3. ¿Qué es el amor a nuestros hijos ?
El amor por los hijos nace de forma innata y cuando se cuida, permite tener la
conexión más mágica que existe. Mostrarás tu amor y todo tu cariño a tus hijos,
cada día de tu vida, ¡y a todas horas! Nunca te cansarás de abrazarles, de
quererles, de susurrarles cosas bonitas en el oído, de que te digan que te quieren
4. ¿Qué son los limites?
Los “límites” son barreras protectoras, acolchados amortiguadores, filtros para
disminuir los riesgos, defensas. Las amenazas, los castigos o exageraciones de los
peligros no son útiles en el camino que atraviesa un niño para cuando va
conociendo su entorno.
5. ¿Para que sirven los limites?
Los límites son necesarios para
educar a los niños y guiarles en el
camino de la vida, acerca de lo que
está bien y lo que está mal.
Además, a través de los límites
entienden cómo deben
comportarse y relacionarse
sanamente con otras personas
para ser felices.
7. Hacer al niño partícipe de los límites
Si tenemos en cuenta la opinión del niño a la hora de poner ciertos límites, él se
sentirá respetado, escuchado y valioso, y esto generará un sentimiento de
bienestar que le llevará a aceptarlos de mejor manera.
"Un niño va a mostrar mayor interés en aceptar un límite si él ha colaborado en
establecerlo. Cuando el niño tiene un desarrollo madurativo que le permite
razonar los actos que desencadenan en consecuencias positivas y negativas , a través
de juntas familiares pueden acordarse límites que afecten a toda la familia en
general y a cada miembro en particular".
8. Poner límites
proporcionados y justos
"A pesar de que es complicado poner límites, porque en muchas
ocasiones no sabemos dónde está el equilibrio, una de las claves para
garantizar que los límites sean proporcionados y justos, es que no sean
humillantes ni para el niño ni para el adulto".
9. Respeto mutuo y
cooperación
"A pesar de que es complicado poner límites, porque en muchas
ocasiones no sabemos dónde está el equilibrio, una de las claves para
garantizar que los límites sean proporcionados y justos, es que no
sean humillantes ni para el niño ni para el adulto".
10. Involucrar al
niño en la
búsqueda de
una solución
• La firmeza que propone la Disciplina Positiva, no está
basada en castigar, dar sermones, ni que el adulto
asuma el control de la situación, sino en actuar con
firmeza y amabilidad para modular el comportamiento o
la conducta del niño, haciéndole partícipe de sus actos y
consecuencias.
• "Normalmente, son los padres quienes deciden los
límites a seguir, y quienes los refuerzan continuamente
con castigos y sermones. Esto suele provocar la aparición
de rebeldía y otras consecuencias negativas"