado en
que entran estos diversos factores. La
aplicación práctica de todo lo expuesto
es que cuando en las «comunicacio-
nes» se trata de «enseñanzas y comen-
tarios de tipo general», es indiferente,
al menos hasta cierto punto, el saber
de donde sale la comunicación: si del
subconsciente del propio médium, o si
influye en él un agente exterior, sea
encarnado o desencarnado. Lo que en
ese caso interesa es el contenido de la
comunicación; y por eso la primera re-
gla a observar ineludiblemente es que
toda comunicación debe pasar por el
tamiz de la razón, no dejándonos des-
lumbrar por ninguna «firma».
En cambio, cuando se trata de «co-
municaciones» que podríamos llamar
de tipo «familiar», en que la cuestión
es ya «personal», en que lo que inte-
resa es precisamente la identidad del
manifestante, para afirmar, o al menos
para presumir sobre la veracidad de
esa identidad, es menester recibir al-
guna referencia que nos pueda llevar
a alguna convicción plausible (y no
diré absoluta). Pero en este caso,
como en todas las manifestaciones,
hemos de tener presente que la comu-
nicación no viene establecida con la
sencillez de un «hilo telefónico», sino
que está sujeta a influencias, condi-
ciones y leyes que realmente descono-
cemos; y que las entidades se mani-
fiestan no como quizás quisieran, sino
como pueden, según su situación en el
plano en que se encuentran y según
la finalidad del médium-intérprete.
Aquí, en esas comunicaciones de
tipo «familiar», es cuando tiene más
aplicación la objeción presentada por
Delanne (ya transcrita anteriormente,
en parte II): «Podrá argüirse, sin duda,
que un espíritu que se manifiesta, no
siempre tendrá ocasión de revelar co-
sas nuevas; que puede haber dado an-
teriormente pruebas de su existencia,
y que no debe ser sometido cada
vez a nueva información...»
Cierto; pero tampoco deben cerrarse
los ojos, ya que para los «observado-
res» la entidad que se presenta, viene
a ser, cada vez, «como nueva».
UN INCISO. Quisiera ahora, para
no incurrir en falta de omisión hacer
referencia, tambiér, a cierto tipo de
«manifestaciones» que, si bien pueden
considerarse incluidas en uno de los
tres casos señalados, ofrecen, sin em-
bargo, ciertas peculiaridades espe
cificas.
Me refiero a la manifestación (prin-
cipalmente por mediumnidad de «in-
corporación») de entidades desencar-
nadas que están en estado de «tur-
bación» (Libro Espiritus, n" 163/165),
o sea sin conocimiento de su situa-
ción post-mortem; creyéndose, por
contra, en el mundo de los vivientes,
y presentándose, generalmente, con
las caracteristicas de sus últimos mo-
mentos terrestres, sin noción ni conse-
cuencia del tiempo transcurrido, en un
presente constante.
Continúa en pág. sig.
TE INTERESA CONOCER
Y PODER DESARROLLAR...
ASTROLOGIA - GRAFOLOGIA - YOGA - SEXOLOGIA
Escribe al Apartado 9122 de Barcelona
53
3. Esta clase de manifestaciones son
muy corrientes en el campo de estu-
dio espiritista. Por mi parte, para mi
limitado entendimiento y mis limitados
conocimientos, estas manifestaciones
presentan ciertas dificultades de com-
prensión y desarrollo en algunos as-
pectos del proceso seguido para
(<orientar» a esas entidades sobre su si-
tuación y, sobre todo, para poderlas
«guiar», a renglón seguido, sobre su
subsiguiente estado o «quehacer».
(Quizás en otra ocasión, y a pesar de,
sin duda, mi falta de (<preparación»,
trata de esta parte especial de la feno-
menología mediúmnica.)
Después de ese inciso, sigo con Ga-
briel Delanne.
En la 2. pate del Cap. II cita al
Dr. Maroni en «La mediumnidad hip-
nótica», dando «algunos consejos que
conviene meditar, para aquéllos que
desean experimentar concienzudamen-
te y saber distinguir las diferentes cau-
sas en acción»:
«En general —dice--- debemos reco-
ger y estudiar aquéllo que los sujetos
nos proporcionan voluntariamente, o
aquéllo que, por consecuencia, res-
ponden a nuestras preguntas discretas
y afectuosas, sin pretender reforzar
respuestas en contra de su voluntad.»
(«Insistir para obtener una contesta-
ción que no se quiere dar —(o, aña-
dimos, no se sabe o no se puede
dar)— es el medio seguro de ser en-
gañados», señala ya el Libro Mediums
n° 288,5). (Hay que tener en cuenta
en todo ello que el fenómeno espirita,
si bien puede «experimentarse», es
más bien un fenómenode observación
que de experimentación; y que no pue-
de pretenderse realizar una «experien-
cia» espirita, a tenor de un experi-
mento de física o química.)
