Los doctores Ostrov y Gentile estudiaron la agresividad en niños preescolares durante dos años y encontraron que cuanto más tiempo pasaban viendo programas educativos, más agresivos se volvían. Otro estudio descubrió que los programas infantiles contienen mucha agresión relacional y verbal. Además, el bienestar emocional de los niños depende más de la relación con sus padres que de la relación directa con otros niños.