Los anestésicos locales son compuestos que bloquean temporal y reversiblemente la conducción nerviosa sin afectar la conciencia. Existen diferentes tipos que varían en potencia y duración del efecto, y se administran por vía tópica, infiltración, bloqueo de campo, epidural o raquídea para anestesiar áreas específicas del cuerpo de manera segura y efectiva.