2. El recubrimiento fosfatado tiene diversos usos. El principal es la prevención de la
corrosión, pero esta técnica también es utilizada para mejorar el engrase en procesos
posteriores, o, como hemos comentado antes, como base para pintados posteriores. El
fosfatado también es aplicado para recubrir otros metales como el aluminio, el estaño,
el cadmio o el cinc.
El proceso del fosfatado o fosfatizado de metales consiste en una solución de ácido
fosfórico y sales de fosfato que pueden ser aplicadas por inmersión o por aspersión y
que alteran químicamente la superficie del metal formando una película de fosfato no
soluble.
3.
4. El fosfatado es un tratamiento químico que se realiza por contacto
de las piezas de hierro, acero, aluminio, etc. desengrasadas, en
una solución de fosfatos ácidos de zinc, hierro o manganeso.
Durante el fosfatado la superficie de las piezas se recubre de una
película de fosfatos que posee elevada resistencia a la corrosión.
La formación de esta película dependerá de los siguientes
factores:
a) Composición y características físicas del metal a tratar.
b) Preparación de la superficie.
c) Composición y concentración de la solución fosfatante.
d) Temperatura de trabajo.
5. Entre los diferentes acabados orgánicos que se aplican sobre las piezas
fosfatadas, la pintura es generalmente el que más se emplea, debido a que es
también el que da una mayor protección contra la corrosión.
Por otra parte, la fosfatación es a su vez el mejor pretratamiento para todos
los tipos de pinturas, esmaltes y barnices, ya que les proporciona una base
más adherente y prolonga su duración casi indefinidamente, al mismo tiempo
que es el más económico.
Las soluciones compuestas principalmente por ácido fosfórico se emplean para
preparar las piezas de hierro y acero que han de ser pintadas. Su acción es
principalmente decapante, si bien depositan al mismo tiempo, a expensas del
hierro y óxidos disueltos, una finísima película cristalina de fosfato ferroso
insoluble, que sirve de base adherente para las pinturas y barnices.
6. RECUBRIMIENTO POR ESMALTADO
¿De qué está hecho el esmalte?
El esmalte es un material similar al vidrio que se aplica como revestimiento a
una superficie metálica. Se compone de varios minerales, como sílice,
feldespato, bórax y pigmentos. Algunos esmaltes pueden contener materiales
adicionales como pigmentos, que se utilizan para dar color al esmalte. También
pueden utilizarse otros aditivos, como fundentes y aglutinantes, para mejorar la
adherencia y durabilidad del esmalte.
Estos componentes se formulan cuidadosamente para conseguir las
propiedades deseadas, como dureza, color y resistencia al calor y a los
productos químicos.
La composición del esmalte puede variar en función de la aplicación específica
y del fabricante. Para fabricar esmalte, el vidrio se funde junto con los minerales
a altas temperaturas, formando un líquido que puede aplicarse sobre el metal.
Cuando el esmalte se enfría y solidifica, crea una superficie lisa y duradera,
resistente al desconchado, los arañazos y la corrosión.
7.
8. Un esmalte vitrificable es un compuesto vítreo solidificado con una composición inorgánica,
principalmente óxidos. En el caso de superficies metálicas es uno de los muchos métodos de
protección, sin embargo, su producción es especial y su calidad asegura su liderazgo en cuanto
a dureza, resistencia al calor, a la abrasión y a químicos. Cabe resaltar que sus aplicaciones
son limitadas, pues depende en gran medida de la pieza a recubrir.
El esmaltado industrial comprende materiales como el acero en forma de chapa, hierro fundido,
aluminio y sus aleaciones, acero aluminizado, acero galvanizado y, en casos especiales,
chapas de acero aleado (inoxidable).
9. Su aplicación sobre superficies de piezas metálicas tipo láminas de acero, hierro fundido y aluminio,
ofrece una excelente protección contra la corrosión. Adicionalmente, resiste ataques de casi todos los
materiales orgánicos y la mayoría de medios inorgánicos; es tan solo ligeramente afectado por ácidos
fuertes, soluciones calientes alcalinas y fluoruro de hidrógeno. Adicionalmente, las piezas esmaltadas
tienen un gran valor funcional debido a que los recubrimientos de esmalte vítreo garantizan ventajas
tales como: suavidad (recubrimientos sin poros), dureza, higiénicos (no olores o sabores), fácil limpieza,
no tóxicos, inhiben el crecimiento de bacterias, altamente durables, estabilidad de color, resistencia a la
intemperie, entre muchas más propiedades.
Todo lo anterior, hace que este tipo de esmaltes sean muy usados en artículos de uso diario que se
exponen a condiciones severas. Algunos ejemplos de aplicación son: utensilios para hornear y freír
(como parrillas, ollas, pailas), lavadoras y secadoras, lavaplatos, fogones, hornos, equipos industriales
(reactores, tubos, silos de tratamiento de aguas, etc); lo anterior, solo por mencionar algunas de sus
aplicaciones más comunes.