Los sofistas viajaban por Grecia ofreciendo enseñanzas sobre retórica, política y filosofía a cambio de dinero. Promovían el relativismo moral y el escepticismo sobre el conocimiento absoluto. Sócrates se opuso a los sofistas mediante el diálogo y las preguntas, buscando lo universal a través del reconocimiento de la propia ignorancia. Sus discípulos fundaron las escuelas socráticas que marcaron la ética griega.