La anorexia nerviosa es un trastorno alimentario grave que implica periodos de privación de alimentos y bajo peso. Se presenta principalmente en adolescentes y jóvenes, y requiere tratamiento médico y terapia psicológica. Los factores que contribuyen incluyen genética, familiares y culturales. Sus síntomas incluyen bajo peso, alteraciones hormonales y carencia de nutrientes.
2. DEFINICION
La anorexia nerviosa es un conjunto de trastornos graves de la conducta
alimentaria que comprende periodos de privación del consumo de alimentos
(anorexia), alternados en ocasiones con periodos compulsivos de ingesta
alimentaria y purga (bulimia), asociados ambos periodos a otros trastornos de
la conducta alimentaria no especificados. Esta patología es de muy rara
aparición antes de la pubertad y suele afectar en un mayor porcentaje a las
chicas, aunque cada vez se está adelantando más la edad de aparición y
equiparando el porcentaje de casos entre ambos sexos. Como promedio, se
considera que la anorexia nerviosa aparece en torno a los 17 años. Cuanto
más temprana sea la edad de aparición y más precoz su detección y
tratamiento, mejor pronóstico de curación hay. Por encima de los 40 años
resulta infrecuente. Su prevalencia se ha establecido en un caso por cada
100 a 250 habitantes.
3. TIPOS DE ANOREXIA
Anorexia nerviosa restrictiva
Se trata de un cuadro clínico donde los pacientes logran un bajo peso a través de dietas
muy restrictivas, ayuno muy prolongado, y abundante ejercicio de intensidad elevada.
Estos pacientes no recurren a atracones compulsivos y purgas posteriores.
Anorexia nerviosa purgativa/compulsiva
Son pacientes que recurren de forma puntual o sistemática a atracones o purgas
(vómitos, laxantes, diuréticos…). Existe un subgrupo que no presenta atracones pero sí
recurren a la purga de forma sistemática. Debido a la pérdida del control de los impulsos
propio de este grupo, estos sujetos son más susceptibles de padecer una mayor
variabilidad emocional, así como de sucumbir al consumo de sustancias adictivas
(alcohol, tabaco, etcétera).
4. FACTORES
Factores individuales
Se ha hablado de un posible componente genético ligado a la presencia del gen 5HT-2A, detectado en
un gran número de pacientes diagnosticados de este desorden alimentario y activado por situaciones de
malnutrición. Diversos estudios de concordancia gemelar apoyan este posible componente genético.
Factores familiares
Presencia de alcoholismo y/o trastornos psiquiátricos en familiares de primer grado (padres y hermanos).
Factores culturales
Cánones de belleza inalcanzables impuestos por la sociedad y un excesivo culto al cuerpo.
Además de estos factores, el inicio de dietas restrictivas es un factor precipitante de la enfermedad.
5. SIGNOS
Signos de la anorexia
Pérdida excesiva de peso en un corto espacio de tiempo.
Sentimiento constante de obesidad no fundado y deseo férreo de seguir adelgazando, con control activo (mirarse
repetidamente al espejo, pesarse varias veces al día, contar las calorías…).
Retraso del crecimiento y desarrollo (en niños y adolescentes).
Alteraciones de la menstruación o ausencia de esta.
Realización de ejercicio físico constante y excesivo.
Empleo de ropa holgada, principalmente pantalones.
Evitar comidas en compañía.
Huir de la mesa después de comer.
Disimular la comida para no ingerirla (partir en trozos pequeños y esparcirla por el plato, tirarla al suelo, esconderla…).
Aislamiento progresivo y pérdida de vínculos sociales.
Alteraciones anímicas con tendencia a la depresión y la ansiedad.
Obsesión por el contenido calórico de todo lo que se consume, tomando solo alimentos bajos en calorías.
Empleo no controlado de diuréticos y laxantes.
6. SINTOMAS
Sequedad de la piel, con posibilidad de presencia de grietas.
Aparición de vello fino (lanugo) en mejillas, espalda, muslos y antebrazos.
Pigmentación amarillenta en la piel, principalmente en las plantas de los pies y las palmas de las manos. Esto se
debe a un aumento de carotenos en sangre (precursores de la vitamina A) por un trastorno en su metabolismo.
Extremidades frías.
Uñas quebradizas y caída de cabello.
Hipertrofia de las glándulas salivares, como las glándulas parótidas y las glándulas su mandibulares.
Alteraciones dentales, con tendencia a la corrosión del esmalte dental y presencia de caries. Esto es
especialmente patente en pacientes que se purgan a través de la autoinducción del vómito.
Alteraciones gastrointestinales: flatulencia, hinchazón, dolor abdominal y estreñimiento (excepto si se emplean
laxantes que pueden ocasionar diarreas que alteran el equilibrio electrolítico).
Alteraciones cardiovasculares: tensión baja (hipotensión), descenso de la frecuencia cardiaca (bradicardia),
alteraciones del ritmo cardiaco (arritmias), etcétera.
Alteraciones del riñón: indicativos de un mal funcionamiento. Pueden encontrarse niveles de potasio bajos
(hipopotasemia), niveles elevados de compuestos derivados del nitrógeno (azotemia), y elevación de los niveles
de creatinina sérica.
