Los niños pequeños tienen más facilidad para resolver problemas de suma de tipo N+1 que de tipo 1+N, ya que inicialmente consideran la adición como un proceso aumentativo. Para problemas más complejos, como 1+3 o 2+4, recurren a contar con los dedos o usar objetos concretos. El ejemplo de Aaron muestra cómo los niños desarrollan de forma informal conceptos como contar y conocer la serie numérica para resolver sumas.