El profesor Maurice Guinguand con-
trola el trance de Marina.
«Si los resultados de un ejercicio
continuado son insuficientes, es muy
razonable considerar la cosa como
no demostrada; pero ensayar la impo-
sición o pretender arrancar pruebas
decisivas, es un grosero error que todo
lo erturba.
<Lien veces hemos tenido espontá-
neamente, por boca de la sonámbula
lo por la escritura, en Otros médiumsl,
nombres, fechas, circunstancias bio-
gráficas, retratos morales, cosas en fin
que la sujeto y nosotros ignorábamos,
y que luego verificamos y hallamos
exactas.
«Por el contrario, cuando por des-
confianza o para un mayor control,
pedíamos mayores referencias, no he-
mos obtenido nada, ni aún cuando co-
nocíamos la respuesta a lo que pre-
guntábamos, y que no proponíamos
más que para oirla repetir, no obs-
tante fijar en ella nuestro pensamiento,
de tal manera que obtenerla por la
sugestión terrestre hubiera resultado
fácil. La absoluta independencia contra
nuestra voluntad y la sugestión, cons-
tituye la más grande delimitación
entre el campo de la mediumnidad
espirita y el de la sugestión hipnó-
tica».
Este último hecho de investigación
—((<cuando para un mayor control pe-
díamos mayores referencias, no hemos
obtenido nada»)— parece desvirtuar y
hacer impracticable el necesario con-
trol preconizado por Delanne, cuando
dice, por ejemplo (párrafo ya citado
en parte II): «La conclusión práctica
a deducir es la de que debemos recha-
zar como comunicaciones del más allá,
las que no contienen más que refe-
rencias que podrían hallarse en la
consciencia del sujeto.»
Cierto: ciertas exigencias de control,
la «desconfianza» del médium que se
ve «examinado», la mentalidad de los
asistentes, etc. etc. pueden anular la
producción del fenómeno espi, ita.. y
también del estrictamente «parapsico-
lógico», que tampoco no se produce
a voluntad.
Es por ello que, por el mismo con-
cepto señalado anteriormente (caso A,
párrafo 3°l de que no podemos ex-
cluir, no podemos tampoco tomar al
pie de la letra y de modo absoluto
la expresión de debemos rechazar;
únicamente que «si los resultados ob-
tenidos son insuficientes, es muy ra-
zonable considerar la cosa como no
demostrada. »
*0
Y para terminar esta serie de refe-
rencias a la obra de Delanne («Inves-
tigaciones sobre la mediumnidad»,
19001 lo haré con los párrafos con que
finaliza su «Introducción» a dicha obra:
«Es menester no equivocarse: ha-
ciendo intervenir la sugestión mental,
o la telepatía, en la explicación de los
fenómenos, puede restringirse, es ver-
dad, el campo al espiritismo, pero sólo
para abrírselo más amplio al animismo,
es decir, a la acción del alma fuera
de su organismo físico.
«Si se demuestra irrefutablemente
—(como ahora (1975) ya está demos-
trado)— que la transmisión del pensa-
miento es posible; si por otra parte,
la telepatía estudiada por los sabios
no espiritistas presenta casos donde la
hipótesis de la <(alucinación)> debe ha-
cerse a un lado para dejarle paso a la
de un desdoblamiento que se hace
presente —ya sea porque la aparición
desplaza los objetos materiales o es
vista por distintas personas o asusta a
animales- el Espiritismo sale triunfan-
te, porque desde su origen ha indi-
cado esta posibilidad que pone de re-
lieve la independencia del espíritu fren-
te al cuerpo. Lo que en estos ejemplos
no es sino una separación momentá-
nea del alma y del cuerpo, se con-
vierte a la muerte en estado definitivo;
y si durante la vida, el alma separada
momentáneamente de su envoltura
corporal obra sobre la materia, se hace
ver, o se comunica a un médium, por
inducción estamos autorizados a su-
poner que hace otro tanto cuando se
ha reintegrado al «espacio)>.
«La física moderna, la física de la
materia radiante, de los Rayos X, de
las ondas hertzianas —(en 1975 po-
drían añadirse algunas cosas más)—;
el magnetismo, el hipnotismo, la su-
gestión verbal o mental, la clarividen-
cia, la telepatía, y el espiritismo, todos
estos conocimientos conducen irresis-
tiblemente al hombre hacia /o invisible
y el más allá»...
J. CASANOVAS LLARDENT
(CONTINUARA)
54