Hemograma: niveles bajos de glóbulos rojos (anemia) y glóbulos blancos (leucopenia).
Niveles bioquímicos: niveles bajos de glucosa (hipoglucemia), aumento de triglicéridos, transaminasas y del
proteinograma general, así como del colesterol (hipercolesterolemia). Si el paciente, además, suele emplear
purgantes, enemas, o se autoinduce el vómito, existen otros parámetros específicos alterados.
7. DIAGNOSTICO
Una entrevista con el paciente y su entorno familiar más cercano, y revisión de su historia clínica y
antecedentes familiares.
Una exploración física y evaluación del ritmo cardiaco, presión sanguínea y frecuencia respiratoria.
Pruebas clínicas complementarias: hemograma, bioquímica, etc.
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) de la Sociedad
Americana de Psiquiatría, los cuatro criterios diagnósticos principales de la anorexia nerviosa son:
Rechazo tajante a lograr y mantener un peso corporal igual o superior al valor mínimo normal
considerado en función de la edad y la talla. Por lo general, el peso es inferior al 85% del mínimo
correspondiente a la edad y talla.
Terror patológico a la ganancia de peso y a la conversión en una persona obesa.
Alteración de la autopercepción del peso y silueta corporal, con exageración de su importancia en la
capacidad de autoevaluación, y negación de los riesgos que supone un bajo peso corporal
mantenido.
Amenorrea en mujeres pos puberales (desaparición de al menos tres ciclos menstruales).
8. TRATAMIENTO
Modificación de los hábitos alimentarios del paciente: se precisa
una “re-educación” del paciente en sus hábitos alimentarios.
Control regular del peso: se deben detectar aumentos semanales
de 250-500 gramos al pesar a la persona desnuda o en ropa interior
Restricción del ejercicio físico: inicialmente se elimina por completo
y se reintroduce muy progresivamente.
Controles analíticos regulares para evitar complicaciones
orgánicas.
Terapia farmacológica: se centra principalmente en el
componente depresivo y/o ansioso de la anorexia. Es un
tratamiento individualizado y constreñido a los requerimientos y la
situación psicológica del paciente.
Terapia psicológica: se emplea de forma aislada, o combinada, la
9. PREVENIR LA ANOREXIA EN NIÑOS
Enseñar a los niños desde pequeños, tanto en casa como en la escuela, la importancia de unos correctos hábitos
alimenticios.
Comer en familia siempre que sea posible, convirtiendo el momento de la comida en una reunión agradable en la que se
intercambian las vivencias del día.
Los menús deben ser variados e incluir todos los tipos de alimentos necesarios para una correcta nutrición.
Salvo que existan razones de salud, no se deben excluir alimentos de la dieta del niño, pues todos son necesarios en su
justa medida, aunque sí se debe limitar el consumo de dulces y postres industriales, sustituyéndolos, en la medida de lo
posible, por otros hechos en casa.
Probar con distintas verduras y frutas hasta encontrar las que más le agraden. Aunque no le guste la coliflor, puede que le
encanten las espinacas.
Establecer horarios de comida regulares. Mejor si la comida se reparte en cuatro o cinco tomas a lo largo del día
(desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena).
Fomentar su autoestima. Es importante que conozca sus capacidades y limitaciones, y aprenda a sentirse a gusto consigo
mismo. Esto evitará futuros complejos.
Reforzar su autonomía y estimularle para que tenga sus propias opiniones y resulte menos vulnerable a los mensajes de los
medios de comunicación y la publicidad que transmiten la idea de que tener un cuerpo perfecto es sinónimo de éxito y
felicidad, olvidando los valores de las personas.
10. PREVENIR LA ANOREXIA EN
ADOLECENTES
Los educadores en contacto con adolescentes juegan un papel muy importante en la detección
precoz de los trastornos alimentarios, y deben avisar a los familiares si observan alteraciones
emocionales o cambios en el comportamiento o el aspecto físico de los jóvenes.
Si el joven necesita perder peso por motivos de salud, debe hacerlo siempre bajo control médico y con
el conocimiento de los padres. Si estos observan que el deseo de perder peso está injustificado, o que
el joven empieza a reducir sin motivo la cantidad de comida, deben consultar inmediatamente con un
especialista.
Los familiares deben evitar hacer comentarios despectivos sobre el aspecto físico de otras personas. Se
puede criticar una mala acción o el mal carácter de alguien, pero no burlarse de su fealdad o gordura.
En esta misma línea, se debe enseñar al adolescente a valorar las virtudes de los otros en vez de
juzgarlos por su aspecto físico.
Favorecer la integración y convivencia entre personas procedentes de distintos ámbitos sociales y
culturales, ayuda al adolescente a comprender que ser diferente no significa ser peor ni mejor.
Potenciar su autoestima para que valore sus cualidades y capacidades y no se avergüence de sus
limitaciones.
Un ambiente familiar positivo, sin caer en la sobreprotección, proporcionará al adolescente la
seguridad y el apoyo necesarios para superar sus problemas.