La ley de amparo en México establece tres tipos de recursos para impugnar resoluciones emitidas por órganos del Estado: la revisión, la queja y la reclamación. La revisión permite que un órgano judicial superior examine una resolución para obtener una mejoría jurídica mediante la revocación o modificación de la resolución impugnada, siempre que el recurrente demuestre haber sufrido un agravio legalmente justificable. De no demostrarse el agravio, el órgano revisor confirmará la resolución