La personalidad esquizoide se caracteriza por la indiferencia hacia los demás y el aislamiento social. Puede deberse a factores ambientales como la falta de afecto en la infancia, o factores genéticos como la presencia de esquizofrenia en la familia. Los criterios para diagnosticarla incluyen no desear relaciones interpersonales, elegir actividades solitarias y mostrar frialdad emocional.